George Ivánovich Gurdjíeff
La Visión del Hombre
Para Gurdjieff, el hombre es un ser plural: " No hay tal yo - decía -, o más bien hay cientos, miles de pequeños ' yoes ' en cada uno de nosotros.
Estamos divididos interiormente, pero no podemos reconocer la pluralidad de nuestro ser, sino a través de la observación y el estudio.
En cierto momento es un ' yo ' el que actúa, al momento siguiente es otro ' yo '.
No funcionamos armoniosamente debido a que nuestros ' yoes ' son contradictorios.
Al nacer, el niño es "esencia", un ser con esperanza. Pero a medida que crece, pierde su "particularidad" a causa de las experiencias reales. Se va formando la personalidad, nuestra máscara o revestimiento social, que ahoga a la esencia.
Aunque indispensable, la personalidad es, en la mayoría de los casos, una serie de prejuicios, posturas, sueños, modos de manipulación y neurosis, "alineados respecto de la esencia de manera arbitraria". Invadida por la legión de ' yoes ', no permite al hombre la posibilidad de desarrollar su verdadero ser.
Observación y Recuerdo
La "atención", la "observación de sí " y el "recuerdo de sí mismo", permiten al hombre liberarse de las identificaciones e imaginaciones que lo mantienen sumido en un "estado de sueño hipnótico". "Sólo un hombre en el más alto estado de ser es un hombre completo. Todos los otros son meras fracciones de hombre. La ayuda exterior necesaria vendrá de maestros o del sistema que estoy siguiendo.
Los puntos de partida de esta observación de sí son:
1) Que no somos uno.
2) Que no tenemos control sobre nosotros mismos. No controlamos nuestro propio mecanismo.
3) No nos recordamos a nosotros mismos. Si digo: 'Yo estoy leyendo un libro' y no me doy cuenta de que 'yo' estoy leyendo, eso es una cosa, pero cuando estoy consciente que 'yo' estoy leyendo, eso es recuerdo de sí".
Los Centros de la Máquina Humana
El hombre es una compleja máquina que " ingiere impresiones y excreta conductas " y se alimenta de comida, aire e impresiones sensibles para impulsar cinco "cerebros" o "centros" que actúan en forma independiente: intelectual, emocional, motor, instintivo y sexual.
Cada uno cumple sus funciones sin considerar a los otros, por lo cual la maquina humana inconsciente es ineficiente y esta atrapada en la "mecanicidad".
Los tres centros básicos ( intelectual, emocional e instintivo - motor ) determinan la tipología gurdjieffiana del ser humano sin desarrollo de conciencia, según cual de ellos es dominante en cada persona: "Hombre número uno", motor; "Hombre número dos", emocional; "Hombre numero tres", intelectual.
Aunque creemos que tenemos una sola "mente", en realidad cada uno de los centros tiene una propia. Y esta categorización se complejiza aún más debido a que, a su vez, cada uno de los centros tiene sus propias divisiones.
La debida "atención", lograda con esfuerzo y voluntad, nos permite darnos cuenta en que centro estamos funcionando y emprender el camino del desarrollo armónico y simultaneo de cuerpo, emoción e intelecto. La "detención interior" de pensamientos es uno de los ejercicios para el "recuerdo de sí" que lleva a la comprensión de este proceso.
Estados de Conciencia
Para explicar qué es un ser más elevado, Gurdjieff habló de diferentes etapas que puede vivir un ser humano:
"Hay varios estados de conciencia:
1) El sueño, en el cual nuestra maquina sigue funcionando a presión muy baja.
2) El estado despierto, en el cual estamos en este momento.
Estos dos estados son los únicos que conoce el hombre corriente.
3) Lo que se llama conciencia de sí. Es el momento en que un hombre se da cuenta tanto de sí mismo, como de su máquina. Lo tenemos por destellos, pero solamente por destellos.
Hay momentos en los que se da cuenta usted no sólo de lo que está haciendo sino también de usted mismo haciéndolo. Usted puede ver tanto el 'yo' como el aquí de 'yo estoy aquí', tanto el enojo como el 'yo' que está enojado. Llame a esto recuerdo de sí, si gusta.
