Un hombre agoniza en un hospital. Le acompañan su mujer y una hija que mira por la ventana como cae la tarde, una cálida y soleada tarde de verano.
Fuera una madre pasea con su hijo por el parque y se come un helado.
Un policía apunta la matrícula de un coche mal aparcado.
La camarera sirve una copa a una pareja de turistas.
La vida alrededor se mantiene ajena a la desgracia de la familia del moribundo.
Su tragedia es diminuta y no encaja en la escala de la gran ciudad.
Ni siquiera una desgracia para la vida de la ciudad alteraría el ritmo y el sentir normal del país.
En los planes de la gran estructura nada modifica sus engranajes.
Un maremoto que destroce toda una región del planeta no cambiará la agenda diaria de los millones de personas que se hacinan al otro lado del planeta.
El gran plan debe continuar. Toda vida es ajena a las demás vidas.
Insignificantes partículas.
Ni siquiera una catástrofe planetaria alteraría lo más mínimo los destinos y tareas de los seres de otras galaxias o de otros mundos. No somos nada. La gran estructura sigue sus planes.
Si acerca el oído escuchará un enorme griterío de fondo, indescirnible en su significado, apenas un murmullo, un rumor que se lo lleva el viento interestelar.
Los que piensan que eso es Dios deben sentir plenamente su crueldad.
A los que pensamos que no hay explicación a nuestro alcance solo nos cabe sobrevivir en el sin sentido. Todo eso dará igual. Todo encaja en sus grandes e ignotos esquemas.
El hombre ya ha muerto ante el llanto silencioso de su familia.
La mujer del parque ya se ha terminado el helado.
El dueño del coche ha cogido el papel de la multa y lo tira con rabia a la calzada. Un anciano le mira con recriminación desde el banco donde descansa.
La camarera ha terminado su turno de trabajo y se marcha a la parada de autobus. Le espera su novio.
Tres países más allá la gente se muere de hambre y conseguir un trago de agua es el premio al esfuerzo de todo un día.
A miles de kilómetros una bomba ha sesgado la vida de treinta personas mientras estaban en la cola de una oficina gubernamental.
En el Sol, mientras tanto, se han sucedido varias explosiones atómicas.
Andrómeda sigue girando y flotando en el Universo. Transformación sin cambio.
La gran estructura mantiene el rumbo. Según lo previsto.
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Extraído de: http://odyseo.zonalibre.org/archives/108707.html
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