lunes, 24 de septiembre de 2018

La dependencia espiritual es la peor esclavitud - 0sho


"... Mi intención es hacerte independiente, incluso de mí.

Cualquier tipo de dependencia es una esclavitud, y la dependencia espiritual es la peor de las esclavitudes.

Estoy haciendo todo tipo de esfuerzos para hacerte consciente de tu individualidad, de tu libertad, de tu capacidad de crecer sin ayuda de nadie.

Tu crecimiento es intrínseco a tu ser, no te viene de fuera, es una apertura de tu ser.

Cualquiera de las técnicas de meditación que te he dado es independiente de mí –mi presencia o ausencia no creará ninguna diferencia–, dependen totalmente de ti.

No es mi presencia sino la tuya la que es necesaria para que funcionen.

No es mi ser sino tu ser –tu presencia en el momento, tu atención, tu consciencia– lo que te va a ayudar.

El pasado de la humanidad es una historia de diferentes formas de explotación. Incluso la gente aparentemente ‘espiritual’ no ha podido resistir la tentación de explotar.

De cien maestros, el noventa y nueve por ciento han intentado imponer la idea:

“Sin mi no puedes crecer, tu transformación no es posible; dame toda tu responsabilidad.”

Pero en el momento en que le das tu responsabilidad a alguien, sin darte cuenta le estás dando también tu libertad...".

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Extraído del muro de Carmen Ruiz en Facebook
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sábado, 15 de septiembre de 2018

Jeanne de Salzmann - Citas


008. "... -El momento de recibir una impresión es el momento de volverse consciente.

-La conciencia es siempre conciencia de Sí mismo.

-Necesito sentir que esa Presencia se forma en Mí.

-Sólo trabajando para estar presente se desarrollará mi atención.

-En cada evento de vida se produce un doble movimiento de involución y de evolución.

-El esfuerzo que puedo hacer con mis medios ordinarios, el único que me incumbe, es un esfuerzo de una pasividad voluntaria, un esfuerzo consciente.

-La actitud que tomamos, nuestra posición interior y exterior, es nuestra meta y a la vez nuestro camino...".

007. "... Comienzo a ver que sólo hay conocimiento real en el momento en que mi atención es tan plena que es una conciencia que lo llena todo.


Entonces, ninguna cosa tiene derecho sobre otra. Hay una existencia pura.

El acto creador allí es la visión de lo que pasa.

Y aprendo a vigilar...".


006. "... Lo que es difícil de comprender es que nada es posible sin esfuerzo consciente, y que el esfuerzo consciente está relacionado con la naturaleza superior.

Sola, mi naturaleza inferior no puede llevarme a la conciencia. Es ciega.

Pero cuando despierto y siento que pertenezco a un mundo superior, ésa no es sino sólo una parte de mi esfuerzo consciente.

Sólo me vuelvo realmente consciente cuando estoy abierto a todas mis posibilidades superiores e inferiores.

Sólo hay valor en el esfuerzo consciente...".


005. "... Conocerse no quiere decir mirar desde afuera, sino sorprenderse en un momento de contacto, de plenitud. / Entonces, ya no hay más yo y mí, no hay más yo y una Presencia en mí. / No hay ninguna separación, ya no hay dualidad. / Conocer quiere decir Ser. No hay lugar para otra cosa...".

004. "... En ocasiones, hay una detencíón entre dos pensamientos y, por un momento, siento que el espacio se expande. No tiene límite...".


003.  "... En el intento de no expresar emociones negativas no estamos luchando contra las emociones en sí mismas o con acabar con su expresión.

Es una lucha contra la identificación, una lucha por permitir que la energía que normalmente derrochamos se canalice y sirva a nuestra obra.

Nosotros no luchamos contra algo, luchamos por algo...".(1)


002. "... Para crear hay que ser liberado por la muerte voluntaria, la muerte del ego.

La visión creadora pertenece al que se atreve a mirar en sí mismo hasta el vacío.

La comprensión no viene por un esfuerzo de adquirir o de llegar a ser; sino sólo cuando la mente está inmóvil.

La meditación es la forma más alta de la inteligencia, una intensa vigilancia que libera la mente de sus reacciones.

Uno no puede estar sin relación, uno obedece siempre a una relación.

Uno está relacionado con algo más alto o bien uno está tomado.

Es una lucha de fuerzas.

Es en mi esencia que reencuentro al que ve...".


