42.- INDIVIDUO/INDIVIDUALIZACION
Un individuo es un sistema centralizado (73, 75). Por ejemplo una planta, un animal, una gestalten, el hombre. Tanto en la evolución filogenética como en el desarrollo ontogenético, el ser vivo evoluciona desde un estado de mínima individualización hacia otra de máxima individualización, proceso que, bajo la denominación de individualización progresiva, constituye uno de los principios formales y generales de los sistemas (73, 75).
Para que un sistema llegue a constituír un individuo, sus diversas partes deben pasar a depender progresivamente de otra parte central o conductora, es decir, la individualización presupone la centralización (73). De aquí la definición de individuo como sistema centralizado. Por ejemplo, una multitud amorfa no tiene 'individualidad'; para que una estructura social se distinga de otras, es necesario el agrupamiento en torno a determinados individuos (75) que constituyan su parte conductora.
El vocablo 'individuo' significa originalmente 'indivisible' o 'único', y en la medida que es único puede ser recortado o discernido de otros individuos. Este proceso de progresiva indivdualización idealmente debiera concluír una una individualización completa, pero esto es sólo un ideal: un organismo, un sistema mental, una sociedad, en virtud de su centralización progresiva, sólo pueden hacerse cada vez más unificados y más indivisibles (74), pero no totalmente en la medida en que subsista algún tipo de relación con los demás individuos-sistemas.
En los animales inferiores (filogenia) o en los primeros estadios embrionarios (ontogenia), hay aún poca individualización (precisamente porque hay poca centralización). ¿Será posible llamar 'individuo' a una planaria en vista de que si esos animales son cortados en muchos pedazos, cada uno regenera un animal completo? También es fácil crear experimentalmente hidras de dos cabezas, las cuales buscarán atrapar una pulga de agua, si bien no tiene importancia cuál de las dos se la engullirá porque irán a parar un estómago en común para beneficio de ambas partes. Aquí no hay una centralización suficiente como para que una de ambas cabezas domine sobre la otra y la haga funcionar, por ejemplo, como vía de excresión. De modo similar, si cortamos en dos mitades un embrión de salamandra, cada una generará una salamandra completa (74).
Von Bertalanffy menciona también a los individuos calificando a los seres humanos, y lo hace en este caso en un sentido ético. La TGS aspira a rescatar la individualidad del hombre, sus valores, sus derechos, etc., alertando acerca del mal uso de la teoría de sistemas cuando se pone al servicio de organizaciones totalitarias que sojuzgan al hombre considerándolo menos como un individuo que como un engranaje más de la máquina social. En este sentido, rescata la advertencia del Leviatán acerca de que la organización no debe engullir al individuo si no quiere firmar su sentencia de muerte (53).
43.- INTEGRACION
Característica de los sistemas abiertos según la cual estos, en su evolución, van organizando sus diversas partes y funciones en torno a otras más centrales que dirigirán el proceso, interconectando y coordinando las primeras.
Si bien no es un término específico utilizado por von Bertalanffy, este autor utiliza la idea sobretodo en relación con ciertas propiedades formales de los sistemas, como la centralización y la individualización (Ver Sistema, Centralización, Individuo/Individualización).
La integración supone la centralización, y da como resultado la individualización. La centralización, porque integrar implica reunir diferentes procesos y funciones parciales bajo el control de una parte conductora o central. El sistema nervioso se integra en la medida en que los centros superiores pueden dirigir o controlar a los inferiores. Esta integración da lugar a una individualización, es decir, hace funcionar al sistema como un todo idealmente indivisible y relativamente aislado de los otros sistemas (precisamente, individualización viene de 'individuo' y este a su vez, de 'indivisible'). Se trata de una unificación a partir de una parte conductora. Similares características podemos observar también en la personalidad o en los sistemas sociales.
44.- INTENCIONALIDAD
Tipo de finalidad en la cual el comportamiento actual está determinado por una meta prevista de antemano. La verdadera intencionalidad es característica del comportamiento humano y está vinculada a la evolución del simbolismo del lenguaje y los conceptos (81).
La intencionalidad presupone que la meta futura está ya presente en el pensamiento y que está dirigiendo la acción presente: 'si hago esto podré conseguir aquello'. Tal es el concepto aristotélico original (81). Aristóteles distinguía cuatro causas: la causa material, la formal, la eficiente y la final. La causa eficiente es la noción tradicional de causa utilizada sobretodo en la ciencia, mientras que la causa final es, en la concepción de von Bertalanffy, lo que él llama intencionalidad.
La intencionalidad es típica de la conducta humana. De hecho, es imposible prescindir de la persecusión de metas y de la intencionalidad, aunque se adopte una posición estrictamente conductista (95).
El método del ensayo y error físico, tan característico del comportamiento animal, es reemplazado en el hombre por la 'experimentación mental', con símbolos conceptuales. Esto es lo que hace posible la persecusión de metas. La persecusión de metas y la teleología en un sentido metafísico (o sea, la tendencia del organismo a mantenerse, producirse y reproducirse) constituyen un criterio general de vida. Sin embargo, la verdadera intencionalidad, propia del hombre, implica que las acciones son realizadas con conocimiento de su meta o resultado final futuro; la concepción de la meta venidera ya existe e influye sobre las acciones presentes. Esto se aplica tanto a las acciones cotidianas como a los supremos logros del intelecto humano en la ciencia y la tecnología (269
45.- INTERDISCIPLINARIO
Punto de vista defendido por la TGS, y que sostiene la posibilidad de introducir nuevos modelos conceptuales, llamados modelos interdisciplinarios, que trascienden los compartimientos ordinarios de la ciencia y son aplicables a fenómenos de diferentes campos (97).
1. Generalidades.- La TGS aspira a satisfacer la necesidad de formular principios básicos interdisciplinarios, habida cuenta de que investigadores en campos muy diversos han dado independientemente con conceptos generales muy similares. Semejantes correspondencias o isomorfismos son tanto más significativos cuanto que se fundan en hechos totalmente diferentes (51).
No debe confundirse un enfoque interdisciplinario con un enfoque reduccionista (todas las ciencias se reducen a una única ciencia) ni con un enfoque monopolista (existe un 'sistema universal' único que lo abarque todo, más allá de si pertenece o no en forma privilegiada a una determinada ciencia).
2. Interdisciplina y reduccionismo.- El planteo interdisciplinario no busca explicar todos los fenómenos desde una determinada ciencia, al modo reduccionista. De hecho, las teorías de la física ordinaria no alcanzan, por ejemplo, para explicar los fenómenos biológicos, ni el comportamiento humano, ni la sociedad, ni las civilizaciones. Tampoco el punto de vista interdisciplinario pretende elaborar un modelo único que monopolice todas las explicaciones en todas las ciencias porque, si bien entre ellas pueden identificarse elementos en común (por ejemplo la idea de 'sistema'), cada modelo tiene características especiales que no tiene el otro y que permite explicar solamente los fenómenos dentro del ámbito de la ciencia en cuestión.