Ahora, cuando usted se da cuenta completa y constantemente del 'yo' y de lo que esta haciendo, y de cuál 'yo' se trata, usted se vuelve consciente de sí mismo. La conciencia de sí es el tercer estado. Este es un punto cumbre, ya que sólo a partir de este tercer estado el hombre es capaz de desarrollar su esencia y llegar a ser un hombre N° 4, equilibrado y cabal. Entonces tendrá la posibilidad de construir su alma y sus otros cuerpos ( hombres del N° 5 al 7 ), para cumplir con los destinos superiores de la evolución cósmica, a través del acceso a un estado llamado "Conciencia Objetiva".
El Eneagrama
Uno de los símbolos que Gurdjieff rescató de las enseñanzas orientales milenarias fue el Eneagrama o figura de nueve lados. En este modelo dinámico, se sintetiza, a niveles macro y microcósmicos, sus Leyes de Tres y de Siete. En las Danzas Sagradas, manifestó en movimientos la evolución de este símbolo universal.
El legado de los " idiotas "
Siempre rodeado de gente, Gurdjieff tenía con sus discípulos una relación intensa, y muchas veces, dramática. Con una mirada, el maestro desnudaba psicológicamente a sus alumnos y los sorprendía en toda su verdad. Ouspensky recuerda que "acercársele era siempre una prueba".
Exigente, pero a la vez generoso y protector, Gurdjieff obligaba a quienes lo seguían a adaptarse a una disciplina que a ratos parecía incoherente. Pero para ellos, este poderosos maestro espiritual constituía la única esperanza de desarrollo y liberación. Él era el contacto viviente con las fuentes ancestrales de la sabiduría y su notable inteligencia los guiaba por caminos prácticos donde nada puede ser entendido si no se experimenta por sí mismo.
Es justo rendir un homenaje a todos esos "idiotas" ( en el lenguaje gurdjieffiano, no significa "estúpido", sino simplemente "lo propio" ) que no sólo siguieron a Gurdjieff por los intrincados caminos de una vida insegura y aventurera. Gracias a sus esfuerzos por registrar en forma escrita la enseñanza, mucho de la tradición oral del maestro a podido llegar hasta nosotros.
P.D.Ouspensky, es el más conocido porque divulgó el sistema, por medio de escritos y grupos propios, en Inglaterra y Norteamérica. Uno de los mitos de la tradición Gurdjieffiana es precisamente la relación - bastante conflictiva - entre Ouspensky y su maestro.
En su legendaria obra "En busca de lo Milagroso: Fragmentos de una Enseñanza Desconocida", consiguió capturar en forma magistral el sistema de ideas interconectadas que quizá fueron explicadas sólo para sus propios oídos.
Thomas y Olga de Hartmann. El compositor Thomas de Hartmann trabajo arduamente con Gurdjieff para registrar las pautas musicales de los "Movimientos". Su esposa Olga jugó, al lado del editor Alfred Orage, un rol notable en la publicación de las obras de Gurdjieff.
Jeanne de Salzmann. Coreógrafa y bailarina, gracias a ella se preservaron las Danzas Sagradas. Después de la muerte de Gurdjieff, siguiendo sus instrucciones, impulso en varios países la creación de las Fundaciones y Sociedades Gurdjieff.
El cuarto camino
Existen cuatro caminos para el trabajo sobre sí:
· El Camino del Faquir, el Primero, pone énfasis en el trabajo del cuerpo.
· El Camino del Monje, el Segundo, en las emociones.
· El Camino del Yogui, el Tercero, en el intelecto.
· Y el Cuarto Camino, que es el de Gurdjieff, trabaja simultáneamente sobre los tres centros.
Cada uno de estos cuatro caminos tiene sus propias dificultades, pero la peculiaridad del Cuarto es que el ser humano debe trabajar desde las circunstancias variables de la vida.
El discípulo no tiene aquí posibilidades de esconderse en una montaña a meditar.
Debe lidiar con las cambiantes condiciones externas, manteniendo el sentido y el sentimiento de trabajo y practicando la no identificación en medio de los sucesos y desdichas cotidianos.
Autora: Silvia Alvarez Verdugo
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Extraído de: http://www.oshogulaab.com/GURDJIEFF/TEXTOS/GURDJIEFF-BIOGRAFIA.htm
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