En la linde del bosque no habÃa más sonido
que el leve cuchicheo de una larga guadaña
hablando con la tierra. No sé qué le dirÃa.
Quizás le contaba algo sobre el calor del sol,
o quizás algo acerca de aquel vasto silencio,
y por esto su voz no era más que susurro.
No le hablaba de un sueño nacido de los ocios,
ni de oro regalado por algún hada o duende:
fuera de la verdad, todo parece frágil
para el ferviente amor que alineó gavillas,
no sin dejar algunas flores (blancas orquÃdeas) ,
y asustó a una serpiente de un verde coruscante.
El sueño más hermoso que el trabajo conoce
son los hechos.
Mi larga guadaña susurró,
y olvidó el heno.
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ExtraÃdo del muro de Aurelianopf Buendia en Facebook
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