domingo, 12 de julio de 2009

Meditación Trascendental - Tercera Conferencia - H. van Doren


Tengo acá una buena cantidad de preguntas, muchas de ellas alejadas del tema que estamos tratando. De todos modos, vamos a tratar de dar respuesta al "correo sentimental" de esta noche... (RISAS).

Pregunta: "¿Qué sensaciones de espacio y tiempo se pueden experimentar con la meditación trascendental?".

Yo pienso que la mejor forma de entender esto y de lograr tales sensaciones es la de, si interesa, ponerse a experimentar con la meditación trascendental. Dado que este tipo de meditación no sirve tanto para transmitir experiencias como para lograrlas por sí mismo. Es estrictamente experimental. De manera que todo lo que yo pueda decirles no vale la pena si ustedes mismos no lo experimentan.

Pregunta: "Ver en todas las cosas los sentidos: ¿significa esto tomar como punto de apoyo atencional el sentido que percibe el objeto y, simultáneamente, el objeto percibido?".

Entiendo que no. Entiendo que eso es división atencional. Si en este momento observo el micrófono y al mismo tiempo que observo el micrófono tomo como apoyo el sentido que observa, estoy bifurcando la atención. Sobre esto hay muchas discusiones. Se piensa que la atención no se puede dividir.

Voy a poner un ejemplo más fácil. Supongamos que miro el micrófono y ahora tengo la sensación de mi mano izquierda. Puedo sentir esta sensación y puedo ver el micrófono. Según algunos, la tal división atencional no es real sino que la velocidad con que estoy poniendo atención en un caso y en otro, es tan enorme que me da la impresión de que tuviera el foco atencional dividido, cuando en realidad no lo tengo dividido sino que voy oscilando. Bueno, de todas maneras ante esta pregunta: tomar como apoyo atencional el sentido que percibe y el objeto simultáneamente, sería división atencional. En ese paso se trataba de ver en todas las cosas los sentidos. No se trataba de dividir la atención ni de utilizar apoyos atencionales, sino de comprender que en toda percepción que se tiene de un objeto están los sentidos trabajando como filtros o trabajando como intermediarios. Así es que no es exactamente la práctica de división atencional, sino el trabajo de meditación y comprensión sobre los sentidos que se colocan como intermediarios entre los objetos y mi conciencia. Esa es la idea.

Pregunta: "¿Se contradice la posición del Sicoanálisis con el trabajo de conciencia de sí? ¿Puede la sicoterapia ayudar en algún sentido a ubicarse en la realidad cotidiana?".

Dos preguntas. A mi ver el Sicoanálisis no contradice el trabajo de conciencia de sí, porque no creo que esté, en el ámbito de planteo propio del Sicoanálisis la cuestión. Es como si estuviéramos trabajando con ámbitos diferentes.

En cuanto a que la sicoterapia pueda ayudar en algún sentido a ubicarse en la realidad cotidiana, pienso que sí. Ahora, depende qué entendamos por realidad cotidiana. Si se trata de adaptar a un cierto tipo de estructura social al paciente, puede haber un tipo de sicoanálisis cuyo objetivo manifiesto o larvado sea el de adaptar al sistema. Pero puede haber también otro tipo de sicoanálisis que, aparte de resolver algunos conflictos, también trate de ubicar al paciente frente a las contradicciones reales que padece el sistema. Porque no es el caso de hacerle creer también (a gente que vive en situación alienada) que su alienación permanece en su propia conciencia, sino que tal vez se trate al par que de esclarecerla en sus conflictos internos, hacerle ver y comprender que también ella sufre la realidad objetiva de la contradicción que se manifiesta en el mundo que la rodea. No sé si me explico. De manera que hay, creo, "Sicoanálisis" y Sicoanálisis.

Pregunta: "¿Qué relación puede haber entre la meditación trascendental, o los pasos de meditación trascendental y la formación de los cuerpos?".

De los cuerpos... No entiendo bien. A lo mejor, quien pregunta se refiere a ciertas teorías que circulan por ahí de que existen cuerpos (aparte del físico natural), de que hay variedad de cuerpos: un cuerpo mental, un cuerpo etérico y otras cosas semejantes. Sobre esto no puedo responder nada. No sé qué relación puede haber entre la meditación trascendental y esto de los cuerpos. Lo que sí creo es que se puede trabajar de un modo experimental con la meditación trascendental y atenerse a los resultados. Es decir: uno puede ir poniendo en evidencia sus propias experiencias. En cuanto a esto de los cuerpos, a lo mejor hay algunos "dotados" que los perciben con facilidad, pero mientras no los veamos, no los experimentemos, vamos a dejarlo en suspenso a esto, ¿no es cierto?

Pregunta: "¿Por qué soy tan extraordinario...?"(RISAS).

En realidad no sé por qué ese señor será tan extraordinario... (RISAS).

Pregunta: "¿ Se puede tomar como medida de la verdad histórica de la doctrina, la persecución que pesa sobre ella? De ser así y considerando que la base de nuestra doctrina es la no-violencia, ¿no es contradictorio que las doctrinas que predican la no-violencia sean las más perseguidas? ¿Y con ese mismo criterio, tendría validez cualquiera otra doctrina por el hecho de sufrir la persecución y reacción del sistema?".