El planteo interdisciplinario busca identificar las características comunes a los diversos modelos de cada ciencia y de cada teoría, respetando sus peculiaridades propias, que también existen. Cada construcción científica es un modelo que representa determinados aspectos de la realidad, y ninguna en particular puede ser considerada como el 'sistema universal' y único. Ni siquiera la física teórica nos da un modelo de la realidad última: es un modelo surgido de recientes investigaciones, sí, pero que no es ni exhaustivo ni único. Las varias 'teorías de los sistemas' son también modelos que reflejan diferentes aspectos, no se excluyen mutuamente y a menudo se aplican en forma combinada. Todo esto no elimina la posibilidad que puedan ir realizándose síntesis cada vez más amplias que integren y unifiquen varios enfoques actuales hacia una teoría de la "totalidad" y la "organización". Tales síntesis, como por ejemplo entere la termodinámica irreversible y la teoría de la información, en verdad van siendo elaboradas de a poco (97,98).
3. Multidisciplinario, intradisciplinario, interdisciplinario, transdisciplinario.- Si bien von Bertalanffy no se ocupa de establecer diferencias entre estos cuatro conceptos, sintetizaremos a continuación una forma de poder distinguirlos.
Multidisciplinariedad alude al mero hecho de la existencia de una diversidad de ciencias. El concepto no implica que haya necesariamente una relación entre ellas: sólo dice que hay muchas ciencias diferentes: física, química, biología, psicología, sociología, historia, etc.. En tal sentido, lo multidisciplinario resulta una condición necesaria para lo interdisciplinario y lo transdisciplinario, mas no para lo intradisciplinario.
Lo intradisciplinario es aquello que es propio y exclusivo de cada ciencia. Entre estos aspectos están, por ejemplo, el objeto de estudio, el tipo de problema que busca resolver, algunas construcciones teóricas (por ejemplo la genética mendeliana es propia de la biología), algunas técnicas de recolección de datos (los tests son propios de la psicología, el sismógrafo es propio de la geología), etc. Lo intradisciplinario es condición necesaria para lo interdisciplinario por cuanto, como enseguida veremos, cada ciencia debe aportar lo que la otra no tiene para que haya un intercambio genuino.
Lo interdisciplinario en sentido amplio, tal cual lo propone von Bertalanffy, abarca dos aspectos esenciales: a) una actitud de intercambio y colaboración entre disciplinas diferentes para ahondar y/o resolver, cada una aportando lo suyo (que es lo intradisciplinario), un problema en común. Por ejemplo, el problema de la drogadicción puede ser encarado con mayor eficacia no sólo si se lo aborda desde la biología, la psicología y la sociología (multidisciplinariedad), sino también si hay comunicación entre esas ciencias para enriquecer el conocimiento de cada una sobre el tema (interdisciplinariedad propiamente dicha). b) el reconocimiento de un marco teórico y/o metodológico de referencia en común, para que luego cada ciencia pueda hacer su aporte respectivo. Este segundo aspecto suele designárselo como transdiciplinariedad, porque los modelos son comunes, trascienden las fronteras de cada ciencia. Por ejemplo, hay transdisciplinariedad cuando varias ciencias se deciden a investigar el problema de la drogadicción tomando como referencia en común el modelo sistémico, o el psicoanalítico, o el conductista, etc.
El ítem a se refiere a lo interdisciplinario propiamente dicho (a los espacios propios de cada ciencia en tanto sirven a las demás ciencias y a la resolución de un problema), el ítem b a lo transdiscipliinario (a los espacios comunes a varias ciencias en tanto sirven para encara unitariamente un problema), y ambos sentidos conforman lo interdisciplinario en sentido amplio. Un objetivo transdisciplinario es en general más difícil de lograr, puesto que siempre hay una tendencia muy humana a tratar los problemas desde modelos teóricos propios y restringidos, no compartidos.
En suma, la interdisciplinariedad presenta las siguientes características: 1) supone como condición previa la existencia de varias disciplinas (multidisciplina), cada una con sus teorías y métodos propios (intradisciplina); 2) Planteo de problemas que rebasan los límites tradicionales de cada disciplina, sea por desafíos conceptuales internos, sea por demandas sociales, e intentos por resolverlos en función de una colaboración recurrente y no esporádica con otras ciencias (interdisciplina); y 3) adopción de un marco teórico en común (transdisciplina).
46.-ISOMORFISMO
Dos o más sistemas son isomorfos cuando comparten las mismas características generales más allá de sus diferencias específicas, que también existen. El concepto de isomorfismo es fundamental en el pensamiento de von Bertalanffy, en la medida en que, al afirmar la existencia de similaridades formales o estructurales en diferentes ámbitos del conocimiento científico, sustenta y justifica la existencia misma de la TGS, que pretende justamente lograr la unificación de la ciencia.
1. Definición.- El término 'isomorfismo' significa etimológicamente 'igual forma', y con ello se quiere destacar la idea según la cual existen semejanzas y correspondencias formales entre diversos tipos de sistemas, a veces muy aparentemente disímiles entre sí en cuanto al contenido. Así, las semejanzas son semejanzas de forma más que de contenido: sistemas formalmente idénticos pueden ser aplicados, en efecto, a diferentes dominios. Por ejemplo (33, 84), se puede aplicar la llamada ley exponencial al crecimiento a ciertas células bacterianas, pero también puede aplicarse al progreso de la investigación científica medida por el número de trabajos publicados. E incluso también a la cantiad de dinero de una cuenta bancaria a lo largo del tiempo. Las entidades en cuestión son bacterias, libros, o dinero (contenidos específicos completamente diferentes), pero la ley matemática es la misma. Estas correspondencias se deben a que las entidades consideradas pueden verse, en ciertos aspectos, como 'sistemas', es decir, como complejos de elementos en interacción regidos por la misma ley (33).
2. Otros ejemplos.- La ley exponencial afirma que, dado un complejo de cierto número de entidades, un porcentaje constante de estos elementos se desintegran o se multiplican por unidad de tiempo (84). Von Bertalanffy cita otros ejemplos de leyes isomorfas en varios dominios, como la ley logística y la ley parabólica (84, 85).
La ley logística afirma que hay un incremento exponencial en un principio, pero que este en determinado momento cesa debido a la existencia de ciertas condiciones restrictivas. Tal ley se aplica en campos diferentes como la química y la demografía: en una reacción autocatalítica un compuesto cataliza su propia formación, pero como dentro de un recipiente cerrado el número de moléculas es finito, la reacción tendrá que detenerse cuando todas las moléculas se hayan transformado y alcancen así una situación límite. Del mismo modo, una población aumenta exponencialmente con número creciente de individuos, pero si el espacio y el alimento están limitados, la cantidad de alimento disponible por cabeza disminuirá; de aquí que no pueda ser ilimitado el crecimiento poblacional y acabe por alcanzar un estado uniforme definido como la máxima población compatible con los recursos disponibles. La misma ley logística se aplica también, por ejemplo al tráfico ferroviario.
