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Una técnica de visualización - Osho
"Mente"
significa,
en
sí
misma,
proyección,
de
modo
que,
a
menos
que
trasciendas
la
mente,
todo
aquello
que
experimentes
es
una
proyección.
La
mente
es
el
mecanismo
proyector.
Si
tienes
experiencias
de
visiones
luminosas,
de
dicha,
incluso
de
lo
Divino,
todo
eso
son
proyecciones.
A
menos
que
alcances
una
suspensión
total
de
la
mente,
no
estarás
más
allá
de
las
proyecciones;
estarás
proyectando.
Cuando
la
mente
se
detiene,
solamente
entonces
has
superado
el
peligro.
Cuando
no
hay
experiencias,
ni
visiones,
ni
nada
objetivo,
con
la
consciencia
permaneciendo
como
un
puro
espejo
sin
nada
que
se
refleje
en
ella,
solamente
entonces
has
superado
el
peligro
de
las
proyecciones.
Las
proyecciones
son
de
dos
tipos.
Una
clase
de
proyección
te
conducirá
a
más
proyecciones.
Es
una
proyección
positiva;
nunca
podrás
trascenderla.
La
otra
clase
de
proyección
es
negativa.
Es
una
proyección,
pero
te
ayuda
a
trascender
las
proyecciones.
En
meditación
empleas
la
facultad
proyectora
de
la
mente
como
un
esfuerzo
negativo.
Las
proyecciones
negativas
son
buenas;
es
como
cuando
sacas
una
espina
ayudándote
de
otra
espina
o
cuando
un
veneno
es
neutralizado
con
otro
veneno.
Pero
debes
permanecer
constantemente
consciente
de
que
el
peligro
subsiste
hasta
que
todo
se
detiene,
incluso
esas
proyecciones
negativas,
incluso
esas
visiones.
Si
estás
teniendo
una
experiencia
de
algo,
no
diré
que
esto
sea
meditación;
diré
que
es
aún
contemplación,
que
es
todavía
un
proceso
de
pensamiento.
Por
muy
sutil
que
sea,
es
todavía
pensamiento.
Cuando
solamente
resta
la
consciencia
sin
ningún
pensamiento,
solamente
un
cielo
abierto,
sin
nubes,
cuando
tú
no
puedes
decir,
"Yo
estoy
experimentando
esto",
solamente
se
puede
afirmar
"Yo
soy".
La
famosa
máxima
de
Descartes,
"Cogito,
ergo
sum"—pienso,
luego
existo—se
convierte
en
meditación
en
"Sum
ergo
sum",
"Yo
soy,
luego
soy".
Esta
condición
de
"Yo
soy",
precede
todo
pensamiento;
tú
eres
antes
que
tu
pensamiento.
El
pensamiento
aparece
luego;
tu
ser
le
precede,
de
forma
que
el
pensamiento
no
puede
interferir
el
ser.
Puedes
permanecer
sin
pensar,
pero
el
pensar
no
puede
existir
sin
ti,
por
lo
tanto
no
puede
convertirse
en
la
base
sobre
la
que
demostrar
tu
existencia.
Las
experiencias,
las
visiones,
cualquier
cosa
que
se
perciba
objetivamente,
forma
parte
del
pensamiento.
La
meditación
significa
la
total
extinción
de
la
mente,
del
pensar,
pero
no
de
la
consciencia.
Si
la
consciencia
también
desaparece,
no
estás
en
meditación
sino
en
el
sueño
profundo.
Esa
es
la
diferencia
entre
sueño
y
meditación.
En
el
sueño
profundo
también
cesa
la
proyección.
No
habrá
pensar,
pero
al
mismo
tiempo,
la
consciencia
también
estará
ausente.
En
meditación
el
proyectar
desaparece,
el
pensar
desaparece,
los
pensamientos
dejan
de
existir,
igual
que
ocurre
con
el
sueño
profundo,
pero
la
consciencia
está
allí.
Tú
eres
consciente
de
este
fenómeno:
de
un
vacío
total
a
tu
alrededor,
de
la
ausencia
de
objetos
a
tu
alrededor.
Y
cuando
no
hay
objetos
para
ser
conocidos,
sentidos
y
experimentados,
por
primera
vez
empiezas
a
sentirte
a
ti
mismo.
Esto
es
una
experiencia
no
objetiva.
No
es
algo
que
tú
experimentes;
es
algo
que
tú
eres.
