viernes, 28 de febrero de 2014

Reportaje al pie de la horca (Fragmentos) - Julius Fučík


"... Han pasado más de 60 años desde que Julius Fucik y otras miles de personas combatieran al nazismo contribuyendo a su derrota.

Aunque él no viera la entrada del ejército rojo en Berlín,

aquellos hombres y mujeres tuvieron clara conciencia de lo que tenían que hacer y lo hicieron.

La heroicidad que describe Fucik es del tipo de la que se manifiesta cotidianamente y sin resplandores:

luchar día a día con sacrificio pero con sencillez.

He aquí algunos fragmentos de Reportaje al pie de la horca, una lectura imprescindible.

"... Has tardado mucho en llegar, muerte. Pese a todo, esperaba conocerte más tarde, después de largos años. 

Esperaba vivir aún la vida de un hombre libre: 

poder trabajar mucho, amar mucho, cantar mucho y recorrer el mundo. 

Precisamente ahora, cuando llegaba a la madurez y disponía todavía de muchísimas fuerzas. Ya no las tengo. Se me van agotando. 

Amaba la vida y por su belleza marché al campo de batalla. 

Hombres: os he amado. Fui feliz cuando correspondíais a mi cariño y sufrí cuando no me comprendíais. 

Que me perdonen aquéllos a quienes causé daño. 

Que me olviden aquéllos a quienes procuré alegrías. 

Que la tristeza jamás se una a mi nombre. 

Ese es mi testamento para vosotros, padre, madre y hermanas mías; para ti, mi Gustina, y para vosotros, camaradas; para todos aquéllos a quienes he querido. 

Llorad un momento, si creéis que las lágrimas borrarán el triste torbellino de la pena, pero no os lamentéis. 

He vivido para la alegría y por la alegría muero. Agravio e injusticia sería colocar sobre mi tumba un ángel de tristeza..."

19 de mayo de 1943:

"... Lo repito una vez más: hemos vivido para la alegría; por la alegría hemos ido al combate y por ella morimos. Que la tristeza jamás vaya unida a nuestro nombre..."

27 de mayo de 1943:

"... Algunas veces fui a los interrogatorios en autocares de la policía, en los que los guardianes se conducían con moderación. 

A través de las ventanillas contemplaba las calles, los escaparates de los comercios, los quioscos de flores, la masa de peatones, las mujeres. 

“Si logro contar nueve pares de bonitas piernas, me dije una vez, no seré ejecutado hoy”..."

El 9 de junio de 1943:

"...Ante mi celda hay colgado un cinturón. Mi cinturón. La señal de partida. Por la noche me llevarán al Reich, al tribunal(…) 

El tiempo hambriento arranca los últimos bocados del pequeño trozo de mi vida. 

Cuatrocientos once días en Pankrác, que pasaron con una rapidez increíble. 

¿Cuántos me quedan todavía? ¿Dónde? ¿Y cómo? Seguramente ya no tendré ocasión de escribir. 

He aquí, pues, mi último testimonio. Un trozo de historia, del que soy, sin duda, el último testigo vivo..."

Esto es lo último que escribió el periodista checo antes de ser ejecutado:

"... Siempre hemos contado con la muerte. Lo sabíamos: caer en manos de la Gestapo quiere decir el fin. 

Y aquí hemos hecho lo que hemos hecho de acuerdo con esa convicción. 

También mi juego se aproxima a su fin. No puedo describirlo. No lo conozco. Ya no es un juego. Es la vida. Y en la vida no hay espectadores. El telón se levanta. 

Hombres: os he amado. ¡Estad alerta!..."..."

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Extraído de: http://www.hermanotemblon.com/julius-fucik-esperando-la-muerte-en-la-celda-267/
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Julius Fucik

Julius Fucik (Praga, 23 de febrero de 1903- Berlín, 8 de septiembre de 1943) fue un periodista y escritor checoslovaco, miembro del Partido Comunista de Checoslovaquia. Fue detenido por la Gestapo y posteriormente ejecutado.

Nació en el seno de una familia obrera. Estudió filosofía en la Universidad de Pilsen.

En 1921 ingresó en el Partido Comunista y por esas mismas fechas se inició como crítico literario y teatral. Luego fue redactor de las publicaciones comunistas Rude Pravo y Tvorba, en las que insertó reportajes sobre temas sociales y culturales.

A comienzos de los años treinta realizó varios viajes a la Unión Soviética.

Fruto de esos viajes es su obra documental En la tierra donde el mañana ya es ayer.

Cuando el ejército hitleriano ocupó Checoslovaquia continuó publicando con seudónimo, recuperando las figuras clave de la cultura progresista checoslovaca.

En febrero de 1941 pasó a ser miembro del Comitè Central del Partido Comunista en la clandestinidad, encargándose de las publicaciones ilegales.