La ley parabólica, por su parte, expresa la competencia dentro de un sistema: cada elemento toma su parte de acuerdo con una capacidad expresada por una constante específica. Esta ley es también isomorfa pues se aplica tanto a los individuos de un sistema económico, según la ley de Pareto, como en biología a órganos que compitan dentro de un organismo por el material nutritivo y exhiban un desarrollo alométrico.
Entre otros ejemplos que cita von Bertalanffy (82,83) encontramos la teoría general de las periodicidades, aplicables en varios ámbitos de la ciencia. También, la dinámica demográfica es homologable en muchos aspectos a la dinámica como rama de la mecánica, así como también hay semejanzas formales entre fenómenos tan diferentes como la formación de un animal completo a partir de un germen dividido de salamandra, y los fenómenos perceptivos descriptos por la psicología de la Gestalt.
En la evolución de las lenguas y en la evolución de los seres vivos también se verifican isomorfismos (83,84): a partir de una lengua (o un ser vivo) en común, evolucionaron en forma paralela e independiente una de otra varias otras lenguas (o especies vivientes). Von Bertalanffy destaca este paralelismo evolutivo entre lenguas, o entre especies animales, y con ello busca ilustrar la presencia de isomorfismos.
Otros ejemplos de isomorfismos son, finalmente: a) similaridades estructurales entre un sistema biológico y una sociedad humana (34); b) similaridades estructurales entre la teoría biológica de Volterra y la teoría de la economía cuantitativa, que son isomorfas en muchos puntos (47). Hemos seleccionado estos dos últimos ejemplos deliberadamente, para mostrar que los isomorfismos se pueden establecer tanto entre 'realidades' (ejemplo a) como entre 'esquemas conceptuales' de realidades, o teorías (ejemplo b). Esta distinción nos lleva al problema de los requisitos previos para la existencia de isomorfismos (85,86).
Concepto de ‘sistema’
----------3--------------------------------1
TEORIA A----------2----------REALIDAD A
TEORIA B----------2----------REALIDAD B
TEORIA C----------2----------REALIDAD C
1 Correspondencia entre niveles de realidad
2 Correspondencia entre realidad y teoría
3 Correspondencia entre teorías (sistemas formalmente idénticos)
3. Requisitos.- Para poder hablar de isomorfismos en la ciencia, deben cumplirse tres requisitos previos (ver esquema adjunto): 1) la realidad no debe ser caótica. Se trata incluso de la condición misma de la posibilidad de la ciencia, ya que la estructura de la realidad debe ser tal que permita la aplicación de nuestras construcciones conceptuales (85), es decir, que permita encontrar regularidades en el mundo observable. En nuestro esquema, existen semejanzas o paralelismos entre la realidad A, la realidad B y la realidad C (por ejemplo entre un sistema biológico y una sociedad humana). 2) Debe también haber una cierta correspondencia entre la realidad y la teoría que la explica, más allá de si la teoría la 'refleja' peor o mejor (85, 253). Es la misma correspondencia que puede haber, por ejemplo, entre el plano de una casa y la casa real. 3) Debe haber también una correspondencia entre las mismas teorías o esquemas conceptuales, ya que de otro modo no podríamos identificar características comunes entre ellas.
Cumplidos estos tres requisitos, ahora sí es posible trazar isomorfismos propiamente dichos y subsumir en principio lo común a todas las teorías bajo el concepto de 'sistema', concepto que, por otra parte, puede comenzar estableciéndose a priori y luego derivar lógicamente sus características a teorías específicas.
Señala así von Bertalanffy (86) que el paralelismo entre teorías de campos diferentes es consecuencia de que todas ellas se ocupen de 'sistemas' y, por tanto, de sus principios básicos como los de totalidad y suma, mecanización, orden jerárquico, equifinalidad, aproximación a estados uniformes, etc. Estos principios así, aparecerán de una u otra forma en disciplinas diferentes.
Los aspectos formalmente idénticos, o isomorfismos, en muchos casos valen sólo para ciertas subclases de sistemas, pero parece ser que también existen leyes generales aplicables a cualquier sistema, más allá de sus propiedades parrticulares o de los elementos intervinientes. Precisamente el tema de la TGS es las formulación de principios válidos para 'sistemas' en general, sea cual fuere la naturaleza de sus elementos componentes. En otras palabras, la TGS busca identificar isomorfismos (37).
Señalemos, por último, que las semejanzas que sirven para establecer isomorfismos no son meras analogías superficiales, sino semejanzas más profundas, como las homologías y las explicaciones (ver Analogía, Homología y Explicación).
4. Utilidad.- Más allá de la utilidad teórica de la identificación de isomorfismos -promover la unidad de la ciencia en torno a principios generales aplicables a todos los sistemas-, hallamos también, íntimamente vinculada con la primera, una utilidad práctica. Así (83), la existencia de leyes de análoga estructura en diferentes campos permite el empleo de modelos más sencillos o mejor conocidos, para fenómenos más complicados y menos tratables. Así, metodológicamente la TGS pretende ser un importante medio de controlar y estimular la transferencia de principios de uno a otro campo, y ya no habrá que repetir o triplicar el descubrimiento de los mismos principios en diferentes terrenos aislados entre sí.
5. Isomorfismo y reduccionismo.- No debe confundirse la búsqueda de isomorfismos con una actitud reduccionista. Uba concepción unitaria del mundo no pasa por reducir todos los niveles de la realidad al nivel de la física (actitud reduccionista), sino en identificar, en la totalidad de los acontecimientos observables, uniformidades estructurales que se manifiestan por rastros isomorfos de orden en los diferentes niveles o ámbitos (49, 90). En suma, no se trata de reducir todo a un solo nivel, sino de descubrir lo común a todos ellos.
47.- LIBRE ALBEDRIO
En un sentido amplio, capacidad que tiene el individuo de elegir entre varios caminos de acción posibles, de acuerdo a su propio provecho o satisfacción y más allá de si sus elecciones son o no racionales. El concepto está estrechamente vinculado con las ideas de determinismo, responsabilidad, elección racional y elección irracional (119,120, 231).
1. Generalidades.- En principio, desde un punto de vista teórico o filosófico, el libre albedrío se aplica a situaciones de elección racional pero, paradójicamente, la mayoría de las acciones humanas, supuestamente producto de un ser racional, resultan ser irracionales, con lo cual tenemos aquí un segundo enfoque más realista y más apoyado en la evidencia empírica acerca del libre albedrío.
El libre albedrío considerado en teoría, es decir, como 'elección racional' significa cosas como las siguientes: la elección maximizará el provecho o la satisfacción para el individuo; el individuo es libre de elegir entre varios caminos de acción posibles y decide de acuerdo a sus consecuencias; informado de todas las consecuencias concebibles de sus acciones, escoge la que figura más alto en su lista; prefiere más de un bien que menos, en igualdad de las demás circunstancias; etc. (119).
