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Argentina
Por qué no fui, no soy y nunca seré radical. Cristina Fernández
Dedicado al maestro Jorge Croce, quien con su incesante espinita en el intelecto, de alguna manera inspiró estas líneas.
Hasta 1912 (año de la Reforma Electoral) y gracias a las elecciones del '16, la UCR se manejó por ABSTENCIÓN y REVOLUCIÓN, y sus banderas fueron el cumplimiento estricto de la Constitución Nacional y la lucha contra el fraude electoral. Baste recordar las revoluciones de 1890 o de 1905, y las consecuentes abstenciones de los radicales en las elecciones en las que siempre triunfaban los conservadores.
Revoluciones claro está, que no cuestionaban las relaciones de propiedad, ni el modelo agroexportador vigente, enmarcado en una dependencia del Imperio escandalosa.
Triunfante en esas elecciones, don Hipólito Yrigoyen esas relaciones de propiedad siguieron sin ser cuestionadas, y esa dependencia, menos.... Significó el triunfo radical un ascenso de las clases medias, mientras los sectores populares, la clase obrera, seguían tan oprimidas como con los conservadores.
Pero no sólo oprimidas. Asesinadas. Yrigoyen (y se me perdonará la osadía, pero no me caracterizo por ser suavecita de lengua) es el responsable político de uno de los primeros genocidios de la historia argentina, si contamos el previo de Roca sobre los pueblos originarios. EL Estado Terrorista funcionando a pleno. Huelgas en la Patagonia del 21 y el 22, e Yrigoyen diciéndole a Varela "Vaya y cumpla con su deber mi teniente coronel". Varela lo cumplió al pie de la letra. Obreros chilenos, españoles, polacos, alemanes, asesinados al simple gesto de "tres" con los dedos de la mano de este militar asesino, que tuvo su justo final en manos de Wilckens, el vindicador, recordado, ampliamente recordado por Osvaldo Bayer. No me olvido del alemán Shultz, que creía haber encontrado el paraíso en el Lago Argentino, para fundar la sociedad sin clases, que esperó la muerte porque la asamblea lo decidió en mayoría, en la estancia La Anita. No me olvido de Albino Argüelles, el estibador del puerto de San Julián. No me olvido del gaucho entrerriano Facón Grande, asesiando después de que le sacaran el cinto, para que sus bombachas cayeran avergonzándolo aún más, mientras él gritaba "así no se mata a un criollo...".
Y tampoco me olvido que, hasta hace unos años, en los supermercados La Anónima, de la Patagonia Argentina, en la zona de cajas, estaban los retratos de los Menéndez Behety, los terratenientes cómplices, instigadores, asesinos, tan asesinos como los soldados de Varela y como el propio Varela.
No puedo decir que el peronismo haya cuestionado tampoco las relaciones de propiedad. Intentó instalar un modelo de distribución que estalló por los aires en el 52, cuando la burguesía argentina no pudo continuar con el ritmo de acumulación y, al mismo tiempo, la suba de salarios estipulada por el Plan Quinquenal. No pudo olvidarme de la frase desmovilizadora del general en ese momento "De casa al trabajo y del trabajo a casa...". Pero sí puedo decir que por primera vez en la historia argentina, en la distribución del ingreso, las clases productoras fueron notablemente favorecidas, y se redefinión, en términos de Daniel James, el concepto de ciudadanía, dándole un contenido social del que hasta entonces carecía.
"Antes de Perón, mi patrón estaba sentado, y yo parado, cuando teníamos algún conflicto", recuerda un viejo obrero de la AOT. "Con Perón, todos éramos machos".... ¿Cuál es el significado simbólico, pero también material, en la cabeza de este obrero, todo el tiempo despreciado, anque factible de ser asesinado por los republicanos radicales?
No me olvido tampoco de que, dentro del peronismo, se gestó un verdadero movimiento de liberación nacional, que quedó trunco por la represión más salvaje. La nueva expresión y muchísimo más virulenta del Estado Terrorista.
No me olvido del Punto Final y de la Obediencia Debida. Los que estábamos bien corriditos a la izquierda en los 20 años, despreciamos el Juicio a las Juntas, reclamando tribunales populares. Sabrán disculpar, pero sigo pensando que fue una fantochada. Lo real es verlo ahora a Astiz, en el banquillo de los acusados.
No me olvido de que, cuando Alfonsín se murió, en grandes movilizaciones clasemedieras y mediáticas, se lo rotuló "el padre de la democracia". Si esta democracia tiene padres, ésos fueron los 30.000 compañeros desaparecidos.
No me olvido del 20 de diciembre. Ni de De La Rúa huyendo como rata por tirante, mientras 34 asesinatos siguen impunes. Carlos Petete Almirón, militante de la Correpi de Lanús, y el Pocho Lepratti, son dos que en este momento vienen a mi memoria, sin recurrir a ningún libro.
Desprecio profundamente el discurso republicano de los radicales. Me hacen acordar a los girondinos. Y Cobos, la última y poderosa razón por la cual no fui, no soy y nunca seré radical, huele demasiado a Danton.
Y saben qué? Yo banco a muerte a Robespierre. Una revolución burguesa, de la mano de Robespierre, instaló el terror, como dicen los libros, y no mienten, pero ninguna clase privilegiada va a perder sus privilegios sin oponer resistencia. Pero también, una revolución burguesa de la mano de Robespierre incluyó a las clases populares parisinas, los sans culottes, tan, pero tan olvidados, como el villero argentino antes del peronismo.
No fui, no soy y nunca seré radical. Privilegio la igualdad a la libertad. Y privilegio lo caliente a lo tibio, y el negro al gris.
Cristina
Extraido de:
http://www.facebook.com/omarpaladini#!/notes/cristina-fernandez/por-que-no-fui-no-soy-y-nunca-sere-radical/10150215900030506
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