El Corazón
El Día de la Resurrección, Dios preguntará,
“Durante esta estancia que te di en la tierra,
¿qué has producido para Mí?
¿Con qué trabajo llegaste al fin de tu vida?
¿En aras de qué comida consumiste tu fuerza?
¿En qué gastaste el brillo de tus ojos?
¿En qué disipaste tus cinco sentidos?
Usaste tus ojos, tus oídos y tu intelecto
y las sustancias celestiales sin adulterar,
¿y qué compraste de la tierra?
Te di manos y pies como pala y pico
para arar el campo de las obras buenas,
¿cuándo comenzaron a actuar por si mismos?”
Masnavi III, 2149 –2153
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Conoces el monto de cada artículo de mercancía,
pero si no conoces el valor de tu propia alma,
todo es tontería.
Has llegado a conocer las estrellas propicias y las desafortunadas
pero desconoces si tú mismo
eres afortunado o desventurado.
Esta, esta es la esencia de todas las ciencias
que tú sepas quien vas a ser
cuando llegue el Día del Reconocimiento
Masnavi III, 2652- 2654
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De un corazón a otro corazón hay una ventana,
no se encuentran separados ni lejanos.
La luminosidad de dos lámparas de barro se funde
aunque no estén unidas.
Ningún amante busca la unión sin que su amada la busque también;
Pero el amor de los amantes deja el cuerpo delgado como la cuerda del arco.
En cambio el amor de los amados los deja bien formados y apacibles.
Cuando la luz del amor por el amado
ha traspasado este corazón ¡sábelo! hay amor en ese corazón.
No hay duda que Dios tiene amor para ti
cuando el amor a Él se ha multiplicado en tu corazón.
El ruido del palmoteo no sale de una mano sola,
el hombre sediento gime, “¡Oh, agua deliciosa!”
el agua dice: “¿Dónde está quien me beba?”
esta sed de nuestra alma es el magnetismo del Agua:
nosotros Le pertenecemos, y nos Pertenece.
Masnavi III, 4391 - 4399
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El Mundo
Este mundo es un árbol al que nos aferramos
nosotros somos la fruta semi madura en sus ramas.
La fruta inmadura se aferra a la rama
como no está madura, no está apta para el palacio.
Cuando la fruta madura y está jugosa y dulce,
entonces, abriendo la boca, se suelta.
Cuando la boca se ha endulzado con felicidad,
el reino de este mundo pierde su atractivo.
Estar muy atado al mundo es inmaduro;
mientras eres un embrión,
sólo te interesa beber sangre.
Masnavi III, 1293 - 1297
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El Espíritu
Noche y día el Mar tiene espuma.
Ves la superficie espumosa, pero no el Mar.
¡Qué increíble!
Estamos chocando unos con otros como barcos:
nuestros ojos están a oscuras, aunque el agua esté clara.
Dormidos en el bote del cuerpo, flotamos
ajenos al Agua del agua.
El agua tiene un Agua que la conduce;
el espíritu tiene un Espíritu que lo llama.
Masnavi III, 1271 - 1274
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El Viaje
Aunque no estés equipado,
sigue buscando:
no es necesario tener equipo en el camino hacia el Sustentador.
A quien veas involucrada en la búsqueda,
conviértete en su amigo y dedícate a ella,
ya que al elegir la compañía de buscadores,
te conviertes en uno de ellos;
protegido por conquistadores,
tu mismo aprenderás a conquistar.
Si una hormiga busca participar en el ejército de Salomón,
no sonrías con desprecio al contemplar su búsqueda.
Todo lo que posees de habilidades y riqueza y oficio,
¿acaso no fue en sus inicios un pensamiento y una búsqueda?
Masnavi III, 1445- 1449
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Por Dios, no te demores
en cualquier beneficio espiritual que hayas logrado,
anhela más –cómo uno que sufre de una enfermedad
y cuya sed nunca es saciada.
La Corte Divina es el Plano del Infinito.
deja atrás la silla de honor;
permite que el Camino sea tu silla de honor.
Masnavi III, 1960-1961
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Estas selecciones forman parte del Libro: "Rumi, versos desde el corazón" . Editado por Kabir Helminski y traducido al español por Patzia González Baz. ISBN: 9789688607312 - Extraído de: www.sufismomexico.org/Selecciones_del_Masnavi.html
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Otros Fragmentos del Masnavi
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Mientras el sediento busca agua
el agua está también buscando al sediento.
Masnavi I, 1741
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Cada rosa fragante nos está contando los secretos de lo Universal.
Masnavi I, 2022
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Poco a poco Dios nos quita la belleza humana:
poco a poco el árbol joven se marchita.
Ve y recita: “Todo cuanto está dotado de vida,
acabará pereciendo”.
No te enamores de los huesos,
busca el espíritu.
Masnavi II, 714-715
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¿Qué es lo que realmente posees y lo que has adquirido en esta vida?
¿Qué perlas has sacado de las profundidades del mar?
En el día de tu muerte tus sentidos físicos desaparecerán.
¿Tienes la luz espiritual que ilumine tu corazón?
Cuando en la tumba tus ojos se llenen de polvo
¿brillará tu sepultura intensamente?
Masnavi II, 939-941
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¿Por qué te sorprende que un espíritu humano no pueda recordar
de dónde ha venido, dónde se originó y dónde residía antes de nacer?
En este mundo que es como un sueño,
el espíritu humano está rodeado por un velo
como el que forman las nubes ocultando las estrellas,
y ya no puede seguir viendo su antigua morada espiritual.
La labor del espíritu humano en la Tierra es purificar su corazón
para ver a través de ese velo y centrarse en el reino espiritual.
El corazón debe penetrar el misterio de esta vida
y percibir el principio y el final con una clara visión.
Masnavi IV, 3632-3636
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Has sufrido tormentos pero aún así sigues estando lejos de Dios,
porque no has alcanzado tu objetivo de destruir al yo.
Tus tormentos no cesarán hasta que perezcas.
No puedes llegar al tejado a no ser que asciendas por la escalera.
Si faltan dos travesaños no podrás subir por ella,
si la cuerda del pozo es demasiado corta el cubo no llegará al agua.
Masnavi VI, 723-726
Extraído de: www.es.wikiquote.org/wiki/Yalal_ad-Din_Muhammad_Rumi
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