"... Cuanto más luchamos, más significativo y exagerado se vuelve el ego, con todas sus limitaciones, miedos, ambiciones y frustraciones;
y debe haber habido ocasiones en los que cada uno se haya preguntado si no es posible estar completamente sin ego.
Después de todo tenemos raras ocasiones cuando la sensacion del ego no está presente.
Si usted no es una persona de las llamadas religiosas, entonces se identifica con el estado, con el país, y trata de perderse en esa identificación, la cual le proporciona el sentimiento de grandeza, de ser algo mucho más grande que el ego pequeño y mezquino y todo lo demás. o si no hacemos eso, procuramos perdernos en algún tipo de asistencia social, de nuevo con la misma intención.
Creemos que si podemos olvidarnos de nosotros mismos, negarnos, quitarnos de en medio, dedicándole nuestras vidas a algo mucho más grande y más vital que nosotros, entonces, tal vez experimentemos una dicha, una felicidad que no es meramente una sensación física.
Ahora bien, no sé si usted ha pensado al respecto, pero todo esto implica sin duda, un esfuerzo incesante por ser o convertirme en algo.
Extraído del muro de Julia Tebet en Facebook
Después de todo tenemos raras ocasiones cuando la sensacion del ego no está presente.
No estoy hablando de la trasmutación del ego a un nivel más elevado, sino del simple cese, del "yo"; con sus ansiedades, preocupaciones, miedos, de la ausencia del ego.
Uno se da cuenta de que semejante cosa es posible, y luego uno se pone deliberada y conscientemente a eliminar el ego.
Al fin y al cabo eso es lo que las religiones organizadas tratan de hacer, ayudar a cada fiel, a cada creyente a perderse en algo más grande, y de esa manera tal vez a experimentar un estado más elevado.
Si usted no es una persona de las llamadas religiosas, entonces se identifica con el estado, con el país, y trata de perderse en esa identificación, la cual le proporciona el sentimiento de grandeza, de ser algo mucho más grande que el ego pequeño y mezquino y todo lo demás. o si no hacemos eso, procuramos perdernos en algún tipo de asistencia social, de nuevo con la misma intención.
Creemos que si podemos olvidarnos de nosotros mismos, negarnos, quitarnos de en medio, dedicándole nuestras vidas a algo mucho más grande y más vital que nosotros, entonces, tal vez experimentemos una dicha, una felicidad que no es meramente una sensación física.
Y si no hacemos ninguna de estas cosas, esperamos dejar de pensar en nosotros mismos mediante el cultivo de la virtud, a través de la disciplina, por medio del control, de la práctica constante.
Ahora bien, no sé si usted ha pensado al respecto, pero todo esto implica sin duda, un esfuerzo incesante por ser o convertirme en algo.
Y tal vez al escuchar lo que se está diciendo, podamos juntos profundizar en este proceso y descubrir por nuestra cuenta si es posible eliminar el sentimiento del "yo"; sin esta disciplina temible y restrictiva, sin este enorme esfuerzo por negarnos a nosotros mismos, esta constante lucha por renunciar a nuestras apetencias, nuestras ambiciones, con el fin de ser algo o de alcanzar cierta realidad. Creo que en esto reside la verdadera cuestión.
Porque todo esfuerzo supone un motivo, ¿no es cierto?
Hago un esfuerzo por olvidarme de mi mismo, en algo, en algún ritual o alguna ideología, porque al pensar en mí mismo soy infeliz.
Cuando pienso en otra cosa estoy más relajado, mi mente está más tranquila, me siento mejor, veo las cosas de otra forma.
Por consiguiente, hago un esfuerzo por olvidarme de mí mismo.
Pero detrás de mi esfuerzo hay un motivo, que es huir de mí mismo porque sufro, y ese motivo es esencialmente una parte del ego...".
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