Desde un punto de vista más realista, quien hace elecciones 'racionales' es el animal 'irracional', por oposición al ser humano que mayoritariamente hace elecciones irracionales (ver Comportamiento, ítem Comportamiento humano y animal).
2. Libre albedrío y determinismo.- Tratamos de 'explicar' fenómenos mentales y de la conducta como causalmente determinados, porque utilizamos la categoría de causalidad para poner orden en nuestra experiencia del mundo. Sin embargo, nos 'experimentamos' como libres porque no aplicamos aquella categoría a nuestra experiencia directa e inmediata. En otras palabras, el libre albedrío no está 'determinado' sino que es 'determinable' a partir de las categorías de causalidad, en cuanto que la causalidad no es una necesidad metafísica sino un instrumento que ordena la experiencia (231). Una conclusión que podríamos extraer de este planteo es la siguiente: hay en nuestras conductas y elecciones un determinismo en cuanto obedecen a ciertas causas, pero hay también una cierta libertad en cuanto podemos ejercer control sobre las mismas.
La oposición determinismo-libre albedrío suscita algunos problemas en las ciencias sociales, que pueden ser resueltos en el contexto de la TGS, sobretodo si entendemos el determinismo no en sentido absoluto, sino en un sentido estadístico (la ciencia no predice un porvenir inexorablemente determinado sino probabilidades). Aclaremos estas cuestiones.
Aunque la causa del libre albedrío descansa en el testimonio de la intuición o la experiencia inmediata y jamás puede probarse objetivamente (¿fue el libre albedrío de Napoleón el que lo condujo a la campaña de Rusia?), el determinismo (en sentido estadístico) puede ser probado, al menos en pequeña escala. Es seguro que los negocios dependen de 'decisiones' personales de los empresarios, en el mismo sentido que la batalla de Rusia dependía de una decisión personal de Napoleón. Sin embargo, cuando se analiza la curva de crecimiento de compañías industriales (o, presumiblemente, del curso de la historia), se encuentra que desviaciones 'arbitrarias' van seguidas de una pronto retorno a la curva normal, como si actuaran fuerzas invisibles más allá del libre albedrío de los protagonistas. Del mismo modo, se han postulado también 'fuerzas inexorables' que operan en la sociedad (118).
Estas inevitabilidades o inexorabilidades a nivel empresarial, histórico o social no contradicen, sin embargo, la idea según la cual cada uno de nosotros podemos elegir según y conforme nuestro libre albedrío, sea una elección racional o no. Se trata de dos realidades coexistentes: una a nivel global o molar (determinismo histórico y social), otra a nivel individual o molecular (libre albedrío personal), y para cada una de ellas la TGS dispone de modelos para estudiarlos y explicarlos. Así por ejemplo, para el comportamiento de masas se aplicarían leyes de sistemas que, si pudieran ser matematizadas, tendrían la forma de cierto tipo de ecuaciones diferenciales, mientras que las elecciones individuales quedarían descriptas por teorías como la de los juegos y la decisión, que se ocupan de elecciones racionales (118). Incluso las grandes decisiones de los grandes hombres de la historia pueden ser entendidas como 'partes conductoras', 'disparadores' o 'catalizadores' del proceso histórico, es decir, recurriendo a una característica básica de todo sistema que es la centralización (ver Centralización). El libre albedrío, el problema filosófico más resistente al análisis científico, puede así ser estudiado científicamente desde la TGS (118, 121).
3. Libre albedrío y responsabilidad.- Separada de la cuestión epistemológica vista precedentemente, está la cuestión moral y legal de la relación entre libre albedrío y responsabilidad. Esta última es juzgada siempre dentro de un marco simbólico de valores, de los que acepta una sociedad en circunstancias dadas. Si alguien tiene obliterada la comprensión simbólica y no puede distinguir el bien y el mal es inimputable: carece de responsabilidad. Pero si puede distinguir una cosa de otra, su acción será castigada o no según los valores de cada sociedad y de cada circunstancia. Por ejemplo, el periodos de paz el matar se castiga, y en periodos de guerra el no aceptar la orden de matar será lo castigado (231,232).
48.- MAQUINA
Dispositivo creado por el hombre que sirve para producir determinados efectos. El término designa también, entre otros varios significados, al conjunto de las partes de un todo, especialmente el caso de un animal (máquina viviente).
1. La máquina como dispositivo inanimado.- Aristóteles fue quien comenzó a utilizar el término 'máquina' para referirse a los artefactos creados por el hombre, artefactos que pueden ejecutar operaciones que sustituyen a las operaciones naturales, y que a veces las aventajan. Por ejemplo, una palanca es una máquina que permite aumentar la fuerza natural del brazo (a).
2. La máquina como dispositivo viviente.- Es a partir de la Edad Moderna donde empieza a aplicarse el término a los seres vivos, cuando Descartes concibe al animal como una máquina, ya que hasta entonces sólo existían las máquinas mecánicas. Desde entonces se comparó la ser vivo con una máquina de ese tipo: un animal era un complicado mecanismo de relojería, Borelli, Harvey y otros investigaron las funciones musculares, cardíacas, etc., mediante modelos mecánicos de palancas, bombas, etc. Más tarde aparecieron las máquinas de vapor y la termodinámica, donde el organismo vivo empezó a ser considerado como una máquina térmica. En realidad, el organismo es una máquina quimiodinámica: no transforma la energía del combustible en calor y luego en energía mecánica, sino directamente en trabajo efectivo (por ejemplo, en la actividad muscular) (145).
En las últimas décadas han surgido las máquinas que se autorregulan o autocontrolan, desde el simple termóstato doméstico hasta los proyectiles autodirigidos que hicieron su aparición en la segunda guerra mundial. El organismo pasó a ser entonces una máquina cibernética, es decir un artificio que exhibe mecanismos homeostáticos de autorregulación (145).
La tecnología ha terminado pensando hoy no ya en términos de máquinas sueltas sino en 'sistemas', es decir, en complejos tecnológicos donde interaccionan varias máquinas, como por ejemplo un vehículo espacial. También, en el sistema se incluyó al hombre, con lo que pasaron también a un primer plano las relaciones hombre-máquina (1).
El paso más reciente es el de las máquinas moleculares, concepto aplicado a los seres vivos en la medida en que se verifican en él complejas reacciones químicas (metabolismo), y en la medida en que encierra una 'micromáquina' que traduce el código genética del ADN a proteínas espécíficas y, a fin de cuentas, lleva a constituír al organismo en sí (145).
