domingo, 29 de julio de 2007

TGS. Diccionario. Letras: C y D


10.- CAOS

La concepción mecanicista concibió al mundo como caos, es decir, como el resultado del movimiento ciego o azaroso de los átomos que generaron, con su multiplicidad, un orden y una regularidad de tipo estadístico. En oposición a este punto de vista, la TGS busca otro modo esencial de ver las cosas: el mundo como organización (15,196).

1. Concepto.- El término 'caos' ha de sugerirnos aquí la idea de desorden y azar. Para el mecanicismo, el mundo no tiene orden ni finalidad. Su enfoque determinista estricto se arraiga en la idea de que el universo resulta ser el producto de la acción de partículas anónimas que se mueven al azar, de modo desordenado, generando con su multiplicidad, un orden y una regularidad de naturaleza estadística, como en la física clásica y las leyes de los gases. Tal enfoque fue reforzado por los afanes analíticos de la cultura y el lenguaje típicos de Europa Occidental, que nos obligan a estudiar los fenómenos, aún los biológicos y psicológicos, como si estuvieran compuestos de partes o factores separados, discretos, que debemos tratar de aislar e identificar como causas potentes. De aquí es de donde derivamos nuestra preocupación por el estudio de la relación entre dos variables (15).

El método de la ciencia clásica era lo más apropiado para estos fenómenos que podían descomponerse en cadenas causales aisladas o que eran consecuencia estadística de un número 'inifinito' de procesos aleatorios, como pasa con la mecánica estadística, el segundo principio de la termodinámica y todas las leyes que de él emanan (35).

El triunfo irrebatible de tales conceptos y métodos en física y astronomía, y luego en química, dio a la biología y la psicología su orientación preponderante: el juego sin concierto de los átomos generaba todos los fenómenos del mundo, inanimado, viviente y mental, no quedando lugar para ninguna direccionalidad o finalidad en los acontecimientos. El mundo de los organismos aparecía como producto del azar, amasado por el juego sin sentido de mutaciones azarosas y selección, y el mundo mental como un curioso epifenómeno bastante inconsecuente de los acontecimientos materiales (45, 196).

Si para el mecanicismo los fenómenos son una consecuencia estadística de un número infinito de procesos aleatorios, para la TGS, que propone al mundo como organización, no como caos, éste debe verse como una interacción entre un número grande, pero no infinito, de elementos o procesos. Aquí surgen los problemas circunscriptos por nociones como las de totalidad, organización, etc., inabordables según aquellos modos clásicos de pensamiento (35).

2. Teoría del caos.- La más actual llamada 'teoría del caos' o del 'efecto mariposa', apenas mencionada específicamente por von Bertalanffy, resulta ser otro intento humano por ordenar lo caótico. No es casualidad que tal teoría haya surgido en el seno de la mateorología: ¿hay algo más caótico e imprevisible que el clima? Edward Lorenz, meteorólogo, estaba convencido que tal caos era en realidad aparente, y que el hecho de que el aleteo de una mariposa en el Amazonas podía producir un huracán en Texas, no se debía a un proceso azaroso o accidental sino necesario y que, si así parecía, era porque pequeñísimas variaciones en la condiciones iniciales (aleteo de la mariposa) generaban enormes cambios en las condiciones finales (huracán en Texas) con lo cual toda predicción se tornaba imposible y el fenómeno adquiría un aspecto de caos y aleatoreidad.

Estos desarrollos, surgidos a partir de la década del '60, son en realidad el reflotamiento de las ideas de Poincaré, que, entre otras cosas, decía en 1908: "Una causa muy pequeña, que se nos escapa, determina un efecto considerable que no podemos dejar de ver, y entonces decimos que tal efecto se debe al azar". Es lo que Mittasch, en 1948 y citado por von Bertalanffy (73), designaba como 'causalidad por instigación'.

3. Caos y sociedad.- Von Bertalanffy utiliza el vocablo 'caos' en un segundo sentido, cuando designa la amenaza que se cierne sobre nuestro mundo, de persistir en nuestro desconocimiento de las leyes de la sociedad humana. Conocemos bastante bien las fuerzas físicas, pero poco y nada las fuerzas sociales. Si dispusiéramos de una ciencia de la sociedad humana bien desarrollada y de su correspondiente tecnología, que von Bertalanffy llama 'tecnología sociológica', habría según este autor un modo de escapar del caos y la destrucción que amenazan a nuestro mundo actual (52).


11.- CATEGORIA

Una categoría es un concepto o idea que nos permite organizar nuestro conocimiento del mundo. Por ejemplo el espacio, el tiempo, la sustancia, la causalidad. Si bien von Bertalanffy no define explícitamente 'categoría', esta caracterización puede ser considerada fiel al sentido que este autor usa y menciona.

Se indican tres posturas frente al problema de la determinación de las categorías: 1) la filosofía kantiana (las categorías son absolutas y universales); 2) la hipótesis de Whorf (las categorías son relativas y no universales), y 3) el planteo de von Bertalanffy, denominado por él mísmo 'perspectivismo', intermedio entre los dos anteriores.

1. Generalidades.- La idea de categoría tiene una larga tradición en la historia de la filosofía, que se remonta a Aristóteles. Lejos del propósito de hacer una cronología de su evolución, solamente indicaremos que la categoría, entendida como un concepto que nos sirve para organizar nuestro conocimiento de la realidad, tiene una gran semejanza con la idea de categoría en la fllosofía kantiana.

Aunque Kant no lo llame así, el espacio es un ejemplo de categoría pues nos permite organizar las cosas en lugares (más arriba, más abajo, más lejos, más cerca, etc), según cierto punto de referencia. Lo mismo sucede con la categoría causalidad, que nos permite relacionar los fenómenos en términos de causas y efectos, con lo cual habremos construído una imagen para nosotros plausible del mundo.

2. Determinación de las categorías.- Pero, ¿qué es lo que determina las categorías de la cognición humana? Para responder a esta pregunta, von Bertalanffy refiere tres posibles respuestas:

a) Kantismo.- Según la tesis del filósofo de Könisberg, tanto las llamadas formas de la intuición (espacio y tiempo), como las categorías del intelecto (sustancia, causalidad, etc), se imponen universalmente a cualquier ser racional y son, por tanto, absolutas. Según esto la ciencia, basada en tales categorías, resulta igualmente universal, constituyendo así un sistema absoluto de conocimiento aplicable a cualquier fenómeno, así como a cualquier mente observadora (238).

Según von Bertalanffy, muchos ejemplos desmitifican esta tesis, como por ejemplo: a) el espacio euclidiano no es el único posible, habiendo también espacios no euclidianos, espacios muldimensionales en la física cuántica, etc. b) la materia sólida, la más trivial de las categorías de la física ingenua, consiste casi por entero en vacío salpicado de centros de energía. c) el determinismo como categoría tampoco es universal, en cuanto también existe, en la física cuántica, el indeterminismo.

b) Relativismo.- Un importante representante de esta solución es Benjamín Lee Whorf (1897-1941). La hipótesis de Whorf sostiene básicamente un relativismo lingüístico: la estructura del lenguaje es quien determina los modos de pensar de la comunidad que habla dicho lenguaje. Son las pautas lingüísticas mismas, categorías mediante, las que determinan lo que un individuo percibe en el mundo y el modo cómo lo piensa u organiza.

Como tales pautas lingüísticas varían considerablemente según cada cultura, éstas tendrán visiones del mundo básicamente diferentes. Podríamos condensar la hipótesis de Whorf en los siguientes términos: 'pensamos como hablamos'. Incidentalmente, aclaramos que von Bertalanffy (250) amplía la idea de Whorf al indicar que así como el lenguaje influye en nuestra visión del mundo, ésta última también influye sobre el primero, con lo cual también podríamos afirmar que 'hablamos como pensamos'.