001. "... El acto de ver es un acto de liberación. / Cuando veo lo que es real, el hecho real, la percepción misma del hecho me libera. / Necesito desprenderme del valor todopoderoso que le doy al saber, a mis opiniones y teorías. / El acto de ver algo como un hecho, sin la intervención del pensamiento, tiene un efecto extraordinario...".


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Notas

1. "La Realidad del Ser" - Jeanne de Salzmann - https://sergioeacostanaturopata.files.wordpress.com/2013/08/la-realidad-del-ser_jeanne-salzmann_cuarto-camino.pdf

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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Extractos de Carlos Matchelajovic


"... No ponemos prácticamente nunca en cuestión cómo nos movemos, excepto en condiciones especiales de gimnasia o artes marciales, Tai Chi, Movimientos, danzas, etc.

Pero en nuestra vida personal, nos movemos desde el primer aliento, desde el primer grito.

Entonces el movimiento es el símbolo de la vida, no solamente de nuestra vida, sino también de la vida cósmica.

Todo se mueve. Ciertas estrellas o galaxias se mueven con velocidades de años luz inconcebibles para nuestra mente: es una abstracción lo que vemos.

Se acercan a nosotros, se alejan - universo en expansión -, y también está en la materia más densa.

En el átomo hay movimientos inconcebibles, astronómicos, millones de vueltas alrededor de un núcleo.

Y ¿cómo está la cuestión en nosotros? Nos interesa la idea desde el punto de vista de la evolución, de la posible evolución, porque la idea básica con la cual se mide todo en el Trabajo es siempre el de la posible evolución.

La evolución significa que también existe lo opuesto: una involución.

Y como todo está en este proceso, dentro de una involución o una posible evolución, que es lo menos, entonces también nuestros movimientos se pueden ver desde este punto de vista.

La mayor parte de nuestros movimientos son casi exclusivamente involutivos, van hacia abajo en la escala del Rayo de Creación, y no suben por la octava lateral que está dada en el Trabajo como la Octava del Sol, de la inteligencia del Sol. ¿Por qué es así?

Significa que, de niño, comienzo a imitar, ya que ésta es una de las características o capacidades del centro motor, pero estoy en una situación muy lamentable, porque imito mecánica o inconscientemente, como un mono, las cosas de otros.

De este modo se forma lo que son nuestros gestos, nuestro porte, nuestra manera de caminar, todos nuestros movimientos, en los que entra después mi historia personal, es decir, la historia de mis abuelos, de mis padres, de mis vecinos, de mis hermanos, de mis compañeros de colegio..., donde tengo contacto social.

Todos son movimientos mecánicos, y un movimiento mecánico, no es consciente...".

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Fragmento de foto y texto a través de Ornella Bianchi en Facebook
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martes, 4 de septiembre de 2018

La Naturaleza de Buddha​ - Dilgo Khyentse Rinpoche

 
¿Es correcta mi meditación? ¿Cuándo sólo haré progresos? Nunca lograré el nivel de mi maestro espiritual.

Haciendo malabares entre la esperanza y la duda, nuestra mente nunca está en paz. 

Según como ande nuestro humor, un día practicaremos intensamente y nada en absoluto al siguiente.

Nos quedamos enganchados a las experiencias agradables que emergen del estado de calma mental, y deseamos abandonar la meditación cuando no podemos retrasar el flujo de los pensamientos.

Esta no es la manera apropiada de practicar.

Sea el estado que fuera de nuestros pensamientos, debemos dedicarnos con constancia a la práctica regular, día tras día; observando el movimiento de nuestros pensamientos y de nuevo remontarlos a su fuente.

No debemos creer que inmediatamente seremos capaces de mantener el flujo de nuestra concentración día y noche.

Cuando comencemos a meditar en la naturaleza de la mente es preferible hacer sesiones cortas de meditación, varias veces al día.

Con perseverancia, realizaremos progresivamente la naturaleza de nuestra mente, y esa realización llegará a ser más estable.

En esta etapa, los pensamientos perderán su poder de disturbarnos y dominarnos.

La vacuidad, la naturaleza última del Dharmakaya, el Cuerpo Absoluto, no es la simple inexistencia.

Ella posee intrínsecamente la facultad de conocer todos los fenómenos.

Esta facultad es el aspecto luminoso o cognoscitivo del Dharmakaya, cuya manifestación es espontánea.

El Dharmakaya no es el producto de causas y de condiciones; es la naturaleza original de la mente.

El reconocimiento de esta naturaleza primordial se parece al levante del sol de la sabiduría en la noche de la ignorancia: la oscuridad se disipa inmediatamente.

La claridad del Dharmakaya no crece ni disminuye como la luna; es como la luz inmutable que brilla en el centro del sol.

