Una bomba de lucidez, de descubrimientos, de fuerza interna y de inversión de la dirección de la mirada y el trato.
Con eso no contaba el sistema.
Un sistema que sólo nos había estudiado en nuestra reactividad, en nuestras debilidades, en nuestra capacidad de aguante y sometimiento.
Una bomba de potencia masiva va a explotar. Será de signo y de carga inversa a lo destructivo y violento.
Una bomba de suavidad, de calidez, de virtudes, de todo lo bueno que, contra todo pronóstico de las "alimañas", se acumuló en siglos de dolorosa historia humana también.
El potencial de esa bomba será enorme, radiando cual fisión atómica hasta a quienes no tuvieron que ver en su construcción.
No tienen escapatoria de regreso a los viejos mundos de la imposición del sufrimiento y la muerte.
Se habrá esfumado para siempre que puedan retomar esa opción.
Ya se escucha a lo lejos el silbido de esa bomba.
Agudiza el oído interno y mira a tu alrededor (pero adentro de la gente), vas a escucharlo...
Xavier Batllés Barcelona, 08-08-16
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