martes, 18 de abril de 2017

Fútbol y Mundo Nuevo - Omar Paladini


La pelota ya esta en el medio de la cancha. Los jugadores preparados. El arbitro ya dio la señal. 

No queda otra. Hay que salir a jugar.
Juguemosnos enteros. 

El mundo nuevo ya está en el horizonte.

El juego ya empezó, y el mero ser espectadores no nos transforma ni transforma el mundo. 

Este juego no es el juego destructivo y sin sentido del todos contra todos, es otro tipo de juego.

No se trata de jugar para "ganar". Eso es solo ilusión compensatoria.

Es jugársela en que la vida tenga sentido y que cada acto de cada instante presente lo tenga.

Es jugársela a que lo mejor brote en uno, y que se exprese en el mundo.

Si solo asumimos el rol de espectadores en este juego que es la vida, ella estará supeditada a las intenciones e intereses de otros.

Si tomamos las riendas de nuestra vida podemos darle dirección.

El juego del que hablamos no es el juego de los fuertes contra los débiles.

En principio abría que ver si los fuertes realmente lo son y si los débiles realmente también lo son.

Los mamuts hace unos miles de años parecían muy fuertes en relación a especies más pequeñas y sin embargo se extinguieron.

Mientras la vida sea una gran competición de todos contra todos, esa contradicción básica solo violencia y más violencia generara.

Según mi criterio, según lo que voy reflexionando, esa cultura enferma y decadente del "todos contra todos" esta "al caer", y no se cuando.

Lo que sí se es que día a día se le van cayendo las imágenes a la gente de que en esta sociedad puede ser feliz y su vida tener sentido.

Y eso no va a ocurrir en la gente si su felicidad depende solamente de lo que sucede "afuera".

No existe, por decirlo de alguna manera, un "afuera" y un "adentro" separados.

Somos unidad. Y responsables de actuar en unidad o en contradicción.

Somos uno, no-dos. Sin la comprensión y sentir profundo de esto último nada tendrá sentido.

No se puede negar que ocurren cosas monstruosas en el mundo y alrededor de uno mismo.


Una vez escribí: 


"... La monstruosidad tiene muchas formas pero una sola cara.

La monstruosidad de los que tienen vocación de matarifes,

despiadados en sus intereses mezquinos,

no tienen piedad del sufrimiento ajeno,

ni conciencia de su propia monstruosidad...".
(1)

Cuando podemos hacer que brote y se exprese en actos lo mejor de nosotros mismos y le llegue a los demás, todo cambia.

Mas ese hacer tiene que ser con toda la carga. "Juguemosnos enteros" dije más arriba.

En toda situación, no importa cual, en toda relación cotidiana, podemos actuar a favor de la vida o en contra.

Obrar con unidad interna al máximo que uno pueda barre bastante con todo lo que nos provoca sufrimiento.

"... El juego ya empezó...". El juego expresado en forma metafórica, es el juego entre polaridades internas.

En los Himnos de Zaratustra, por ejemplo, dice:

",,, Les hablaré ahora de los Dos Espíritus en el Comienzo de la Creación.

El más Santo de los dos le dijo al Malvado:

“Ni nuestros pensamientos ni enseñanzas,
Ni nuestras intenciones, ni elecciones,
Ni nuestras palabras ni obras,
Ni nuestras conciencias ni almas están de acuerdo”...".

A ese juego se refiere.

Si la energía va hacia lo denso, somos ganados por la dependencia, por el condicionamiento.

Si la energía va hacia lo alto, aumenta la autonomía y se abren infinitas posibilidades.

Es un juego en el sentido de manejo interno, no es una confrontación con uno mismo ni con otros.

Manejo es la capacidad de direccionarse hacia el destino elegido.


Personal-Social, Intencionalidad y Proceso 

Con respecto a lo personal-social, creo que si no nos ponemos los botines, no pasa nada.

No hay una nueva Escuela, no ha surgido todavía. Somos nosotros. con virtudes y defectos, más somos nosotros quienes tenemos que pechar, que poner el cuerpo en la situación en que estemos para aportar en el proceso de evolución y transmutación humana.. 


No podemos seguir durmiendo la siesta, o seguir gastando energía en secundariedades. Vivimos en el reino de lo secundario, no lo podemos alimentar.

Si vamos a lo secundario (de extrema importancia en algunos casos) no podemos dejar de recalcar lo primario.

Si es social no podemos plantear otra cosa que el cambio de raíz.

Y si es personal plantear el trabajo para consolidad nuevos niveles de conciencia, que ya están ahí, aburridos de que no conectemos con ellos. "Todos somos Buddhas" , y parece que es así nomas.

No podemos seguir escudándonos cobardemente en imágenes, en lo que otros han planteado. Si digo algo soy yo el que lo digo. Si decimos algo somos nosotros quienes lo decimos. Hacernos cargo de la parte que nos toca es primario.

Tenemos referencias fuertes que nos guían, mas hagámoslas carne. La gente necesita referencias de carne y hueso, y que yo sepa en el decadente sistema psico-social no hay demasiadas referencias-guía interesantes.


Y también hay mucha gente más que anda por ahí,  sin saberlo quizás, que va en el mismo sentido superador y trascendente.

No estamos solos en esta tarea, hay gente a nuestro alrededor que no esta tan dormida.

Lógicamente desde la base misma de la acción interna-externa estará la pulcritud, el tono y la permanencia. Sino de lo contrario ocurre, lo que dijo un amigo:

"... Es lamentable, nadie vuela, es una pelea en el chiquero.(2)...".

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Notas

1. Divagaciones - N° 0000 a 0100 - Omar Paladini - https://omarpal.blogspot.com.ar/2016/07/divagaciones-n-0000-0100-omar-paladini.html

2. Chiquero. 

1. m. Pocilga, establo donde se guardan los cerdos.

2. En sentido figurado, lugar muy sucio o desordenado.
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Texto ampliado el 01-05-2017 - 17:25 Hs.
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