martes, 5 de noviembre de 2019

Hay una tierra - Hafez de Shiraz


Vuelve al jardín la fortuna de tiempos de juventud,
el ruiseñor de dulce voz recibe de la rosa la buena nueva.


Oh céfiro, por mí saluda a las plantas de olor, al ciprés
y la rosa, si llegas a las púberes hierbas de la pradera.

Si entonces aparece el joven mago, vendedor de vino,
trocaré mis pestañas en escoba del umbral de la taberna.

¡Oh, tú, que de ámbar puro en tu cara de luna pintas un mazo,
no siembres de inquietud mi desorientación y pena!

Temo que aquellos que se ríen de los que beben posos
pierdan la fe en la labor de las tabernas.

Sé compañero de los hombres de Dios, que en el arca de Noé
hay una tierra que un diluvio ni una gota de agua considera.

Sal de la casa giratoria y pan no pidas,
que esta tacaña mata al final al que invitado era.

No sabrás ni un detalle de los misterios de la existencia,
mientras no estés desorientado en el círculo de la existencia.

¿Es necesario llevar hasta el cielo el palacio?
Para todos, el lecho es al final un puñado de tierra.

Oh luna de Canán, el trono de Egipto ya posees,
hora es de despedirse de la cárcel y salir de ella.

No sé qué intenciones escondes en la punta del bucle
que tu pelo agitado a almizcle perfumea.

Oh Hafez, bebe vino, sé alegre, entrégate a la bohemia,
mas el Corán en trampa de hipócritas no conviertas.
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sábado, 26 de octubre de 2019

Romance del conde Arnaldos - Anónimo español - c. 1500


Quién hubiese tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de San Juan!


Con un falcón en la mano
la caza iba a cazar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.


Las velas traía de seda,
la ejercía de un cendal,
marinero que la manda
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar,
los peces que andan nel hondo
arriba los hace andar,
las aves que andan volando
nel mástil la faz posar.


—Galera, la mi galera,
Dios te me guarde de mal,
De los peligros del mundo
sobre aguas de la mar,
de las fustas de los moros,
que andaban a saltear—.


Allí habló el conde Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:


—Por Dios te ruego, marinero,
dígasme ora ese cantar.—


Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:


—Yo no digo esta canción
sino a quien conmigo va.


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Extraído de:
https://ciudadseva.com/texto/romance-del-conde-arnaldos/
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jueves, 17 de octubre de 2019

El último encuentro (Fragmento) - Sándor Márai


"... Uno también construye lo que le ocurre.

Lo construye, lo invoca, no deja escapar lo que le tiene que ocurrir.


Así es el hombre. Obra así incluso sabiendo o sintiendo desde el principio, desde el primer instante, que lo que hace es algo fatal.


Es como si se mantuviera unido a su destino, como si se llamaran y se crearan mutuamente.


No es verdad que la fatalidad llegue ciega a nuestra vida, no. La fatalidad entra por la puerta que nosotros mismos hemos abierto, invitándola a pasar...".

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Extraído del muro de Silvia Alziéu en Facebook
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Los sanadores son personas heridas - Claudio Naranjo


"... Los sanadores son personas heridas que aprenden a curarse a sí mismas y al aprender a recuperar su salud adquieren la capacidad de curar a otros. Es un proceso espontáneo y natural.

La vocación de ser sanador es muy parecida a la vocación de enfermarse, pues tiene que ver con la vocación del descontento, de no conformarse con lo que otros se conforman.

Un sanador es alguien que siente demasiado sus heridas. Todos nacemos heridos, por el impacto de nacer al mundo.

La mayor parte de la gente se adapta, pero el sanador es el extremo contrario: tiene demasiado contacto con su experiencia.

Y ese descontento lo lleva a que no le quede otra opción que arreglarse el alma encontrando en ese camino cosas que otros no encuentran...".


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 Extraído del muro de Carmen R Carruca en Facebook
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domingo, 13 de octubre de 2019

Advaita - No-Dualidad - José Díaz Faixat


"... En la tradición advaita o no dualista, se realiza una triple y paradójica afirmación: el Ser absoluto es real, el universo es ilusorio, el Ser absoluto es el universo.

Con ello se trata de sugerir que los fenómenos son reales cuando se los experimenta como formas fugaces del eterno Sí mismo, pero ilusorios si se los comprende como entidades separadas del Yo infinito.

Lo que se niega, pues, es que el mundo sea real en si mismo, pero no que el mundo sea real como expresión del único Yo inmutable.

Es decir, lo ilusorio no es el universo en sí, sino nuestra percepción dual del universo como realidad objetiva y ajena al Sí mismo...".


 Advaita - Ad=No, Vaita=Dualidad - No-Dualidad 
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Svetaketu - Chandogya Upanishad


Cuando Svetaketu tuvo doce años, fue mandado a un maestro, con el que estudió hasta cumplir los veinticuatro. Después de aprender todos los Vedas, regresó al hogar lleno de presunción en la creencia de que poseía una educación consumada, y era muy dado a la censura.

Su padre le dijo: – Svetaketu, hijo mío, tú que estás tan pagado de ciencia y tan lleno de censuras, ¿has buscado el conocimiento por el cual oímos lo inaudible, y por el cual percibimos lo que no puede percibirse y sabemos lo que no puede saberse?

– ¿Cuál es este conocimiento? – le preguntó a su padre

Su padre le dijo: – como conociendo un terrón de arcilla se conoce todo lo que está hecho de arcilla, pues la diferencia es sólo en el nombre, pero la verdad es que todo es arcilla, así es el conocimiento que, una vez adquirido, nos hace saberlo todo

– Pero sin duda esos venerables maestros míos ignoran este conocimiento; pues, si lo poseyesen, me lo habrían comunicado. ¿Puedes darme tu ese conocimiento?

– Así sea -contestó el padre … Y dijo-: Tráeme un fruto del árbol del nyagrodha

– Aquí está, padre

– Rómpelo, ¿qué ves ahí?

– Unas simientes pequeñisimas

– Rompe una, ¿qué ves ahí?

– Nada.

El padre dijo: – Hijo mío, en la esencia sutil que no percibes ahí, en esa esencia está el ser del enorme árbol. en eso que es la sutil esencia, todo lo que este tiene su yo. Eso es lo Verdadero, eso es el Yo, y tú eres eso.

– Por favor, padre -dijo Svetaketu-, dime más.

– Esta bien -respondió el padre- y dijo: – Pon esta sal en agua, y vuelve mañana por la mañana.

El hijo cumplió lo mandado y, a la mañana siguiente, el padre dijo: -Tráeme la sal que pusiste en el agua. Svetaketu no pudo encontrarla; pues la sal se había disuelto.

Su padre le dijo: -Prueba el agua de la superficie de la vasija. ¿Cómo es?

– Salada.

– ¿Prueba del medio y prueba del fondo, ¿cómo es?

– Saladas.

El padre le dijo: -Tira el agua y vuelve.

La sal no se perdió, pues la sal existe para siempre.

