domingo, 19 de junio de 2016

Ensueños, Hábitos, y Observación de Sí - George Gurdjieff


"... El ensueño es absolutamente lo contrario de una actividad «útil». 

«Útil» en este caso significa: dirigida hacia una meta definida y emprendida para un resultado definido. 

El ensueño no tiende a ningún fin, no se esfuerza hacia ninguna meta. 

La motivación del ensueño se encuentra siempre en el centro emocional o en el centro motor. 

En cuanto al proceso efectivo, éste es tomado a su cargo por el centro intelectual. 

La tendencia a soñar se debe en parte a la pereza del centro intelectual, es decir a sus tentativas por evitarse todo esfuerzo ligado a un trabajo orientado hacia una meta definida y que tenga una dirección definida, y por otra parte a la tendencia de los centros emocional y motor a repetirse, a guardar vivas o a reproducir experiencias agradables o desagradables, ya vividas o imaginadas. 

Los ensueños penosos, mórbidos, son característicos de un desequilibrio de la máquina humana. 

Después de todo, se puede comprender el ensueño cuando presenta un carácter agradable, y se le puede encontrar una justificación lógica. Pero el ensueño de carácter penoso es un completo absurdo. 

Sin embargo, muchas personas pasan nueve décimos de su existencia imaginando toda clase de acontecimientos desagradables, todas las desgracias que pueden recaer sobre ellos y sobre su familia, todas las enfermedades que pueden contraer, y todos los sufrimientos que tal vez tendrán que soportar.

La «imaginación» y el «ensueño» son ejemplos del funcionamiento equivocado del centro intelectual.

La observación de la actividad de la imaginación y del ensueño, constituye una parte muy importante del estudio de sí.

"Después la observación tendrá que enfocarse sobre los hábitos en general. 

Todo hombre adulto es un tejido de hábitos, si bien, en la mayoría de los casos, no se da la menor cuenta de ello y pudiera aun afirmar que no tiene hábito alguno. 

Esto nunca puede ser así. Los tres centros están repletos de hábitos y un hombre jamás puede conocerse hasta haber estudiado todos sus hábitos. 

La observación y estudio de éstos es particularmente difícil porque para verlos y «constatarlos», es necesario escapar de ellos, liberarse de ellos aunque sea tan sólo por un momento. 

Mientras un hombre está gobernado por un hábito determinado, no puede observarlo; pero desde su primer intento de combatirlo, por débil que éste sea, lo siente y repara en él. 

Por eso, para observar y estudiar los hábitos es necesario tratar de luchar contra
ellos. 


Esto nos abre una vía práctica para la observación de sí. 

He dicho anteriormente que un hombre no puede cambiar nada en sí mismo, que sólo puede observar y «constatar». Es verdad. 

Pero es igualmente cierto que un hombre no puede observar ni «constatar» nada si no trata de luchar consigo mismo, es decir, contra sus hábitos. 

Esta lucha no puede dar resultados inmediatos; no puede conducir a ningún cambio permanente o duradero. Pero permite saber a qué atenerse. 

Sin lucha un hombre no puede ver de qué está hecho. 

La lucha contra los pequeños hábitos es muy difícil y fastidiosa, pero sin ella es imposible la observación de sí...".

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Extraído del muro de  Gurdjieff-Discípulos de C.M. (Carlos Matchelajovic) en Facebook
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