Esto exige un largo análisis, pero, en general, podernos decir esto: no necesariamente toda doctrina que es perseguida (por ese solo hecho), demuestra su validez histórica. No necesariamente. Basta que no coincida con una cantidad de planteos propios del momento histórico en que se vive; o que no coincida con los ensueños; o con el estado del ensueño de una sociedad en un momento dado para que sea perseguida. De hecho una doctrina es perseguida en ocasiones, luego penetra en el cuerpo social y esa misma sociedad con el tiempo la va aceptando. De manera que no pienso que sea criterio de validez el hecho de que una doctrina sufra persecución. Pero sí es digno de tenerse en cuenta el hecho de que una doctrina que predique la no-violencia sea perseguida violentamente. De manera que habría que reflexionar más sobre esto.

Pregunta: "¿Qué diferencia existe entre conciencia de sí y conciencia objetiva?".

Conciencia de sí es, en principio, un nuevo nivel de conciencia que se logra cuando los ensueños que cubren el campo de la conciencia y terminan por "tapar" (entre comillas) a las percepciones, desaparecen por el tenerse en cuenta el propio sujeto. Mientras que conciencia objetiva sería un nuevo estado, supuesto nuevo estado. Un nuevo supuesto estado en donde las diferencias que advertimos entre las cosas y la conciencia desaparecen. Y en donde de acuerdo a ese nuevo estado, todo mentar iría a la raíz profunda de las cosas, trascendiendo las apariencias que las cosas mismas tienen. Esa seria la diferencia entre la conciencia de sí y conciencia objetiva. Pero esto de conciencia objetiva, como les digo, no es tan fácil de experimentar como lo de la conciencia de sí. De manera que lo ponemos entre paréntesis y lo dejamos de lado simplemente como una posibilidad.

Acá una niña, estudiante de Geología, está preocupada por el destino del planeta. Pregunta: "He leído muchos libros sobre los procesos que se están cumpliendo en la Tierra y su desencadenamiento final y me siento tan impotente que por lo menos quiero llegar a comprenderlos y estudiarlos".

Si se refiere a los acontecimientos simplemente geológicos, que es su materia, cuando más estudie más los va a entender. Si se refiere a acontecimientos no geológicos sino humanos que pueden hacer "saltar la pelota"... (RISAS)... será cuestión de esperar, ¿no es cierto?

Pregunta: "¿Qué es el sonido objetivo?".

Si tenemos en cuenta lo dicho hace un rato acerca de las diferencias entre la conciencia de sí y una supuesta conciencia objetiva (en esa supuesta conciencia objetiva), tal vez se pueda advertir un supuesto sonido objetivo y así con todo... y una supuesta mirada objetiva y siguiendo. El problema es que no tenemos certeza acerca de la confirmación de la existencia de una conciencia objetiva. Eso es todo lo que puedo decir. Todas estas cosas hay que experimentarlas.

Pregunta: "¿Cómo es la mejor forma de manejarse económicamente en esta sociedad de explotación?".

En esta sociedad de explotación, todo el mundo está comprometido por este sistema, le guste o no le guste. Por el chantaje del hambre que hace el mismo sistema. De manera que no hay puros en el sistema. Pero sí hay un modo, más o menos razonable, de atender a las propias necesidades sin hacer el juego a todo lo que el sistema exige, por una parte. Por otra parte, ya que el mismo sistema chantajea con el hambre, con la orfandad humana en ese sentido, también uno puede liberarse de la mala fe que el sistema impone, aprovechándolo a él mismo para llevar adelante la propia revolución interna y la revolución social. Si lo que se desea es el derrumbe de las actuales estructuras de explotación y la transformación del hombre internamente, también este mismo sistema puede ser aprovechado. Pero cada uno será cuál es la mejor forma de hacerlo. Es interesante de todos modos tener en cuenta este aspecto del sistema y del dinero del sistema y de la compra y del chantaje, para referirnos a un aspecto a mi ver muy importante. Y es acerca de las cosas que no deben ser tocadas por la infección del dinero del sistema.

Para ser prácticos e inmediatos, pongamos un ejemplo aquí y ahora. Si en este ciclo, en el que se cobra entrada, se tocara un solo dinero de lo recaudado para uso personal del conferencista, estaríamos no sólo mercantilizando una determinada doctrina, sino algo mucho más grave, estaríamos sometidos y condicionados por la exigencia que impondría cada uno de los que asisten al poner su dinero. De manera que, en estas conferencias, lo que se recauda paga este local, me parece muy bien. Con lo que sobra, verán los organizadores qué hacen: si difunden material o lo que sea. Pero si se aceptara un solo penique para uso personal, estaríamos condicionados a la buena o mala voluntad de ustedes. Con el tiempo tenderíamos a buscar público con mayores posibilidades económicas, de tal manera que el dinero tendería a imponerse sobre nosotros y nosotros a adaptar nuestro punto de vista de acuerdo a las exigencias de nuestro público. Entraríamos directamente en el juego del sistema. Mientras que de este modo, podemos darnos el lujo y el gusto de decir lo que se nos dé la gana y nos plantee nuestra doctrina como verdadero. Así como estamos, ni yo debo a ustedes, ni ustedes a mí.

