Prefacio a la segunda edición francesa
"... El reino de la aventura ha terminado.
Aunque vayamos hasta la séptima galaxia,
provistos de cascos y mecanizados, volveremos a encontrarnos con lo que somos en
realidad:
unos niños ante la muerte, unos seres vivos que no saben muy bien cómo ni por
qué viven ni adónde van.
Y bien sabemos que sobre la tierra el tiempo de los Cortés y de
los Pizarro ha llegado a su fin: la Mecánica misma nos aprisiona, la ratonera se cierra de
nuevo.
Pero, como siempre, descubrimos que nuestras más sombrías adversidades son
nuestras mejores ocasiones, y que el paso tenebroso es sólo un paso conducente a una
mayor luz.
Nos encontramos, pues, acorralados ante el último terreno que nos quedaba por explorar, la última aventura: nosotros mismos.
Los signos abundan, son sencillos y evidentes. El fenómeno más importante de esta
década no es el viaje a la luna, sino los "viajes" de las drogas y la gran trashumancia de
los hippies y la efervescencia estudiantil por todo el mundo.
¿Y adónde irían? Ya no queda
espacio en el hervidero de las playas, ni en las carreteras congestionadas, ni en la
creciente termitera de nuestras ciudades.
Hay que dirigirse a otra parte.
Pero hay todo tipo de "otras partes".
Las de las drogas son inciertas y están llenas de
peligros, y, sobre todo, dependen de un medio exterior.
Una experiencia debe poder
obtenerse a voluntad y no importa dónde, en medio del mercado o en la soledad de nuestra
estancia;
de lo contrario no es una experiencia, sino una anomalía o una esclavitud.
Las
del psicoanálisis se limitan de momento a algunos sótanos mal iluminados y, sobre todo,
carecen de la palanca de consciencia que permite ir adónde uno quiere como dueño y señor, y
no como testigo impotente o como víctima enfermiza.
Las de la religión son más luminosas,
pero dependen igualmente de un dios o de un dogma, y, sobre todo, nos encierran en un tipo de
experiencia; porque se puede también, y aún más, ser prisionero de otros mundos lo mismo
que de éste.
Y finalmente, el valor de una experiencia se mide por su poder de transformación
de la vida, de lo contrario nos hallamos ante un sueño o una alucinación.
Ahora bien, Sri Aurobindo nos lleva a efectuar un doble descubrimiento del que tenemos
urgente necesidad si queremos no sólo dar una salida a nuestro sofocante caos, sino
también transformar nuestro mundo.
Porque siguiendo paso a paso con él su prodigiosa
exploración -su técnica de los espacios interiores, diríamos- se nos conduce al mayor
descubrimiento de todos los tiempos, al umbral del Gran Secreto que debe cambiar la faz
del mundo, a saber que la consciencia es un poder.
Obnubilados como estamos por la
"inevitable" condición científica en que hemos nacido, parece como si el hombre no tuviera
otra esperanza que la de la proliferación cada vez más enorme de sus máquinas que verán
mejor que él, oirán mejor que él, calcularán mejor que él.
Se trata de saber que podemos
más que nuestras máquinas, y que esta enorme Mecánica que nos ahoga puede
derrumbarse con la misma rapidez con que ha nacido, sólo con que queramos tomar la
palanca del verdadero poder y descender a nuestro propio corazón como exploradores
metódicos, rigurosos y lúcidos.
Tal vez entonces descubramos que nuestro espléndido siglo XX se hallaba aún en la
edad de piedra de la psicología,
y que con toda nuestra ciencia no habíamos alcanzado
todavía la verdadera ciencia de vivir, ni el dominio del mundo ni el de nosotros mismos;
y
que ante nosotros se abren horizontes de perfección, de armonía y de belleza, frente a los
cuales nuestros soberbios descubrimientos son como torpes tentativas de aprendiz..."
