"infectarnos, contagiarnos unos a los otros", dijo un amigo.
Si. Los distintos estados internos, los distintos estados emotivos, producen un efecto de arrastre hacia los demas.
No solo por algun efecto imperceptible a nuestra percepción, sino por los actos visibles de unos hacia otros seres humanos y humanas.
Si prestamos atención lo podemos observar.
Ocurre tanto en los estados internos altos como bajos, ocurre en los estados emotivos alegres como tristes.
Es como si la "realidad" que se nos impone por efecto de estos estados rechazaran otros estados internos que no esten en la misma frecuencia.
Los estados internos más fuertes (sean positivos o negativos) son los que se van imponiendo en una "batalla" que es permanente y se libra segundo a segundo en el momento presente;
Si. Los distintos estados internos, los distintos estados emotivos, producen un efecto de arrastre hacia los demas.
No solo por algun efecto imperceptible a nuestra percepción, sino por los actos visibles de unos hacia otros seres humanos y humanas.
Si prestamos atención lo podemos observar.
Ocurre tanto en los estados internos altos como bajos, ocurre en los estados emotivos alegres como tristes.
Es como si la "realidad" que se nos impone por efecto de estos estados rechazaran otros estados internos que no esten en la misma frecuencia.
Los estados internos más fuertes (sean positivos o negativos) son los que se van imponiendo en una "batalla" que es permanente y se libra segundo a segundo en el momento presente;
y nunca esta ganada de
antemano esta puja, sino que depende de la acción sostenida de las
personas en juego.
Si alguien se empecina en estar mal, está en todo su derecho.
Si ese
alguien se empecina en contagiar a todos quienes lo rodean de su pésimo
estado interno, también está en su pleno derecho.
Nosotros también
estamos en nuestro pleno derecho de estar atentos
y no dejarnos
contagiar ni arrastrar hacia tan bajos y pésimos estados internos.
Es interesante para tener en cuenta, ya que si nuestra acción va más allá de nosotros mismos, y deseamos influir positivamente en la gente que nos rodea,
tengamos en cuenta que hay
estados internos nihilistas y degradadores de la vida
tambien en juego
confrontando con nuestra acción.
Si nuestra acción es hacia la afirmación de la vida, amemosla.
Si nuestra acción es hacia la afirmación de la vida, amemosla.
Amemosla en toda su plenitud y con todo
lo que contiene,
y traslademos ese amor en cada acto consciente hacia
el mundo, hacia los demas,
y hacia nosotros mismos, que también somos
los demas
siendo todos uno en el universo que nos contiene y del cual
somos parte viva y activa.
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Texto ampliado el 4 de Noviembre de 2013 a las 18:20 Horas
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