Así
pues,
aunque
sientas
la
divina
Existencia,
es
una
proyección.
Esas
son
proyecciones
negativas.
Ayudan,
ayudan
en
cierto
modo
a
trascender,
pero
debes
ser
consciente
de
que
son
todavía
proyecciones,
si
no,
no
irás
más
allá
de
ellas.
Por
eso
digo
que
si
tú
sientes
que
encuentras
gozo,
todavía
estás
en
la
mente,
porque
la
dualidad
está
presente,
la
dualidad
de
lo
Divino
y
lo
no-Divino,
la
dualidad
de
la
dicha
y
la
no-dicha.
Cuando
alcanzas
realmente
lo
Supremo,
no
puedes
sentir
dicha,
porque
la
no-dicha
es
imposible;
no
puedes
percibir
lo
Divino
como
divino
porque
lo
no-Divino
ya
no
existe.
Recuerda
pues
esto:
"mente"
es
proyectar,
y
hagas
lo
que
hagas
con
la
mente
será
una
proyección.
No
puedes
hacer
nada
con
la
mente.
La
única
cosa
es
encontrar
cómo
negar
la
mente,
cómo
abandonarla
por
completo,
cómo
ser
consciente
sin
mente.
Eso
es
meditación.
Solamente
entonces
llegas
a
saber,
puedes
llegar
a
saber,
eso
que
no
es
una
proyección.
Todo
aquello
que
conozcas,
es
proyectado
por
ti.
El
objeto
es
simplemente
una
pantalla.
Tú
vas
proyectando
tus
ideas,
tu
mente,
sobre
ella.
Cualquier
método
de
meditación
empieza
con
el
proyectar,
con
la
proyección
negativa,
y
finaliza
con
la
no-proyección.
Esa
es
la
naturaleza
de
todas
las
técnicas
de
meditación,
porque
has
de
empezar
con
la
mente.
Incluso
aunque
estés
yendo
hacia
un
estado
de
no-mente,
tendrás
que
empezar
con
la
mente.
Si
yo
voy
a
salir
de
esta
habitación,
he
de
empezar
entrando
en
la
habitación;
el
primer
paso
debe
ser
dado
dentro
de
la
habitación.
Esto
crea
confusión.
Si
yo
simplemente
doy
vueltas
en
círculo
en
la
habitación,
entonces
estoy
caminando
en
la
habitación.
Si
voy
a
salir
de
la
habitación,
tengo
que
caminar
de
nuevo
en
la
habitación,
pero
de
una
forma
diferente.
Mis
ojos
deben
centrarse
en
la
puerta
y
yo
he
de
viajar
en
línea
recta,
no
en
círculos.
La
proyección
negativa
significa
caminar
directamente
hacia
afuera
de
la
mente.
Pero
primero,
has
de
dar
algunos
pasos
dentro
de
la
mente.
Por
ejemplo,
cuando
digo
"luz",
tú
nunca
has
visto
realmente
la
luz.
Solamente
has
visto
objetos
iluminados.
¿Has
visto
nunca
la
luz
misma?
Nadie
la
ha
visto;
nadie
puede
verla.
Ves
una
casa
iluminada,
una
silla
iluminada,
una
persona
iluminada,
pero
no
ves
la
luz
misma.
Incluso
cuando
ves
el
sol,
no
ves
la
luz.
Ves
la
luz
que
es
reflejada.
No
puedes
ver
la
luz.
Cuando
la
luz
choca
con
algo,
se
refleja.
Solamente
cuando
ves
el
objeto
iluminado
y
debido
a
que
ves
el
objeto
iluminado,
dices
que
existe
luz.
Cuando
no
ves
el
objeto
iluminado,
dices
que
hay
oscuridad.
No
puedes
ver
la
luz
pura,
de
modo
que
en
la
meditación
la
empleo
como
un
primer
paso,
como
una
proyección
negativa.
Te
digo
que
empieces
a
percibir
la
luz
sin
objetos.
Descarta
los
objetos;
allí
simplemente
hay
luz.
Empieza
a
percibir
la
luz
sin
objetos...
Has
de
dejar
a
un
lado
una
cosa:
los
objetos;
y
sin
el
objeto
no
puedes
estar
mucho
tiempo
viendo
la
luz.
Antes
o
después,
la
luz
desaparecerá
porque
has
de
estar
enfocado
sobre
algún
objeto.