Entonces dijo su padre: -Ahí igualmente, en ese cuerpo tuyo, no percibes lo Verdadero; pero ahí está realmente. En eso que es la esencia sutil, todo lo que existe tiene su yo. Eso es


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 Extraído de: https://dadlimuh.wordpress.com/2017/05/18/svetaketu/
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lunes, 8 de julio de 2019

Arenga en contra del carácter alienante del trabajo - Charles Bukowski


La condición existencial del trabajo es paradójica. Por un lado, el discurso de la normalidad dicta que es necesario trabajar para vivir, trabajar para ganar el dinero que nos permita sostener una vida, trabajar para emplear nuestro tiempo y nuestra energía en algo productivo. Pero, desde otra perspectiva, parece pertinente citar el título de la novela de Milan Kundera y decir que “la vida está en otra parte”. Si es cierto que el ser humano está llamado a realizarse, a ser más que los confines que lo limitan, quizá el trabajo no sea la mejor manera de conseguirlo.

A mediados de la década de 1980, Charles Bukowski se encaminaba ya a los 70 años. Para entonces era, irónicamente, un autor respetado, un escritor que de las márgenes del vagabundeo y la vida desenfrenada se asentó en el canon de la literatura estadounidense, no con plena comodidad, pero había ganado ese lugar y lo defendía con suficiencia.

A esa época pertenece la carta que ahora compartimos. Grosso modo, se trata de una disertación en torno al trabajo y sus consecuencias sobre el ser humano —así, casi filosóficamente. Bukowski eligió este tema porque el destinatario fue John Martin, publicista de Black Sparrow Press que en 1969 le hizo una proposición extraordinaria: le pagaría 100 dólares mensuales con tal de que Bukowski renunciara a su trabajo y se dedicara únicamente a escribir. Bukowski, que llevaba casi 15 años trabajando como cartero para el servicio postal de Estados Unidos, aceptó de inmediato y un par de años después entregó a Black Sparrow Press su primera novela: Post Office (traducida como Cartero en español).

¿Un golpe de suerte? Probablemente. Quizá tan importante como tener el talento suficiente para responder a eso. O, por lo menos, el deseo de hacerlo.




12 de agosto de 1986
Hola, John:

Gracias por la carta. A veces no duele tanto recordar de dónde venimos. Y tú conoces los lugares de donde yo vengo. Incluso las personas que intentan escribir o hacer películas al respecto, no lo entienden bien. Lo llaman “De 9 a 5”. Sólo que nunca es de 9 a 5. En esos lugares no hay hora de comida y, de hecho, si quieres conservar tu trabajo, no sales a comer. Y está el tiempo extra, pero el tiempo extra nunca se registra correctamente en los libros, y si te quejas de eso hay otro zoquete dispuesto a tomar tu lugar.

Ya conoces mi viejo dicho: “La esclavitud nunca fue abolida, sólo se amplió para incluir todos los colores”.

Lo que duele es la pérdida constante de humanidad en aquellos que pelean para mantener trabajos que no quieren pero temen una alternativa peor. Pasa, simplemente, que las personas se vacían. Son cuerpos con mentes temerosas y obedientes. El color abandona sus ojos. La voz se afea. Y el cuerpo. El cabello. Las uñas. Los zapatos. Todo.

Cuando era joven no podía creer que la gente diera su vida a cambio de esas condiciones. Ahora que soy viejo sigo sin creerlo. ¿Por qué lo hacen? ¿Por sexo? ¿Por una televisión? ¿Por un automóvil a pagos fijos? ¿Por los niños? ¿Niños que harán justo las mismas cosas?

Desde siempre, cuando era bastante joven e iba de trabajo en trabajo, era suficientemente ingenuo para a veces decirle a mis compañeros: “¡Eh! El jefe podría venir en cualquier momento y echarnos, así como así, ¿no se dan cuenta?”.

Ellos lo único que hacían era mirarme. Les estaba ofreciendo algo que ellos no querían hacer entrar a su mente.

Ahora, en la industria, hay muchísimos despidos (acererías muertas, cambios técnicos y otras circunstancias en el lugar de trabajo). Los despidos son por cientos de miles y sus rostros son de sorpresa:

“Estuve aquí 35 años…”.

“No es justo…”.

“No sé qué hacer…”.

A los esclavos nunca se les paga tanto como para que se liberen, sino apenas lo necesario para que sobrevivan y regresen a trabajar. Yo podía verlo. ¿Por qué ellos no? Me di cuenta de que la banca del parque era igual de buena, que ser cantinero era igual de bueno. ¿Por qué no estar primero aquí antes de que me pusiera allá? ¿Por qué esperar?

Escribí con asco en contra de todo ello. Fue un alivio sacar de mi sistema toda esa mierda. Y ahora estoy aquí: un “escritor profesional”. Pasados los primeros 50 años, he descubierto que hay otros ascos más allá del sistema.

Recuerdo que una vez, trabajando como empacador en una compañía de artículos de iluminación, uno de mis compañeros dijo de pronto: “¡Nunca seré libre!”.

Uno de los jefes caminaba por ahí (su nombre era Morrie) y soltó una carcajada deliciosa, disfrutando el hecho de que ese sujeto estuviera atrapado de por vida.

Así que la suerte de, finalmente, haber salido de esos lugares, sin importar cuánto tiempo tomó, me ha dado una especie de felicidad, la felicidad alegre del milagro. Escribo ahora con una mente vieja y con un cuerpo viejo, mucho tiempo después del que la mayoría creería en continuar con esto, pero dado que empecé tan tarde, me debo a mí mismo ser persistente, y cuando las palabras comiencen a fallar y tenga que recibir ayuda para subir las escaleras y no pueda distinguir un azulejo de una grapa, todavía sentiré que algo dentro de mí recordará (sin importar qué tan lejos me haya ido) cómo llegué en medio del asesinato y la confusión y la pena hacia, al menos, una muerte generosa.

No haber desperdiciado por completo la vida parece ser un logro, al menos para mí.

Tu muchacho,

Hank..".


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 Extraído de: https://pijamasurf.com/2014/09/una-diatriba-contra-el-trabajo-la-carta-de-bukowski-al-hombre-que-le-pago-por-escribir/
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lunes, 24 de junio de 2019

Divinidades Matriarcales - Silo


"... Algunos comentarios incluidos en una carta personal de Silo a Karen, julio 2004.

"Sobre las divinidades matriarcales, cuando el cuadro está completo, no faltan nunca los animales y también siempre se insinúan los nacimientos. A veces de modo directo, como una madre tectónica (de las profundidades) que está sentada en un trono de dos leones dando a luz a su niño; a veces de modo indirecto, como esa divinidad Lidia (de la antigua Turquía) que está paradita facetada en cuatro caras cubiertas cada una con diferentes animales esculpidos y en la parte media aparece cubierta de senos para amamantar a los “hijos” animales.

Ella tiene los atributos de la Astarté Frigia, de la Afrodita griega y de la Artemisa pre griega. Estas madres, como algunas divinidades de la región del Indo pre cerámico, están en las grutas paleozoicas (también en el Tamilnado). La lista es enorme desde las madres negras y las “venus” mediterráneas (casi sin cabeza y sin miembros), hasta la estilizada “protectora de la vida” en una gruta de la que mana un arroyo y que parece cuidar a un ciervo. Antes de la fusión de los metales, se trabajaba el cobre, el oro y la plata que se encontraban en la superficie de los terrenos y que golpeándolos se terminaba por conseguir laminarlos y luego repujarlos.

