Diosa del billar, de los que creen,
en las carambolas de la intencionalidad.
Diosa de la imperfección,
de calles de tierra, y chapas de cinc.
Diosa de la cumbia, del vino en cajita,
y coca con fernet.
Diosa del caos, que transforma todo
en un abrir y cerrar.
Diosa de amor fugaz,
de noche de transpiración,
en hotel de Once, sin refrigeración.
Diosa de los sueños, diosa del futuro,
de días utópicos, que de tanto sueño, se hacen realidad.
Diosa de la playa, que murmulla al oído,
de días eternos e infinitos mundos.
Diosa del Billar que ninguna hoguera podrá callar.
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