Creo que toda enseñanza o toda doctrina o todo punto de vista, que se dé desconociendo este problema tan importante de la cuestión material, cae fácilmente en el condicionamiento del sistema. Cuando una doctrina es remunerada para ser recibida, pienso que hay que investigarla muy bien en su trasfondo y hay que darse cuenta que ahí hay condicionamiento.

Pregunta: "¿Qué opina la doctrina con respecto al sexo?".

Opina innumerables cosas. Lo importante no es qué opina la doctrina, sino qué opina usted. Porque, a ver: ¿cómo quiere formular la pregunta? Sin duda que usted tiene algún problema, si no no formularía la pregunta. Si usted formula correctamente su pregunta, a lo mejor la respuesta puede estar en un libro de Fisiología. Dejando de lado toda ironización le digo que en el sexo hay una energía muy importante, tal vez la más importante del ser humano. Que no se trata ni de asfixiar esa energía, ni se trata tampoco de dilapidarla. Se trataría en principio de canalizarla. ¿Pero cómo hace uno semejante cosa? Uno sin ningún tipo de exceso y con toda espontaneidad y libertad, deja que el sexo trabaje como puede trabajar normalmente, mientras investiga el problema que el sexo puede plantearle. Es todo lo que puedo decirle con respecto a esto.

Pregunta: "¿Cómo puede convertirse el trabajo alienante cotidiano en trabajo creador?".

¿Usted cree que el trabajo de papeles que hace en una oficina frente a un jefe neurótico, un trabajo ya de por sí irracional, por mucho esfuerzo que usted ponga, puede convertirse en trabajo creador? El tipo de sociedad actual es contradictorio y de explotación; el trabajo en sí no es liberador. Lo que importa es cómo puede usted liberarse mientras trabaja, que es una cosa distinta. Se podrá decir que el trabajo artístico es un trabajo liberador, o que otras formas de trabajo son liberadoras. En realidad no es tanto por el tipo de trabajo que usted realiza, sino cómo realiza el trabajo lo que va a producir liberación. A menos que estemos en una situación en que necesitemos laborterapia, pero ya es otra cosa... (RISAS).

Si se entiende el trabajo cotidiano (casi como en el caso de la décima pregunta) como una posibilidad de aprovechar al sistema para llevar adelante la propia revolución personal y la revolución en todos los ámbitos, entonces ese trabajo que usted realiza puede convertirse en liberador. Y en algún sentido, en creador.

Pregunta: "¿Puede la militancia política mejorar la sociedad y el hombre?".

No creo que ningún partido, ni ningún movimiento en el planeta, pueda realizar la liberación del hombre ni la liberación de la sociedad. El hombre ha recorrido a lo largo de la historia mucho camino y siempre a una sociedad ha sucedido otra y siempre a una alienación ha sucedido otra. Es cierto que en ese proceso espiral de crecimiento del hombre (de avance de la ciencia, de la cultura, de la civilización) también ha ido ascendiendo en algo el nivel de conciencia, pero hasta tanto no se tenga en cuenta que cualquier tipo de transformación debe ser simultánea y no postergadora; hasta tanto eso no suceda, ningún tipo de revolución parcial va a lograr la transformación total del hombre y de las estructuras sociales.

¿Qué quiero decir con eso de planteos "postergadores"? Que aquellos que nos anuncian el cambio social hablando de infraestructuras que luego, por este cambio, modifican las superestructuras mentales del hombre (como si el hombre fuera reflejo y nada más que reflejo del medio social), los que nos anuncian un cambio en el hombre modificando inmediatamente la estructura social, nos postergan. Y aquellos que a la inversa creen que se trata de modificar primeramente al hombre, para luego modificar las estructuras sociales, también nos, postergan.

Es muy difícil para nosotros, formas mentales educadas en este tipo de sociedad, en este tipo de cultura, pensar en lo simultáneo. Somos todavía causalistas, aristotélicos: "primero esto, luego lo otro y luego lo que le sigue".

Llevamos un orden mental que también tratamos de aplicar a nuestra vida cotidiana. Nos parece imposible la idea de simultaneidad, la idea de concomitancia de sistemas.

Respondiendo concretamente a la pregunta: "¿Puede la militancia política mejorar la sociedad y el hombre?", respondo: tal vez pueda mejorar, crear mejoras de ámbito para una verdadera revolución, pero no puede producir la transformación de fondo la simple militancia política. Si existiera un movimiento, un partido, o una nueva forma que planteara las cosas en los términos en que a nosotros nos parece que son, obviamente adheriríamos.

Pregunta: "Deseo cambiar y, sin embargo, aquí he escuchado que no se trata de cambiar. ¿Se trata entonces de aceptarme a mí mismo tal cual soy?".

