Existen distintas acepciones del término compasión, según de que escuela de sabiduría y conocimiento provengan, intentando liberarlas de todo contexto ideológico para no caer en dogmatismos ni dilemas racionalistas, expongo un listado variado y no exhaustivo como invitación a la reflexión sobre qué es la compasión hacia nosotros mismos y los demás seres.
Mostrar
apoyo y paliar el sufrimiento desde el “hacer”.
Mostrar
apoyo y paliar el sufrimiento desde el “estar”.
Mostrar
apoyo y paliar el sufrimiento desde el “ser”.
Respetar
el sufrimiento, como proceso, sin intervención alguna.
La
capacidad de reconocer en el sufrimiento ajeno una parte de nosotros
mismos y viceversa.
Un
estado del ser de conocimiento profundo vivenciado del sufrimiento,
ya trascendido, y empático hacia el sufrimiento ajeno.
Un
estado del ser en escucha atenta ante sufrimiento ajeno sin juicios
ni valoraciones.
Un
estado de la mente libre de juicios e intervención.
Una
cualidad humana.
…
Una
vez desprovistas las distintas acepciones de todo contexto
ideológico, me resulta imprescindible entonces recuperar su esencia
espiritual y, según lo expuesto, lo resumo en cinco puntos:
El
sufrimiento existe.
El
sufrimiento debe ser tratado con respeto
El
sufrimiento precisa ser escuchado, comprendido y atendido.
El
sufrimiento se puede trascender
Existe
una interconexión, más o menos sutil, entre todos los seres.
Si
valoramos el sufrimiento en términos medibles, lo podríamos resumir
en un estado del ser, no óptimo, en el que el sistema nervioso se
encuentra estresado, es decir, hay fricción entre distintas partes
sean físicas o mentales, internas o externas, reales o ficticias o
cualquier estado de la mente en que distintos tiempos o intenciones
intentan convivir en un mismo espacio de forma solapada, es decir, de
forma no integrada o desintegrada.
El
estado óptimo o de equilibrio del ser sería lo que comúnmente
denominamos “salud” y también lo que los místicos denominan
“paz interna”
Para
visualizarlo a otras escalas y abreviando mucho podríamos acordar
que el ser existe en horizontalidad, verticalidad y profundidad;
estas tres cualidades están también representadas en todos nuestros
modelos sociales a todas las escalas y la no fricción entre las tres
partes sería lo que denominamos “Paz o salud social”.
Tal
como expuso uno de los mayores líderes espirituales y sociales de la
Historia,
Mohandas
Karamchand Gandhi
“ la
Paz es el camino”
y
me gustaría añadir:
“el
camino es la salud”
y
“ La
salud es la armonía entre: cuerpo, mente y espíritu”
Concebir
una idea o un proyecto social sin contemplar como prioridad la salud
física, mental y espiritual de sus integrantes, desde lo más
cercano a lo más lejano, es proporcional a la pretensión de paliar
un conflicto bélico lanzando misiles. Toda sociedad o proyecto
sin
un sentido profundo y comprometido con la compasión y el cultivo de
la
cualidad
humana, estará condenado a repetir los mismos errores
una
y otra vez en una danza infinita, en que agresores y
víctimas,
se irán turnando intercambiando vestidos.
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