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La manera de recordar es mas compleja de lo que se pensaba. Glenys Alvarez
El acto de recordar vulnera nuestras memorias hasta que las almacenamos nuevamente. Es un hecho asombroso descubierto por los neurólogos y neurobiólogos que evidencia el dinamismo y la complejidad de nuestro sistema de memorias, donde un baile de proteínas protagoniza una parte notable del proceso. Sabemos bien la importancia de recordar, es nuestra identidad, nuestra linealidad y nos provee con la habilidad para aprender, socializar y madurar nuestros pensamientos e ideas. Sin memoria no tenemos pasado, sin la capacidad para almacenar recuerdos es imposible formar uno, ni aprender, ni hacer amigos.
Más aún, muchas enfermedades son provocadas por problemas con recuerdos, memorias intensas de abusos crueles y de agresiones que dejan marcas en el cerebro y no permiten que la persona crezca emocionalmente saludable. Pues en esta ocasión, las noticias sólo complican más el asunto, neurocientíficos de la Universidad de Nueva York han descubierto que el proceso que usamos para almacenar memorias es mucho más complejo de lo que se pensaba.
Comencemos por imaginar que nuestras más preciadas memorias no son más que la síntesis de nuevas proteínas dentro de sus neuronas, es lo necesario para guardar sus recuerdos. Y todo gira alrededor de dos procesos conocidos como consolidación y reconsolidación. En la primera, almacenamos la memoria después de una experiencia, fácil, ¿no? Aparentemente, sin embargo, nuestros recuerdos no son fijos, son dinámicos, los usamos de varias formas, a veces son desencadenados por un olor, otras veces por un sabor, en otras ocasiones los buscamos voluntariamente entre nuestros archivos porque queremos recordar, porque son buenos recuerdos.
Otras veces el cerebro se obsesiona con los peores recuerdos, traumas y agresiones, y es cuando padecemos de una condición post traumática que puede no dejarnos vivir en paz. En fin, que el proceso de recordar es dinámico y cambia cuando nuevas experiencias traen a cuenta esos viejos recuerdos y es por eso, que como decía al principio, recordar vulnera nuestros recuerdos hasta que son almacenados nuevamente, a este nuevo almacenamiento es lo que se le llama reconsolidación. Durante este período, nuevos datos pueden ser añadidos a una vieja memoria.
Pues bien, la síntesis de esas proteínas nuevas en las neuronas, es decir, nuestras memorias, desencadena la producción de nuevas proteínas que son requeridas en cambios sinápticos y moleculares durante tanto la consolidación como la reconsolidación. Estudios anteriores, nos dicen los investigadores, se habían enfocado en la segunda parte del almacenamiento de una memoria, que es lo que viene después de esa síntesis de proteínas, esa segunda parte se llama elongación, ya ven lo complejo que es recordar y uno que lo toma como por hecho.
Pues bien, en esta ocasión el equipo se enfocó en esa parte inicial de guardar un recuerdo para determinar si había diferencias en la síntesis entre la consolidación y la reconsolidación.
A los amantes de las ratas no les gustará mucho esta parte (si fueran perros yo no estaría de acuerdo tampoco, es como funciona la mente humana, total, las ratas son tan inteligentes como los perros y quizá más), en fin, que los investigadores aseguran se usaron choques eléctricos suaves que fueron equiparados con un sonido en un tono específico, de esta forma generaban una nueva memoria en el animalito, una memoria de temor. Esa era la parte de la consolidación.
Luego, al estilo Pavlov que sí usó perros, tocaron sólo el tono para recordar la memoria consolidada y así desencadenar la reconsolidación. Los investigadores inyectaron a las ratas, durante todos estos pasos, con una droga diseñada para inhibir el comienzo de la síntesis de proteína. Curiosamente, el inhibidor interfería efectivamente con la consolidación de la memoria pero no tenía impacto alguno en la reconsolidación.
“Nuestros resultados muestran claramente que el inicio de la síntesis de proteínas para el almacenamiento de memorias varía mucho más de lo que se pensaba entre consolidación y reconsolidación, existe una gran diferencia entre ambas”, explica Eric Clan, profesor del Centro para Ciencias Neuronales de NYU. Clan añade que será mucho más difícil encontrar remedios para enfermedades que tengan que ver con la memoria ya que estos procesos son realmente complicados.
“Tenemos que entender con precisión la naturaleza de la formación de una memoria y la forma en que el cerebro las reproduce después y agrega nueva información en ellas”.
Ahora sólo sabemos que el proceso de crear una nueva memoria es completamente diferente al que ocurre cuando recordamos esa memoria y la almacenamos de nuevo.
El estudio aparece en la presente edición en el diario científico Proceedings of the National Academy of Sciences.
Extraído de: http://ateismobrillante.blogspot.com/2011/02/la-manera-de-recordar-es-mas-complejo.html
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