sábado, 19 de junio de 2010
Angel de la Guarda - Medardo Arias
Sè que aùn ,
aquèl àngel delgado de pesadìsimas alas ,
viene en las noches ,
entra en mi casa , sin tocar ,
para medirse mis ropas
mientras duermo .
Aquel saco del fondo del closet ,
le va bien .
Tambièn la bufanda para las noches frìas ,
mis zapatos sieteleguas .
Tiene la voz de una mujer ;
sus ojos son , lo sè ,
del mismo color de los cuchillos nuevos ;
se va con la aurora ,
dejando plumas en las ventanas
y ese olor de pàjaro leal .
Hoy , sin embargo , me ha dejado
una pesada responsabilidad :
No sè que harè con su espada de oro
en esta ciudad
donde escasean los justos . .