No se trata de aceptarse ni de no aceptarse. Se trata simplemente de advertir que si usted siente la necesidad (y no el deseo) profunda de cambio, es porque en usted hay sufrimiento. No querría usted cambiar si estuviera satisfecho con usted mismo. Si en usted hay necesidad de cambio (en lugar de tratar de cambiar, o en lugar de conformarse como es), más vale que investigue en profundidad la raíz de ese sufrimiento. Eso es lo que propone precisamente la meditación simple y cotidiana. Eso le responde a usted la meditación cotidiana.

Pregunta: ¿Cómo debo educar a mis hijos?".

¿Cree usted que puede educar a sus hijos? ¿No le parece que debería empezar por educarse a usted mismo?... Lo digo sin ánimo de ofensa.

Veamos. A usted le parece que está en condiciones de hacerlo.

Usted es parte de un sistema. Como parte de un sistema, no puede evidenciar su propio movimiento autónomo. Usted depende del sistema, de las creencias del sistema. Muy bien. Si este sistema está articulado así y existen institutos de educación y existen colegios, escuelas, y demás, ¿por qué no los utiliza?

Ahí están los colegios, ahí están las universidades. Procure que sus hijos vayan a los colegios, a las escuelas y a las universidades. Procure que sus hijos hagan el mayor acopio de datos.

Según explicábamos ayer, la inteligencia que trabajaba con relaciones, con comparaciones, necesitaba de todas maneras materia prima. Materia prima alojada en la memoria. Necesitaba datos, conceptualizaciones que luego, de acuerdo a su nivel de inteligencia, relacionaba de un modo u otro.

Esto de relacionar las cosas puede depender de usted en la medida que usted entienda, para luego transmitir a sus hijos, no el "qué debe pensar", sino el "cómo debe hacerlo". Pero, en cuanto a los datos, en el sistema hay muchos y muchos de ellos muy útiles. De manera que no se preocupe por qué lecturita les va a enseñar o qué otra les va a prohibir. Si yo estuviese en su lugar, me parece que mandarla a tales hijos a los institutos del sistema, a que les enseñaran cuanta mayor cantidad de datos éstos pudieran captar y simultáneamente trataría de que aprendieran a formular correctamente las preguntas de fondo.

Hasta tanto esta sociedad no cambie, piense que cualquiera distorsión que quiera hacer con los niños va a provocar reacciones muy grandes en ellos y en una de esas termina usted neurotizándolos. ¿Qué ganaríamos con producir un niño muy civilizado, muy humano, sí no se encuentra en el medio adecuado, donde germinar? Podría, por el contrario, producir un inválido sin usted quererlo. De manera que necesitamos que acopie datos.

Y en cuanto a algunas ideas que circulan sobre la educación, un poco al estilo de "L'Emilie" de Rousseau, o sobre el estado de naturaleza en la educación y cosas por el estilo, no parecen ser adecuadas en esta época de los ciclotrones.

Pregunta: "Yo he detectado en mí un fuerte ensueño por el viaje. Deseo viajar".

Perfectamente. Viaje entonces. ¿O eso le trae problemas? Si quiere viajar y eso le trae problemas, estudie por qué el hecho de viajar le trae problemas.

Pregunta: "Mi problema fundamental es de tipo religioso. Acerca de la inmortalidad y de la existencia de Dios".

¿Se imagina cómo se aburriría usted si fuera inmortal? ¿Le parece que con esta mente condicionada que usted y nosotros tenemos, le parece que sería posible algún tipo de permanencia tras la muerte manteniéndonos en tal estado? Si es que el Infierno existe, ese es el Infierno.

Nosotros no decimos nada acerca de la existencia ultramundana, pero sí decimos que es una posibilidad. ¿Por qué no? Y es una posibilidad que puede ser explorada y que merece estudiarse. Pero nos da la impresión de que, sea lo que fuere y si tal trascendencia existe, no debe ser la simple continuidad de nuestra estructura mental actual.

En cuanto a la existencia o no existencia de Dios, lo siento, pero no puedo decirle nada. ¿De qué valdría que le dijera yo a usted: "¡Sí, Dios existe!", o lo negara? ¿De qué le serviría a usted?

Pregunta: "¿Podría desarrollar la explicación sobre el concepto de fracaso?".

Veamos lo dicho con respecto a los ensueños y a las ilusiones en general.

Cuando mi núcleo de ensueño es tan poderoso que se me aparece como una imagen en el futuro (algo que quiero aprehender, algo que quiero apresar) hacia la cual me dirijo a lo largo de los años, al paso de los años, en mucho tiempo; es muy difícil que dada esa tendencia en la que estoy lanzado, alguien pueda provocar en mí desvíos. Mientras estoy ilusionado con esa vía, mientras creo que ahí está la solución de todos mis conflictos, de todos mis problemas, una doctrina como la; que estamos exponiendo no podría hacer mella en semejante caparazón elefanteásica. ¿Qué podríamos nosotros con una persona que tiene la certeza de que en tanto tiempo va a conseguir tantos millones de dólares? Qué efecto podría producirle que uno se le pusiera al lado y le dijera: "¡Oiga! ¿Por qué no estudia sus problemas?" ¿Se dan cuenta de que para quien está ilusionado en ese sentido, con una línea que nada tiene que ver con la línea que nosotros proponemos, es imposible llegar a él?