Satprem
Pondichéry, 27 de enero de 1970
"Puedo llegar a ser lo que veo en mí mismo.
Puedo hacer todo cuanto me sugiere el pensamiento; puedo llegar a ser todo cuanto el
pensamiento me revela.
Esta debiera ser la fe inquebrantable del hombre en sí mismo,
porque Dios mora en él". Sri Aurobindo
"... Había una vez un maharajá muy perverso que no toleraba que nadie fuese superior a él.
Un día hizo llamar a todos los pandits del reino, como era costumbre hacerlo en
circunstancias graves, y les planteó esta pregunta:
"¿Quién de nosotros dos es el más
grande, Dios o yo?". Los pandits se estremecieron.
Como eran sabios de profesión, pidieron
al maharajá tiempo para reflexionar antes de responderle; no querían ni perder su puesto ni
poner en peligro su cabeza.
Se trataba de pandits muy piadosos que tampoco querían
ofender a Dios, y como se lamentaban amargamente, el más anciano de ellos los tranquilizó
diciéndoles:
"Dejadme a mí el caso, mañana hablaré con el príncipe".
Al día siguiente toda
la corte hallábase reunida en solemne durbar cuando el viejo pandit llegó humildemente, las
manos juntas y la frente untada de ceniza blanca; luego, inclinándose, pronunció estas
palabras:
"Oh, Señor, tú eres, sin duda, el más grande".
El príncipe retorció tres veces su
largo bigote y su pecho se llenó de arrogancia.
"Tú, Señor -continuó el anciano pandit-, eres
el más grande,
porque tú puedes arrojarnos de tu reino, y Dios no puede hacerlo:
todo
cuanto existe es Su reino, y fuera de El a ninguna parte es posible ir"...".
Relato Bengali.
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"El alto cielo es grande y
maravilloso, pero más grande aún y maravilloso es el cielo que se halla en vosotros. Este
Edén es el que espera el obrero divino". Sri Aurobindo
"un dios que no
supiese reír no habría podido crear este universo humorístico". Sri Aurobindo
"Tal como los hombres vienen a Mí, yo los acepto. Es mi camino el
que los hombres siguen por doquiera", dice la Bagavad-Gita (IV. 11).
"Todo esto es Brahmán inmortal y nada
más; Brahmán está delante de nosotros, Brahmán está detrás de nosotros, y en el norte y en
el sur, y abajo y arriba de nosotros. El se extiende por doquiera. Todo esto es Brahmán
solo, todo este magnífico universo". Mundaka Upanishad II. 12.
"El Oriente y el Occidente tienen dos maneras de ver la vida, que son los dos
lados opuestos de una misma y sola realidad.
Entre la verdad pragmática que el
pensamiento vital de la Europa moderna
-apasionada del vigor de la vida y de la danza de
Dios en la Naturaleza afirma con tanta vehemencia y exclusivismo-,
y la Verdad inmutable
y eterna que el pensamiento de la India -apasionado de calma y de equilibrio-
ama y anhela
con igual ahínco en su búsqueda exclusiva, no existe ese divorcio ni esa querella que
pretenden el pensamiento partidario, la razón disolvente, la absorbente pasión de una
voluntad de realización exclusiva.
La verdad una, eterna e inmutable, es el Espíritu, y sin el
Espíritu la verdad pragmática del universo carecería de origen y de fundamento;
el mundo
estaría desprovisto de sentido, vacío de dirección interior, sin destino, un fuego de artificio
que gira en el vacío para desvanecerse en ninguna parte.
Pero tampoco la verdad
pragmática es un sueño de lo no-existente, ni es una ilusión ni una prolongada caída en un
delirio fútil de la imaginación creadora;
sería como decir que el Espíritu eterno es un ebrio
o un soñador, o el demente de su propia alucinación gigantesca.