Hace aproximadamente 10.000 años se fundió el cobre y hace 8.000 se entró en la edad del bronce al agregar al cobre algo de zinc o de arsénico; finalmente hace menos de 4.000 años se entró en la edad de hierro. La cerámica más antigua encontrada (más bien barro cocido que cerámica como tal), data de 12.000 años en Japón, y el vidrio en épocas del Egipto pre dinástico data de 5.500 años. Quiero decir que la aceleración de la era neolítica (que abarca los últimos 10.000 años) nos entrega la cerámica, el vidrio y los metales fundidos. Todo ello gracias al horno, pero el “cuenco” de fuego, el de hace cientos de miles de años, es el que prepara todo el escenario necesario para que luego vayan pasando en orden los diferentes actores históricos de la era neolítica que, por lo demás, permite la escritura, la domesticación de los animales y los vegetales, y los primeros asentamientos urbanos en el Indo, en China, en la Mesopotamia y el Mediterráneo oriental (incluida la civilización Cretense, la de Anatolia, la Egipcia y la del norte de Africa).

Todo ello va a surgir de la tecnología más elemental del horno (por supuesto de la conservación y producción del fuego) y de la estructuración social matriarcal. Son los últimos 10.000 años los que muestran el cambio veloz en usos , habitos, costumbres y modos de vida… no está mal, pero hay en el origen de esta nueva rota una ruptura que nunca pudo ser transferida, que nunca pudo ser rellenada y tal situación mental y psicosocial también se está acelerando sin solución.

Al hablar de esto no estoy diciendo que haya que retroceder 10.000 años sino, por lo contrario, que hay que desbloquear y transferir contenidos colectivos del sustrato matriarcal y ponerlos a disposición de la imaginería colectiva. No en vano hasta los cristianos advirtieron la importancia de la “virgen madre” (siguiendo la línea de Isis y Proserpina) y trataron de convertirla en “mediadora” con el Dios patriarcal (con lo cual, opuestamente a lo esperado, se profundizó la brecha)… pero esto nos lleva muy lejos y solo quería destacar la antigüedad histórica y la profundidad de las grutas matriarcales donde brilla el fuego sagrado base de toda civilización y de todo progreso espiritual."

Publicado en 2004, Comentarios en una carta de Silo a Karen, Del fuego...".

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Extraído del muro de Manuel Hidalgo en Facebook - Álbum de fotos - 104 fotos nuevas del álbum VENUS. Sobre las divinidades matriarcales - a través de Daniel Santiago Domínguez
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miércoles, 12 de junio de 2019

Sobre la Vocación - José Ortega y Gasset


"... El impulso vocacional brota de un fondo insobornable. Una mirada quieta y fija sobre nosotros.

Por ser lo más profundo, este fondo incorruptible suele ser ignoto, incluso para uno mismo. Conocerlo supone una buena dosis de valiente decisión, entrenamiento, silencio y soledad.

Este fondo es el que sostiene y lleva la vida. Es posible negar la existencia de este fondo, pero él inconmovible como mirada quieta y fija, permanece allá abajo, sentenciando y susurrando su palabra enérgica y a la vez tenue.

El fondo parece tener voz. Dicha voz incita a hacer ciertos quehaceres y buscar ciertos objetos en el mundo.

Pero estos quehaceres y objetos aún no son conocidos, ni siquiera es seguro que sean encontrados.

Sin embargo el fondo insobornable pareciera ya conocerlos de antemano.

Se experimenta a este fondo insobornable como anterior al propio vivir, como si fuera él quien impulsara la vida. El fondo insobornable es "el tiempo a la espalda del tiempo".

El fondo se muestra como base, como voz y raiz de toda vocación, como fuente de posibilidades y como imperativo...".

"... La vocación es proyecto concreto de quehaceres, potencial de actos, programa determinadisimo de existencia, personaje intimo que brega por realizarse, programa vital ofrecido a la libertad, perfil de conducta, imperativo de ocupación originaria e incoercible.

Vocación es misión y tarea. Ella comprehende todos los órdenes e instantes de la vida. Llegar a ser el que eres, desde este si-mismo más radical todo adquiere su adecuada colocación. Se trata de un destino.

El verdadero Destino es nuestro ser mismo. Lo que fundamentalmente nos pasa es ser el que somos. "Lo que nos falta nos sostiene"...".

"... La vocación podemos seguirla o no. Cuando no lo hacemos violentamos nuestra vida, convirtiéndola en falsa, en inauténtica, negándonos a nosotros mismos. Nuestro destino habrá fracasado, y con él nosotros...".

José Ortega y Gasset
Fragmentos de estudios sobre Velásquez, Goya y Goethe

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domingo, 26 de mayo de 2019

Mirando la luna - Zhang Jiuling


"... Mirando la luna

Sobre el mar crece

una luna de satín.

Los dos la contemplamos

desde extremos diversos.

Triste, lamento

la noche tan larga

y me acuerdo de ti.

Apago el farol:

prefiero la luz de la luna.

Me pongo el capote y salgo.

Siento el rocío que nos moja.

Me duele no poder atrapar

un rayo de luz y ofrecértelo.

Regreso y me tiendo en el lecho.

Quizás pueda verte en el sueño...".




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Extraído del muro de Nelida Rodríguez en Facebook
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sábado, 20 de abril de 2019

Un Canto a la Vida - Jiddu Krishnamurti


PREFACIO DEL AUTOR

La consecución de la Verdad es una experiencia absoluta, final. Yo me he formado de nuevo conforme a la Verdad. No soy poeta; he intentado sencillamente poner en palabras mi modo de realizarla.
Krishnamurti

I
Haz de tu deseo el deseo del mundo;
Haz el amor del mundo, de tu amor.
En tus pensamientos lleva al mundo a tu mente;
En tus actos deja al mundo contemplar tu eternidad.

Podrás extraer toda el agua de la fuente,
Más no podrás saciar la sed de tus deseos.
Tu corazón podrá gozar en la flor de sus amores,
Pero a la llegada de la muerte la flor se extinguirá.
Tus pensamientos podrán volar a altísimos designios,
Pero en la ansiosa lucha aprisionados quedarán.

Como flecha lanzada por un potente brazo,
Deja que en las entrañas de lo eterno
Penetre a fondo tu determinación.
Cual corre el torrente de la montaña, puro en su curso vertiginoso,
Deja a tu mente que ansiosa busque la libertad.

Despertada del corazón del amor,
Mi voz es la voz de la sabiduría,
Nacida del infinito dolor.

II
¿Quién puede decir si tu corazón es limpio?
¿Quién puede decirte si tu mente es pura?
¿Quién puede ofrendarte la fruición de tu deseo?
¿Quién puede curarte del ardoroso afán de satisfacción?

¿Se te dará comprensión,
O te será mostrada la senda del amor?
¿Escaparás del temor que los hombres llaman muerte?
¿Puedes apartar de ti el dolor de la soledad,
O alejarte del grito de aflicción?
¿Puedes ocultarte tras la risa de la música,
O abandonarte en fáciles alegrías?

La sabiduría ha de nacer del entendimiento.
Ella lanza su voz
En el páramo de la completa confusión.

Un hombre contempló la danza de las sombras
Y fue en busca del origen de tanta belleza.

¿Puede morir la Vida?
Mira en el ojo de tu prójimo.

El valle está oculto bajo el manto de una nube,
Pero, serena, la cumbre se levanta
En contemplación del claro firmamento.

A orillas de un sagrado río
Un peregrino repite la letanía de un salmo,
Y enclaustrado en apacible templo,
Un hombre de rodillas musita una oración.
Pero, mirad, bajo el pesado polvo del verano
Dormita una hoja verde.

¿Quien te libertará de tu prisión
O rasgará el velo de tus ojos?
Por la ladera de la montaña
Sube un sendero pausadamente,
Más, ¿quién cargará contigo sobre sus hombros?