3. Limitaciones del modelo del organismo como máquina.- A pesar del éxito del modelo del organismo como una máquina, este tiene ciertas dificultades y limitaciones que se pueden sintetizar en tres puntos: a) No puede explicar el origen de los seres vivos a partir de un universo de acontecimientos físico-químicos no dirigidos. b) No pueden explicar cómo un ser vivo puede regularse luego de un inmenso número de perturbaciones arbitrarias (una máquina mecánica exhibe regulación, pero sólo cuando se produce un número finito de perturbaciones, como ocurre por ejemplo con la máquina de Turing). c) No explica cómo es posible que el organismo vivo puede preservarse o automantenerse a pesar de ser él mísmo una máquina compuesta de combustible que se consume continuamente (145,146). En general, estas limitaciones pueden superarse si abandonamos el modelo del organismo como máquina, e introducimos el modelo del organismo como sistema abierto (ver Organismo).
Este modelo permite arrojar alguna luz sobre el origen de la vida (ver Organísmica, concepción), y también permite por ejemplo entender al organismo viviente como sistema capaz de autoorganización, es decir, capaz de organizarse y complejizarse pero no por estímulos externos, sino por sus propias leyes internas de organización. Los sistemas autodiferenciantes (101) que evolucionan hacia una complejidad creciente son, por razones termodinámicas, sólo posibles como sistemas abiertos, pues necesitan importar materia y energía del exterior. Sin embargo, no podemos decir que los cambios deban proceder de algún agente externo: la diferenciación y complejización de un embrión en desarrollo son debidaa a sus leyes internas de organización, y la entrada de materia y energía apenas la posibilita energéticamente, es decir, aporta la el material y la energía para que las leyes internas actúen.
(a) Ferrater Mora J., Diccionario de filosofía, Madrid, Alianza, 1979, pág. 2163.
49.- MATEMATICA
Disciplina puramente formal en sí mísma, pero aplicable a las diversas ciencias empíricas. En tal sentido, constituye una meta hacia la cual tiende la TGS, en la medida en que esta aspira a formular principios válidos para los 'sistemas' en general, más allá de sus componentes o contenidos específicos (37). De hecho, es posible definir matemáticamente un sistema de varias maneras distintas (56), y plantear la TGS como un riguroso sistema axiomático (263).
1. Matemática y TGS.- Para von Bertalanffy, la matemática ha de servir de modelo para una TGS más elaborada, pues ésta última estudia los aspectos más generales y formales de los sistemas. En forma elaborada, la TGS no sería más que una disciplina lógico-matemática, y tendría la misma aplicación en las ciencias que se ocupan de 'todos organizados' que la teoría de la probabilidad aplicada a las ciencias que estudian 'acontecimientos aleatorios' (37). De hecho, es posible definir matemáticamente un sistema de varias maneras distintas, como por ejemplo a través de un sistema de ecuaciones diferenciales simultáneas (56), de donde pueden derivarse varias de las propiedades de los sistemas en general (ver Sistema). Las ecuaciones diferenciales cubren vastas áreas de las ciencias físicas, biológicas, económicas y, probablemente también, de las ciencias del comportamiento (38). Así por ejemplo, ciertas curvas matemáticas son aplicables a sistemas materiales: una curva logística describe ciertos sistemas químicos, una curva exponencial describe sistemas en crecimiento, etc (62,64).
No obstante, el enfoque matemático adoptado en la TGS no es el único posible ni el más general, pues hay otra serie de enfoques modernos afines, como la teoría de la información, la cibernética, la teoría de la decisión y las redes, los modelos estocásticos, etc. (38). Tampoco ha de ser absolutamente imprescindible, al menos por el momento: quizá convenga tener primero algún modelo no matemático que, a pesar de sus limitaciones, pueda expresar algún aspecto inadvertido, y esperar el surgimiento venidero de algún algoritmo apropiado. Es preferible esto y no aplicar de entrada modelos conocidos que, al estrechar el campo visual, puedan pasar por alto aquellos aspectos inadvertidos (23).
2. Las categorías lógico-matemáticas.- La lectura del texto de von Bertalanffy sugiere que este autor intenta fundamentar o justificar, desde el concepto antropológico de 'categoría', dos aspectos básicos de la relación entre matemáticas y TGS: a) el hecho de que la TGS puede concebirse matemáticamente, y b) el hecho de que puedan existir formas alternativas para concebirla fuera de la matemática o la lógica tradicional.
Respecto del primer punto, cabe justificar un enfoque matemático de los sistemas porque las categorías matemáticas tienen un importante valor que podríamos llamar heurístico: la maquinaria matemática funciona por sí sola, dando resultados inesperados que conducirán a nuevos descubrimientos, tarea que precisamente debe cumplir una TGS (ver Categoría y Simbolismo).
Respecto del segundo punto, von Bertalanffy indica que, puesto que las categorías matemáticas dependen de factores lingüísticos y biológicos, otros seres sin estas limitaciones bien pueden construír diferentes sistemas lógico-matemáticos, tal vez mucho más aptos para tratar ciertos aspectos de la realidad. Así, por ejemplo, la lógica aristotélica cubre un pequeño campo de las ricas y complejas relaciones entre sujeto y predicado. Los conceptos del todo o nada se quedan cortos ante los conceptos de continuidad básica del análisis matemático, y probablemente ni siquiera los esfuerzos de los lógicos modernos no alcancen sino a axiomatizar sólo un campo muy restringido del razonamiento deductivo posible. Tal vez nuestra lógica esté fundada en la peculiar arquitectura de nuestro sistema nerviosos central, que funciona a fin de cuentas como una computadora digital, ya que las neuronas actúan según la ley del todo o nada de la neurofisiología, es decir, en términos de decisiones por sí o por no, no habiendo gradaciones intermedias. A esto corresponde el principio heraclíteo de nuestro pensar en términos de opuestos, nuestra lógica bivalente del sí-no, el álgebra booleana y el sistema de numeración binario, transformado en decimal sólo por razones prácticas (258,259).
50.- MECANICISMO
Punto de vista nacido de la física clásica del siglo XIX según el cual: a) el mundo es el resultado de acontecimientos casuales o fortuitos, sin ninguna meta o direccionalidad; b) todos los fenómenos del mundo, inanimado, viviente y mental, están regidos por las leyes inexorables de la causalidad, y por lo tanto, c) la ciencia ha de ocuparse de descomponer la realidad en unidades cada vez menores y de aislar cadenas causales separadas o independientes; d) el mecanicismo reduce todos los fenómenos al dominio de la física (30, 45, 55, 90, 160, 196).
La TGS criticará el dogma mecanicista por resultar insuficiente para la explicación de muchos fenómenos, especialmente los de la vida. Se opondrá, concretamente, a sus pretensiones anti-finalistas, causalistas lineales y reduccionistas (45,46, 96, 160).
1. Generalidades.- La expresión 'mecanicismo' tiene múltiples sentidos diferentes, y bajo esa denominación caen autores que sustentan puntos de vista bastante disímiles. Obviaremos esclarecer esta heterogeneidad, limitándonos a la caracterización que del concepto en cuestión hace von Bertalanffy. Como primera aproximación, dejemos consignado que el mecanicismo, según y conforme su raíz etimológica, intenta explicar el mundo como si este fuera una máquina (270), es decir, recurriendo a un modelo mecánico. En lo que sigue describimos con mayor detalle este punto de vista.