Las verdades de la
existencia universal son de dos géneros: eternas, inmutables, las verdades del Espíritu -mas
ellas son las que se arrojan al Devenir, ellas las que, aquí abajo, realizan constantemente sus
poderes y sus signos- y la conciencia que juega con ellas:
disonancias, variaciones,
exploración de los posibles, reversiones, perversiones y conversiones ascendentes en un
motivo armónico cada vez más alto; y de todo eso el Espíritu ha hecho y hace siempre su
universo.
Mas es El mismo el que obra en sí; El mismo, el creador y la energía creadora, la
causa y el método y el resultado de las operaciones, el mecánico y la máquina, la música y
el músico, el poeta y el poema, El mismo, el supramental, la mente, la vida y la materia, el
alma y la naturaleza". Sri Aurobindo
"La verdad y el conocimiento son un
rayo inútil, si el Conocimiento no apareja el poder de cambiar el mundo". Sri Aurobindo
“lo sobrenatural es
un natural que no hemos alcanzado aún o que todavía no conocemos, o del cual no tenemos
aún la llave". Sri Aurobindo
"Nuestro verdadero enemigo no se halla en una fuerza ajena a nosotros mismos, sino en
nuestras estridentes debilidades, en nuestra cobardía, en nuestro miope sentimentalismo". Sri Aurobindo
"El período decisivo de mi desarrollo intelectual se produjo cuando pude ver claramente que cuanto decía el intelecto podía ser a la vez
exacto e inexacto, que cuanto el intelecto justificaba era verdadero y que lo contrario
también lo era.
Yo no admitía nunca una verdad en mi mente sin admitir al propio tiempo
su contrario... Resultado: la magia del intelecto se había esfumado". Sri Aurobindo
"... Sri Aurobindo ha llegado a una encrucijada; los templos no le interesan, y los libros
carecen de contenido.
Un amigo le aconsejó el yoga. Sri Aurobindo rechaza el consejo:
"Un
yoga que exige que yo abandone el mundo, no está hecho para mí y aún agrega:
"el bien
solitario que deja al mundo entregado a su suerte, es una cosa casi repugnante"...". Satprem
"Había en mí un
agnóstico, había un ateo, un escéptico; yo no estaba siquiera de todo punto seguro de que
un Dios existiese... Sólo sentía que alguna poderosa verdad debía existir alguna parte de ese
yoga.
Me entregué, pues, al yoga y decidí practicarlo a fin de comprobar si mi idea podía
justificarse; con esa intención lo hice, dirigiéndole esta plegaria:
«Si Tú existes, Tú conoces
mi corazón... Bien sabes que no pido la liberación -mukti-; nada pido de lo que reclaman
los demás.
Sólo quiero la fuerza necesaria para sublevar a esta nación, no pido sino poder
vivir y trabajar por este pueblo que amo»". Sri Aurobindo
"... Es evidente que si queremos descubrir en nosotros mismos un mundo nuevo, debemos ante todo abandonar el viejo,
y todo depende de la determinación con que crucemos el umbral.
Algunas veces, con una chispa es suficiente; algo en nosotros exclama: "¡Basta de tonterías!" y nos decidimos de una vez y avanzamos sin volver los ojos atrás.
Otros dicen a veces sí, otros dicen no y oscilan indefinidamente entre ambos mundos.
Digámoslo con toda claridad: no se trata de amputarnos, en nombre de no se sabe cuál Sabiduría-Paz-Serenidad
(en este orden de cosas tampoco haremos alarde de grandes palabras),
de un bien penosamente adquirido, pues no nos interesa la santidad, sino la juventud
-la juventud eterna de un ser que crece-,
ni tratamos de ser menos, sino de ser mejores y, sobre todo, de ser más grandes...". Satprem
y todo depende de la determinación con que crucemos el umbral.
Algunas veces, con una chispa es suficiente; algo en nosotros exclama: "¡Basta de tonterías!" y nos decidimos de una vez y avanzamos sin volver los ojos atrás.