Vi a un cojo que hacia mí venía,
Y lágrimas derramé de tristes recuerdos.

En la honda lejanía
Sostiene el firmamento una estrella solitaria.

III
El fin está en el principio de todas las cosas,
Suprimidas y ocultas,
Esperando ser libertado por el ritmo
Del placer y el dolor.

Detenido en la agonía del Tiempo,
Contrecho por la secreta fuerza del crecimiento,
Oh Amado,
El Yo del cual tú eres el todo,
Busca la senda del éxtasis iluminado.

Modelado en la poesía del ritmo,
Reuniendo las riquezas que produce la vida,
Oh Amado,
El Yo del cual tú eres el todo,
Traza su senda hacia el corazón de todo lo creado.

En el secreto santuario del deseo,
Por las reconditeces del amor envolvente,
Oh Amado,
El Yo del cual tu eres el todo,
Danza a la canción de la Eternidad.
Por el visible e invisible infinito,
En la rueda de muerte y nacimiento,
Oh Amado,
El Yo del cual tu eres el todo,
Tiende un puente sobre los abismos que separan.

Abstraído en ferviente adoración,
Alucinado por las vanas pesquisas del pensamiento
Oh Amado,
El Yo del cual tu eres el todo,
Se esta fundiendo en lo Incorruptible.

Como siempre, oh Amado,
El Yo es sin cesar el todo.

IV
Escucha, oh amigo,
Vengo a hablarte del secreto perfume de la Vida.

La Vida no tiene filosofía,
Ni sutiles sistemas ideológicos.

La Vida no tiene religión,
Ni adoración en lóbregos santuarios.

La Vida no tiene Dios,
Ni el fardo de misterios tenebrosos.

La Vida no tiene morada,
Ni el agudo tormento de la decrepitud.

La Vida no tiene placer, ni pena,
Ni la perversión del amor exigente.

La Vida no es bien ni mal,
Ni el oscuro castigo del indolente pecado.

La Vida no da consuelo,
Ni descansa en los altares del olvido.

La Vida no es materia ni es espíritu,
Ni hay en ella
La cruel división de la acción y la inacción.

La Vida no tiene muerte,
Ni el vacío de soledad en la sombra del Tiempo.

Libre es el hombre que vive en lo Eterno,
Porque la Vida es.

V
Mil ojos con mil miradas,
Mil corazones con mil amores,
Soy yo.

Como la mar que recibe
Los limpios e impuros ríos
Sin notarlo,
Así soy yo.

Hondo es el lago de la montaña,
Clara es el agua del surtidor,
Y la secreta fuente de las cosas, mi amor.

Oh, ven, acercare y prueba mi amor.
Entonces, como se abre el loto en la tarde apacible,
Descubrirás el deseo secreto de tu corazón.

El aroma del jazmín satura el aire de la noche,
Y de la honda floresta
Llega el grito de un día que se muere.

La Vida de mi amor es manumisa,
El logro de esta Vida
Es la libertad de la realización.

VI
El amor es su propia divinidad.
Si le siguieras,
Desechando la pesada carga
De una mente sagaz,
Libre estarías del miedo
Del amor impaciente.

El amor no esta limitado
Por el tiempo, ni por el espacio,
Ni por las cosas áridas de la mente.
Pero ese amor deleita en el corazón
De aquel que con provecho ha experimentado
La confusión de las pesquisas del amor.

El Yo, el Amado,
Es la inmortalidad del amor,
La belleza escondida en todo lo creado.

Oh, ¿por qué necesitas buscar más aun?
¿Por que ir más lejos, amigo?
La jornada sin fin de la Vida
Está en el polvo del amor sencillo.

VII
Ama la Vida.
Ni el principio ni el fin saben
De qué causa proviene;
Pues no tiene ni principio ni fin.
La Vida es.

En la realización de la Vida no hay muerte,
Ni el dolor de las grandes soledades.
La voz melodiosa, el grito de desconsuelo,
La risa, y el lamento de aflicción,
No son más que la Vida que camina a su colmo.

Mira en los ojos de tu prójimo
Y únete con la Vida;
Allí está la inmortalidad,
La Vida eterna, inalterable.

La penosa carga de la duda
Y el aislado temor de la soledad
Son para aquél que no ama la Vida;
Para él no hay más que muerte.

Ama la Vida,
Y tu amor no sabrá de corrupción.
Ama la Vida, y tu juicio te sostendrá.
Ama la Vida, y no te desviarás
Del sendero de comprensión.

Cual los campos de la tierra están divididos,
El hombre hace divisiones en la Vida,
Creando así el dolor.

No rindas culto a los antiguos dioses
Al pie de altares con incienso y flores;
Ama la Vida con gran júbilo;
Grita en el éxtasis de la alegría.
No hay nada que embarace la danza de la Vida.

Yo soy de esa Vida, libre, inmortal,
El Origen Eterno.
Y esa Vida es la que canto.

VIII
No busques el perfume de un solo corazón,
Ni mores en su fácil bienestar,
Porque allí dentro habita
El miedo de la soledad.

Yo lloré,
Porque vi
La soledad de un único amor.

En la danza de las sombras
Se desmaya una flor.

La adoración de muchos en el uno
Conduce a la tristeza,
Pero el amor del uno en muchos
Es venturanza eterna,

IX
¡Cuán fácilmente
El apacible estanque es perturbado
Por el viento que pasa!

No, amigo,
No busques tu felicidad
En las cosas fugaces.

Hay tan solo un camino;
Ese camino está en ti mismo,
A través de tu propio corazón.

X
Un sueño nace de una multitud de anhelos.
Cuando la mente está apacible,
No perturbada por el pensamiento;
Cuando el corazón se siente casto
Desbordante de amor incorruptible,
Descubrirás entonces,
Oh amigo,
Un mundo allende la ilusión de las palabras.

Allí dentro está la unión de toda Vida,
Allí dentro está el manantial silente
Que sustenta los mundos oscilantes.

En ese mundo, no hay cielo ni infierno,
Ni el pasado, el presente ni el futuro,
Ni la decepción del pensamiento,
Ni los suaves murmullos del amor moribundo.

Oh, busca ese mundo
Donde la muerte no danza en sus éxtasis sin sombra,
Donde las manifestaciones de la Vida
Son como imágenes que el lago refleja.

En torno tuyo está
Y fuera de ti no existe

XI
Cual del profundo seno de una montaña
Nace un inquieto y alegre manantial;
Así, de la honda tortura de mi alma
Ha surgido el amor divinal:
El perfume del mundo.

Por los soleados valles corren las aguas
Precipitándose de lago en lago -
Errantes siempre, jamás en calma;
Así está mi amor,
Vaciándose él mismo de corazón en corazón.

Como las aguas corren tristemente
Por un oscuro valle cavernoso,
Así ha fluido mi amor, lánguidamente,
Por el fácil deseo ignominioso.

Como los grandes arboles son destruidos
Por la fiera embestida de las aguas,
Cuya propia virtud hubo nutrido
Las profundas raíces y la savia,
Así mi amor desgarró violentamente
El corazón, de su existencia grata.

Yo he destrozado la propia roca donde crecí.

Y como el manso y anchuroso río
Ora se escapa al bullicioso mar,
Cuyas aguas no conocen cautiverio,
Así es mi Amor,
En lo perfecto de su libertad.

XII
¡Oh, regocíjate!
El trueno retumba entre las montañas
Y largas hileras de nubes sombrías
Encubren la alfombra del valle esmeralda.

