Hemos construido una jaula y quedado encerrados en ella,
pero nuestro autoengaño nos permite ignorar su existencia.
En consecuencia, lo primero que tenemos que hacer para salir de la jaula es descubrirla,
y a ese fin, debemos observarnos a nosotros mismos continuamente.(...)
Un proverbio tibetano dice:
"En la nariz de otro se hace notoria
incluso la existencia de algo tan ínfimo
como una hormiga.
En la nuestra, en cambio,
no notaremos, siquiera,
algo tan enorme como un yak.(1).(...)
No basta con saber que la jaula existe;
es necesario desear sinceramente salir de ella
y poner manos a la obra.
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Nota
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Extraído del muro de Kiki Cacho en Facebook
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