Entonces
te
digo
que
sientas
la
dicha.
Nunca
antes
has
sentido
dicha
sin
un
objeto.
Todo
eso
que
conoces
como
felicidad,
como
dicha,
se
relaciona
con
algo.
Nunca
has
conocido
un
instante
de
dicha
sin
que
esté
relacionada
con
algo.
Puede
que
ames
a
alguien
y
entonces
te
sientas
dichoso,
pero
ese
alguien
es
el
objeto.
Te
sientes
feliz
cuando
escuchas
una
determinada
música,
pero
entonces
esa
música
es
el
objeto.
¿Te
has
sentido
nunca
dichoso
sin
objeto
alguno?
¡Nunca!
Por
eso
cuando
te
digo
que
seas
dichoso
sin
objeto
alguno,
parece
imposible.
Si
tratas
de
sentirte
dichoso
sin
objeto
alguno,
antes
o
después
la
dicha
se
detendrá,
porque
no
puede
existir
por
sí
misma.
Entonces
te
digo
que
sientas
la
presencia
Divina.
Nunca
te
digo,
"Siente
a
Dios"
porque
entonces
Dios
se
convierte
en
un
objeto.
¿Has
sentido
alguna
vez
una
presencia
sin
que
alguien
esté
presente?
Siempre
se
refiere
a
alguien;
si
alguien
está
allí,
entonces
empiezas
a
sentir
su
presencia.
Yo
descarto
por
completo
a
ese
alguien.
Simplemente
te
digo:
siente
la
presencia
Divina.
Es
una
proyección
negativa.
No
puede
continuar
durante
mucho
tiempo
porque
no
tiene
una
base
sobre
la
que
sustentarse.
Antes
o
después
desaparecerá.
Primero
descarto
los
objetos
y
luego,
poco
a
poco,
la
proyección
misma
desaparecerá.
Esta
es
la
diferencia
entre
proyección
positiva
y
negativa.
En
la
proyección
positiva,
el
objeto
y
el
sentimiento
que
le
sigue
tienen
importancia,
mientras
que
en
la
proyección
negativa
el
sentimiento
es
importante
y
el
objeto
es
sencillamente
olvidado
como
si
te
estuviera
haciendo
desaparecer
el
suelo
bajo
tus
pies.
La
base
te
ha
sido
quitada
de
debajo
de
ti,
de
tu
interior,
de
todas
partes,
y
tú
te
quedas
a
solas
con
tu
sentimiento.
Ahora
ese
sentimiento
no
puede
existir;
desaparecerá.
Si
los
objetos
no
están
allí,
entonces
las
sensaciones
ligadas
directamente
a
esos
objetos
no
podrán
continuar
durante
mucho
tiempo.
Durante
un
rato
podrás
proyectarlos;
luego
desaparecerán.
Y
cuando
desaparecen
tú
te
quedas
completamente
solo,
en
completa
soledad.
Ese
punto
es
el
punto
de
la
meditación,
desde
dónde
empieza
la
meditación.
Ahora
estás
fuera
de
la
habitación.
Por
eso
la
meditación
tiene
un
comienzo
en
la
mente,
pero
esa
no
es
la
auténtica
meditación.
Empieza
en
la
mente,
para
que,
desde
allí,
puedas
ir
hacia
la
meditación,
y
cuando
la
mente
desaparezca
y
la
trasciendas,
entonces
empezará
la
verdadera
meditación.
Hemos
de
empezar
con
la
mente
porque
estamos
en
la
mente.
Incluso
para
trascenderla,
hemos
de
emplearla.
De
modo
que
emplea
la
mente
de
forma
negativa,
nunca
de
forma
positiva,
y
entonces
alcanzarás
la
meditación.
Si
empleas
la
mente
positivamente
solamente
crearás
más
y
más
proyecciones.
Así
pues,
todo
eso
que
es
conocido
como
"pensamiento
positivo"
es
absolutamente
anti-meditativo.
El
pensamiento
negativo
es
meditativo;
la
negación
es
el
método
para
la
meditación.
Continúa
negando
hasta
el
punto
en
que
nada
quede
para
ser
negado
y
solamente
subsista
el
que
niega;
entonces
estarás
en
tu
pureza
y
entonces
conocerás
"Eso
que
existe
de
por
sí".
Todo
lo
que
habías
conocido
antes
eran
simplemente
imaginaciones,
sueños,
proyecciones
mentales.
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