Las lluvias
Renuevan en verdes retoños
Los brotes resecos ayer marchitados.
Y un águila altiva construye su nido
Arriba entre rocas, sobre los picachos.

Con la Vida todas las cosas son magnas.

Oh amigo,
La Vida llena el universo.
Tu y yo somos uno
Por siempre en lo Eterno.

La Vida, como las aguas,
A reyes y mendigos sustenta por igual...
Para el rey es la copa dorada,
Para el pordiosero, el vaso de arcilla
Que salta en pedazos en el manantial.

Tanto el rey como el mendigo
Estiman su vaso con el mismo afán.

Existe el retraimiento,
El temor a la soledad,
El dolor de un día agonizante,
De una nube que pasa, la tristeza.

Y así de amor la Vida desprovista
Vaga de casa en casa,
Y ninguno proclama su belleza.

De la roca de granito
Surge la esculpida imagen,
La cual los hombres adoran
Juzgándola venerable.
Sin embargo pisotean
Las rocas en el camino
Al templo de sus afanes.

Oh amigo,
La Vida llena el universo.
Tú y yo somos uno
Por siempre en lo Eterno.

XIII
Escudriña la secreta pretensión de tu deseo;
Entonces no vivirás en la ilusión.

¿Que puedes conocer de felicidad,
Si no has caminado por el valle de aflicción?

¿Que puedes comprender de libertad,
Si no has clamado contra tu propia esclavitud?

¿Que es lo que puedes saber de amor,
Si de las complicaciones del amor
No has intentado manumisión?

En las horas oscuras de una noche apacible,
He visto los capullos florecer.

XIV
¿Lleva, en su plenitud, la gotita de agua
Al torrente impetuoso
O las aguas rutilantes de hondo lago?

¿Nutre, en su soledad, la gota henchida
Al árbol solitario en la colina?

En su noble descenso, ¿crea una gota
La dulce melodía de las aguas?

¿Calma la sed ardiente la gota de agua,
En su fresca pureza?

Ignorantes son aquellos que persiguen
Las sombras del yo en la Vida,
Y por vagar en las sendas del esclavo
La Vida los esquiva.

¿Para qué, pues, la lucha
En la soledad de la desunión?
En la Vida no hay ni tu, ni yo.

XV
No tengo nombre,
Soy como la fresca brisa de los montes;
No tengo asilo,
Soy como las aguas sin abrigo;
No tengo santuarios cual los dioses misteriosos,
Ni estoy en la sombra de los templos solemnes;
No tengo sagradas escrituras,
Ni estoy sazonado en la tradición.

No estoy en el incienso
Que sube a los altares,
Ni en la pompa de las grandes ceremonias;
Tampoco estoy en la dorada imagen,
Ni en el sonoro canto de una voz melodiosa.

No estoy limitado por teorías,
Ni corrompido por creencias;
No soy esclavo de las religiones,
Ni de la pía asistencia
De sus sacerdotes;
No soy engañado por filosofías,
Ni el poder de sus sectas me da nombre.

No soy humilde ni conspicuo,
Ni apacible, ni violento;
Yo soy el Adorador y el Adorado,-
Yo soy libre.

Mi canción es la canción del río
En su anhelo por los mares inmensos
Divagando, divagando.

¡Yo soy la Vida!

XVI
No ames tan solo la hermosa rama,
Ni grabes su imagen en tu corazón.
El tiempo la corrompe.

Ama el árbol
Entonces amarás la rama hermosa,
Y la hoja, sea tierna o ya marchita,
El tímido capullo, la abierta flor,
El pétalo caído y la copa que oscila:
La sombra generosa de consumado amor.

Oh ama la Vida en toda su grandeza.
¡La Vida no conoce corrupción!

XVII
La tristeza prontamente se disipa,
Y las lágrimas limitan el placer.
Tan solo aquellos de mirar sereno
Recordarán las profundas heridas
De sus suspiros pasajeros

La tristeza es la sombra
En el velatorio del placer.
El deseo es juvenil en su ardiente arrebato;
La ligereza de sus actos
Revelará el origen de la alegría.

El conflicto del descontento es sufrimiento;
Pero la invitación al dolor
Es el camino a la felicidad.

La Vida tiene su morada
En el corazón del hombre.

XVIII
¡Oh la melodía de aquella canción!
El profundo santuario estaba henchido
Con el aliento de todos los amores,
Y en la onda de muchos pensamientos
Vacilaban las luces con trémulos fulgores.

Pausado el sacerdote entona su cantar;
El aire se satura de esencia de alcanfor,
El ídolo reluce y, parece agitar
Su hastío, ya cansado de tanta adoración.

Un silencio profundo se suspende en el aire,
Y de súbito,
Una dulce canción de infinita ternura
Hace brotar mis lágrimas.

Una mujer en albas vestiduras
Le canta de su amado, al corazón:
De la risa de niños que le abrasan,
De los hijos que nunca conoció,
Del encanto fugaz de sus amores,
De la tristeza de su hogar en flor,
De la angustia en una noche solitaria,
De su vida penosa e infecunda
En medio de la tierra fecundada.
Lloré con ella su dolor,
Y fue mío su desgarrado corazón.

Ansiosa abandonó el refugio bendito
Con la dulce alegría de volver a adorar.
Tras ella sigo a través del infinito
Por toda eternidad.

Oh Amor,
Tu y yo no nos separaremos;
Unidos vagaremos
Por la inmensa avenida del verdadero Amor.

XIX
He vivido el bien y el mal de los hombres
Y el horizonte de mi amor se obscureció.

He conocido la moralidad e inmoralidad de los hombres
Y mi ansioso pensamiento se hizo cruel.

He compartido en la piedad e impiedad de los hombres
Y el fardo de la Vida me abatió.

He proseguido la lucha del ambicioso
Y la gloria de la Vida tornóse insubstancial.

Mas ahora he penetrado el oculto propósito del deseo.

XX
Invita al dolor
Desde lo más profundo de tu corazón
Y tendrás alegría en abundancia.

Como crecen los ríos
Después de grandes lluvias
Y se regocijan los guijarros
En el murmullo de las inquietas aguas,
Así tus largas buscas por lindes del sendero
Llenarán el vacío que el temor engendró.

El dolor desplegará la trama de la Vida.
El dolor prestará la fuerza del recogimiento.
El dolor abrirá las puertas cerradas
De tu corazón.

El grito de dolor es la voz de la realización.
Y el júbilo de ésta
Es la plenitud de la Vida.

XXI
A nadie miro fuera de Ti,
Oh mi Amado,
Tú has nacido en mí,
Y mirad,
Allí escojo mi refugio.

He leído innumerables libros sobre Ti.
Me dicen
Que hay muchos como Tu,
Que para Ti se han construido numerosos templos,
Que hay numerosos ritos
Para invocarte.
Más yo no tengo con ellos ninguna comunión.
Pues todos no son mas que cascarones
Del pensamiento del hombre.

Oh amigo,
Procura descubrir al Bienamado
En las reconditeces de tu corazón.

El tabernáculo está muerto
Cuando cesa de danzar el corazón.

A nadie miro fuera de Ti,
Oh mi Amado,
Tu has nacido en mí,
Y mirad,
Allí escojo mi refugio.

XXII
Mi hermano ha muerto;
Eramos como dos estrellas en un límpido cielo.

