"... Está claro que la palabra "muerte" debe ser tomada aquí en su sentido
más general, según el cual podemos decir que todo cambio de estado, sea
cual sea, es a la vez una muerte y un nacimiento, según se lo considere
de una parte o de otra:
muerte con respecto al estado precedente,
nacimiento con respecto al estado consecuente.
La iniciación es
generalmente descrita como un "segundo nacimiento", lo que en efecto es;
pero este "segundo nacimiento" implica necesariamente la muerte
al mundo profano y lo sigue en cierto modo inmediatamente, puesto que
no hay aquí, propiamente hablando, sino dos caras de un mismo cambio de
estado.
En cuanto al simbolismo del rito, estará naturalmente basado en
la analogía existente entre todos los cambios de estado;
en razón de
esta analogía, la muerte y el nacimiento en sentido ordinario simbolizan
la muerte y el nacimiento iniciáticos, siendo las imágenes que les son
prestadas transpuestas por el rito a otro orden de realidad.
Cabría
indicar especialmente, a este respecto, que todo cambio de estado debe
ser considerado como cumpliéndose en las tinieblas, lo que explica el
simbolismo del color negro en relación a esto:
el candidato a la
iniciación debe pasar por la oscuridad completa antes de acceder a la
"verdadera luz".
Es en esta fase de oscuridad donde se efectúa lo que es
denominado el "descenso a los Infiernos", del cual hemos hablado más
ampliamente en otro estudio ("El esoterismo de Dante"):
es, podría
decirse, como una especie de "recapitulación" de los estados
precedentes, mediante el cual las posibilidades referidas al estado
profano serán definitivamente agotadas, a fin de que el ser pueda desde
entonces desarrollar libremente las posibilidades de orden superior que
lleva en él, y cuya realización pertenece propiamente al dominio
iniciático..."
______________________________________________________________________
Extraído de Tradición Perenne (Sophia Perennis) en Facebook
______________________________________________________________________
.