sábado, 4 de agosto de 2012

Escuelas - Omar Paladini


"... Hay una revolución que es por completo diferente, y tiene que ocurrir si hemos de emerger de la inacabable serie de ansiedades, conflictos y frustraciones en que estamos atrapados.

Esta revolución (...) tiene que comenzar con una transformación radical de la mente misma... mediante una educación correcta, y el total desarrollo del ser humano.

La función de la mente es investigar y aprender. (...)

La autoridad, “el que sabe”, no tiene cabida en el aprender.

El educador y el estudiante están ambos aprendiendo, a través de la especial relación mutua que han establecido".


Jiddu Krishnamurti, El arte de vivir. En la introducción a una selección de charlas dictadas por el autor en 1952.

Escuelas, movimientos de liberación interna a través del tiempo ha habido muchos, que han sido, han aspirado, o aspiran a serlo.

Y sus resultados, que son difíciles de evaluar, dependen más de la actitud de uno mismo, de quienes llevan adelante el trabajo interno, del tono mental puesto en el uso de sus herramientas, y de la permanencia en sus prácticas, que de la escuela en sí.

Ejemplo: Conciencia Atenta. Sin la actitud básica de hacer el esfuerzo sostenido a cada instante, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, para estar más despiertos, no hay escuela que ayude.

En general las escuelas pueden ser grandes en cantidad de adherentes o pequeñas, más la constante que yo he visto, es que mucha gente lo intenta, más pocos se la juegan enteros en ese cambio que implica el hacerse cargo de sí mismos.

Osho dice, por ejemplo, en "La búsqueda. Charlas sobre los Diez Toros del Zen":

"... El deseo tiene que ser tan intenso que apuestes todo lo que tengas.

La pasión de buscar tiene que ser tan total que ni una sola duda te permita vacilar.

Su propia intensidad te traerá la verdad. ¡Puede ocurrir en un solo momento!

Sólo necesitas convertirte en un fuego interior completamente intenso.

La decisión debe ser total.

Es difícil, por supuesto, pero todo el mundo tiene que pasar por esa dificultad alguna vez.

Hay que pagar por la verdad, y no hay otra manera de pagar por ella;

tienes que poner todo tu ser en el altar. Es el único sacrificio necesario...".


No hay que tomar en este caso el término sacrificio como una experiencia sufriente, sino como la condición de soltar aquellas cosas a las cuales estamos adheridos mentalmente y nos impiden, nos frenan, vivir una vida más plena.

Escuelas hay muchas. Y todas se van a catalogar como las escuelas que tienen la justa, la posta, la verdad, sea esta rebelada por un dios, un semidiós, o un mensajero humano extraordinario.

¿Como saber si una determinada escuela tiene “la posta”?

No lo puedes saber. Solo lo puedes intuir, y sin mucha certeza.

Las herramientas que pueden ayudar a una persona, o grupos numerosos, están dispersos, y cualquiera puede tener acceso a ellas, según sea el caso y las circunstancias.

Ahora bien, que una escuela posea herramientas y prácticas que puedan ser útiles, esto no significa que todos quienes participan de estos trabajos las sepan usar.

Un martillo puede ser útil para clavar un clavo en una pared, más también uno se puede machacar un dedo, o lo que quizás es peor, causarle un daño a otro con él, por ejemplo.

'El que busca encuentra' dice el refrán.

Habrá que ir al encuentro de esa escuela. Sobre todo en nuestro interior.


Y quizás nos sea útil para quien estamos en contacto o participamos en una escuela, recordar las palabras de Shunryu Suzuki, monje y maestro de  buddhismo zen sōtō: 

"... En la mente de un principiante hay muchas posibilidades, en la mente de un experto muy pocas, por esto conserva siempre la mente de un principiante...".

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Experiencia y Escuela


"... La experiencia, no es transferible salvo viviéndola en carne propia..." dijo un amigo.

Claro, es ahí donde comprendemos lo que tenemos en común con el otro.

Hay que estar consciente para eso, sino no conectamos con el otro, con lo que hay más allá de lo periférico, de la periferia mental.

Aparte que en este último caso se da que si me conecto con un nivel de conciencia más elevado actúo como puente para que el otro se conecte con ese otro nivel;

y lo opuesto también vale; si el otro se conecta me ayuda a conectarme a mi también;

se produce ese efecto de red interconectada que se retroalimenta positivamente.

Ese es el Trabajo de Escuela, y Triple es.

Se trabaja:

1. Sobre uno mismo,

2. Con pares que estén en el mismo nivel de trabajo con las Herramientas de Escuela, y

3. También se trabaja en la amplitud de la influencia de Escuela en el mundo para que esa red positiva interconectada ayude al aumento del nivel de conciencia en el ser humano y a la transformación concomitante del mundo.

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Texto ampliado el día 24-06-2020 - 02:15 Hs.
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