Von Bertalanffy da variados ejemplos tomados del mismo Whorf, pero citemos sólo dos como muestra. 1) En las lenguas indoeuropeas los sustantivos, adjetivos y verbos aparecen como unidades gramaticales básicas discernibles en la oración. Por ejemplo "relampagueó una luz". En cambio en ciertas lenguas indígenas de América, la oración no tiene partes discernibles, lo que lleva a pensar que aquellos indígenas tienden a ver los fenómenos del mundo como una unidad indivisa. Por ejemplo "relámpago". 2) Las categorías de espacio, tiempo y materia newtonianos, entre otros, son solamente 'recetas de nuestra cultura y nuestro lenguaje' que nos llevan a organizar el mundo desde una perspectiva mecanicista. Este modo de pensar es consecuencia de nuestras categorías y hábitos lingüísticos específicos (237).

c) Perspectivismo.- En la postura que asume von Bertalanffy, las categorías del conocimiento (tanto del cotidiano como del científico, que en última instancia es un afinamiento del primero) dependen, primero, de factores biológicos; segundo, de factores culturales; y tercero, y a pesar de esta 'maraña demasiado humana', es posible en cierto sentido el conocimiento absoluto, emancipado de las limitaciones humanas (239). Tal el planteo perspectivista, que definiremos con mayor precisión más adelante en este mismo artículo.

La cognición humana, así entendida, depende al menos de factores tanto biológicos como culturales, vale decir que von Bertalanffy sostiene un relativismo biológico y un relativismo cultural, aunque queda abierta la posibilidad de un conocimiento absoluto.

1) Relatividad biológica de las categorías.- La cognición depende, ante todo, de la organización psicofísica del hombre (239). El ejemplo prototípico en biología es la concepción de Jacob von Uexküll (1864-1944), quien sostiene que cualquier organismo recorta, de los muchos objetos que lo rodean, un número reducido de características a las cuales reacciona y cuyo conjunto forman su 'ambiente' (Unwelt), es decir, cada organismo categoriza su entorno de acuerdo a su organización psicofísica y su condición fisiológica (240), siendo esto último precisamente el determinante biológico de sus categorías.

Citemos algunos ejemplos (240,243). a) Algunos erizos de mar responden a cualquier oscurecimiento ambiental apretando las espinas. Esta reacción es invariablemente aplicada cuando el ambiente se oscurece, sea porque pase un pez, su verdadero enemigo, sea porque pase un bote o una nube. Si cabe la expresión, ha 'categorizado' su mundo en dos partes: luminoso y oscuro. Otro animal en el mismo lugar físico lo hubiera organizado de manera distinta, porque es otra su constitución fisiológica. b) El tiempo es experimentado de distinta manera según cada especie (por ejemplo por tener diferentes sistemas nerviosos), y aún según cada individuo si presenta condiciones fisiológicas diferentes a otro de su misma especie. Por ejemplo, bajo la influencia de la mezcalina, las impresiones visuales se intensifican y la percepción del espacio y el tiempo experimenta cambios profundos. Asimismo, probablemente las 'categorías' de los esquizofrénicos sean considerablemente distintas a las normales, lo mismo que las categorías de la experiencia onírica. c) Aún la más fundamental categoría de experiencia, la distinción entre yo y no-yo, no es absolutamente fija, y parece evolucionar gradualmente en el desarrollo del niño porque van cambiando correlativamente sus condiciones psicofísicas. Y aún considerando solamente el adulto, la separación objeto-sujeto desaparece en la visión empática del mundo del poeta, en el éxtasis místico y en los estados de embriaguez. Asimismo, la distinción entre yo y no-yo no es la misma en el pensamiento primitivo y en el pensamiento Occidental.

2) Relatividad cultural de las categorías.- Mientras Whorf había sostenido un relativismo lingüístico, von Bertalanffy extiende esta idea a toda la cultura (de la cual el lenguaje es sólo un aspecto), cuando sostiene que las categorías dependen de factores culturales (244).

Un primer ejemplo histórico aparece en el arte: las categorías de la creación artística parecen depende de cada cultura. Por ejemplo, la peculiar cultura de los japoneses los llevó a no pintar sombras ni expresar perspectivas en sus pinturas, mientras que la cultura occidental sí. La particular creación japonesa no obedece a una falta de habilidad o de recursos para reflejar la realidad en un lienzo, sino a la posesión de una cultura diferente que nos llevaba a 'categorizar' el mundo de manera distinta.

Spengler extendió esta tesis sobre las categorías artísticas hasta incluír las categorías cognoscitivas. Sostuvo que, además de ciertas categorías universales como las de la lógica, había otro grupo de categorías que eran consideradas universales y necesarias pero sólo por para una determinada civilización, y no para otra. Cada civilización, cada cultura tiene así su propio 'estilo de cognición'. Las fórmulas matemáticas como tales son portadoras de necesidad lógica, pero su interpretación es una expresión del 'alma' de la civilización que las creó.

Del mismo modo (248), la mesa es para el físico un agregado de electrones, para el químico un revoltijo de compuestos orgánicos, para el biólogo un complejo de células leñosas, para el historiador del arte un objeto barroco, para el economista un bien con determinado valor monetario, etc.

3) Posibilidad de un conocimiento absoluto.- Si bien hay una relatividad biológica y cultural de las categorías, hay ciertos límites para dicha relatividad. Esta tesis de von Bertalanffy, denominada por él mísmo 'perspectivismo', puede sintetizarse en cuatro puntos básicos (261): 1. Las categorías de nuestra experiencia y pensamiento parecen estar determinadas por factores biológicos y culturales. 2. Esta vinculación con esos factores es vencida mediante un proceso de desantropomorfización progresiva de nuestra imagen del mundo. 3. Aún desantropomorfizado, el conocimiento sólo refleja ciertos aspectos o facetas de la realidad. 4. Cada aspecto tiene verdad, pero relativa, lo que indica tanto la limitación como la dignidad del conocimiento humano.

Si bien en un comienzo las categorías del conocimiento se hallan muy dependientes de los factores naturales y culturales, von Bertalanffy indica que una ojeada a la historia de la ciencia revela que el hombre tiene una tendencia a desprenderse de estos condicionamientos biológicos y culturales o, para usar sus términos, a desantropomorfizarse, con lo cual quiere indicar un desprendimiento de aquellas limitaciones intrínsecas a su condición humana.

Esta progresiva desantropomorfización se realiza siguiendo tres líneas principales (254): 1. A partir de experiencias sensoriales con la luz o el sonido, el físico abstrae campos como la óptica o la acústica, pero pronto estos se funden entre sí trascendiendo lo 'visualizable' o 'intuíble', como por ejemplo cuando se unen la óptica y la electricidad en la teoría electromagnética. Esta evolución está ligada a la invención de instrumentos que amplifiquen los sentidos y que puedan registrar o medir con mayor precisión lo observado. 2. Un segundo aspecto es la progresiva convergencia de la investigación, que es lo que ocurre cuando observadores distintos con métodos diferentes llegan aproximadamente a los mismos resultados. Por ejemplo, la coincidencia aproximada en la determinación del equivalente mecánico del calor. Los diferentes métodos, en cuanto convergen en los mismos rsultados y en aproximaciones cada vez más precisas, ya no pueden concebirse más como simples convenciones para describir fenómenos con economía: representan determinados aspectos de la realidad independientes de sesgos biológicos, teóricos o culturales. 3. Un tercer aspecto es la progresiva transformación de cualidades sensoriales en relaciones puramente matemáticas. Muchos han criticado la teoría de la relatividad o la mecánica cuántica por ser especulaciones 'invisualizables', pero esta característica es precisamente la prueba de cómo el científico va despojándose poco a poco de las ataduras de la experiencia sensorial específicamente humana, es decir, de cómo va desantropomorfizándose. Es así que, aún cuando los hombres tienen diferentes bases culturales y entonces producirían categorías diferentes para organizar el mundo, hay indicios de una especie de unificación de las categorías, que quedarían así desligadas de su dependencia de los factores culturales.

Sin embargo, aún desantropomorfizándose, el pensamiento sólo puede reflejar algunos aspectos de la realidad, no todos. Así por ejemplo, existe una tendencia humana presumiblemente universal (Lévi-Strauss sostenía años antes de von Bertalanffy una opinión semejante) a categorizar el mundo en términos de opuestos, en forma similar a la concepción heraclítea. Pero también, sugiere von Bertalanffy (260), es una tendencia universal el buscar una síntesis de opuestos intentando tener una visión más totalizadora de la realidad. Tal lo que pasó con la física relativista que buscó superar las oposiciones quietud-movimiento, espacio-tiempo y materia-energía.