El era como yo,
Quemado por el ardiente sol,
En la tierra donde hay céfiros blandos,
Ondulantes palmeras,
Y ríos refrescantes;
Donde hay innumerables sombras,
Loros de plumaje reluciente
Y pájaros canoros;

Donde las verdes copas de los árboles
Se balancean al sol reverberante;
Donde las arenas son de oro
Y de un verde-azul los mares;

Donde el mundo vive bajo el fuego del sol
Y la tierra es tostada al bronce oscuro;
Donde los verdes arrozales relucientes
Se adormecen en las aguas pantanosas,
Y cuerpos desnudos, morenos y lustrosos
Son libres en la luz resplandeciente;

La tierra
De la madre que lacta su hijo a orilla del camino,
Del ferviente devoto
Que ofrenda gayas flores,
Del altar en el recodo del sendero,
Del intenso silencio,
Y de la inmensa paz.

Él murió;
Yo lloré sin consuelo.
Donde quiera que iba escuchaba su voz
Y su risa feliz.
Busqué su rostro
En el de todo transeúnte
Preguntándoles si habían visto a mí hermano,
Mas ninguno pudo darme consuelo.

Recé,
Rogué,
Pero los dioses estaban mudos.
No podía llorar más.
No podía soñar más.
Le busqué en todas las cosas
Y en todos los climas.

Escuché el susurro de muchos árboles,
Llamándome a la morada donde él está.

Y entonces,
En mi búsqueda,
Te contemplé,
Oh Señor de mi corazón;
En Ti tan sólo
Vi el rostro de mi hermano.

En Ti tan sólo,
Oh mi eterno amor,
Contemplo los rostros
De todos los que viven y todos los que han muerto.

XXIII
Yo te digo:
La ortodoxia se forja
Cuando la mente y el corazón están en decadencia.

Como el tranquilo estanque de los bosques
Está oculto bajo un manto de verdín,
Así, por la acumulación del pensamiento otoñal,
Está encubierta la Vida.

Como es abatida la delicada hoja
Con el polvo del último verano,
Así es abrumada la Vida
Con un amor desfalleciente.

Cuando el pensamiento y la emoción
Están cercados
Por el miedo de la corrupción,
Entonces, oh amigo,
Quedas aprisionado
En la obscuridad de un día agonizante.

Una tierna hoja se marchita
En la sombra de un gran valle.

XXIV
Como la flor al perfume,
En mi corazón te tengo,
Oh Mundo.

Guárdame en tu corazón,
Pues soy la Liberación,
La eterna felicidad de la Vida.

Como la piedra preciosa
En la entraña de la tierra,
Así estoy escondido
En lo profundo de tu corazón.

Aunque tú no me conoces,
Yo te conozco muy bien,
Aunque en mi nunca pienses,
Mi mundo está lleno de ti.

Aunque tu no me ames,
Tú eres mi inmutable amor.
Aunque me rindes culto
En templos, iglesias y mezquitas,
Soy un extraño para ti.
Pero tu eres mi compañero eterno.
Como el apacible valle
Es protegido por las montañas,
Así te cubro,
Oh Mundo,
Con la sombra de mi mano.

Como vienen las lluvias
A la tierra sedienta,
Así vengo, oh Mundo,
Con el perfume de mi amor.

Conserva tu corazón
Puro y sencillo,
Oh Mundo,
Pues entonces me darás la bienvenida.
Yo soy tu amor
El deseo de tu corazón.

Conserva tu mente
Clara y serena,
Oh Mundo,
Pues en eso esta tu comprensión.
Yo soy tu inteligencia,
La plenitud
De tu propia experiencia.

Me siento en el templo
O a orillas del camino,
A observar como se mueven las sombras
De uno a otro sitio.

XXV
La razón es el tesoro de la mente,
Y el amor el perfume del corazón;
Más ambos son de idéntica substancia
Aunque expresados en moldes diferentes.

Como la moneda de oro
Muestra dos caras
Separadas por un débil muro de metal,
Así entre el amor y la razón,
Está el equilibrio de la comprensión,
Esa inteligencia
Que es tanto de la mente como del corazón.

Oh Vida, oh Amado,
En ti tan solo existe el pensamiento eterno,
En ti tan solo existe el amor eternal.

XXVI
Como la chispa
Que ha de dar lumbre
Está escondida en la ceniza gris,
Así, oh amigo,
La luz
Que ha de guiarte
Está oculta
Bajo el polvo
De tu experiencia.

XXVII
Oh amigo,
Tú no puedes confinar la Verdad.

Es como el aire,
Libre, infinita,
Indestructible,
Inmensurable.

No tiene sitio de reposo,
Ni templo, ni altar,
Ni es de un único Dios,
No obstante lo celoso que sea Su adorador.

¿Puedes decir
De qué flor única
Libó la abeja la dulce miel?

Oh amigo,
Deja la herejía al hereje,
La religión al ortodoxo;
Empero colige la Verdad
Del polvo de tu experiencia.

XXVIII
Como el alfarero
Modela el barro
Para regocijo de su corazón,
Así tu puedes crear
Tu futuro
Para la gloria de tu Ser.

Como el hombre del bosque
Abre un camino
A través de la espesa maleza,
Así tu puedes construir
Un camino franco
A trapes del torbellino del dolor,
Hacia tu liberación de las tristezas,
Hacia tu eterna felicidad.

Oh amigo,
Cual las misteriosas montañas
Están ocultas por la nube fugaz,
Así tu estas oculto
En la tiniebla
De tu creación.
El fruto de la semilla que sembraste
Te agobiara.

Oh amigo,
Cielo e infierno
Son palabras
Atemorizantes para que obres bien,
Pero ni el cielo ni el infierno existen,
Únicamente las semillas de tus acciones
Traerán a la existencia
La flor de tus anhelos.

Como esculpe el artífice
En el bloque de granito
La forma humana,
Así, en la roca
De tu experiencia,
Labra tu eterna felicidad.

Tu vida es una muerte;
La muerte es un renacimiento.
Feliz es el hombre
Que está fuera de las garras
De estas limitaciones.

XXIX
La montaña desciende hasta las aguas fugitivas
Pero su cumbre está oculta en una nube obscura.

En el tocón de un pino muerto
Creció una delicada flor.

La substancia de mi amor es Vida
Y en su camino no hay muerte.

XXX
La duda es un precioso ungüento;
Aunque abrasa, sanará eficazmente.

Yo te digo: invita a la duda
Cuando estés en la plenitud de tu deseo.
Llama a la duda
En el instante en que tu ambición
Sobrepasa el pensamiento en los demás.
Despierta la duda
Cuando en un grande amor
Se regocije tu corazón.

Yo te digo:
El amor eterno es hijo de la duda;
La duda limpia la mente de corrupción.
Así la fortaleza de tus años
Será establecida en comprensión.

Para la plenitud de tu corazón
Y para el vuelo de tu mente
Deja que tus complicaciones
Sean destrozadas por la duda.

Como la fresca brisa de los montes
Que despierta a las sombras en el valle,
Deja que la duda conmueva
El decrépito amor de una mente estancada.

Que la duda no entre
Secretamente en tu corazón.

Yo te digo:
La duda es un precioso ungüento;
Aunque abrasa, sanará eficazmente.

XXXI
Escúchame,
Oh amigo.

Ya seas un yogui, un monje, un sacerdote,
Un devoto amante de Dios,
Un peregrino en busca de ventura,
Bañándote en sagrados ríos,
Visitando sagrados templos;
El casual adorador de un día,
Un gran lector de libros,
O un constructor de templos,
Mi amor sufre por ti.
Yo conozco el camino al corazón del Amado.