Otros dicen a veces sí, otros dicen no y oscilan indefinidamente entre ambos mundos.
Digámoslo con toda claridad: no se trata de amputarnos, en nombre de no se sabe cuál Sabiduría-Paz-Serenidad
(en este orden de cosas tampoco haremos alarde de grandes palabras),
de un bien penosamente adquirido, pues no nos interesa la santidad, sino la juventud
-la juventud eterna de un ser que crece-,
ni tratamos de ser menos, sino de ser mejores y, sobre todo, de ser más grandes...". Satprem
"¡Y no se os ha ocurrido pensar que si buscasen algo frío, oscuro y triste
los sabios no serían sabios, sino asnos!". Sri Aurobindo
"En
cierto sentido no somos otra cosa sino una compleja masa de hábitos mentales, físicos y
nerviosos, unidos todos por algunas ideas directoras, por deseos y asociaciones; no somos
sino la amalgama de innumerables y minúsculas fuerzas que se repiten, con algunas
vibraciones mayores". Sri Aurobindo
"Se puede comenzar por un procedimiento cualquiera, que de ordinario requerirá
una larga labor, y ser sobrecogido desde el principio por una rápida intervención o una
manifestación del Silencio, con efectos en absoluto desproporcionados a los medios de que
se ha echado mano en un comienzo.
Se empieza por un método, pero el trabajo se ve continuado por una Gracia de lo alto, de Eso mismo a que se aspira, o por una irrupción de las infinitudes del Espíritu.
De este modo hallé yo mismo el silencio absoluto de la mente, inimaginable para mi antes de haber tenido la experiencia concreta". Sri Aurobindo
Se empieza por un método, pero el trabajo se ve continuado por una Gracia de lo alto, de Eso mismo a que se aspira, o por una irrupción de las infinitudes del Espíritu.
De este modo hallé yo mismo el silencio absoluto de la mente, inimaginable para mi antes de haber tenido la experiencia concreta". Sri Aurobindo
"Lo que se necesita es aclarar el paso
entre la mente externa y el ser interior ... porque la consciencia yóguica y sus poderes ya se
hallan en vosotros". Sri Aurobindo
"... Cierta vez, un
antiguo discípulo se quejaba vivamente de la mezcolanza del Ashram y de los individuos
"imposibles" que allí se hallaban.
Sri Aurobindo observó:
"Es preciso, o más bien
inevitable, que en un Ashram que es un laboratorio de yoga supramental, la humanidad se
halle plenamente representada.
El problema de la transformación debe por fuerza
comprender toda clase de elementos, favorables o adversos.
En realidad, el hombre mismo
es una mezcla de ambos elementos.
Si sólo la gente virtuosa y culta -es decir, los seres que
no tienen en sí muchas dificultades vitales- se consagrasen al yoga, bien podría ser que la
empresa fracasase, porque la dificultad del elemento vital en la naturaleza terrestre no habría sido afrontado ni superado".
Otro discípulo, presa acaso de remordimientos,
escribía a Sri Aurobindo:
"¡Valientes discípulos somos nosotros! ¿No debería usted haber
escogido o llamado a una mejor substancia humana, acaso algo así como Z...?"
Sri
Aurobindo le respondió: "¡En cuanto a los discípulos, estoy de acuerdo! Mas, una mejor
substancia, suponiendo que exista, ¿sería típica de la humanidad?
Manipular algunos tipos
excepcionales no resolvería el problema. ¿Consentirían en seguir mi camino? Esto es harina
de otro costal.
Y si se les pusiese a prueba, ¿no se revelaría acaso la humanidad común?
Yo no tengo necesidad de centenares de millares de discípulos. Ya sería bastante si yo
consiguiese disponer de cien hombres completos, vacíos de cuidados pequeños, que serán
los instrumentos de Dios"...". Satprem
"Cada uno de vosotros representa una de las dificultades que es
preciso vencer para la transformación, ¡y esto crea muchas dificultades!
