jueves, 24 de diciembre de 2009
Líderes, Orientadores y Guías. 24-12-2009
En un encuentro de estudio dado por Silo en el año 1978, se decía: “la labor de un maestro, la labor de un instructor, es de suma importancia. Pero en épocas de crisis y de urgencias, la labor de un guía es la de mayor importancia..."
Nosotros, presentamos hoy nuestra acción en el mundo como una acción tendiente a “generar referencias” . Presentamos al MH, a sus reuniones y proyectos sociales como direccionados a lo que llamamos “formación de orientadores” .
El objetivo de esta parte de nuestra reunión es esclarecer e intercambiar acerca del sentido de esta acción, acerca del significado personal y social de “Ser orientador”.
En esta tarea de formarse como referencia de otros, podemos distinguir al menos tres modelos diferentes, tres formas diferentes de “ser referencia”. Hablamos de líderes, orientadores y guías. Diferenciamos al líder del orientador, y a estos dos de un guía.
Intercambiaremos hoy acerca de los dos primeros. Intentaremos profundizar en base a nuestra experiencia actual personal, cómo podríamos fortalecer nuestra formación interna y como mejorar nuestra acción como orientadores.
1. Líderes y Orientadores
Podemos destacar algunas de las características personales que definen al líder :
- Todo gira en torno a su persona, en torno a sus “virtudes” y sus “dificultades”.
- Su acción personal es el motor de los proyectos.
- Hay mucho despliegue personal y poco trabajo en equipo.
- El proyecto y las acciones que pone en marcha oscilan al ritmo de su situación particular y de sus “estados de ánimo” .
Un orientador se va formando en torno a ciertas virtudes, de las cuales podemos destacar:
- Trasmite a otros una enseñanza, señala una dirección, un sentido, que él considera es bueno para él y para los demás.
- Trabaja en equipo (buscando las virtudes de cada uno, sin hacer hincapié en las dificultades o errores de los demás).
- Se fortalece internamente para que sus proyectos y la ayuda que da a otros, no dependa de sus “ciclos personales”.
- Aprende a diferenciar lo primario de lo secundario, las dificultades de las contradicciones.
- Diferencia el “fracaso” de la “frustración”. Diferencia el “éxito” de la “satisfacción”.
- Diferencia la “anécdota”, de lo que es un “proceso”.
- Reflexiona con neutralidad antes de tomar decisiones que sean importantes para sí mismo ó para otros.
Tema de Estudio: Líderes, Orientadores y Guías
2. La Acción Válida y la orientación
En el Paisaje Interno capítulo X se define al acto de unidad o acción válida con los siguientes registros:
“...Para reconocerlo te basarás en la profunda paz que acompañada de una suave alegría te pone en acuerdo contigo mismo. Este acto tiene por señal a la verdad más íntegra porque en él se unifican en estrecha amistad el pensamiento, el sentimiento y el hacer en el mundo...”
En el mismo capítulo en otro párrafo se dice:
“...Todo fenómeno que hace retroceder el sufrimiento en otros, se registra en quien lo produce como un acto válido, como un acto de unidad...”
“Orientar” es sinónimo de “Acción Válida” y como tal implica una acción que termina en otros. El orientar implica un continuo aprendizaje y crecimiento interno que se va trasmitiendo a los otros en la medida que se avanza.
La experiencia enseña que llevando a la práctica la actitud de orientar, podemos ayudar a que retroceda el sufrimiento en la gente que nos rodea.
Esto se da cuando las personas a las cuales llega nuestra influencia, a las cuales llega nuestra acción, van incorporando conocimientos y experiencias que los alejan de la confusión, del sin-sentido y le permiten crecer, construir y avanzar internamente.
Es en los diferentes ámbitos en los que se dá la orientación, en las reuniones semanales, en los encuentros, en los proyectos sociales y en las relaciones de amistad que se van generando, ...es allí cuando quién se siente a sí mismo como Orientador, anima, trasmite lo que sabe, enseña a utilizar nuestras herramientas y también expresa sus convicciones e imágenes a futuro.
Esta “Acción Válida” por excelencia, alejada de cualquier búsqueda inmediatista ó de sólo resultados personales, fortalecen nuestro espíritu y el de los demás.
Podríamos asimilarlo a un oficio, a una función al servicio de la vida.
Desde este punto de vista, uno de los aspectos esenciales y más importantes de un orientador es el modo en que se relaciona con las demás personas.
No se relaciona con los otros enfatizando en las dificultades o errores.
No se relaciona con los otros desde sus “compulsiones” personales.
Un orientador cree, por sobre todas las cosas, en la capacidad de transformación y crecimiento interno y conjunto, por lo tanto ”ve a los demás y se relaciona con el otro no sólo por lo que el otro es, si no también por lo que puede llegar a ser”.
En síntesis, sentirse “orientador”, formarse como “orientador” ó “ser un orientador”, no tiene que ver con cargos, ni puestos, ni jerarquías.
Es una “actitud interna” donde lo más importante es la intención de aprender y trasmitir a otros un sentido de vida. Es Acción Válida por excelencia.
Es continuo aprendizaje, crecimiento y construcción junto a otros.
Es una actitud y una acción que partiendo desde lo mejor de uno mismo se orienta a lo mejor de las demás personas que me rodea.
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Extraido de: www.leonalado.org
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