2. Mecanicismo y finalismo.- A primera vista parece haber una contradicción entre los puntos a y b, ya que por un lado se afirma que el mundo está regido por el azar, y por el otro lado que está regido por una causalidad inexorable. Si bien von Bertalanffy no aclara explícitamente la relación entre ambas ideas, esbozamos aquí una línea de pensamiento que intenta compatibilizar ambas afirmaciones.
Un fenómeno cualquiera puede, en principio, ser explicado desde dos puntos de vista no necesariamente excluyentes: en forma causal y en forma finalista o, si se quiere, en función de una causa y/o en función de una meta. Es lo que Aristóteles había denominado, respectivamente, la causa eficiente y la causa final. Demos dos ejemplos, el primero de ellos típicamente aristótélico: 1) la caída de un cuerpo se puede explicar a partir de una causa (lo hemos soltado) y/o a partir de una meta (el cuerpo tiende a ir hacia su 'lugar natural', el centro de la tierra); 2) el llanto puede ser explicado a partir de una causa (el dolor produce llanto) y/o a partir de una meta (lloramos para reducir tensiones, o para calmarnos).
El punto de vista mecanicista ha reducido toda explicación a la explicación por causas, no por metas o finalidades. En la medida en que los acontecimientos del mundo nos están dirigidos hacia ninguna meta, son 'ciegos', para utilizar una expresión de von Bertalanffy (30), es decir no están ordenados hacia un fin, y en este sentido podemos entender que son azarosos o fortuitos. Por ejemplo, la evolución de los seres vivientes aparece, para el mecanicismo, amasado por el juego sin sentido de mutaciones azarosas y selección (45).
Pero si bien las mutaciones no tienen una finalidad, un 'telos' o una sentido, son en sí mísmas agentes causales de la selección, y en la medida en que conocemos esas causas y las leyes que rigen el proceso (por ejemplo las leyes de la genética), podremos predecir qué ocurrirá en el futuro. He aquí la inexorabilidad de las leyes causales de que habla el mecanicismo, que aparece así imbuído del conocido espíritu laplaciano según el cual, a partir del conocimiento del estado inicial de un proceso y de las leyes que lo rigen, es posible predecir con exactitud cualquier otro estado subsiguiente (30).
3. Mecanicismo y determinismo.- Sin embargo, no debe identificarse el mecanicismo con el determinismo. La concepción mecanicista del mundo fue determinista en sus orígenes, cuando postulaba que los fenómenos del mundo estaban regidos por leyes causales inexorables. A esta primera etapa se refiere von Bertalanffy cuando habla de causalidad unidireccional y vínculos causales separados e independientes.
Sin embargo (30), esta visión mecanicista no quedó alterada -antes bien, se reforzó- cuando en la física las leyes deterministas fueron reemplazadas por leyes estadísticas. De acuerdo con la derivación de Boltzmann del segundo principio de la termodinámica, los fenómenos evolucionan hacia un estado de máxima probabilidad, de suerte que las leyes físicas son esencialmente 'leyes del desorden', fruto de acontecimientos desordenados, estadísticos. Un desarrollo posterior del mecanicismo fue, entonces, el indeterminismo.
Más claramente: cuando tratamos con partículas muy pequeñas, sub-atómicas, desaparecen los nexos causales y todo parece estar regido por el desorden. Esto no implica imposibilidad de predecir: las predicciones ya no se realizan en base a leyes causales estrictas sino en base a leyes estadísticas, las cuales, por ejemplo, en lugar de afirmar que una partícula estará con seguridad en un cierto momento en tal lugar (ley causal), afirmarán que ello sólo puede saberse con un cierto grado de probabilidad (ley estadística).
4. Mecanicismo y atomismo.- El mecanicismo clásico es atomista, y por lo tanto la tarea del científico es eminentemente analítica (45): descomponer el fenómeno en unidades o partes cada vez más pequeñas, aislando cadenas causales separadas o independientes. Así, la realidad física era descompuesta en puntos de masa o átomos, el organismo vivo en células, el comportamiento en reflejos, la percepción en sensaciones puntuales, etc.
Con el advenimiento del indeterminismo, el atomismo perdió mucho de su vigencia: los electrones, por ejemplo, ya no eran elementos o partes discernibles e identificables como tales, sino que quedaban definidos como 'nubes de probabilidades' en un espacio cuántico (distinto al espacio cotidiano que conocemos), espacio donde cada sector queda definido por un cierto grado de probabilidad de encontrar un electrón, entendido este último más como energía que como punto material.
5. Mecanicismo y reduccionismo.- Si el mecanicismo es reduccionista es sobretodo porque reduce todas las ciencias al modelo mecánico proporcionado por la física clásica. Más concretamente, son reducidas a la física la biología, las ciencias del comportamiento, la sociología, la historia, etc.
a) Reducción de la biología a la física.- El fisicalismo, de inspiración mecanicista, consideraba al organismo viviente como una extraña (en el sentido de fortuita, azarosa) combinación de aconteceres o máquinas de naturaleza físico-química (90). La biología mecanicista veía su meta en la fragmentación de los fenómenos vitales en entidades atómicas y procesos parciales. El organismo vivo era descompuesto en células, sus actividades en procesos fisiológicos y por último físico-químicos, el comportamiento en reflejos condicionados y no condicionados, el mecanismo de la herencia en genes discretos, y así sucesivamente (31). Es así que este reduccionismo no intenta explicar el fenómeno de la vida sino a partir de procesos físico-químicos, es decir, proporcionando la misma explicación que daba de la materia inanimada, con lo cual solayaba la especificidad del fenómeno vital. Como indica von Bertalanffy, para el fisicalismo no interesa si el perro está vivo o está muerto (144), pues los procesos que en ambos ocurren, aunque diferentes, son igualmente explicables desde el único modelo de la física.
La evolución era explicada de manera similar. El mundo viviente aparecía como producto de la casualidad, fruto de mutaciones al azar y de la supervivencia en el apuro de la selección natural (196).
b) Reducción de las ciencias del comportamiento y sociales a la física.- La psicología de la asociación, de inspiración mecanicista, trataba de resolver los fenómenos mentales en unidades elementales -átomos psicológicos, se diría- tales como sensaciones. Del mismo modo, en las ciencias sociales el concepto de sociedad fue concebido como una suma de individuos como si fuesen átomos sociales (31).
Por otra parte, tanto para el conductismo como para el psicoanálisis, la personalidad humana era considerada, desde la perspectiva mecanicista y posivitista, como el producto casual de 'natura y nurtura', de una mezcla de genes y una sucesión accidental de acontecimientos desde la primera infancia hasta la madurez (196). En la práctica, este reduccionismo ha sido fatal para nuestra civilización (90), ya que la actitud de considerar los fenómenos físicos como único patrón de realidad ha llevado a la mecanización del género humano y a la devaluación de los valores superiores.
