Me pregunto por qué la mediocridad impera.
Por qué el grado de confort nos hace creer más inteligentes y superiores.
Cuando hay respuestas en el aire, en las cosas que no se compran,
en cualquier lugar polvoriento e inhóspito.
Cuando hay sonrisas sobre pies descalzos y junto a manos curtidas por el barro y el trabajo.
Y mas respuestas hay cuando dejo de juzgar y no mas escucho y observo.
Cuando desenmascaro mi arrogancia y comienzo a sentir el amor.
Cuando me alegro de ser increíblemente diminuto sintiendo la inmensa realidad que me rodea.
Es cuando siento esta pura vida, una explosión de energía brutal desde un punto insondable
bien dentro dentro dentro de mi que casi es imposible determinar.
Esta noche en el puerto de Bissau Velho ( Bissau Viejo),
imbuido por el resplandor de la luna y el suave abrazo sonoro de las olas calmas del estuario.
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Extraído del muro de Carlos Costa en Facebook
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