Von Bertalanffy opone el perspectivismo al reduccionismo (49, 259), en la medida que mientras la primera tesis dice que la realidad puede verse desde distintas perspectivas, teniendo cada una de ellas el carácter de verdad relativa, la segunda sostiene que todas esas perspectivas pueden reducirse a una sola (por ejemplo y especialmente la descripta por la física), que así se adscribiría el carácter de verdad absoluta.

3. Perspectivismo y TGS.- Finalmente, cabría preguntarse porqué von Bertalanffy dedica todo un capítulo de su obra al tema de las categorías, tal como aquí lo hemos expuesto. Si bien no encontramos una referencia explícita del autor al respecto, cabe entender que, mediante su postura perspectivista, von Bertalanffy intenta justificar la posibilidad de extender la categoría de 'sistema' a todas las disciplinas científicas, pero no al modo reduccionista sino al modo perspectivista, esto es, encarando una empresa que forma parte de la progresiva desantropomorfización que debe cumplir todo emprendimiento científico. Von Bertalanffy parece indicar esta intención cuando dice (88) que la TGS reemplazaría la 'teoría de las categorías' de N. Hartmann, por un sistema exacto de leyes lógico-matemáticas. O también, cuando en (96) dice que, si queremos superar la estrechez de la posición mecanicista, deberemos introducir nuevas 'categorías' en el pensamiento y la investigación científica, tales como las de interacción multivariable, la organización, el automantenimiento, la ectividad, etc. propias, en este caso, de los sistemas vivos.


12.- CAUSALIDAD

Supuesto mecanicista según el cual los fenómenos del mundo mantienen entre sí vínculos de causa-efecto (45). Clásicamente, aclararemos, un fenómeno es causa cuando es condición necesaria y suficiente para que ocurra otro fenómeno, llamado efecto.

1. Un concepto clásico.- Según el mecanicismo de la física clásica, las leyes inexorables de la causalidad regían todos los fenómenos del mundo, inanimado, viviente y mental. Al no quedar lugar para ninguna direccionalidad, orden o 'telos', el mundo de los organismos aparecía como producto del azar y del juego sin sentido de mutaciones azarosas y la selección natural.

Ejemplos: en la mecánica newtoniana el sol atrae a los planetas, en biología un gen es causa de un caracter heredado, o una clase de bacteria produce cierta enfermedad, en psicología los elementos mentales están vinculados por leyes de asociación.

2. Tipos de causalidad.- Von Bertalanffy menciona dos criterios distintos para clasificar los vínculos causales.

a) Según un primer criterio, la causalidad abarca dos tipos: lineal o unidireccional (45, 169), y circular (169), aunque la distinción entre ambas parece no revestir mucha importancia para el autor. En efecto, las líneas causales dentro de un sistema de retroalimentación son lineales y unidireccionales. El esquema básico de retroalimentación (por ejemplo la regulación homeostática de la concentración de azúcar en la sangre) sigue siendo el clásico esquema estímulo-respuesta (E-R), sólo que el bucle de retroalimentación hace que la causalidad se convierta en circular (ver figura).

Causalidad lineal: BACTERIA(causa) ENFERMEDAD(efecto)

Causalidad circular:

SUBE AZUCAR EN SANGRE >>> SUBE INSULINA PARA BAJAR EL AZUCAR >>
> FACTOR QUE BAJA LA INSULINA

b) Según un segundo criterio, existe una causalidad de 'conservación' y una causalidad de 'instigación' (73). En la causalidad de conservación, la causa y el efecto son cuantitativamente proporcionales: un gran terremoto produce desvastadores efectos, es decir, los efectos son razonablemente proporcionados con la intensidad de la causa. En cambio, en la causalidad por instigación, causas insignificantes que, actuando a modo de disparadores, detonantes o agentes instigadores, producen efectos considerables. Un ejemplo típico lo encontramos en el efecto mariposa en meteorología: el aleteo de una mariposa en un extremo del mundo, provocará un gigantesco huracán en la otra parte. Más generalmente, la causalidad por instigación es aquella donde un cambio energéticamente insignificante en una parte, provoca un cambio considerable en el sistema total.

Von Bertalanffy se refiere a la causalidad por instigación a propósito del problema de la centralización, una de las propiedades formales de todo sistema (ver Centralización). En la centralización, una parte del sistema se constituye en parte conductora del todo, de forma tal que, de ocurrir pequeños cambios en esas partes conductoras, los efectos en el sistema se verán muy amplificados. Existen ecuaciones que permiten describir formalmente el mecanismo de la causalidad por instigación.

3. Críticas.- El esquema de la causalidad unidireccional ha resultado insuficiente, y de aquí que la ciencia moderna lo haya sustituído por nociones como totalidad, holismo, organismo, gestalt, etc., que se refieren a elementos en mutua interacción (45). Si bien no lo admite explícitamente, cabe suponer que von Bertalanffy aceptaría sólo la causalidad circular en la medida que implica la idea de interacción mutua.


13.- CENTRALIZACION

Propiedad formal de los sistemas según la cual, a medida que estos evolucionan, ciertas partes empiezan a constituírse en 'partes conductoras' que dirigirán las funciones de las restantes, que quedan subordinadas a aquellas. La centralización progresiva, que resulta particularmente importante en el caso de los sistemas vivos, constituye al mismo tiempo un proceso de individualización progresiva (ver Individuo/Individualización).

La mecanización conduce a menudo al establecimiento de partes conductoras, esto es, de componentes que dominan la conducta del sistema. Tales centros pueden ejercer un papel de 'disparadores amplificantes', es decir, una pequeña modificación en dichos centros ocasiona grandes cambios en el sistema total (223). Lo esperable sería que pequeños cambios en la parte conductora produjesen también pequeños cambios en el sistema (es lo que se llama 'causalidad de conservación'), pero lo que suele ocurrir en la realidad es que pequeños cambios conducen a grandes cambios (es lo que se denomina 'causalidad de instigación'): un cambio energéticamente insignificante en la parte conductora provoca un cambio considerable en el sistema total (73).

Si bien cabe hablar de una centralización en sistemas físicos no vivientes (un átomo con el núcleo como centro, el sistema solar con el sol como centro), von Bertalanffy hace hincapié en la centralización progresiva en la evolución de los sistemas biológicos.

En estos, la centralización va progresando desde un comportamiento del sistema resultante de las interacciones de partes equipotenciales, hasta otro donde se verifica a subordinación a partes dominantes. En embriología, tales partes conductoras se llaman 'organizadores' (74).

El concepto de centralización está estrechamente enlazado al de individualización, toda vez que un individuo es concebido por von Bertalanffy como un sistema centrado (75): a medida que en el sistema vivo van adquiriendo predominio ciertas partes conductoras, el sistema vuelve a tener mayores posibilidades de comportarse como una unidad, es decir, de constituírse en individuo. Decimos 'vuelve' porque antes de la centralización y aún antes de la mecanización (por ejemplo en el estado de huevo cigota), el sistema ya funcionaba como una unidad, pero indiferenciada.


14.- CIBERNETICA

Teoría de los sistemas de control basada en la transferencia de información entre sistema y medio circundante, y, dentro del sistema, en el control del mismo por retroalimentación en consideración al medio (20). Su creador, Norbert Wiener, la dio a conocer en 1948.

1. Definición.- Norbert Wiener (1894-1964) creó la cibernética como una nueva disciplina para tratar una gran variedad de fenómenos de la naturaleza viviente y de los sistemas tecnológicos que utilizan concretamente el mecanismo de la retroalimentación. La teoría aspira a mostrar qué mecanismos retroalimentadores fundan el comportamiento teleológico o intencionado de las máquinas construídas por el hombre, así como el de los seres vivos y los sistemas sociales (44), para luego, en base a este conocimiento, poder controlar aquellas máquinas y esos seres vivos y sistemas sociales. Podríamos entonces considerar a la cibernética como la ciencia del control por retroalimentación (o por feed-back). Precisamente la etimología del término 'cibernética' nos remite a 'kubernetes', que significa timonel, es decir individuo que controla el rumbo de un proceso. La cibernética (93), basada en el principio de retroalimentación o de líneas causales circulares, es un enfoque sistémico que proporciona mecanismos para la persecusión de metas y el comportamiento autocontrolado.