6. Mecanicismo y TGS.- Según von Bertalanffy, el mecanicismo ha resultado ser un punto de vista insuficiente para la comprensión de una gran variedad de acontecimientos del mundo. Entre las principales críticas que caben formularse al mecanicismo desde una TGS, encontramos las siguientes:
a) No es verdad que el mundo esté regido por las 'ciegas' leyes de la naturaleza y que muchos acontecimientos no tengan una meta o una direccionalidad. No podríamos concebir un organismo vivo -no digamos ya un comportamiento o la misma sociedad humana- sin tener en cuenta lo que se suele llamar adaptabilidad, intencionalidad, persecusión de metas y cosas semejantes (46).
La idea de teleología, o bien era explicada a partir de ciertos agentes sobrenaturales o misteriosos, como lo hacía por ejemplo el vitalismo, o bien considerada un seudoproblema, como lo hacía el mecanicismo al sostener que mal puede plantearse el problema del porqué de las metas, cuando en rigor no hay metas preestablecidas y todos los procesos son resultado del azar.
La TGS optará por una tercera solución: las metas existen, y pueden ser entendidas a partir de ciertas características de ciertos sistemas tales como por ejemplo la equifinalidad y la intencionalidad. Frente a la visión mecanicista del mundo como caos, opondrá una nueva visión del 'mundo como organización' (196).
b) No es verdad que todo pueda ser explicado a partir de cadenas causales lineales independientes entre sí. La ciencia clásica se ocupaba ante todo de problemas de dos variables, de cursos causales lineales, de una causa y un efecto o de unas pocas variables cuanto mucho. Daba así soluciones perfectas para la atracción entre dos cuerpos celestes, un sol y un planeta, por ejemplo, pudiendo predecir exactamente sus futuras configuraciones. También podían solucionarse problemas de dos cuerpos como el protón y el electrón. Si las variables en juego o los cuerpos se multiplicaban, surgían problemas: ya la situación de tres cuerpos en mecánica es insoluble en principio y sólo puede abordarse mediante aproximaciones (96).
Muchos problemas quedaban así sin resolver, como los que aparecían en la física y la biología modernas, donde había en juego muchas variables (aunque no infinitas), es decir, frente a totalidades organizadas en las cuales los elementos interactúan mutuamente. La TGS viene a llenar este vacío introduciendo nuevas herramientas conceptuales tales como interacciones multivariable (por ejemplo la cinética de reacción, los flujos y fuerzas en termodinámica irreversible), organización, automantenimiento, directividad, etc., y, en definitiva, expandiendo las leyes de la física clásica de manera tal que poder abarcar también el reino biológico (96, 160).
El método de la ciencia clásica era indudablemente lo más apropiado para estudiar fenómenos que pueden descomponerse en cadenas causales aisladas o que son consecuencia estadística de un número infinito de procesos aleatorios, como pasa con la mecánica estadística y el segundo principio de la termodinámica. Pero, como quedó indicado, los modos clásicos de pensamiento fracasan cuando hay interacción entre un número grande, pero limitado, de elementos o procesos (35).
En suma, 1) los cursos causales no son lineales sino interactivos, es decir, no podemos reducir todo a diadas causa-efecto, sino considerar totalidades de elementos interactuantes entre sí donde cada elemento es al mismo tiempo causa y efecto. Y b) los cursos causales no son independientes, sino que, en virtud de aquella interacción, unos dependerán de otros. De aquí la necesidad de nuevas categorías de pensamiento (45) como las de totalidad, holismo (de hole=totalidad), organismo, gestalt, etc.
c) No es verdad que todo el conocimiento científico pueda ser reducido sin más al esquema de la física clásica. La biología, las ciencias de comportamiento, la sociología tienen ellas sus propios instrumentos conceptuales para explicar y predecir, tal como sucede en la misma física. Y pueden hacerlo porque, precisamente, han expandido la física clásica introduciendo nuevas categorías de pensamiento como las indicadas precedentemente (96,97). En última instancia, la forma mecanicista de pensar es también consecuencia de nuestras categorías y hábitos lingüísticos específicos (237) y se supone que, cambiando estos, podremos superar la estrechez del dogma mecanicista proponiendo, desde las nuevas categorías, una también nueva visión del mundo.
51.- MECANIZACION
Propiedad formal de los sistemas o principio de organización de los mismos según el cual estos, en su evolución, van pasando de un estado de interacción dinámica entre sus componentes, hacia otro estado donde se establecen disposiciones fijas y condiciones restrictivas que tornarán al sistema más eficiente (44). Se dice así, que el sistema va mecanizándose progresivamente.
El principio de mecanización progresiva expresa la transición de una totalidad indiferenciada a una función superior, que se hace posible gracias a la diferenciación y a la especialización (o división del trabajo entre las partes). Tal transición implica también la pérdida de potencialidades de los componentes, y la pérdida de la regulabilidad de conjunto o regulabilidad primaria, con lo cual pasa a dominar la regulabilidad secundaria (44,45, 71, 223) (ver Regulación).
La mecanización aparece en los sistemas biológicos, neurológicos, psicológicos y sociales (44), donde desempeñan un importante papel. En tales ámbitos, parece ser que lo primario es un comportamiento que resulta de la interacción de todas las partes entre sí. Secundariamente van apareciendo elementos cuyos comportamientos sólo dependen de ellos mismos, no del todo, es decir, se pasa a comportamientos relativamente aislados entre sí, cuya suma daría como resultado el comportamiento de todo el sistema (sumatividad): decimos que el sistema ha ido mecanizándose. Así por ejemplo, en la evolución del sistema nervioso hay partes que se vuelven irreemplazables para ciertos funcionamientos, como por ejemplo los reflejos. Otro tanto ocurre en las estructuras sociales. En una comunidad primitiva cada miembro puede hacer casi cualquier cosa que pueda esperarse en su conexión con el todo, pero en una comunidad altamente diferenciada (estadio posterior) cada miembro tiene su propia función específica: la especialización llevó a la mecanización. El progreso sólo es posible pasando de un estado de totalidad indiferenciada a la diferenciación de partes, o también, por subdivisión de una acción inicialmente unitaria en acciones de partes especializadas. La diferenciación de estructuras (partes) y funciones (acciones que ejecutan las partes) lleva entonces a la mecanización progresiva (71,72).
Cabe destacar, sin embargo, que jamás se alcanza la mecanización completa, mientras la vida persista. Aún cuando el organismo esté en parte mecanizado, no deja de ser un sistema unitario: tal es el fundamento de la regulación y de la interacción con las cambiantes exigencias del medio ambiente (71,72). Esto significa que, si el sistema vivo es afectado por influencia del entorno, buscará compensar el desequilibrio producido comportándose como una totalidad, donde cada parte mecanizada quedará subordinada inmediatamente a ella.
52.- METABOLISMO
Es el conjunto de reacciones químicas y los cambios energéticos concomitantes que tienen lugar en el ser vivo, y que le permiten obtener materia y energía para su trabajo de automantenerse y reproducirse. Estas reacciones (163) están reguladas de tal manera que le permiten a la célula o al organismo mantenerse en un estado uniforme, que constituye una propiedad fundamental de los sistemas abiertos.
