Para las corporaciones de Internet la privacidad no existe, es un derecho obsoleto - Divina Frau-Meigs - Reportaje
- En términos prácticos, ¿qué significa el concepto de diversidad cultural como derecho?
El derecho a la diversidad cultural es un derecho de protección y de promoción que en 2007 se incorporó a la declaración de los Derechos Humanos.
En este momento en las redes no hay protección de la diversidad cultural. Existe la promoción de la expresión bajo todas sus formas, como los chats, los foros, los blogs y los avatares. Y muchos jóvenes usuarios tienen la impresión de que todo esto es libre y gratuito.
La realidad es que la web está financiada por la televisión y los estudios de Hollywood, que yo llamo Hollyweb porque ahora sus productos están en Internet.
Estas corporaciones son monopólicas y se rigen por el derecho de propiedad que existe en California, Estados Unidos.
Si estas cyberempresas deciden utilizar los contenidos que ponen los usuarios en sus plataformas para hacer dinero, pueden hacerlo, ya que la ley de California lo permite.
-A fines de mayo en París se realizó la primera reunión del "eG8", donde las mega corporaciones expresaron sus proyectos para la web. Esos proyectos fueron presentados en la reunión de los ocho países más poderosos del planeta. ¿Cómo ven el futuro de Internet las corporaciones?
Fui invitada al "eG8", un encuentro al que concurrieron todos los multimillonarios recientes, dueños de las plataformas que manejan la web como Google y Facebook, entre otros.
Ellos llevaron un mensaje muy claro hacia los gobiernos que conforman el G8. Ese mensaje fue que la privacidad no existe, que es un derecho obsoleto.
También recalcaron que las formas de expresión que están en sus plataformas son de su propiedad y las pueden comercializar.
Todo esto apunta a que están creando una nueva economía de la web, en la que van a explotar los contenidos que no provengan de formatos clásicos que ya tienen los derechos reservados.
Es decir que van a explotar las nuevas formas de expresión donde la gente habla de su vida cotidiana o sobre sus amigos, y que para ellos son bienes relacionales.
Las grandes empresas quieren transformar esos bienes en industriales y culturales para ganar dinero.
¿Los Estados no deberían proteger el derecho de propiedad intelectual y privacidad de sus ciudadanos frente a las empresas?
El Estado tiene un rol muy importante en la regulación de los medios y debe replantearse el vacío legal que existe en Internet.
En el reciente G8, los Estados más poderosos hablaron de recuperar soberanía frente a las grandes compañías, ya que en el único lugar donde pagan impuestos por sus ganancias es en California.
Pero las empresas operan en todo el mundo y deberían pagar impuestos a cada país.
Lo importante ahora es que los Estados legislen para que las expresiones que circulan en la web, como un chat, un foro, o un blog pertenezcan al que lo ha producido, al creador, y no sólo a la plataforma que ha prestado los medios de producción.
¿Existen posibles resistencias al modelo hegemónico de contenidos estadounidenses que hoy lidera Internet?
Estudios recientes muestran que los flujos de tráfico en Internet son asimétricos. Hay mucho contenido y trafico desde los Estados Unidos, luego hay tráfico de Europa y el resto del mundo está muy por debajo. Hay que buscar reorganizar los flujos de manera más equilibrada.
Eso sería posible si se desarrollan políticas culturales transfronterizas.
Por ejemplo, si los países de habla hispana de Latinoamérica se unieran con España, sumarían millones de usuarios y así se podría generar un flujo de sus contenidos culturales totalmente diferente.
Si se generan políticas regionales y las regiones luego se unen porque sostienen los mismos derechos, estoy segura de que las empresas estadounidenses renegociarían sus contratos.
Otra forma de romper con la hegemonía es educar a los niños y jóvenes para que entiendan que las redes sociales producen cultura.
Si ellos pueden formarse con productos culturales diferentes y pluralistas, poco a poco van a convertirse en usuarios con sentido crítico.
Para esto hay que formar primero a los docentes en los nuevos medios, para que ayuden a los niños y adolescentes a poder manejarlos desde otra visión.
¿Por qué cree usted que los productos culturales estadounidenses tiene tanto éxito entre los más jóvenes?
Porque son contenidos positivos, están basados en el presente, en lo cotidiano y se proyectan al futuro. Hacen foco en la promesa, y por eso son tan atractivos para los jóvenes.
En cambio mucho de los contenidos que se realizan en Francia o en la Argentina se basan en la historia, en el patrimonio y no generan promesas. Cuentan el pasado, o a veces omiten el pasado importante como los crímenes.
Hay que fomentar la necesidad de los jóvenes de querer comprender el mundo a través de los medios, poder expresarse en ellos y proyectarse. Todo eso les generará autoestima y orgullo por su identidad para presentarse en las redes sociales.
¿Cómo ve el programa Conectar Igualdad que lleva adelante el Gobierno, que reparte 3 millones de netbooks a estudiantes secundarios y a alumnos de institutos de formación docente?
El problema que veo en el plan que implementó el Gobierno es que fue una decisión tomada por ellos, y no surgió de un pedido hecho específicamente por la comunidad escolar. Me preocupa cómo se va a hacer la apropiación de esta tecnología.
Creo que se deben generar proyectos dentro de cada escuela y de cada grupo que tengan un valor añadido para los usuarios.
Si los alumnos no pueden aprender nada nuevo, no les va a interesar y esto va a fracasar.
La clave es apostar a formar a los docentes para que puedan manejar los nuevos medios y que puedan transmitirles a sus alumnos contenidos dentro de la diversidad cultural.
En los Estados Unidos existe un fondo público proveniente de un impuesto a las ganancias que deben pagar todas las empresas de comunicaciones.
Este fondo no lo reparte el gobierno directamente, sino que las escuelas y universidades arman un proyecto con su municipalidad y lo presentan a este fondo para ser evaluado. Es un modelo de encuentro entre la financiación pública y una necesidad real de la gente, que aprovechará la inversión y no abandonará el proyecto.
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Divina Frau-Meigs nació el 9 de junio de 1959 en Casablanca, Marruecos.
Es profesora de Estudios Americanos y Sociología de los Medios de Comunicación en la Universidad Sorbonne Nouvelle de Francia.
Ha publicado extensamente en las áreas de contenido de medios de comunicación, las tecnologías y las subculturas de la pantalla. Realizó trabajos para la UNESCO, el Consejo de Europa y la Universidad de la Sorbonne Nouvelle.
Fue vicepresidenta de la Asociación Internacional de Estudios en Comunicación Social (IAMCR/AIECS, 2002-08) y de Asuntos Internacionales de la Société Française des Sciences de l'Information et de la Communication (SFSIC, 1993-96).
En 2006 le concedieron "L'Étoile d'Or" de Internet en homenaje a su trabajo sobre las nuevas tecnologías de la información. Sus trabajos se pueden consultar en medias-matrices.net
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Extraído de: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/mica-frau-meigs-internet-eg8_0_494950787.html
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