"... En la religión cristiana, la idea del sacrificio ha
degenerado en la renuncia a las cosas de las que gozamos.
Esto
alcanzó su punto extremo con los puritanos, que aprobaron leyes
aboliendo el baile, el canto secular, los festivales, las obras de teatro, la
caza de osos, y sobre todo el sexo, porque la gente gozaba de todo
esto.
El puritano, la más intolerante de las personas, cree que si una
cosa es desagradable debe ser buena para uno.
En este sentido todos
somos puritanos pervertidos; sacrificaremos todo excepto nuestro
sufrimiento mecánico.
Pero si queremos progresar en este trabajo
debemos sacrificar este sufrimiento mecánico -resentimiento, irritación,
desaliento, autocompasión, sentimentalismo-,
todo lo que representa
nuestra personalidad.
Los tormentos mortales de la personalidad son los
dolores de parto del 'Yo'.
Ángelus Silesius dijo: 'Yo mismo debo
convertirme en María y dar a luz a Dios".
"Nosotros realizamos un esfuerzo, al reflexionar y sentir, a través de la
contemplación, para comprender estas ideas,
y cuando comprendemos
tenemos una sensación y un sentimiento de la luz.
Esta es la luz
verdadera de los Evangelios que recibimos mediante la 'tierna
misericordia de nuestro Dios;
mediante la cual el alba de Lo Alto nos ha
visitado para dar luz a los que yacen en la obscuridad'.
La luz de la
comprensión: 'Salve, gozosa Luz vertida de Su pura gloria'.
Los santos y
los poetas siempre la han conocido.
Cuando no logramos comprender, el
sentido de la imposibilidad produce una emoción.
Uno exclama: '¿Por
qué no puedo comprender?'
Entonces somos como la serpiente que
muerde su propia cola disgustada de sí.
Pero al esforzarnos por
comprender, desarrollamos la mente verdadera.
Para esto es necesario
que todos los centros trabajen juntos".
"La substancia primordial es una. Pero uno es tres: la afirmación, la
negación, la conciliación;
o positivo, negativo, neutralizante. ¿Puede
diferenciar estas tres cosas?
En pocas palabras, en un átomo de
hidrógeno el protón es lo positivo, el electrón lo negativo,
el movimiento
del electrón alrededor del protón produce energía -lo neutralizante-.
Este
es un concepto altamente metafísico.
Tenemos tres cerebros, cada uno
manifiesta una forma de electricidad.
Un ser normal es alguien en quien
estos tres se corresponden.
La naturaleza ha desarrollado el cerebro del
cuerpo planetario casi hasta la perfección (aunque nosotros lo hemos
echado a perder),
pero nos ha dejado a nosotros el desarrollo de los
cerebros de los centros emocional y mental.
Tal como somos, somos
anormales.
'Sí' es de la mente, 'No' es del cuerpo, lo conciliador es de las
emociones.
El cuerpo conoce el 'cómo' de las cosas, la mente conoce el
'qué' de las cosas;
la emoción, más la mente y el cuerpo, comprende el
'por qué' de las cosas.
Los científicos están interesados en el 'cómo', no
en el 'por qué'.
Cualquier nuevo invento, independientemente del daño
que pueda hacer a la humanidad, es considerado como 'sagrado' por las
masas
-la moderna superstición de que el conocimiento es un fin en sí
mismo está así justificada-.
Un aforismo del Study House dice: 'Toma el
conocimiento de Occidente y la comprensión de Oriente y luego busca'.
El conocimiento sin comprensión es la raíz de toda clase de males".
"La comprensión y 'Yo' somos uno.
Ser capaz de sentirme transportado
fuera del cuerpo: éste es el significado original del éxtasis.
Los poetas
místicos orientales usaban el amor erótico como un símil.
En la cima del
amor sexual experimentaban un sentimiento de estar fuera de sí mismos,
una no identificación;
no, como entre la mayoría de la gente, lo que
Gurdjieff llama 'palpitante olvido de sí'.
La naturaleza no nos ayudará a
desarrollar el segundo y el tercer cuerpo.
Ella nos ha provisto de las
substancias, y nosotros, al usar el Método, podemos transmutar estas
substancias en materia para los cuerpos superiores...".
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Extraído del muro de Enea Cuarto Camino en Facebook
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