En abril de 1942 fue detenido por la Gestapo, trasladado a Berlín en el verano del año siguiente y ejecutado poco después.

Su Reportaje al pie de la horca fue sacado hoja por hoja de la cárcel y publicado en 1945, adquiriendo resonancia internacional. Ha sido traducido a ochenta idiomas.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Julius_Fu%C4%8D%C3%ADk_%28periodista%29
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Julius Fučík tras estudiar filosofía, en 1921 ingresa en el Partido Comunista e inicia una intensa labor como crítico literario y periodista.

En 1925 entra en la redacción de “Rudé Právo”, el órgano del Partido Comunista Checoslovaco. En el 38 se había casado con Augusta Kodeřičová, luego conocida como Gusta Fučíková.

No se doblegó ni ante la censura impuesta por el gobierno checo tras la cesión de los Sudetes a Alemania en 1938 ni con la invasión nazi de su país un año más tarde, aunque a partir de entonces formó parte de la resistencia y sólo pudo seguir publicando y viviendo en la clandestinidad.

En 1942 la Gestapo descubre su paradero y es arrestado junto a otros miembros de su grupo. De inmediato lo torturan salvajemente, pero Fucik resiste:

"…No, no temáis. No hablaré. Confiad en mí. Después de todo, mi fin ya no puede estar lejano. Esto ahora es sólo un sueño, una pesadilla febril: los golpes llueven, los esbirros me refrescan con agua. Y nuevos golpes. Y otra vez: ¡Habla! ¡Habla! ¡Habla! Pero aún no consigo morir..."

Era sólo el principio del fatal cautiverio. Interno de la prisión de Pankrác de Praga, Fucík fue sometido a constantes interrogatorios y vejaciones para que revelara más nombres de opositores. En el verano de 1943 es trasladado a Berlín, donde sería ejecutado por los nazis el 8 de septiembre bajo la acusación de traición.

Después de la guerra se supo que Fucík se las había arreglado para seguir escribiendo en la cárcel mientras aguardaba una muerte inevitable.

Fue posible gracias a la ayuda que le prestaron algunos amigos encubiertos y a un guardia que recogió las páginas escritas en papel de estraza, sacadas al parecer por una ventana de la celda.

Posteriormente su viuda Gusta (que también había sufrido cautiverio), pudo recuperarlas y publicarlas. Así lo cuenta ella:

"... Después de la derrota de la Alemania hitleriana los liberados supervivientes fueron regresando de cárceles y campos de concentración. 

En el campo de concentración de Ravensbrück supe -me lo dijeron mis compañeros de prisión- que mi marido, Julius Fucík, redactor de Rudé Právo y de Tvorba, había sido condenado a muerte el 25 de agosto de 1943 por un tribunal nazi en Berlín. 

Mis intentos de averiguar algo más sobre su suerte posterior se estrellaron contra los altos muros del campo. Al volver a mi patria liberada busqué y rebusqué las huellas de mi marido. Hice lo que hicieron millares y millares de personas que también buscaron (…) 

Me enteré de que Julius Fucik había sido ejecutado en Berlín el día 8 de septiembre de 1943, quince días después de su condena. 

También supe que había escrito algo mientras estuvo en la cárcel de Pankrác. 

Fue el guardián A. Kolínský quien procuró los medios para hacerlo, llevándole a la celda papel y lápiz y sacando clandestinamente de la cárcel las hojas manuscritas. He tenido una entrevista con el guardián. 

Y poco a poco he podido ir recogiendo el material escrito por Julius Fucik en la cárcel de Pankrác. 

Reuní las hojas numeradas, escondidas por varias personas en diferentes lugares y se las presento al lector. Es la última obra de Julius Fucik El libro resultante es Reportaje al pie de la horca, 158 hojitas de papel que contenían uno de los más conmovedores documentos del siglo XX, un relato que adquirió gran resonancia mundial y que sería traducido a multitud de idiomas..."

En 1950 Fucik recibió el Premio Internacional de la Paz a título póstumo.

Fucik se impuso como tarea dejar testimonio a pesar de tener los días contados. Cárcel, tortura y muerte no fueron para él el fin de todo sino la última posibilidad de presentar batalla.

Un notable ejemplo de lo que es un hombre íntegro ante el dolor, la privación de la libertad y la perspectiva de una ejecución inminente, un tío tan fuerte en sus principios y convicciones que las organizaciones internacionales de periodistas declararon el día de su ejecución (8 de Septiembre) como el día de los hombres y mujeres de prensa en el mundo.


Imagen: Monumento en memoria de Julius Fučík
 en el Bürgerpark Pankow de Berlín, Alemania.

Fuente:  http://www.hermanotemblon.com/julius-fucik-esperando-la-muerte-en-la-celda-267/

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Citas de Julius Fučík, extraídas de: http://www.hermanotemblon.com/julius-fucik-esperando-la-muerte-en-la-celda-267/
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