No se nos presenta como “yo creo
en...”, sino como “la realidad misma indiscutible”.
Esas creencias son como los cimientos
de una casa, la sostienen, pero a ellos, a los cimientos no los
vemos.
Así ocurre con las creencias de fondo de nuestra mente. Tenemos que cavar, que profundizar en nosotros mismos para poder verlas.
Así ocurre con las creencias de fondo de nuestra mente. Tenemos que cavar, que profundizar en nosotros mismos para poder verlas.
Ese mismo cavar, debilita toda la
estructura montada sobre ellas.
Debilita ese sistema de relaciones de
todo lo que estructuramos como “la realidad”, la pone en duda.
Y cuanto más apegados estemos a ese sistema de creencias, más nos sentiremos debilitados al desestructurarse estas.
Y cuanto más apegados estemos a ese sistema de creencias, más nos sentiremos debilitados al desestructurarse estas.
En esa brecha que se abre, un nuevo
sistema de creencias se ira estructurando, en la medida en que sea
superador del anterior.
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