El arte como experiencia mística.
Es aquello que rebasa nuestro entendimiento, y nos da un destello de algo mucho mas grande y maravilloso, en comparación con el pequeño e insignificante vagabundeo, en el cual mantenemos ocupada a nuestra mente en el día a día, lo que según Arthur Schopenhauer, nos da el sentimiento de lo sublime.
El sujeto al encontrarse frente a algo que le excede en sobremanera, ya sea a nivel intelectual, emocional o físico, siente su insignificancia, lo mismo que una gota de agua sentiría, al encontrarse en lo inmenso del mar; por lo cual abandona su egoísmo personal, y se funde maravillosamente en el mar apacible del todo.
Sumido todo él, en una contemplación pura, sin intención, ni deseo alguno. Sintiendo aquella paz inefable, a la cual, nuestros sabios griegos llamaron 《ataraxia》 y los budistas 《Nirvana》, paz plena, en la cual el sujeto es redimido, así sea por un momento, del sufrimiento que significa la existencia.
¿Qué diferencia encontramos entre esta momentánea paz plena, del éxtasis místico de los que nos hablan los religiosos del bello y lejano oriente? Tal vez no la haya; con lo cual, podemos comprender cómo es que el arte puede redimir al ser humano y elevarlo sobre sí mismo.
Paolo Panizzo, Ensayo "El arte como experiencia mística".
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Es aquello que rebasa nuestro entendimiento, y nos da un destello de algo mucho mas grande y maravilloso, en comparación con el pequeño e insignificante vagabundeo, en el cual mantenemos ocupada a nuestra mente en el día a día, lo que según Arthur Schopenhauer, nos da el sentimiento de lo sublime.
El sujeto al encontrarse frente a algo que le excede en sobremanera, ya sea a nivel intelectual, emocional o físico, siente su insignificancia, lo mismo que una gota de agua sentiría, al encontrarse en lo inmenso del mar; por lo cual abandona su egoísmo personal, y se funde maravillosamente en el mar apacible del todo.
Sumido todo él, en una contemplación pura, sin intención, ni deseo alguno. Sintiendo aquella paz inefable, a la cual, nuestros sabios griegos llamaron 《ataraxia》 y los budistas 《Nirvana》, paz plena, en la cual el sujeto es redimido, así sea por un momento, del sufrimiento que significa la existencia.
¿Qué diferencia encontramos entre esta momentánea paz plena, del éxtasis místico de los que nos hablan los religiosos del bello y lejano oriente? Tal vez no la haya; con lo cual, podemos comprender cómo es que el arte puede redimir al ser humano y elevarlo sobre sí mismo.
Paolo Panizzo, Ensayo "El arte como experiencia mística".
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Extraído del muro de Paolo Panizzo en Facebook
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