Este vano combate,
Esta larga fatiga,
Este incesante dolor,
Este cambiante placer,
Esta ardorosa duda,
Este peso de la vida;
Todo eso cesará, oh amigo,
Mi amor sufre por ti.
Yo conozco el camino al corazón del Amado.

He viajado por todo el mundo,
He amado las apariencias,
He cantado transportado en éxtasis,
He vestido el sagrado vestuario,
He escuchado las campanas del templo,
He crecido bajo el peso del estudio,
He investigado.
¿He estado perdido?
Si, mucho he conocido.
Mi amor sufre por ti,
Yo conozco el camino al corazón del Amado.

Oh amigo,
¿Amarías los innumerables reflejos,
Si pudieras tener la realidad?
Arroja tus campanas y tu incienso,
Tus miedos y tus dioses;
Desecha tus credos y filosofías;
Ven,
Abandónalo todo,
Yo conozco el camino al corazón del Amado.

Oh amigo,
La simple unión es la mejor.
Ese es el camino al corazón del Amado,

XXXII
A través del velo de la Forma,
Oh Amado,
Te veo, a mí mismo en manifestación.

¡Cuán inaccesibles para el valle son las montañas,
No obstante las montañas abrazan el apartado valle!
¡Cuán misteriosa es la obscuridad
Que da a luz a las estrellas expectantes,
Y sin embargo la noche es nacida del día!

Yo estoy enamorado de la Vida.
Como el lago de la montaña
Que recibe numerosos arroyuelos
Y lanza grandes ríos,
Empero conserva sus incógnitas honduras,
Así es mi amor.

Limpio y sereno como las montañas en el amanecer
Es mi pensamiento,
Nacido del amor.

Feliz el hombre que ha encontrado la armonía de la Vida,
Pues entonces él crea en la sombra de la eternidad.

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J. KRISHNAMURTI, UN CANTO A LA VIDA, editorial Sirio s.a. - málaga
Edición facsímil de la publicada en 1932
por la Revista de la Estrella, con el nombre de
EL CANTO DE LA VIDA.
Traducido del texto original inglés por:
R. de la Paz Hernández
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sábado, 13 de abril de 2019

Las Tres Joyas - Tomar Refugio - Thích Nhất Hạnh


"... Tomo refugio en el Buda, el que me muestra la senda en esta vida.


Tomo refugio en el Dharma, el camino de la comprensión y el amor. 


Tomo refugio en la Sangha, la comunidad que vive en armonía y plena consciencia. 


En el budismo, la fe no significa aceptar una teoría que no hemos comprobado personalmente. Buda nos animó a ver las cosas con nuestros propios ojos. Tomar refugio en las Tres Joyas no es fruto de una fe ciega, sino de nuestra práctica. 


Los teólogos hablan de un “salto de fe”, como un niño que desde la mesa salta a los brazos de su padre. En el budismo no hay tal salto al vacío, la fe está formada por nuestra propia visión y experiencia. 


Cuando tomamos refugio en Buda expresamos que confiamos en nuestra capacidad de tomar la dirección que conduce a la belleza, la verdad y la profunda comprensión, basada en nuestra experiencia de la eficacia de la practica. Cuando tomamos refugio en el Dharma, entramos en la senda que conduce a la extinción del sufrimiento. 


Cuando tomamos refugio en la Sangha, dirigimos nuestra energía a edificar una comunidad que viva en la plena consciencia, la armonía y la paz.
Las Tres Joyas no son conceptos, sino nuestra propia vida. 


En sus últimos meses Buda enseñaba: “... Tomad refugio en vosotros mismos y en nada más. El Buda, la Dharma y la Sangha están en vuestro interior. No persigáis cosas que están lejos. Todo está en vuestro corazón. Sed una isla para vosotros mismos...”. 


Si en algún viaje en avión el piloto me anuncia que vamos a estrellarnos, respiraré en forma conciente y intentaré refugiarme en mi interior. Pero no hay que esperar un momento crítico para regresar a la isla de tu interior. Regresa cada día a ella viviendo concientemente.


Tomar refugio en el Dharma es elegir las puertas más apropiadas para nosotros. El Dharma entraña una gran compasión, comprensión y amor; pero para alcanzar estás cualidades necesitamos de una sangha. 


La Sangha es la comunidad formada por cuatro grupos: monjes, monjas, y hombres y mujeres laicos, además de otros elementos que apoyan nuestra práctica: el almohadón y el sendero de meditar, los árboles, el cielo y las flores. 


Es esencial practicar con un sangha. Aunque aprecies profundamente la practica, puede ser difícil continuar sin el apoyo de amigos. Formar una sangha, apoyarla, estar con ella y recibir su apoyo y su guía es la práctica. En la sangha no caemos en patrones de conducta negativos. 


Una sangha que no siga la práctica de ser consciente, que no sea libre, pacífica ni alegre, no puede llamarse una verdadera sangha. 


Tomo refugio en el Buda, el que me muestra la senda en esta vida. 


Tomo refugio en el Dharma, el camino de la comprensión y el amor. 


Tomo refugio en la Sangha, la comunidad que vive en armonía y plena conciencia. 


Permaneciendo en el refugio del Buda, veo con claridad la senda de la luz y la belleza del mundo. 


Permaneciendo en el refugio del Dharma, aprendo a abrir las numerosas puertas de la senda de la transformación. 


Permaneciendo en el refugio de la Sangha, recibo el apoyo de su brillante luz que mantiene mi práctica libre de obstáculos. 


Tomando refugio en el Buda de mi interior, aspiro a ayudar a todos los seres a reconocer su naturaleza despierta y a alcanzar la mente del amor. 


Tomando refugio en el Dharma de mi interior, aspiro a ayudar a todos los seres a comprender la senda de la práctica y a recorrer juntos el sendero de la liberación. 


Tomando refugio en la Sangha de mi interior, aspiro a ayudar a todos a formar las cuatro clases de comunidades y a fomentar la transformación de todos los seres...".

Thich Nhat Hanh
El corazón de las enseñanzas de Buda


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Extraído de Sangha La Orilla de Thích Nhất Hạnh en Facebook
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sábado, 30 de marzo de 2019

El retiro del corazón


"... Si el corazón la vía del amor no sigue, ¿qué hará?

Si el alma no busca el reino del encuentro, ¿qué hará?

Y en el momento en que el sol llegue al espejo, si el espejo no dice “soy el sol”, ¿qué hará?...".

Abu Sa’id Aboljeir

(trad. Clara Janes)

*

"... Oh Tú, por el que sangra el corazón de todos,

es el veneno de tu amor la cura para todos.

Primero nos reduces con tu amor a cenizas,

luego, arrojas al viento las cenizas de todos...".

‘Attār

(trad. José Mª Bermejo)

*

"... ¡Luz de mi corazón, ojos y alma!, ¿cómo estás?


¡Mi único Deseo de ambos mundos!, ¿cómo estás? 

Yo, sin tus labios de rubí, no sé, no me preguntes cómo estoy,

Tú, sin mi rostro ajado, ¿cómo estás?...".


Rumi
(trad. José Mª Bermejo) 


*

"... La locura en mi cabeza tal pantera en la montaña.


Sobre una pena otra pena tal la piedra en la montaña.

Lejos de la patria mía permanezco en la extrañeza,

tal el león en el mar, la ballena en la montaña...".

Abu Sa’id Aboljeir


(trad. Clara Janes)

*

"... ¡Oh, el agua de la Vida es una sola gota de tu cara!

