Un día tras una esquina cualquiera, el yo le apareció al ego.
Ego
- ¡Vaya susto! ¿ Y tú quién eres? Me resultas familiar.
Yo
- Al que nunca miras, al que nunca escuchas, al que nunca sientes .
Ego
- Pues estoy agotado de intentarlo
Yo-
Te entiendo, no paras ni callas un momento, avasallas.
Ego
- ¿Y qué puedo hacer?
Yo
- Dormir un rato.
Ego
- ¿Dormir? !!Entonces ya no podré hacer nada!!
Yo
- No te enfades, lo digo por tu bien, yo también te veo agotadísimo.
Hazme caso y escúchame por una vez.
Ego
- No entiendo nada
Yo
- Vas mejorando
Ego
- Me está entrando vértigo
Yo
– Acuéstate un rato
Ego
- Pero si desaparezco me muero.
Yo-
Cierto
Ego
- Pero hay tantas cosas por hacer y descubrir …
Yo
- No te preocupes, yo me encargo de todo.
Ego
- Pero tú no sabes nada
Yo
- De eso se trata
Ego
– Me siento raro
Yo
- Descansa
Ego
- ¿Y tú qué harás?
Yo-
Apenas nada y mucho, danzaré con la música de las estrellas.
Ego
- ¡ Qué horror¡ No puedo dejarte a solas, serías mi ruina.
Yo
- De eso se trata también.
Ego
- Me siento despreciado y poca cosa y un estorbo y y y … y voy a
llorar.
Yo
- Se trata sólo de que descanses, ya has cumplido tu función. Todo
lo que has hecho y deshecho y no hecho ha sido mi aprendizaje.
Ego
- Gracias, ahora te quiero.
Yo
- Y yo a ti, venga, descansa de una vez que te lo mereces. Te lo has
ganado a pulso.
Ego
– Gracias. Buenas noches
Yo
- Que descanses en paz.
Ego-
Lo haré.
Yo
– Uf. Por fin un poco de paz
Fin.
12
de octubre de 1492, día en que el ego de la humanidad comenzó
una
de las epopeyas más espeluznantes de su historia.
OFT
12
de octubre2013
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