Te deseo momentos interesantes - Omar Paladini

“¡Atención!”, “¡Aquí y ahora!”...", decían los pájaros en la novela "La isla" de Aldous Huxley.

Él dijo en su momento: "... El hombre no está hecho para ser un autómata, y si se convierte en tal la base de la salud mental queda destruida...".

Hay un punto que creo que si no es central debe andar muy cerca, y es que la situación en este momento, la pandemia del Covid-19, deja al descubierto uno de los temas más negados por la cultura actual: la muerte.

Una de las pandemias, una de las tantas que hay en el mundo actual, ha puesto en el tapete el tema negado. ¿Como no va entrar en crisis la gente?...

Y encima nadie se puede hacer el desentendido ya que el tema afecta a toda la población de cada lugar en particular y en todo el mundo. Muy interesante.

Me recuerda un saludo chino que dice: "Te deseo que vivas tiempos interesantes", que en realidad era tomado como una "maldición" para mentes funcionando en vigilia ordinaria: Crisis.

Es decir, "te deseo crisis, te deseo problemas a resolver, te deseo eso para que te superes, para que evoluciones, para que pases a otra etapa, superadora de la anterior".

Fin de un proceso e inicio de otro. Es decir, muerte y resurrección.

¿Sera este el fin de un momento histórico y el inicio de otro?

Puede que sí, puede que no, ya que la dirección que tomen los acontecimientos no esta predeterminada y depende de lo que hagamos en el momento presente cada uno de los casi 7.800. millones de seres humanos que vivimos en este planeta, y no hay posibilidades de repliegue, de desentendernos del tema.

"¡Nos podemos ir a vivir al monte, lejos de las grandes ciudades!" dicen algunos. No se puede, ya que al tiempo vienen con las topadoras y desmontan todo para sembrar soja.

"Bueno, vayamos a vivir al campo, a un pueblo pequeño". Te fumigan con glifosato que es cancerígeno. No es recomendable para la salud.

"Ya se, vayamos a vivir a la montaña" dijo otro. Por ahí tampoco está muy saludable la cosa, ya que andan las megamineras envenando las aguas y la tierra con cianuro y otrós químicos tóxicos.

No hay repliegue posible ni posibilidades de fuga, salvo la locura o la muerte.

Que paradoja, el tema del que hablábamos al principio aparece de nuevo: la muerte.

La negación de la propia muerte, el apartar la mirada de ese hecho inevitable, nos hace apartar la mirada del sentido de nuestra vida.

Tener claro nuestro sentido de vida nos lo aporta la temporalidad. Nos despierta, nos emplaza en otro lugar en relación a quienes nos rodean, y ponen luz en cada acto del momento presente. El resto es fuga.

Si esa fuga, ese apartar la mirada del fin fuera transitoria, sería hasta saludable a veces para distendernos un poco. Más entramos en crisis con el tema de la muerte cuando se presenta. Por cuestiones posesivas más que nada. Y esa posesión, ese no soltar envenena nuestra vida y la sumerge en el sin sentido.

Lo banal nos termina preocupando. Preocupaciones menores, entretenimientos para no pensar, no reflexionar, anestesia emocional, no registro del otro ser humano como tal sino como cosa, como objeto de mi intención egoista.

La muerte como posibilidad absoluta nos iguala total y contundentemente.

"La danza de la muerte" como alegoría medieval, se ha hecho presente ¿Que vamos a hacer con eso? ¿Perderemos este momento histórico crucial como humanidad para de una vez por todas aclarar el sentido de nuestra vida y humanidad compartida?

Son preguntas en busqueda de respuesta que tendremos que responder entre todos los 7.800. millones de seres humanos que habitamos este planeta.

La negación de la muerte, termina negando la vida. Lo opuesto a la muerte no es la vida, ya que lo opuesto a la muerte es el nacimiento. La vida no tiene opuestos.

Para resolver esta paradoja habría que hacerle caso a los pájaros de Aldous Huxley: “¡Atención!”, “¡Aquí y ahora!”.

Si hacemos el esfuerzo por andar un poco más despiertos quizás visualicemos posibilidades de pasar a otra historia como humanidad.

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 Tecto ampliado y editado el 27-05-2020 - 23:20 Hs.
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