2. Un ejemplo paradigmático.- Durante la Segunda Guerra Mundial se había agudizado el problema del tiro antiaéreo sobre un blanco móvil. En otras palabras, la cuestión era cómo podía ir moviéndose adecuadamente un cañón para dispararle nada menos que a un avión en movimiento. Si lo hacía un hombre manualmente, sus probabilidades de derribar el blanco eran escasas, dada su poca velocidad de reflejos en comparación con la rapidez del avión, y su poca velocidad de pensamiento para hacer los cálculos correspondientes de las trayectorias del avión y la bala.

Se hizo necesario entonces construír dispositivos automáticos, es decir que se autorregularan solos y con gran velocidad: pasado un instante breve de tiempo el avión, al moverse, ya cambiaba de posición y había que cambiar la dirección del cañón. El dispositivo autorregulado, por ejemplo, permitía mediante cálculos precisos y automáticos adelantar el cañón sobre la marcha para derribar el blanco en el lugar y en el instante preciso. Tal dispositivo funcionaba entonces mediante una retroalimentación eficaz.

Otros ejemplos de dispositivos tecnológicos con este tipo de autorregulación son por ejemplo los termóstatos, que van corrigiendo sobre la marcha la cantidad de calor entregada al medio en función de la temperatura de este último (si hay mucha temperatura bajan el calor, y si hay poca lo suben). La importancia de estos sistemas de retroalimentación reside tal vez en que sus principios valen tanto para los sistemas artificiales creados por el hombre como también para los sistemas físicos, biológicos, económicos y sociales, a pesar de ser muy diversos en cuanto a estructuras y contenidos. La cibernética, ha dicho Wiener, es 'el secreto de la vida', es una llave que permite pasar del caos a los sistemas, artificiales o naturales, mediante una organización que les posibilita comportamientos orientados hacia un propósito.

En todo sistema retroalimentado la información es fundamental, ya que el mecanismo funciona bien si está la información correcta en el momento oportuno. Esa información debe captarse mediante ciertos sensores como los radares (en el tiro asntiaéreo) o los termómetros (en el caso del termóstato); luego debe realimentarse hacia los centros de control donde será procesada con el fin de dar una respuesta, orden o señal que permitirá corregir el proceso sobre la marcha.

3. Reseña histórica.- Antes del surgimiento oficial de la cibernética con Wiener en 1948, ya investigadores como Wagner aplicaban el principio de la retroalimentación a los procesos fisiológicos. Desde entonces, fue aplicado a innumerables fenómenos biológicos y, algo menos persuasivamente, en psicología y ciencias sociales (105).

Llega 1948 y el matemático Norbert Wiener, estimulado por el problema del tiro antiaéreo y por el fenómeno de retroalimentación en los seres vivos, y utilizando sus conocimientos sobre teoría matemática del azar, junto con el fisiólogo A. Rosenblueth produce la obra "Cibernética o el control y la comunicación en el animal y en la máquina", donde acuña el término en cuestión. Desde entonces, la obra será la principal referencia filosófica y científica de la cibernética.

Andando el tiempo, nuevas investigaciones sugirieron la necesidad de distinguir entre una Primera Cibernética (correspondiente al planteo original de Wiener) y una Segunda Cibernética, encargándose la primera del estudio de la retroalimentación negativa, y la segunda de la retroalimentación positiva.

Los circuitos de retroalimentación negativa neutralizan las desviaciones, y por ello se llaman también morfoestáticos. Por ejemplo: dos personas que discuten y poco a poco van calmando los ánimos para retornar al equilibrio original.

Los circuitos de retroalimentación positiva, en cambio, amplifican las desviaciones, y por ello se llaman también morfogenéticos. Por ejemplo: dos personas discuten cada vez más, con lo que la situación se va alejando del equilibrio original, amplificándose las diferencias. Afortunadamente el proceso no continúa indefinidamente porque en la realidad, los bucles amplificadores siempre están articulados con bucles neutralizadores de la desviación (a).

4. Relación de la cibernética con la TGS.- La cibernética es uno de los varios enfoques de sistemas posibles, es decir, como teoría de los mecanismos de control fundada en los conceptos de información y retroalimentación, es sólo una parte de la TGS. Resumamos algunas diferencias:

a) Los sistemas cibernéticos son un caso especial -por importantes que sean- de los sistemas que exhiben autorregulación (16), y se refieren específicamente a las regulaciones secundarias (156, 170), es decir, regulaciones basadas en mecanismos preestablecidos y caminos fijos, como el control neurohormonal (ver Regulación).

La cibernética concibe al sistema como una 'caja negra' definida sólo por entradas y salidas, permaneciendo el genuino mecanismo regulador desconocido (20). La TGS tiene una visión más amplia, ya que además investiga estos íntimos mecanismos reguladores, llamados regulaciones primarias (ver Regulación).

b) Mientras la TGS trata de sistemas cerrados y abiertos, la cibernética trata sólo de sistemas cerrados, ya que un sistema de retroalimentación es cerrado termodinámica y cinéticamente (156). Desde ya, al estudiar sistemas cerrados considerará también las características propias de este tipo de sistemas, como por ejemplo la idea de que en ellos la información sólo puede disminuír, nunca aumentar como en los sistemas abiertos, y la idea de que en ellos se puede alcanzar un grado superior de organización pero sólo 'reactivamente' (por aprendizaje), no 'activamente' como en los sistemas abiertos (156).

(a) Cfr. Maruyama Magoroh, "La segunda cibernética: procesos de causalidad recíproca amplificadores de la desviación", American Scientist, Vol. 51, N°2, 1963, págs. 164-179.


15.- CIENCIA

Cuerpo organizado de conocimientos sobre sectores específicos de la realidad, susceptibles de ser verificados empíricamente. El vocablo designa también la actividad humana que construye, verifica y aplica este tipo de conocimiento. La TGS aspira a unificar las diversas disciplinas científicas sobre la base del descubrimiento de isomorfismos y del fomento de las actitudes interdisciplinarias.

1. Clasificación de las ciencias.- Existen innumerables clasificaciones de las ciencias. En el presente apartado consideraremos aquellas que pueden tener mayor relevancia en un contexto sistémico.

a) Entre las clasificaciones más habituales de las ciencias, encontramos aquella que las divide en ciencias formales (matemática, lógica) y ciencias fácticas o empíricas (física, química, biología, psicología, sociología, etc). Las primeras estudian entidades ideales (números, relaciones lógicas), y las segundas estudian hechos (reacciones químicas, seres vivos, conductas, etc). Sin embargo, hoy en día tiende a predominar la idea de que las ciencias formales no son en sí mísmas ciencias porque no se proponen dar explicaciones de los hechos, sino que constituyen herramientas o instrumentos de las ciencias propiamente dichas, las fácticas. Así, un físico o un biólogo hace razonamientos (la lógica es la herramienta), o expresa sus leyes en términos numéricos (la matemática es la herramienta). Tal planteo puede ser denominado concepción instrumentalista de las ciencias formales, y adscriben a ella autores como von Bertalanffy (37), cuando afirman que la disciplina lógico-matemática es puramente formal en sí mísma pero aplicable a las varias ciencias empíricas. Este autor asigna el mismo status a su TGS, al sostener que, en forma elaborada, no es más que una disciplina puramente formal, de naturaleza lógico-matemática pero aplicable a los dominios fácticos.

