Evitamos expresarnos por miedo a las consecuencias.
Tenemos miedo a lo que piensen de nosotros, a que dejen de querernos, o aceptarnos, o cuidarnos, o alabarnos.
Nos chantajeamos así a nosotros mismos poniendo a otros como excusa.
Nos prostituimos para poder mantenernos en una prisión que llamamos “amor".
Tenemos miedo a estar expuestos, a brillar arrogantes y felices.
Tenemos miedo a estar expuestos, a brillar arrogantes y felices.
Y al encerrarnos, empobrecemos el mundo.
Tenemos pudor por dar, sin saber que así robamos eso que no damos.
Tenemos miedo a sentirnos plenos, no vaya a ser que así termine todo,
Tenemos miedo a sentirnos plenos, no vaya a ser que así termine todo,
cuando la plenitud es sólo el principio que solemos postergar de por vida.
Tenemos miedo a la hoja en blanco, como si nuestra autenticidad pudiese errar o manchar,
Tenemos miedo a la hoja en blanco, como si nuestra autenticidad pudiese errar o manchar,
cuando es la represión y la indecisión lo que nos intoxica,
cuando la alegría es la sagrada imperfección y la lúcida gestión del desastre.
Tenemos miedo a nuestra luz, no vaya a ser que veamos todo lo que nos prohibieron ver,
Tenemos miedo a nuestra luz, no vaya a ser que veamos todo lo que nos prohibieron ver,
y nos regañen y nos castiguen sin poder jugar, como monos amaestrados que no se saben libres.
Tenemos miedo a nuestro genuino saber, no vaya a ser que nos suspendan en el examen
Tenemos miedo a nuestro genuino saber, no vaya a ser que nos suspendan en el examen
por no repetir como loros las mismas idioteces que nos dañaron.
Tenemos miedo a nuestro fuego, no vaya a ser que arda al fin todo lo que no somos y salgamos volando.
Tenemos miedo a nuestro placer, no vaya a ser que se molesten quienes sacrifican el suyo,
Tenemos miedo a nuestro fuego, no vaya a ser que arda al fin todo lo que no somos y salgamos volando.
Tenemos miedo a nuestro placer, no vaya a ser que se molesten quienes sacrifican el suyo,
y nos ataquen y persigan para amordazarnos, dándonos así toda la fuerza que nos quitaron al educarnos.
Tenemos miedo a todo lo que anhelamos, a todo lo que late en nosotros y clama por ser reconocido y expresado.
Tenemos miedo a todo lo que anhelamos, a todo lo que late en nosotros y clama por ser reconocido y expresado.
El miedo representa ese deseo.
El miedo no es nunca el problema, es la solución.
El miedo no es nunca el problema, es la solución.
Ponemos el miedo como excusa porque no sabemos utilizarlo.
Es imprescindible follarse al miedo para tomar consciencia de nuestra inevitable creatividad.
Es imprescindible follarse al miedo para tomar consciencia de nuestra inevitable creatividad.
El orgasmo es la trascendencia del miedo, esa explosión de la que naces.
Si no hay desobediencia, no hay magia ni placer.
Tenemos miedo. Tenemos un regalo.
Si no hay desobediencia, no hay magia ni placer.
Tenemos miedo. Tenemos un regalo.
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