El concepto de fracaso tiene que ver con eso.

Únicamente cuando alguien descubre que sus objetivos no se cumplen, cuándo ve que ya no se van a concretar, cuando efectivamente siente el vacío interno... el no cumplimiento de sus ansiedades y de sus deseos, recién se puede hablar con él en otros términos.

No estoy hablando del resentimiento. Aquel que se resiente, o aquel que está en estado de venganza con algo, sigue aferrado a algo. Observen qué les pasa cuando odian a alguien.

Cuando odian a alguien ustedes están dependiendo del objeto odiado, están ilusionados con ese objeto. Mientras no dejen de lado el objeto que odian, ustedes no son libres de él. Paradójica situación: más odian y más dependen de lo odiado.

Alguien enseñó hace mucho tiempo (tal vez por razones técnicas más que morales) que el odio era una burrada... (RISAS). Más vale perdonar que seguir ligado a la venganza, ¿no es cierto?

En este sentido y ahora ya viéndolo no importa si positiva o negativamente, en la medida en que alguien no experimente en sí la sensación de fracaso, es decir: provoque en si el desvío del ensueño, es imposible para él, evolución dentro de estos planteos que nosotros hacemos.

"Bienaventurados los pobres de espíritu", ¿no es cierto? Bienaventurados aquellos que llevan el fracaso en su corazón sin resentimiento y sin venganza, porque ellos pueden evolucionar.

Pregunta: "¿Cómo puedo distinguir la hipnosis personal y la hipnosis que me produce el sistema, de la lucidez?".

¿Querrá decir que reconoce entonces dos hipnosis: la hipnosis interna propia por ejemplo de los ensueños y la hipnosis ya manifiesta, desde afuera, que me produce el sistema merced a trucos como la propaganda, las falsas expectativas, etc.?

¿Cómo puedo distinguir el estado de hipnosis del estado de lucidez? Veamos un ejemplo: si vamos a un cine y nos proponemos, al ver la película, no olvidarnos de nosotros mismos al tiempo que nos interesamos por la película (debe ser una película que tenga "gancho" y que impacte para que la prueba tenga gracia) podemos trabajar en torno al tema de la hipnosis. Si voy a ver una película que no me importa, es muy probable que me acuerde de mí mismo todo el tiempo... (RISAS). .

En esa situación y sobre todo en los momentos en que me posesiono del film, descubro que he perdido la conciencia de mí.

Si en otro momento se produce en mí, cólera por ejemplo y el objeto con el que me encolerizo se hace para mí tan importante que sintetiza toda una situación y desaparece lo otro (y desaparezco yo mismo para mí), ahí también hay hipnosis del objeto. En uno o en otro caso, creo en el objeto y pierdo la conciencia de mí.

Si algunos de ustedes quieren experimentar más profundamente, visiten a un hipnotizador y pídanle que ejercite con ustedes sus trabajos. Síganlo paso a paso, hagan todo lo que este hipnotizador les recomienda... pero no se olviden de ustedes mismos y verán cómo no hay hipnotizador en el mundo capaz de ponerlos en trance.

Es precisamente el opuesto al estado de hipnosis, este estado de conciencia de sí.

Por muchos cartelitos de "Coca-Cola" que haya adelante y muchas señoritas ondulantes que hablen de la "burbujita loca"', si ustedes mantienen la conciencia de sí, podrán observar con mucha atención ese sistema de propaganda (podrán estar metidos hasta el cuello en el sistema, podrán participar de la vida cotidiana como todos, e incluso más que todos), pero será ya difícil para el sistema hipnotizarlos. ¿Me voy explicando?

Bien. Vamos a dejar de lado todo esto de las preguntas para pasar a nuestro tema.

Ayer distinguimos entre la meditación simple y la meditación trascendental y dimos algunas de sus características.

Explicamos que la meditación trascendental, a diferencia de la anterior, no tenía utilidad alguna salvo para especialistas. De todas maneras, nos metimos en tema explicando que ésta trabajaba con actos de conciencia, en lugar de con objetos. Luego explicamos los seis primeros pasos, y en resumidas cuentas dijimos esto:

Primero: Aprender a ver, o atención a la percepción. Allí, no obstante la atención que ponía en el objeto que se me presentaba, veía que esta atención fluctuaba y que afloraban los ensueños. Allí descubrí el surgimiento de los ensueños.

Segundo: Ver en todas las cosas los sentidos. Distinguir entre la percepción y la cosa percibido. Y advertir que cotidianamente tal distinción no aparece, sino que, por el contrario, ambas aparecen fundidas en un mismo acto-objeto. Allí descubrí el surgimiento de la identificación.