b) Si circuncribimos las ciencias exclusivamente a las ciencias fácticas, estas pueden ser a su vez clasificadas en dos grandes grupos: las ciencias naturales (física, química, biología, etc) y las ciencias sociales (psicología, sociología, historia, antropología, lingüística, etc). La diferencia entre ambas concierne a la diferencia que hay entre naturaleza y cultura, entendiendo por esta última, en general, como todo aquello que produce el hombre con alguna finalidad. Las ciencias naturales estudian hechos y situaciones que ocurren en la naturaleza sin que sea necesario para ello la intervención humana, mientras que las ciencias sociales estudian los fenómenos culturales, producidos específicamente por el hombre. Un jarrón chino es al mismo tiempo un objeto natural por estar constituído por átomos y moléculas, y es un objeto cultural por estar fabricado por el hombre, y lo mismo podemos decir de muchas otras cosas como el comportamiento, que tiene una base biológica pero es al mismo tiempo algo que el hombre produce o genera. Von Bertalanffy utiliza este tipo de clasificación de las ciencias (6, 204), así como también menciona los dos siguientes.

c) Suelen también diferenciarse las ciencias nomotéticas ('nomos' significa ley) de las ciencias idiográficas. Las primeras buscan establecer leyes basadas en el hecho de que los acontecimientos naturales son repetibles y recurrentes. Todos los fenómenos de caída de objetos pueden ser muy diversos entre sí, pero todos quedan subsumidos (incluídos) dentro de la ley de la gravitación universal. Si las ciencias nomotéticas pueden asimilarse a las ciencias naturales de la clasificación anterior, las ciencias idiográficas se asimilan mas bien a las ciencias sociales, especialmente a la historia. Hay historiadores, en efecto, que conciben al hecho histórico como único e irrepetible, y por lo tanto tiene su propia y particular explicación, no pudiendo todos ellos ser explicados mediante leyes generales. Para estos historiadores la ciencia es una narración descriptiva de una serie de acontecimientos que, al tener cada uno su propia explicación, se encuentran desconectados entre sí en cuanto a que no hay leyes que permiten explicar el conjunto. Von Bertalanffy no comparte este punto de vista (207-208), por cuanto para él el proceso histórico no es completamente accidental sino que sigue regularidades o leyes que pueden ser determinadas, coincidiendo en este sentido con varios otros historiadores como Hegel, Marx, Spengler, Toynbee, etc. Pero, a diferencia de estos, propondrá una 'historia teórica' basada en los planteos de la TGS.

En suma, von Bertalanffy considerará 'ciencia' a toda empresa nomotética, es decir, no como descripción de singularidades sino como ordenación de hechos y elaboración de generalidades (204).

d) La ciencia puede también clasificarse como ciencia pura o básica, y ciencia aplicada o tecnología.La primera se ocupa del descubrimiento de nuevos hechos, y de la invención y verificación de hipótesis y teorías, siendo su propósito primordial la explicación de los acontecimientos del mundo más allá de si pueden o no tener una aplicación práctica inmediata. La tecnología, en cambio, se preocupa especialmente por aplicar los conocimientos así obtenidos a la realidad, con el fin de controlarla y transformarla, sea con fines bélicos o pacíficos, y según uno u otro parámetro ético. Indica von Bertalanffy (52) que conocemos demasiado bien las fuerzas físicas, las biológicas medianamente, y las sociales en absoluto, con lo cual las correspondientes tecnologías están muy desarrolladas en la física, medianamente en la biología y nada en la sociología. Si dispusiéramos de una ciencia básica de la sociedad humana bien desarrollada y de su correspondiente tecnología, del pensamiento de von Bertalanffy se puede inferir que todas las otras tecnologías podrían direccionarse hacia una ética del respeto y solidaridad, ya que, se supone, un conocimiento de la naturaleza social del hombre podrían develarnos los secretos de su comportamiento violento.

Cada ciencia básica tiene su correspondiente ciencia aplicada: la biología corresponde por ejemplo a la medicina, la física a la ingeniería, etc. Asimismo, campos de aplicación de la biología y la psicología son por ejemplo la psiquiatría, de la química la merceología, etc.

e) Históricamente, von Bertalanffy distingue una ciencia clásica y una ciencia moderna. Las primeras carecen de un enfoque sistémico, y las segundas los han incorporado. La ciencia clásica es esencialmente analítica (7 y 8): resuelve los fenómenos en encadenamientos causales aislables, emprende la búsqueda de unidades 'atómicas' en los varios campos de la ciencia, etc. Estos principios clásicos, que vienen enunciándose desde Galileo y Descartes, han tenido un éxito espléndido en variados campos de fenómenos, pero advierte von Bertalanffy que la aplicación de estos procedimientos analíticos exige dos condiciones: a) no deben existir interacciones entre las partes, o bien que sean tan débiles como para no considerarlas en las investigaciones. Sólo con esta condición se pueden aislar las partes (real, lógica y matemáticamente) y luego volverlas a juntar. b) las relaciones entre las partes deben ser lineales; sólo así queda satisfecha la condición de la aditividad, en el sentido de que los procesos parciales pueden sumarse entre sí para obtener y explicar el proceso total.

La ciencia moderna no es analítica en el sentido anterior, sino sistémica, porque ninguna de las dos condiciones mencionadas las cumplen las entidades llamadas 'sistemas': las interacciones entre las partes no son despreciables sino fundamentales, y la simple suma de las partes no explican el comportamiento del todo. Sin embargo, en la ciencia moderna (30) subsiste aún la excesiva especialización que hace que el físico, el biólogo, el psicólogo y el científico social estén encapsulados en universos privados, sin posibilidad de una comunicación fecunda entre esos compartimientos, por estudiar 'cosas diferentes'. Precisamente, señala von Bertalanffy, la adopción del punto de vista de la TGS permitirá la unificación de las ciencias a partir de un lenguaje y de un conjunto de ideas en común, tal como la idea de sistema, lo cual nos lleva al problema de la unidad de la ciencia.

2. Unidad de la ciencia.- Para von Bertalanffy (49), la unificación de las ciencias no pasa por una solución reduccionista, donde se reducen todos los niveles de la realidad al nivel físico (y por ende todas las ciencias a la física), sino por una solución más realista que implica unificar las ciencias sobre la base de un isomorfismo de las leyes en las diferentes ciencias particulares (ver Isomorfismo y Perspectivismo). Así, el hecho de que ciertos principios se apliquen a los sistemas en general sin importar la naturaleza de los mismos ni las entidades que se se trate, explica que aparezcan en diferentes campos de la ciencia concepciones y leyes que se corresponden, provocando el notable paralelismo que hay en su desarrollo moderno (89, 270), así como la tendencia cada vez más creciente hacia las investigaciones interdisciplinarias.


16.- CIENCIA DE LOS SISTEMAS

1) La ciencia de los sistemas se ocupa de la exploración y la explicación científicas de los 'sistemas' de las varias ciencias (física, química, biología, ciencias sociales...), mediante los principios de la TGS en sentido amplio como doctrina aplicable a todos los sistemas (XIII).

2) La ciencia de los sistemas constituye el correlato en ciencia aplicada de la TGS en sentido amplio, teniendo esta última en cambio, el carácter de ciencia básica (94).

Von Bertalanffy asigna dos sentidos a la expresión 'ciencia de los sistemas'. La primera (a) hace hincapié en el estudio de los sistemas naturales, y la segunda (b) en la construcción y aplicación de los sistemas creados por el hombre (máquinas).

1) Desde el primer punto de vista (XIII-XIV), la Ciencia de los sistemas es uno de los tres aspectos principales de TGS en sentido amplio, junto a la Tecnología de los sistemas y la Filosofía de los Sistemas (ver Teoría general de los sistemas). Su objetivo es explorar los numerosos sistemas de nuestro universo observado, basándose en los principios generales de la TGS, vale decir, los diferentes sistemas que aparecen en las ciencias particulares como la biología, la psicología, etc., para lo cual no sólo examina las propiedades generales y comunes de todos los sistemas (isomorfismo) sino también explora las especificidades propias de cada tipo de sistema en particular.

El desarrollo de la ciencia de los sistemas, en cualquiera de los dos sentidos de esta expresión, está emparentado con el desarrollo de los diferentes enfoques de sistemas (ver Enfoques de sistemas).

