miércoles, 28 de noviembre de 2018

Penélope - Fernando Turjanski


Cuando el Sol se fue a dormir, los grillos empezaron a cantar, Penélope termino de cenar. 


Se cepilló los dientes, con cuidado y lentamente. Se fue a su cuarto, apagó la luz, miró por la ventana la luna y se acostó. Al rato se durmió…

Durante la noche, empezaron a escucharse unos ruidos y una canción…

Penélope se despertó, vio a unas personitas cantando y bailando en ronda sobre la alfombra...

Miró hacia la ventana y vio que entraba por ella una escalera y que el otro extremo llegaba hasta la luna, por donde terminaron de bajar dos personitas más y el resto terminó de cantar e hicieron una reverencia...

Penélope se levantó de la cama, algo contenta porque habían terminado de cantar porque tenían una voz muy finita y para no ser menos, hizo una reverencia también…

Una a una, las personitas se fueron subiendo uno arriba del hombro del otro sucesivamente y empezaron a hacer equilibrio para no caerse.

Cuando llegó a trepar el último, llego a la misma altura que Penélope, tosió una vez y habló:

“Princesa nuestra, no sabe por cuánto tiempo la estuvimos buscando!”

Ella se sorprendió

“Princesa yo? No soy ninguna princesa, creo que usted está equivocado”

El que habló se rascó la cabeza, lo mismo que el de abajo y así sucesivamente hasta el último de la fila, quien con una mano soltó los pies de quien estaba arriba, buscó en su bolsillo, sacó un papelito chiquito y se lo fueron pasando uno por uno hasta el primero, quien se lo alcanzó a Penélope…

Ella agarró el papelito, pero era tan chiquito que no podía verlo...

Fue al escritorio, agarró una lupa y vio que era una foto…

Fue inmenso su asombro, ya que se vio a si misma, en una especie de trono, con todas las personitas alrededor. Se dio vuelta, reconoció a las personitas en la foto

“Pero cómo es posible? Se parece a mi, pero no me acuerdo de nada y tampoco de ustedes”

“No lo sabemos, pero seguramente si vuelve con nosotros, los recuerdos también lo harán”

“Bueno, entonces, iré con ustedes”

Las personitas, empezaron a bajarse una encima de la otra y empezaron a bailar en ronda y a cantar; cuando terminaron uno a uno fueron subiéndose a la escalera con una Penélope, algo preocupada, detrás

Subieron, subieron y subieron por la escalera, hasta que llegaron finalmente a la blanca Luna…

Penélope alcanzó a ver, árboles, ríos, montañas, flores, pero eran todas blancas…

Cuando ella, bajó de la escalera y posó en el suelo sus pies, poco a poco, toda la Luna fue recuperando su color, al igual que el olor de las flores, y los peces empezaron a saltar en el río…

Una de las personitas gritó:

“Eras vos Penélope, nuestra querida Princesa! Ahora no queda ninguna duda”

Las personitas empezaron a festejar y a corretear por todos lados, como si hace mucho, muchísimo tiempo estuvieran esperando el momento...

Algunos olieron las flores de cerca, otros empezaron a jugar con los peces, otros a treparse a los árboles, mientras tanto Penélope empezó a recordar de a poco y empezó a jugar con los demás.


Fernando Turjanski

13/05/2015
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