martes, 22 de febrero de 2011

El Mar y La Casa - Liz Balut

Una mañana, al despertar, mis pies se apoyaron sobre arena de playa… una línea irregular de espuma blanca rodeaba mi cama.

Fui al baño: una enorme concha resplandecía de agua dulce en sus entrañas nacaradas.
 
Caminé sin vestirme por la arena de la playa de mi casa. 
 
Sentí amanecer en los labios la humedad salada.
 
Las olas rompían, bajas, en el arco de la puerta del jardín, que abierta como las de un templo, bañaba sus dos hojas hasta la primer bisagra.
 
El aroma de pan horneado me rodeó el cuello, ascendiendo, y me sentí terrenal.
 
Cerré los ojos porque la casa era mi cuerpo, visto de adentro, y mi alma se hizo casa mareada, horneada, volada, desamurada.
 
_ El Mar… _ dije, y nadie podía escucharme.
 
_ Todos los días _ agregó nadie, y pude escucharlo.
 
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Extraído del muro de Liz Balut en Facebook 
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