viernes, 22 de enero de 2010

Invictus - William Ernest Henley


Este es el poema que Mandela recitaba durante sus años de prisión
cuando sentía que las fuerzas lo abandonaban.

Invictus - William Ernest Henley

Más allá de la noche que me cubre

negra como el abismo insondable,

doy gracias a los dioses que pudieran existir

por mi alma invicta.


En las azarosas garras de las circunstancias

nunca me he lamentado ni he pestañeado.

Sometido a los golpes del destino

mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.


Más allá de este lugar de cólera y lágrimas

donde yace el Horror de la Sombra,

la amenaza de los años

me encuentra, y me encontrará, sin miedo.


No importa cuán estrecho sea el portal,

cuán cargada de castigos la sentencia,

soy el amo de mi destino:

soy el capitán de mi alma
.