Tercero: Ver en los sentidos la conciencia. Comprobé que la estructura de la percepción no está en los sentidos sino en la conciencia, e inferí que de acuerdo a cómo se organice la conciencia se presenta la imagen del mundo. De tal modo que si por cualquier motivo varío la conciencia, varío también la interpretación de los datos sensoriales. Pusimos ejemplos al pasar, de lo que sucede frente a un mismo objeto, pero sometido a distintos fenómenos que puedan modificar la estructura de la conciencia. Se trate de la droga, se trate del cansancio, se trate de una intoxicación, no es la percepción la que varía sino que es la estructura de la conciencia. Esta en esas ocasiones hace resaltar o atenúa o pone de relieve o saca de contexto, algunos de los estímulos que percibe.. Allí descubrí el surgimiento de la ilusión.

Cuarto: Ver en la conciencia la memoria. En ese momento advertí que la estructura de la conciencia depende de las grabaciones anteriores y que la comprensión depende de ella. Así, todo tipo de relación y comparación depende de datos que sirven de materia prima para la conciencia. Allí descubrí el surgimiento de la comprensión.

Quinto: Ver en la memoria la tendencia. Experimenté que toda representación y, en general, todo objeto de conciencia, está relacionado con actos. Y que las retenciones de la memoria se actualizan de continuo frente a cualquier nuevo acto que se proponga la conciencia. Todo acto de conciencia trabaja con retenciones, actualizaciones, o protensiones. Es decir, la conciencia trabaja recordando, actualizando, o futurizando. Existen innumerables combinaciones de tiempos en la conciencia. Pueden existir tiempos de conciencia "pasado-futuro", pero que yo actualizo a la vez. Por ejemplo: en este momento, ahora, recuerdo cuando era niño, que pensaba ser cuando grande: ingeniero. ¿Observan ustedes? Combinaciones de este tipo son muy frecuentes en la conciencia. Todo acto de conciencia que se mueve en el instante presente, siempre va involucrando protensiones y retenciones. Todo acto de conciencia, aun cuando trabaje futurizando, lo hace siempre actualizando memoria. Los datos que tengo para futurizar son también datos grabados en la memoria, y la imagen del futuro que pueda tener y los proyectos que yo alimente, están basados en datos de la memoria.

Si ustedes se imaginan el mundo del año cinco mil, de todas maneras lo imaginan con datos que tienen grabados y que ustedes combinarán de modo especial. Producirán síntesis que, claro, no se dan en la vida cotidiana de hoy mundo siglo veinte, pero trabajarán con los datos grabados en la memoria. Esta tendencia de la memoria a surgir, a completar actos, es inevitable. Y no depende de ella misma. Allí descubrí el mecanismo de intencionalidad de la conciencia. Intencionalidad que se manifiesta también, por sobre todo, en la memoria.

Sexto: Ver en la tendencia -esa tendencia de intencionalidad- el encadenamiento. Observé que, aun logrando prescindir de las representaciones (en el esfuerzo por eliminarlas, por ejemplo), surgen expectativas, resistencias, etc., que me ponen en presencia de una suerte de inercia estructural. Allí descubrí el mecanismo determinista de la conciencia. Un mecanismo estructural sin el cual no es posible la conciencia. Toda conciencia actual o posible es tal, porque tiene estructura. Si ustedes imaginaran una conciencia superior, verían que para ser tal debería tener también estructura, también tendencia y también intencionalidad. No hablamos sólo de las conciencias actuales sino también de las posibles. Continuemos ahora con nuestros pasos.

Séptimo: Ver en el encadenamiento lo permanente. Se observa que no obstante la variación de las percepciones, de los ensueños, de las identificaciones, de las ilusiones, de las diversas formas de comprensión, de las distintas manifestaciones de la memoria, de la movilidad de conciencia con sus actos y objetos y con sus instantes diversos (no obstante esto y todas las otras variaciones que se nos ocurran) lo permanente es siempre el encadenamiento de la conciencia. Lo permanente es siempre la inevitabilidad de la propia estructura. Este encadenamiento estructural que habíamos ya advertido, lo consideramos como una necesidad permanente.

Octavo: Ver lo permanente en uno y en todo. Este paso provoca una extraña sensación por esta suerte de salto mortal hacia afuera que se efectúa.

Aparentemente, es ilegítimo esto de salir hacia los objetos luego del desarrollo metódico llevado hasta aquí.

¿Cómo es esto que de pronto ahora nos las vamos a ver con los objetos, si estamos entrando hacia nosotros mismos? Tal vez sea muy interesante estudiar esto, desde distintas perspectivas.

Se observa que, aunque los fenómenos internos sean diversos, todos están encadenados en estructura. Volviendo al nivel de simple percepción (volviendo allá a los primeros pasos), vemos que también ella, la percepción, es estructurada por la conciencia.

Observando que conciencias distintas obtienen indubitablemente por estos pasos, la conclusión de la estructuralidad de la conciencia (no obstante los diversos fenómenos particulares), podemos inferir que las diferencias intersubjetivas pueden resolverse por vía estructural.

Las diferencias de los fenómenos particulares en cada conciencia, no llevan necesariamente al solipsismo. Esto quiere decir que, aunque advirtamos la diversidad de las conciencias (de la de cada uno), si cada una de estas conciencias observa los mismos pasos que hemos venido siguiendo nosotros, van a llegar, indubitablemente, a la percepción del mismo fenómeno de estructura permanente de la conciencia.