Cada vez que las nubes se agrupan, la naturaleza del cielo no se corrompe, y cuando se dispersan, ella no se mejora. El cielo no disminuye ni resulta más amplio. No cambia.

Igual es con la naturaleza de la mente: no resulta estropeada por la llegada de pensamientos; ni mejorada por su desaparición.

La naturaleza de la mente es vacuidad; su expresión es claridad.

Estos dos aspectos son esencialmente imágenes sencillas diseñadas para indicar las diversas modalidades de la mente.

Sería inútil unir a la vez en uno mismo la noción de vacío y luego la de claridad, como si fueran entidades independientes.

La naturaleza última de la mente está más allá de todos los conceptos, de todas las definiciones y de toda fragmentación.

‘¡Puedo caminar en las nubes!' dice un niño. Pero si él alcanzara las nubes, se encontraría con que no hay donde asentar sus pies.

Asimismo, si uno no examina los pensamientos, ellos presentan una sólida apariencia; pero si uno los examina, no hay nada allí.

Eso es lo que se llama ser al mismo tiempo vacuidad y apariencia.

La vacuidad de la mente no es nada, ni un estado de aletargamiento, porque posee por naturaleza una facultad luminosa de conocimiento que se llama Conciencia.

Estos dos aspectos, vacuidad y conciencia, no pueden ser separados.

Son esencialmente uno, como la superficie del espejo y la imagen que se refleja en él.

Los pensamientos se manifiestan dentro de la vacuidad y se reabsorben en ella tal como un rostro aparece y desaparece en un espejo; el rostro nunca ha estado en el espejo, y cuando deja de estar reflejado en él, no ha dejado realmente de existir.

El espejo en sí mismo nunca ha cambiado.

Así pues, antes de iniciar el camino espiritual, permanecemos en el llamado estado ‘impuro’ del samsara, el que, en apariencia, es gobernado por la ignorancia.

Cuando nos comprometemos en este camino, cruzamos un estado donde se mezclan la ignorancia y la sabiduría.

Al final, en el momento de la iluminación, solamente existe la sabiduría pura.

Pero a lo largo de todo este viaje espiritual, aunque hay una apariencia de transformación, la naturaleza de la mente nunca ha cambiado:

no fue corrompida al entrar en el camino y no fue mejorada en el momento de la realización.

Las cualidades infinitas e indescriptibles de la sabiduría primordial ‘el verdadero nirvana' son inherentes en nuestra mente.

No es necesario crearlos, para elaborar algo nuevo.

La realización espiritual solamente sirve para revelarlos con la purificación, que es el camino. Finalmente, si uno las considera desde un último punto de vista, estas cualidades son ellas mismas solo vacuidad.

Así el samsara es vacuidad, el nirvana es vacuidad y, por lo tanto, uno no es el ‘malo' ni lo otro `bueno'.

La persona que ha realizado la naturaleza de la mente es libre desde el impulso de rechazo al samsara y el logro del nirvana.

Es como un jovencito que contempla el mundo con inocente simplicidad, sin conceptos de belleza o de fealdad, bueno o malvado.

Él no es más presa de tendencias que están en conflicto, de la fuente de deseos o de aversiones.

No responde a ningún propósito el preocuparse de las irrupciones de la vida cotidiana, como otro niño que goza con la construcción de un castillo de arena, y llora cuando se derrumba.

Vea cómo los seres infantiles enfrentan las dificultades, como una mariposa que cae en la llama de una lámpara, para apropiarse de lo que codicia, y conseguir librarse de lo que odia.

Es mejor dejar la carga que traer con uno todos estos agregados imaginarios.

El estado de Buddha contiene en sí mismo cinco ‘cuerpos’ o aspectos de la Budeidad:

el Cuerpo Manifestado, el Cuerpo del Perfecto Gozo, el Cuerpo Absoluto, el Cuerpo Esencial y el Cuerpo de Diamante Inmutable.

Éstos no deben ser buscados fuera de nosotros: son inseparables de nuestro ser, de nuestra mente.

Tan pronto como hayamos reconocido esta presencia, se termina con la confusión.

No tenemos ninguna otra necesidad de buscar la iluminación afuera.

El navegante que desembarca en una isla hecha enteramente de oro fino, no encontrará una sola pepita, no importa cómo la busque arduamente.

Debemos entender que todas las cualidades de Buddha han existido siempre intrínsecamente en nuestro ser...".

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Extraído de: http://vervajra.blogspot.com/2009/05/la-naturaleza-de-buddha-por-s.html
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