Buscadores de la verdad hay en todas partes aunque "la verdad" no aparece por ningún lado.
Lo que tenemos son verdades fluidas que valen para uno mismo en este preciso y efímero instante presente y que fluye con el latir de la vida.
Es decir, verdades que no son monolíticas, sino que se enriquecen con cada nueva experiencia.
Y ese "enriquecimiento" tiene más que ver con "perder" que con "ganar".
Tiene más que ver con perder el peso de creencias, dogmas, conceptos, formas que limitan -la forma pone límites al proceso en marcha-.
El conocimiento profundo de uno mismo parece tener más que ver con el no-saber que con el saber.
El vacio/silencio (mental) habla más claro que la multitud de efímeras y vacias palabras del bla, bla, bla cotidiano -que no es más que ruido, catarsis y manipulación desde el ensueño del yo periférico-.
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Lo que tenemos son verdades fluidas que valen para uno mismo en este preciso y efímero instante presente y que fluye con el latir de la vida.
Es decir, verdades que no son monolíticas, sino que se enriquecen con cada nueva experiencia.
Y ese "enriquecimiento" tiene más que ver con "perder" que con "ganar".
Tiene más que ver con perder el peso de creencias, dogmas, conceptos, formas que limitan -la forma pone límites al proceso en marcha-.
El conocimiento profundo de uno mismo parece tener más que ver con el no-saber que con el saber.
El vacio/silencio (mental) habla más claro que la multitud de efímeras y vacias palabras del bla, bla, bla cotidiano -que no es más que ruido, catarsis y manipulación desde el ensueño del yo periférico-.
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