Hace mucho tiempo, hace siglos ya, dos amigos estaban charlando bajo la sombra de un árbol al atardecer.
Uno de ellos expuso con contundencia acerca del tema que estaban charlando, con fuertes razonamientos y argumentos,
y en un momento su amigo, ya sin saber como refutarlo, le dijo:
"Siquiera practicaras un poco la humildad al presentar tus pareceres"
y como respuesta su amigo, simplemente sonrió.
Exponer acerca de un tema dado con datos y argumentaciones, y contestar con cierta rigurosidad lógica a falacias argumentativas, no es falta de humildad.
Contestar con cierta rigurosidad lógica a falacias argumentativas, es eso mismo:
es simplemente contestar con cierta rigurosidad lógica a falacias argumentativas, que es lo que uno hace, o debería hacer cuando opina acerca de un tema cualquiera.
Es hacer el esfuerzo para tener un razonamiento sistemático desde el cual interpretar al mundo con claridad en pos de su transformación.
Es un razonamiento para algo, es un razonamiento que lleva en si un "para que", es un razonamiento que lleva en si mismo una intención.
No existe el razonamiento en el aire, sino en compensación a una pregunta que busca una respuesta, que busca develar aquello que esta oculto o confuso.
Y esa vía de "... siquiera practicaras un poco la humildad al presentar tus pareceres..." hace que su amigo sonría, y piense:
"... Claro, seria muy interesante bajar el nivel de las argumentaciones y ser más "humilde".
Si, claro. A ver, alcanzame unas drogas, un poco de alcohol, y un televisor, así nos estupidizamos un poco..."
Eso, creo yo, iría en la vía contraria al despertar de la conciencia, que de por sí requiere poner mucha intención, energía, y esfuerzo de nuestra parte para no caer en la fuga sin sentido hacia la nada nihilista en la cual vivimos caminando como títeres patéticos hacia el tener sin nada de ser.
Habrá que redoblar el esfuerzo más bien, para salir del contradictorio sin sentido, hacia la vida plena de la conciencia despierta en luz.
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