2) Desde el segundo punto de vista, la Ciencia de los sistemas se ocupa sobretodo, aunque no únicamente, de la aplicación práctica de los principios generales de la TGS a la construcción y manejo de sistemas artificiales (94). Desde esta perspectiva, la ciencia de los sistemas incluye los siguientes campos:

a) Ingeniería de sistemas.- Se ocupa de la concepción, planeamiento, evaluación y construcción científicos de sistemas hombre-máquina. A tal efecto recurre a la cibernética, a la teoría de la información y a la TGS en sentido estricto.

b) Investigación de operaciones.- Se ocupa del control científico de sistemas existentes de hombres, máquinas, materiales, dinero, etc., y utiliza instrumentos como la programación lineal y la teoría de los juegos. El interés de la investigación de operaciones reside, al igual que en el caso de la ingeniería de sistemas (108), en que pueden analizarse entidades cuyos componentes son de los más heterogéneos, como hombres, máquinas, edificios, valores monetarios, insumos de materia prima, salida de productos, etc.

c) Ingeniería humana.- Estudia la adaptación científica de sistemas, y especialmente máquinas, con objeto de obtener una máxima eficiencia con un mínimo costo. Así, se ocupa de las capacidades, limitaciones fisiológicas y variabilidad de los seres humanos, e incluye en su arsenal biomecánica, ingeniería psicológica, factores humanos, etc.


17.- COMPETENCIA

Propiedad formal de los sistemas según la cual sus elementos componentes procuran captar para sí los recursos disponibles a expensas o en detrimento de los otros componentes. La idea de vincula con expresiones tales como 'lucha por la existencia', 'lucha entre partes', etc., y en última instancia revelan la estructura de la realidad como 'coincidentia oppositorum' (67,68).

La competencia es observable en diferentes tipos de sistemas abiertos:

1) Dentro del organismo viviente, se establece una competencia entre sus diversos órganos por los recursos disponibles en el mismo. Esto determinará el fenómeno del crecimiento relativo, es decir, el hecho de que los diversos órganos crezcan con diferentes ritmos (154). Si un órgano cualquiera recibe una mayor participación energética crecerá más rápido que otro, que habrá recibido una menor participación de la energía ingresada al organismo, con lo cual ambos crecerán a ritmos diferentes (67).

Los ritmos relativos de crecimiento guardan una razón constante durante la vida, o durante cierto ciclo vital, expresable matemáticamente mediante ecuaciones alométricas (66).

2) La situación se complica si consideramos interacciones entre las partes del sistema, como ocurre típicamente en dos casos: a) cuando dos especies luchan entre sí por los mismos recursos, en cuyo caso esta competencia desemboca en el exterminio de la especie con menor capacidad de crecimiento; b) cuando una especie predadora y su presa interactúan entre sí, competencia que es menos fatal que la anterior ya que el proceso no termina cuando una es aniquilada sino que conduce a una oscilación periódica en la cantidad de individuos de cada una, en torno a un valor medio. Estos fenómenos pueden analizarse cuantitativamente mediante las ecuaciones de Volterra (67, 107).

Hay aún otros ejemplos, como el estudio desde el punto de vista de la competencia de las poblaciones de peces, a los efectos de determinar en qué época es mejor pescar porque habrá más peces, o también el estudio de la carrera armamentista entre naciones (108).

Finalmente, y como punto de interés mas bien filosófico, puede parecer paradójico el hecho de que, si los sistemas constituyen totalidades o unidades, pueda haber oposiciones y competencia entre sus partes. Para von Bertalanffy no hay tal paradoja, siendo la competencia una expresión más de la organización de los sistemas y, en última instancia, de la estructura de la realidad (68).


18.- COMPORTAMIENTO

Aunque no establece explícitamente una definición de este término, von Bertalanffy menciona en su libro una serie de teorías alternativas sobre el comportamiento de sistemas, máquinas, etc., pero especialmente de animales, hombres y masas. Establece algunas diferencias entre dichas teorías y entre esos tipos de comportamiento, y en última instancia propondrá una teoría unificada de la conducta humana, fundada sobre los principios de la TGS.

1. Teorías del comportamiento.- La tendencia dominante en el texto de von Bertalanffy es la de dividir estas teorías en dos grupos principales. Primero, aquellas que no son encuadrables dentro del paradigma sistémico y que fueron superadas por éste, y que el autor engloba bajo la denominación de teorías del robot, o teorías del hombre-robot, Segundo, las teorías sistémicas.

a) Teoría del robot.- Este modelo explica la conducta mediante el esquema mecanicista E-R (estímulo-respuesta). El condicionamiento, de acuerdo con lo experimentado con animales, aparece como el fundamento de la conducta humana (4). Las teorías del hombre-robot suelen fundarse en cuatro principios: estímulo-respuesta, ambientalismo, economía y equilibrio (ver los respectivos artículos). Sumariamente (219), digamos que estas teorías consideran como esquema básico y universal del comportamiento la respuesta a estímulos, la reducción de tensiones, el restablecimiento de un equilibrio perturbado por factores externos, y el ajuste al medio.

El modelo del hombre como robot ha sido inherente a todos los campos de la psicología y la psicopatología, y engloba teorías a veces hasta antagónicas entre sí: la teoría E-R del comportamiento, la teoría cognoscitiva que ha sido llamada el "dogma de la inmaculada percepción", teorías del aprendizaje (pavlovianas, skinnerianas, etc), conductismo, psicoanálisis, el modelo cibernético en neurofisiología y psicología (es decir, la concepción del cerebro como una computadora), etc. El modelo del hombre-robot fue la expresión y la fuerza impulsora de una sociedad mecanizada y comercializada que ayudó a hacer de la psicología la sirvienta de intereses pecuniarios y políticos. La meta de la psicología manipuladora buscaba hacer de los humanos individuos lo más parecidos a robots o autómatas, lo que se conseguía mediante aprendizaje mecanizado, técnicas de propaganda, investigación de motivaciones y lavado de cerebro.

Si bien estas teorías describen correctamente buena parte de la conducta humana, se convierten en espurias en cuanto pretenden constituírse en la 'única' explicación para la misma. Además, dejan de lado una amplia gama de comportamientos que, desde aquel modelo estrecho, no pueden ser explicados adecuadamente (200).

Para el modelo del robot, el hombre es un ser ante todo reactivo: sus conductas son el producto de determinada estimulación, y tal concepción dominó casi toda la psicología norteamericana de la primera mitad de este siglo, además de haber dominado otras disciplinas como el psicoanálisis y la teoría de Pavlov, de origen europeo (215).

La psicología de la gestalt fue la primera en enfrentarse a este esquema mecanicista hacia la década del '30 (6), y a partir de allí se fueron dando nuevos cambios de perspectiva hasta el surgimiento del paradigma sistémico.

b) Modelo sistémico.- Surje hacia la mitad de nuestro siglo XX ante la necesidad de dar una imagen del hombre más satisfactoria, fundada sobre la idea de sistema, y que dio lugar a la configuración de una 'teoría unificada del comportamiento' (5).

Si bien fue en psiquiatría donde más decididamente se han adoptado estos planteos (5), numerosos ejemplos de nuevas corrientes psicológicas y psicopatológicas expresaron estas nuevas tendencias: las diversas escuelas neofreudianas, la psicología del yo, las teorías de la personalidad (Murray, Allport), la psicología europea del desarrollo del niño (Piaget, Werner, Bühler), el 'new look' en percepción, la autorrealización (Goldstein, Maslow), la terapia centrada en el cliente (Rogers), las actitudes fenomenológicas y existenciales, los conceptos sociológicos del hombre (Sorokin), etc., y también la obra de pensadores como Anderson, Arieti, Brunswik, Lennard y Berstein, Menninger, Miller y tantos otros (215, 217).

Casi todos ellos se han referido a la TGS o a una parte de ella, es decir, han renunciado a considerar al hombre como un autómata reactivo o un robot, y empezaron a considerarlo más en términos de un 'sistema activo de personalidad' (217).