1. Metabolismo y TGS.- Los procesos metabólicos ilustran la hipótesis sistémica del organismo como sistema abierto con tendencia al estado uniforme (140). Es un sistema abierto porque intercambia materia y energía con el medio. Una planta, por ejemplo, incorpora moléculas simples y entrega moléculas transformadas, y también recibe energía solar y entrega a su vez energía al medio. Además, la célula y el organismo vivos no son máquinas estáticas compuestas de materiales de construcción más o menos permamentes, entre los cuales los materiales productores de energía procedentes de la nutrición fueran degradados para abastecer de energía los procesos. Encierran en realidad un dinamismo continuo en el cual hay degradación y regeneración tanto de los materiales de construcción (por ejemplo proteínas) como de las sustancias productoras de energía (por ejemplo carbohidratos), procesos ambos que están regulados de tal manera que la célula y el organismo se mantienen aproximadamente constantes en un estado llamado estado uniforme (163). Los sistemas abiertos y los estados uniformes en general desempeñan un papel fundamental en el metabolismo, si bien sólo ha sido posible formularlos matemáticamente únicamente en casos sencillos (140).
53.- MODELO
Construcción conceptual que intenta representar determinados aspectos o sectores de la realidad, y cuya finalidad es explicar y predecir cierta clase de fenómenos que en ella ocurren y ocurrirán (97, 123, 193, 210). Según diferentes criterios, los modelos pueden ser mecanicistas y organísmicos (24), matemáticos y verbales (23), físicos, biológicos, psicológicos y sociológicos e históricos (27), etc. Ejemplos de modelos son: el psicoanálisis, la cibernética, el hombre-robot, la homeostasia, la alometría, el sistema abierto, etc.
1. Características de los modelos.- De acuerdo a von Bertalanffy, podemos sistematizar las características de los modelos en los siguientes puntos:
a) Todo modelo busca representar un aspecto o sector de la realidad (123, 193), y por tanto debe estar construído sobre la base de los datos empíricos. Los modelos puramente especulativos carecen de interés científico (193), salvo que sea posible aplicarlos a alguna clase de fenómenos.
b) Los modelos representan en forma simplificada, y por lo tanto, comprensible, la realidad correspondiente. Así entonces encontramos el modelo newtoniano en mecánica, el modelo corpuscular o el ondulatorio en física atómica, el modelo de crecimiento de una población, el modelo de los juegos para explicar y predecir decisiones políticas, etc (209,210).
c) Todo modelo procura explicar los fenómenos observados o los resultados experimentales obtenidos sobre ellos, y aspira también a predecir aquellos que aún no ocurrieron. Todo modelo debe ser investigado de acuerdo con su mérito, considerando las explicaciones y predicciones que permita, y la decisión acerca de si un modelo convendrá o no reposa exclusivamente en hechos de observación y experimentación (193).
d) Los modelos funcionan como hipótesis de trabajo para investigaciones posteriores (193), lo que significa que son susceptibles de ratificación, rectificación o reemplazo por un nuevo modelo. No hay modelos rígidos o definitivos. Ningún modelo es el único posible y en el mejor de los casos será una aproximación por elaborar y corregir poco a poco según una interacción estrecha entre experimentación y conceptualización (193). Precisamente, el riesgo que corre todo modelo es el de incurrir en la falacia del 'nada sino', es decir, el de autoinstaurarse como el único posible, como ha ocurrido con el modelo mecanicista y el modelo psicoanalítico (123).
e) Un mismo fenómeno puede ser descripto desde diferentes modelos. Por ejemplo, las varias teorias de los sistemas son modelos que reflejan diferentes aspectos de la misma realidad, no se excluyen mutuamente y a menudo se aplican en forma combinada. La cibernética y el modelo de sistema en sentido estrecho (ver Sistema) son dos modelos que pueden aplicarse a las mismas realidades (97).
f) A la inversa del caso anterior, un mismo modelo puede aplicarse a realidades distintas. Tal el caso de los modelos interdisciplinarios (97), aplicables a fenómenos en diferentes campos, como el modelo de sistema abierto, aplicable tanto en biología como en psicología y sociología. Esto lleva al concepto de isomorfismo entre modelos (ver Isomorfismo). Otro ejemplo: el modelo de la retroalimentación es aplicable a sistemas materiales, psicológicos y socioculturales (27).
2. Ventajas y peligros de los modelos.- Como ventaja, el modelo es el camino para crear una teoría, es decir, el modelo permite deducciones a partir de premisas, explicación y predicción, a menudo con resultados inesperados. El peligro es la excesiva simplificación: para hacerla conceptualmente controlable tenemos que reducir la realidad a un esqueleto conceptual, dejando en pie la pregunta acerca de si no habremos obviado aspectos cruciales o esenciales de la misma. El riesgo de supersimplificación es tanto mayor cuanto más múltiple y complejo es el fenómeno. Fenómenos complejos son los culturales e históricos, por ejemplo, y de aquí que las grandes teorías de la cultura y la historia resultan ser modelos muy imperfectos (210).
3. Modelos matemáticos y verbales.- Los primeros describen la realidad en términos de ecuaciones y algoritmos, y los segundos son menos precisos ya que utilizan palabras para esas descripciones. Ciertos modelos económicos y evolucionistas como el de Darwin comenzaron siendo modelos verbales, y luego fue posible matematizarlos parcialmente. Otros modelos son fundamentalmente verbales, como el psicoanálisis. Otros, en fin, nacieron como modelos matemáticos, pero pronto encontraron dificultad en ser aplicados como tales en psicología y sociología.
Von Bertalanffy piensa al respecto que primero debe intentarse la construcción de un modelo no matemático, verbal, aún cuando los algoritmos sean mucho más precisos que el lenguaje ordinario, y, a partir de ellos, intentar luego matematizarlos hasta donde sea posible. No conviene, en cambio, construír a priori un modelo matemático prematuro que calque algoritmos conocidos, ya que con ello se puede restringir el campo visual, es decir, no ver ciertos aspectos esenciales de los fenómenos de la realidad (22,23).
4. Otros tipos de modelos.- Von Bertalanffy contrapone en primer lugar los modelos mecanicistas y vitalistas a los modelos organísmicos (ver Mecanicismo, Vitalismo y Organísmica, concepción). Entre los modelos mecanicistas está por ejemplo el modelo del hombre-robot como esquema con pretensiones de universalidad para explicar el comportamiento humano, y fundado en cuatro principios básicos: estímulo-respuesta, equilibrio, ambientalismo y economía (ver estos artículos, y también Comportamiento).
Ejemplos de modelos organísmicos que von Bertalanffy describe con cierto detalle (162,193) son: el modelo de organismo como sistema abierto y estado uniforme, la homeostasis, la alometría, y el modelo de Bertalanffy para el crecimiento.
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