Mujeres.
Destino de sensibilidad en el árido desierto de la testosterona,
destino de progenie de la nueva humanidad.
Omar Paladini
Destino, cuya sensibilidad nada tiene que ver con el desierto,
con la aridez, con la testosterona!...
La mujer, es biología; pero trasciende este plano hacia el misterio y la magia.
Una nueva progenie, que se base en una revolución interior como en una revolución exterior:
la mujer y el hombre, codo a codo, deben destruir la sociedad patriarcal;
para así desbrozar el camino a la libertad universal...
Arturo Jaque Rojas
Destino cuya sensibilidad abraza, húmeda, al desierto...
La aridez del desierto es aparente,
o en todo caso es una aridez que emerge en relación a su opuesto:
la fértil abundancia, siempre desbordante y expuesta,
siempre devorada y codiciada, siempre ofrendándose como alimento.
Y qué sería de la tierra húmeda y fértil sin el prodigio de la simiente.
Lo femenino, y no la mujer, es el pasaje al misterio...
lo femenino en la mujer es el desborde fértil y creativo inherente a su vacío,
lo femenino en el hombre, es la sensibilidad para enlazar con una fuerza
que no nace de su propio vacío.
Liz Balut
pero esconde oasis, que permiten
sobrevivir a su aridez mortal...
Sé que dentro de la aridez no hay
un absoluto de muerte...
Por doquier vida que pugna
por desplegarse una y otra vez,
tanto del espíritu
como plantas y animales y bichos...
En todo y en todos está el Tao...
Los opuestos copulan:
lo que nace debe perecer;
lo que perece sirve al ciclo,
la energía de unos nutre a otros,
y a lo Otro...
Nace, y vive muriendo;
muere, y su fruto, su hoja,
su jugo, su carne,
su luz alimentará otros seres,
y regresará al Todo...
A la Matriz anterior al tiempo- espacio,
que, sin embargo, se doblan y se desdoblan
en su vastedad impensable...
Las manos modelan la tierra;
la humedad, del rocío de cualquier jardín;
la fertilidad, en cada terrón, en cada brote,
donde la simiente ha de eclosionar...
Me dices que la mujer no es el pasaje al misterio;
afirmas que lo femenino lo es;
y yo reconozco el arcano de tu ser,
que se difumina sin dejar apenas rastro...
No puedo pensarte con la mente;
ni imaginarte con la fantasía;
ni hablarte con la boca;
ni tocarte con mis manos,
ni siquiera estrechar el resplandor
de tu ausencia...
Eres mujer, y lo femenino desborda
hacia el universo,
y la piscina de la existencia y del ser
y del no-ser se desborda
hacia la región donde lo uno y lo otro
se anulan y completan...
El vacío nos comprende y aprisiona...
El Tao es anterior a las palabras que
nombran lo en sí y por sí...
Hay vaciedad insondable en mí;
hay vaciedad insondable en ti;
regresaremos
al tiempo que no tiene tiempo;
al espacio sin espacio...
El Vacío es la Gran Vagina del ser
y los entes...
La mujer es lo femenino cristalizado en el tiempo;
lo que muta y transmuta, vehiculizado en un cuerpo;
desde su vacío, el río correntoso y silente
que fluye desde lo anterior a la palabra y a lo lógico;
en su contracara, el hombre,
lo que acoge el flujo
que procede de las entrañas de lo que no tiene tiempo, ni reconoce espacio...
Arturo Jaque Rojas
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Extraído de una charla entre Liz Balut, Arturo Jaque Rojas, y Omar Paladini en Facebook
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