Esto implicó una orientación holista en psicología (202). Antes solían reducirse los acontecimientos mentales a un manojo de sensaciones, pulsiones, reacciones innatas o aprendidas, o cualesquiera elementos últimos fuesen presupuestos teóricamente. En contraste, el concepto de sistema procura estudiar al organismo psicofisiológico con un todo, como puede apreciarse en las nuevas corrientes organísmicas y humanísticas, que han puesto en énfasis en el lado creador del hombre, en la importancia de las diferencias individuales, en aspectos que no son utilitarios y que están más allá de los valores biológicos de ssubsistencia y supervivencia.

2. Tipos de comportamiento.- Mencionaremos en este apartado algunas clasificaciones del comportamiento que establece von Bertalanffy en su texto básico.

a) Comportamiento animal y comportamiento humano.- Sus diferencias más significativas son las siguientes: 1) Por paradójico que pueda resultar, los animales actúan bajo el principio de racionalidad (119), es decir, funcionan de modo 'raciomorfo', maximizando valores como la preservación, la satisfacción, la supervivencia, etc., y escogiendo en general lo que es biológicamente bueno para ellos. Prefieren más cantidad de un bien (por ejemplo comida), que menos. El ser humano en cambio no sigue este criterio. Así por ejemplo las mujeres en el supermercado no suelen maximizar su provecho y caen bajo la influencia de la publicidad; no hacen una elección racional revisando todas las posibilidades y consecuencias, y ni siquiera prefieren más cantidad de un producto envuelto discretamente que menos de lo mismo, pero metido en una gran caja roja con un dibujo atractivo. Existen en la sociedad ciertos especialistas influyentes (publicistas, etc) que se ocupan de hacer 'irracionales' las elecciones, sobretodo acoplando factores biológicos (reflejos condicionados, pulsiones inconcientes) a valores simbólicos. 2) Una segunda diferencia guarda relación con el carácter finalista del comportamiento. Tanto en los animales como en los humanos, como sistemas abiertos que son, su conducta está regida por la equifinalidad (ver Equifinalidad), pero en el caso especial del hombre existe, además, lo que se llama intencionalidad, idea que presupone que la meta futura de la conducta está ya presente en el pensamiento y que está dirigiendo la acción presente. La verdadera intencionalidad es característica del comportamiento humano y está vinculada con la evolución del simbolismo del lenguaje y los conceptos (81).

b) Comportamiento de máquinas y comportamiento de seres vivos.- Tanto las máquinas construídas por el hombre como los seres vivos basan su comportamiento en mecanismos homeostáticos y retroalimentadores. En el caso de los seres vivos a ello hay que agregar también la equifinalidad, y, en el caso especial del ser humano, además la intencionalidad (44, 81). Retroalimentación, equifinalidad e intencionalidad son principios que rigen el carácter finalista de los comportamientos, con las diferencias antes apuntadas (ver Finalidad).

c) Comportamiento individual y comportamiento de masas.- Von Bertalanffy deja entrever que el primero está fundado en el libre albedrío, mientras que sobre el segundo parecen actuar fuerzas que operan más allá de la voluntad de sus miembros. Al tener características diferentes, resultan abordables desde distintos enfoques de sistemas. Para el comportamiento de masas se aplicarían leyes de sistemas que, si pudieran ser matematizadas, tendrían la forma de un cierto tipo de ecuaciones diferenciales. En contraste, la libre elección por el individuo quedaría descripta por formulaciones de la índole de la teoría de los juegos y la teoría de la decisión (119).

d) Comportamiento molecular y comportamiento molar.- Resultan mas bien formas de estudiar el comportamiento, según una terminología clásica. La conducta molecular es cada uno de los segmentos de comportamiento analizado dentro de un todo complejo, como por ejemplo una reacción química en un organismo, una percepción en el psiquismo, etc. La conducta molar, en cambio, resulta de buscar leyes de conjunto que gobiernen la totalidad (115).

e) Comportamiento de conjunto y comportamiento sumativo.- En el marco de su discusión de la segregación progresiva, que es una de las propiedades formales de los sistemas, von Bertalanffy distingue el comportamiento de conjunto y el comportamiento sumativo, sustentados por la concepción unitaria y elementalista de la conducta, respectivamente (73).

Ambos tipos de comportamiento suelen concebírselos como contrapuestos, pero en realidad evolutivamente en cada organismo se va dando una transición gradual desde un comportamiento de conjunto hacia un comportamiento sumativo, según y conforme el principio de segregación progresiva o diferenciación. Así, en los primeros tiempos de vida el organismo realiza acciones de cuerpo entero o de grandes regiones (comportamiento de conjunto) y luego poco a poco va adoptando conductas más definidas, específicas, localizadas y especializadas, de forma tal que todo el comportamiento resulta de considerar conjuuntamente estas conductas aisladas que tienen funciones independientes (comportamiento sumativo). Otro tanto ocurre en las estructuras sociales: las comunidades primitivas son mas bien totalidades indiferenciadas, mientras que en una comunidad altamente diferenciada cada miembro tiene una actividad bien definida y especializada (71-72).


19.- CRECIMIENTO

Propiedad formal de los sistemas según la cual el número de sus elementos presentes variará a lo largo del tiempo. El crecimiento puede ser positivo o negativo, según que aumente o disminuya dicho número (62). Esta propiedad ha sido estudiada en forma especial por von Bertalanffy en los sistemas biológicos, donde elaboró un modelo de crecimiento que lleva su nombre (162, 179).

1. Ecuaciones de crecimiento.- Existen en matemática cierto tipo de ecuaciones que, por ser aplicables a situaciones empíricas donde se verifica crecimiento, son llamadas ecuaciones de crecimiento. La identidad formal de distintas leyes en diferentes territorios (biología, demografía, economía, etc.) respecto de las ecuaciones generales de crecimiento contribuye a justificar una TGS (62) o, en otras palabras, a mostrar la presencia de uniformidades formales en la naturaleza (65). En efecto, diferentes leyes de distintos territorios tienen en realidad la misma forma (identidad formal) o si se quiere pueden representarse mediante las mismas curvas de crecimiento.

Dos de estas leyes, expresables en términos de ecuaciones, son la ley exponencial y la ley logística. Ellas expresan las formas más sencillas de crecimiento en función del tiempo transcurrido, razón por la cual se prestan mejor a exhibir el isomorfismo o correspondencia entre leyes en diferentes campos (106). Prescindiremos aquí de las notaciones matemáticas, formulando una apreciación intuitiva de las mismas utilizando ejemplos prácticos y gráficos de curvas.

a) Ley exponencial.- Ley según la cual el crecimiento de un sistema es exponencial. El crecimiento puede ser positivo si el número de elementos aumenta con el tiempo, o negativo si decrece con el tiempo, pero en ambos casos en forma exponencial. Por ejemplo, para un caso simple de crecimiento positivo, al cabo de 1 segundo, puede haber 2 elementos, al cabo de 2 segundos habrá 4 elementos, al cabo de 3 segundos habrá 8 elementos, y así sucesivamente, todo lo cual puede representarse mediante el tipo de curva exponencial para crecimiento positivo (ver esquema). Del mismo modo, hay una curva exponencial para crecimiento negativo, que sigue las mismas pautas que la anterior, pero a la inversa.

Ambitos de aplicación de la ley exponencial de crecimiento positivo: El aumento del capital por interés compuesto; el crecimiento individual de ciertas bacterias y animales; multiplicación sin restricciones de poblaciones vegetales o vegetales, siendo el caso más sencillo la multiplicación de bacterias al dividirse cada individuo en dos, que dan cuatro, etc; la ley de Malthus del crecimiento ilimitado de una población cuya tasa de natalidad es superior a la de mortalidad; el aumento del conocimiento humano medido en páginas de texto dedicadas a descubrimientos científicos, etc.(63).