Oh, la luna del cielo es un mero reflejo del fulgor de tu cara!

Dije: “Quiero una larga noche iluminada por la luz de la luna,

quiero esa noche de tu cabellera, quiero esa luna de tu cara...”.

Rumi

(trad. José Mª Bermejo)

 *

"... Por tu amor, esta noche, ahogado en sangre duermo,

apartado, esta noche, de la fortuna, duermo.

Si no me crees a mí, envía tu recuerdo,

para que vea qué mal, tan lejos de Ti, duermo...".

Hāfez 


 (trad. José Mª Bermejo)

*

"... Sólo pasión por el Aliento de la Vida, en mi corazón tengo,

sólo dos ojos anegados en lágrimas, sobre mi rostro tengo,

sólo deseo de su unión, en mi mente cobijo,

y en este cuerpo, sólo un alma atormentada tengo...".

Nurbakhsh


(trad. José Mª Bermejo)

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martes, 29 de enero de 2019

La conciencia sin fronteras - Ken Wilber


"...Lo cierto es que vivimos en un mundo de conflicto y oposición porque es un mundo de demarcaciones y fronteras.

Y puesto que cada línea fronteriza es también una línea de batalla, henos aquí con la difícil situación humana:

cuanto más firmes son nuestras fronteras, más encarnizadas son nuestras batallas.

Cuanto más me aferro al placer, más temo, necesariamente, al dolor.

Cuanto más voy en pos del bien, tanto más me obsesiona el mal... 

Ahora bien, la forma en que de ordinario intentamos resolver estos problemas es tratar de extirpar uno de los opuestos.

Encaramos el problema del bien y del mal procurando exterminar el mal...

Suponemos que la vida sería perfectamente placentera con sólo que pudiéramos anular los polos negativos e indeseables de todos los pares de opuestos...

La cuestión no es separar los opuestos para lograr un "progreso hacia lo positivo", 

sino más bien unificar y armonizar los opuestos descubriendo un fundamento que trascienda y abarque a ambos. 

Y ese fundamento es la conciencia misma de unidad...

Así la solución de la guerra de los opuestos exige que se renuncie a todas las fronteras, que no se siga con el malabarismo de jugar con los opuestos.

La guerra de los opuestos es un síntoma de que se está tomando por real una demarcación,

y para curar los síntomas debemos ir a la raíz misma de la cuestión: 

nuestras demarcaciones ilusorias... 

Cuando se comprende que los opuestos son uno, la discordia se disuelve en concordia,

las batallas se convierten en danza y los antiguos enemigos se revelan amantes.

Estamos entonces en condiciones de entablar amistad con la totalidad de nuestro universo, 

en vez de seguir manteniéndolo dividido por la mitad...".

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Extraído del muro de Jose Ignacio Utrera Perez en Facebook
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sábado, 19 de enero de 2019

Ramesh Balsekar - Citas


001. "... Cuando cesa la conceptualización se detiene la falsa mirada-externa / y lo que queda es la mirada-interna; / no se trata de mirar hacia adentro / sino de mirar desde dentro, desde la fuente de todas las miradas...".

002. "... Cuando hay contemplación pero no contemplador, la mente-dividida se transforma en la mente-completa en la cual desaparece el ego, junto con la aflicción que provoca la volición. / En ausencia del ego la mente se disuelve y lo que queda es nuestra verdadera naturaleza en todo su esplendor...".


003. "... Comprender la Naturaleza no es un ejercicio espiritual sino una experiencia directa en silencio mental. / El silencio mental no quiere decir mantener la mente callada o vacía. / La contemplación muda puede coincidir con el pensamiento cuando ese pensamiento es contemplado sin juzgarlo y por lo tanto sin implicarse con él...".


004. "... Una vez que se ve lo falso como falso no es necesario seguir buscando la Verdad...".


005. "... El lamentable resultado de todas las prácticas de auto-perfeccionamiento es que el ego crea una separación aún más distante y profunda dentro de sí mismo, traicionando así su auténtico propósito mediante el refuerzo de la verdadera fuente de separación y conflicto que es el propio ego. Esas prácticas conducen a la frustración mental en el mejor de los casos, y en el peor a la locura total.

No puedes provocar ni evitar el cambio porque el cambio es la vida misma, igual que el flujo es el río. Es inútil intentar provocar o rechazar el cambio, no queda otra opción que ser consciente de él. El flujo inexorable de la causalidad no puede ser afectado por una simple sombra de su propia expresión, que es todo lo que es un ser humano...".

Ramesh Balsekar, Una Red de Joyas


006. "... El deseo de cambiar lo Que-Es en otra cosa, es el obstáculo; aceptar lo Que-Es, sucede cuando el entendimiento se vuelve más profundo...". 


007. "... La mayoría de la gente se siente separada de todo lo que le rodea.

Sin embargo, la realidad física es que mi cuerpo sólo existe en relación a este universo, y estoy tan unido a él, y soy tan dependiente de él, como la hoja, del árbol.

Me siento escindido de mí mismo, trato de apartarme de mis propios sentimientos y sensaciones. Cuando soy consciente de la irrealidad de esta división -el "mí" es tan solo un pensamiento- el universo deja de parecerme un extraño.

Dejo de sentirme aislado en cuanto reconozco que no "tengo" una sensación del cielo: existe la sensación, y yo soy esa sensación...".


008. "... ¿Un consejo para ti? Muy simple, en cualquier situación de la vida, haz lo que creas que debes hacer y deja la vida fluir, simple ¿no es así?...".


009. "... La conciencia de Lo que Es Aquí-y-Ahora, libre de conceptos y juicios, no es un conocimiento intelectual.

Es la realidad que se busca, pero tal realidad no puede ser un objeto.

Cualquier intento de describir esta conciencia fracasará,

porque la conciencia que es la realidad no se origina añadiendo palabras ni descripciones,

sino excluyendo las cosas que impiden que se experimente...".


010. "... Si abandonas la identificación con el cuerpo, / si permaneces silenciosamente absorto en la sensación de Totalidad, en el YO SOY, sin apegos, / sabrás todo lo que hay que saber...".


011. "... La tranquilidad sólo llega / en la ausencia total de resistencia / a la experiencia del momento presente...".


012. "... ¿Qué ocurre cuando sucede la Realización? Tú ya no eres tú. Permaneces asentado en el silencio interior y en la libertad sin ninguna preocupación por tu bienestar, y contento con cualquier cosa que la vida te aporte; y la vida continúa con una perfecta falta de esfuerzo...".

013. "... Cuando el hombre se convence de que la vida es una especie de sueño en el que no puede tener ningún control efectivo, ni sobre las circunstancias, ni sobre sus acciones dentro de él, todas sus tensiones desaparecen, y un sentimiento de libertad total ocupa su lugar.
 
A partir de ese momento el hombre acepta voluntaria y libremente lo que la vida pone en su camino, como parte de la totalidad del funcionamiento de esta vida-soñada...".
 
014.  "... Si tú meditas sin expectativas, entonces no hay problema. No te estoy pidiendo que no medites, sino que medites sin expectativa alguna.

Lo que sucede ahora es que te sientas a meditar y todo el tiempo estás esperando que algo suceda: llámalo silencio, llámalo estar en el uno, o lo que sea.

Como lo llames no importa. Pero el problema surge cuando meditas con alguna expectativa.
¿Por qué tener expectativa alguna? Deja que la vida ocurra...".
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