Las diferencias que nos separan: diferencias en la percepción, en la educación, en los fenómenos, pueden romperse y las barreras del solipsismo, las barreras infranqueables que habría en principio entre conciencia y conciencia, se derrumban.

El hecho de llegar a una misma reducción nos habla de la posibilidad de la intersubjetividad. No estoy hablando de telepatía por cierto... (RISAS). Estoy hablando de la comunicación que se establece a nivel de conciencia profunda, una vez que todas estas conciencias logran la comprensión estructural de esa suerte de mundo eidético: de la idea de la conciencia como estructura que no obstante la variación en los fenómenos particulares, es permanente en cuanto estructura. Así las cosas, esta permanencia estructural se registra no sólo en todas las conciencias, sino en todas las cosas existentes para la conciencia: se trate del mundo interno o del mundo externo.

Este problema es grave. No sólo fue grave para Leibniz y para otros (el problema de las mónadas sin puertas ni ventanas, de las conciencias que no se podían comunicar unas con otras), sino para el mismo Husserl que ya en sus Meditaciones Cartesianas queda encerrado en el solipsismo.

El problema está en ver cómo es posible no sólo la mentación interna de uno, sino la mentación entre las conciencias. O sea: ¿cómo es posible la intersubjetividad y, en general, cómo es posible la conexión con el mundo? Porque si usted percibe de un modo, yo percibo de otro y tenemos de la realidad distintas imágenes y distintas visiones, no hay comunicación esencial. El problema de la intersubjetividad no se resuelve a ese nivel, se resuelve a nivel estructural. De hecho, hasta el mismo lenguaje es un conjunto de signos que permite el pasaje de ideas de uno a otro y es inteligible gracias a las estructuras significativas que contiene y no por los signos aislados, o por los signos considerados como expresión simplemente.

La identidad es lo permanente, hablando de estructuras, y la diversidad es lo variable. En la diversidad no puede haber intersubjetividad en sentido pleno. La relación ahora de la conciencia con el mundo es, inicialmente (desde mis percepciones fenoménicas), variable. La relación de la conciencia con el mundo fenoménico es contingente, pero en última reducción, también los fenómenos aparecen encadenados a estructuras para mi conciencia. De esta manera, "conciencia" y "mundo" (al hablar de "mundo" no me imagino el planeta), están encadenados y son estructura, como si en definitiva la "conciencia" fuera el acto del "mundo" y el "mundo" el objeto de la "conciencia".

Así, pues, la intersubjetividad y la relación con el mundo, pueden ser comprendidas a nivel de esencias, por así decir, o ideas esenciales. Casi en sentido platónico, ¿recuerdan?

La estructura esencial "conciencia-mundo" es permanente, aunque mi conciencia fáctica se modifique y aunque el mundo fáctico, el mundo de los hechos, también se vaya modificando y transformando en cada instante. La relación estructural "conciencia-mundo" es la invariable. En tal sentido, se comprende el significado de la frase: "Ver lo permanente en uno y todo". La idea de permanencia no se opone, sin embargo, al movimiento. Se trata de estructuras dinámicas que no obstante su movilidad conservan su estructuralidad. La permanencia es, en este caso, sólo estructural.

Bajando de nivel y muy rápidamente, digamos que conciencia y mundo se identifican estructuralmente y que no es legítimo establecer dicotomías, sino entender que se trata de una misma estructura. Que mi conciencia no es simplemente el reflejo de la realidad objetiva por una parte y que tampoco (como los idealistas) creo al mundo desde mi conciencia, sino que, haciendo un traslado de la idea de intencionalidad, "conciencia-mundo" son estructura y tienen sentido a nivel de estructura.

Si relacionan esto que acá parece tan oscuro, con lo que antes dijimos al responder una pregunta (aquella que se nos hacía con respecto a las transformaciones sociales y políticas) verán ustedes cómo se trata de la misma línea temática. Al hablar de revolución simultánea, no nos alejamos en absoluto de las conclusiones a que vamos arribando acá por esta vía de meditación. Nos damos cuenta que la estructura "conciencia-mundo" es la que nos da la idea de la realidad y no las dicotomías a que nos tienen acostumbrados.

Noveno: Ver la forma permanente en acción. Esta esencia estructural, esta estructura esencial que hemos logrado nosotros reducir, es designada por nosotros como "forma". Podríamos haberle dado otro nombre. Esta forma permanente aparece aun en la diversidad de los fenómenos sean primariamente objetivos o subjetivos. La forma permanente no depende de los fenómenos, sino que éstos dependen de ella. Aun antes de la existencia de los fenómenos, debe existir la posibilidad de estructura, para que ellos se manifiesten. La forma estructural (en ese sentido lógico y no místico, por supuesto) aparece tras todo fenómeno, actúa por propia necesidad, no por contingencia del fenómeno mismo.