Ambitos de aplicación de la ley exponencial de crecimiento negativo: desintegración radiactiva; descomposición de un compuesto químico por reacción monomolecular; exterminio de bacterias por radiación o veneno; pérdida de sustancia corporal por hambre en un organismo multicelular; ritmo de extinción de una población donde la tasa de mortalidad supera la de natalidad, etc (63).

b) Ley logística.- Expresa ciertos tipos especiales de crecimiento donde, por más que pase el tiempo, sólo se llega a alcanzar un valor máximo en cuanto al número de elementos que pueden aparecer. Por ejemplo, la ley de Verhulst describe el crecimiento de poblaciones humanas con recursos limitados: si la población tiene alimentos hasta cierta cantidad, no puede crecer más de un número máximo de habitantes, porque para todos no alcanzará el alimento y comenzarán a morirse. Si vemos la curva correspondiente, en un primer momento la población aumenta, pero luego de un tiempo se estabiliza alrededor de una cantidad máxima de personas. Otro ejemplo: en química, la curva logística también describe adecuadamente una reacción autocatalítica, o sea una reacción donde un producto formado acelera su propia producción (64).

2. Modelos de crecimiento biológico.- En el texto de von Bertalanffy se describen dos modelos relacionados con la propiedad formal del crecimiento de los sistemas (106 a 107, 162): el modelo alométrico, y el modelo del crecimiento animal de von Bertalanffy y otros.

Este último autor describe con cierto detalle los resultados experimentales obtenidos de la aplicación de estos modelos, con el fin de ilustrar, en última instancia, la necesidad de una TGS. En efecto, las características fundamentales de la vida tales como el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo, la autorregulación, la irritabilidad, la actividad espontánea, etc., pueden a fin de cuentas considerarse consecuencias del hecho de que el organismo es un sistema abierto. Una teoría de tales sistemas abiertos, pues, sería un principio unificador capaz de combinar fenómenos tan diversos y heterogéneos como los indicados bajo el mismo concepto general, y de derivar leyes cuantitativas. Cabe aún una generalización más amplia, pues la teoría de los sistemas abiertos formaría parte de otra más general, llamada TGS, que incluiría los sistemas abiertos y los cerrados, es decir, sus principios serían aplicables a sistemas en general, más allá de la naturaleza de sus componentes y la fuerzas que los gobiernen (155).

Los modelos alométrico y de von Bertalanffy en este contexto apuntan, específicamente, a establecer leyes cuantitativas que permitan relacionar dos de las características de la vida: el crecimiento y el metabolismo, y a mostrar que ambos procesos son interdependientes y se encuentran armonizados de forma tal que permiten que el organismo se mantenga vivo, es decir, que se mantenga en el llamado estado uniforme, típico de los sistemas abiertos (177).

Veamos entonces suscintamente cómo estos modelos relacionan crecimiento con metabolismo, aclarando previamente que el crecimiento puede medirse en términos de variación de peso, de superficie corporal, de voluimen, etc., y que el metabolismo puede medirse en términos de balance entre procesos anabólicos (formadores de materia) y catabólicos (destructores de materia).

Puede suponerse que el crecimiento se basa en el balance entre procesos anabólicos y procesos catabólicos (79, 140, 180). En el organismo están ocurriendo continuamente ambos, aunque en diferente proporción: cuando predomina la formación sobre la destrucción, decimos que el organismo tiene crecimiento positivo; después, ambos procesos de igualan (el crecimiento se detiene), y finalmente predomina el catabolismo sobre el anabolismo, con lo cual se produce crecimiento negativo.

El crecimiento es a su vez medible como peso, superficie, etc. Veamos entonces algunos ejemplos, teniendo presente que las ecuaciones alométricas pueden aplicarse tanto a crecimientos que siguen la curva exponencial, como la logística, la parabólica y otras (66).

a) Hay una relación cuantitativa entre el metabolismo basal (un indicador de metabolismo) y el peso corporal (un indicador de crecimiento). Por ejemplo para las larvas de insectos y caracoles, la relación es 1:1, es decir, cuando el metabolismo basal aumenta una unidad, el peso corporal lo hace en la misma proporción (66, 171 a 172). Se toma como medida el metabolismo basal porque al ser éste el metabolismo del ser vivo en reposo, se supone (189) que es el que más se acerca a las condiciones naturales de crecimiento.

b) También se verifica en muchos animales una relación cuantitativa entre el metabolismo basal y la superficie corporal (181), aunque la relación no es de 1:1 como en el caso anterior.

c) También puede establecerse una relación cuantitativa entre el crecimiento y el tiempo transcurrido. Un ejemplo artificial sería el siguiente: cada día la cola de las ratas blancas crece dos centímetros. La relación, en la realidad, no es tan sencilla: no se representa mediante una simple recta sino que sigue una curva logística.

En este tercer ejemplo se relacionó el crecimiento con el tiempo y no directamente con el metabolismo por ser el tiempo una medida importante para describir fenómenos en los seres vivos en cuanto puede correlacionarse con otras muchas características vitales, incluyendo el metabolismo, el desarrollo, etc.

d) En muchos organismos, el catabolismo es proporcional al peso del cuerpo, y el anabolismo es proporcional a la superficie, por ejemplo, a la superficie intestinal (140). Así, cuanto más superficie intestinal haya más alimentos se pueden incorporar al metabolismo, y consecuentemente más formación de sustancias nuevas habrá (anabolismo).

Finalmente, debe tenerse presente que pueden darse variaciones de la relación entre tamaño corporal y tasa metabólica 1) en diferentes tejidos o en diferentes especies, 2) a causa de cambios en las condiciones fisiológicas, y 3) en virtud de diferentes planes experimentales. Entre las condiciones que alteran esta relación hay factores como las actividades fisiológicas, el sexo, la estación, la aclimatación previa, etc. (194).

En general, la ecuación alométrica se aplica a diversos fenómenos biológicos, entre ellos el del crecimiento. Dicha ecuación expresa que determinada característica A puede ser expresada como función exponencial de otra característica B. El ejemplo puede ser la morfogénesis (es decir, el desarrollo de los diversos órganos del cuerpo): la longitud o el peso de un determinado órgano, (característica A), es en general función alométrica del tamaño de otro órgano o de la longitud o el pesos totales del organismo en cuestión (característica B) (66).


20.- DIFERENCIACION

Proceso manifestable en los sistemas vivientes y que consiste en una transformación progresiva desde una condición más general y homogénea, hasta otra más especial o heterogénea (221). Consiguientemente, esta idea está directamente vinculada con las de segregación y especialización.

1. Concepto.- La diferenciación implica que en el todo original van apareciendo partes 'diferentes' entre sí, es decir partes que se van especializando en ciertas funciones. La organización de las totalidades biológicas está constituída por diferenciación de un todo original que se segrega o separa en partes (70). De esta forma, diferenciación, especialización y segregación son proceso paralelos, y dan lugar a la mecanización y a la centralización (véanse estos conceptos).

El principio de diferenciación es aplicable a sistemas biológicos, psicológicos y culturales. Werner sostuvo, por ejemplo, que las funciones mentales suelen progresar desde un estado sincrético donde percepciones, motivaciones, sensaciones, imaginación, símbolos, etc., constituyen una unidad amorfa, hacia una distinción más clara de estas funciones (221).

2. Ejemplos.- En la percepción, el estado primitivo parece ser la sinestesia, del cual se van deslindando experiencias visuales, auditivas, táctiles, químicas y otras. En el comportamiento animal y buena parte del humano hay al principio de todo una unidad perceptivo-emotivo-motivacional indiferenciada, y los objetos percibidos sin armónicos emotivo-motivacionales son un logro tardío del hombre maduro civilizado.

Respecto de la evolución del pensamiento y el lenguaje, se supone que originalmente fueron 'holofrásticos', es decir, eran enunciados y pensamientos con una amplia gama de asociaciones, y sólo después ocurrió la separación de los significados y, consecuentemente, la separación del lenguaje en palabras (lenguaje articulado).

Similarmente, las categorías de la vida mental desarrollada, que implica la distinción entre yo y objetos, espacio, tiempo, número, causalidad, etc., evolucionaron a partir de un continuo perceptivo-conceptual-motivacional representado por la percepción 'paleológica' de niños, primitivos y esquizofrénicos. De modo similar y respecto del desarrollo de la cultura, el mito fue el original caos prolífico a partir del cual se diferenciaron lenguaje, magia, arte, ciencia, medicina, moral y religión (221-222).


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