Décimo: Ver lo que no es movimiento-forma. Consideramos que puede intuirse un ámbito ajeno al movimiento-forma que no surge como "la nada". Si todo aquello que vemos detrás de los fenómenos es esta forma y si decimos que puede existir un ámbito en el que esta forma no exista ya que está en todo en última reducción, se nos podría aparecer ingenuamente como la nada. Pues bien, esto no es la nada, sino simplemente aquello que no es forma. En efecto, puede intuirse un oscurecimiento del ser, por ejemplo, sin que hablemos de "nada". Un ocultamiento del ser, pero que no necesariamente es nada.

En un ejemplo muy sencillo podemos comprender que un ente puede tener su complemento y que este complemento que no es aquél, de alguna manera tiene que ver con él en su propio nivel. El complemento de A que no es A, sin embargo tiene que ver con A.

Undécimo: Ver lo que es y lo que no es, como lo mismo. Se comprende al movimiento-forma y a lo que no es movimiento-forma, como lo que es de algún modo estructurado también. El ámbito de esta sala tiene su complemento, que no es esta sala, que es todo aquello que esta sala no es y que la complementa. Lo que no es esta sala no es la nada. Si la complementa es su complemento: la completa. Pero me doy cuenta que tanto esta sala como su complemento están relacionados en una estructura mayor que los comprende a ambos. Entiendo, entonces, que esto que es la sala y aquello que es el complemento de la misma, se relacionan en una estructura mayor que los subsume o los asume y los comprende, identificándolos como igualmente complementarios.

Duodécimo: Ver en uno y todo, lo mismo. Nuevo salto con el uno y el todo. Se observa que el mundo y por consiguiente la conciencia y cada cosa, son en la raíz (e independientemente de los fenómenos particulares), lo mismo.

¿Se acuerdan cuando al principio hablábamos de aquellos que nos decían: “lo interior es lo mismo que lo exterior”? Parece que así es, pero esto lleva un largo trabajo de comprensión.

Se observa que el mundo y por consiguiente la conciencia y cada cosa, son en la raíz (e independientemente de los fenómenos particulares que separan a la conciencia de las cosas y a las cosas entre sí) como última reducción: lo mismo. Es como si dijéramos aquí que la sustancia (aunque no es ese el nivel conceptual que le corresponde) de todo en el universo: de la mente, del átomo y de las galaxias, fuera la misma. O que todo estuviera construido por la misma sustancia, no, obstante la diversidad de los fenómenos, las características accidentales que los fenómenos van teniendo en su evolución. Es como si dijéramos que el mundo es monista y no dualista. Es como si dijéramos que se trata de lo mismo, pero en última reducción, porque obviamente no es todo lo mismo en el mundo fenoménico en el que nos movemos. No podemos comparar el micrófono con una persona, ¿no es cierto?

Todo lo dicho hasta aquí no puede experimentarse por el simple discurrir, ni se lo puede intuir cabalmente con tecnicismos filosóficos o lingüísticos, claro que no. Pero de algún modo tenemos que comunicarnos y así hemos tratado de hacerlo, con palabras.

Se pueden meditar estos pasos haciendo desarrollos, sacando consecuencias laterales, consecuencias que pueden tener posibilidades abrumadoras. Porque no se trata de andar siguiendo la línea simplemente, de la meditación trascendental de un modo mecánico paso por paso, sino tal vez (para los que les interesa por supuesto) tener en cuenta los pasos y explotar las posibilidades enormes que puede tener cada uno. El simple primer paso del "aprender a ver", puede ser muy desarrollado y muy explorado para una mente suficientemente inquisidora, investigadora.

Pensamos que aun la existencia de lo divino, o como se lo quiera llamar, puede descubrirse por esta vía. O no descubrirse. De todas maneras, se llegue así a una religión interior, o no se llegue, la meditación trascendental eleva el nivel general de comprensión del ser humano. Las experiencias que de ella se extraigan no permanecerán encerradas en unas pocas mentes meditadoras, sino que seguramente se traducirán más tarde o más temprano, al hombre sufriente y existente. Y él obtendrá sus frutos, porque le corresponde en justicia objetiva y en dignidad objetiva, por el hecho de haber sido creado, maravillosamente, a imagen del universo.


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Meditación Trascendental - Explicación - H. van Doren - http://omarpal.blogspot.com.ar/2009/07/meditacion-trascendental-explicacion-h.html

Meditación Trascendental - Introducción - H. van Doren - http://omarpal.blogspot.com.ar/2009/07/meditacion-trascendental-introduccion-h.html

Meditación Trascendental - Primera Conferencia - H. van Doren - http://omarpal.blogspot.com.ar/2009/07/meditacion-trascendental-primera.html

Meditación Trascendental - Segunda Conferencia - H. van Doren - http://omarpal.blogspot.com.ar/2009/07/meditacion-trascendental-segunda.html

Meditación Trascendental - Tercera Conferencia - H. van Doren -

Meditación Trascendental - Cuarta Conferencia - H. van Doren - http://omarpal.blogspot.com.ar/2009/07/meditacion-trascendental-cuarta.html


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Meditación Trascendental - H.van Doren
Es propiedad del autor
Editorial Transmutación
Inscripción Nº 40.946
Impreso en Chile

Se terminó de imprimir
el 19 de enero de 1973
Sociedad Impresora Camilo Henríquez Ltda.
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