Es, incluso, más
que una dificultad; creo haberos dicho en otro tiempo que cada uno representa una
imposibilidad por resolver;
y cuando todas estas imposibilidades hayan sido resueltas, entonces la Obra quedará cumplida". Mirra Alfassa (La Madre)
y cuando todas estas imposibilidades hayan sido resueltas, entonces la Obra quedará cumplida". Mirra Alfassa (La Madre)
"El primer movimiento de la Fuerza evolutiva
en la Materia se extiende oscuramente sobre las edades;
el movimiento de la Vida progresa
lentamente, pero ya a un ritmo más rápido se concentra en milenarios;
la Mente puede
comprimir más aún la lentitud perezosa del tiempo y dar grandes trancos en pocos siglos;
mas cuando el Espíritu consciente interviene, se hace posible una rapidez evolutiva
supremamente concentrada". Sri Aurobindo
"Oh Tú, el de los cien poderes, los sacerdotes de la palabra
te escalan. Mientras se sube
de cima en cima, lo que falta por hacer aparece". Rig-Veda I. 10.1
"Giran y giran en torno, magullados y vacilantes, como ciegos
guiados por un ciego". Mundaka Upanishad 1, 2, 8.
"La grandeza del hombre, no descansa en lo que él es, sino en lo que él hace posible". Sri Aurobindo
"... este pequeño planeta, tan insignificante en apariencia, es el simbólico campo de una batalla
que se libra a través de todas las jerarquías cósmicas,
así como el ser humano consciente es
el simbólico campo de una batalla que se libra en todos los hombres;
si vencemos aquí,
venceremos por doquiera; somos nosotros los que liberamos a los muertos, nosotros los que
liberamos a la vida.
Nosotros, por la conquista de la conciencia, somos los arquitectos del
cielo, los redentores de la tierra...". Satprem
"Hay que darse prisa en
hacer aquí el trabajo, porque es aquí donde en realidad se puede hacer.
Nada esperéis de la muerte, la vida es nuestra salvación.
Es en la vida donde precisa
transformarse; en la tierra se progresa, en la tierra se realiza uno.
En el cuerpo es donde la
Victoria se alcanza". Mirra Alfassa (La Madre)
"Si la
tierra llama y lo Supremo responde, la hora puede ser esta misma". Sri Aurobindo
"... Un mundo nuevo ha nacido.
En este
momento nos encontramos de lleno en un período de transición en el que dos mundos se
entrecruzan: el antiguo, que se mantiene todavía poderoso y continúa dominando en la
conciencia ordinaria,
y el nuevo, que comienza a manifestarse, muy modesto, inadvertido,
hasta el punto que exteriormente parece que nada cambia en él, por el momento...
Y, sin
embargo, trabaja, crece, hasta el día en que sea bastante fuerte para imponerse
visiblemente...". Mirra Alfassa (La Madre)
"... Nada es más pernicioso que una verdad desfigurada; la mentira hereda toda la potencia que
de la verdad encierra.
Se nos ha dicho, y repetido, que la salvación está en el cielo
-y es
verdad, no hay salvación para el hombre mientras mantenga la nariz en la materia;
su
salvación está en el cielo supraconsciente, y probablemente sea necesario recomendarnos
primero el cielo para desembarazarnos de nuestra primera corteza evolutiva, animal y
económica-,
pero esto no es más que una primera etapa de la evolución, la cual hemos
convertido en un objetivo definitivo, duro como la piedra.
Y ahora este objetivo se revuelve
contra nosotros.
Hemos negado la Divinidad en la Materia para encerrarla en nuestros
santos lugares, y la Materia se venga -la hemos calificado de bruta, y bruta es-.
Mientras
aceptemos el Desequilibrio, no habrá esperanza para la tierra; oscilaremos de un polo al
otro, igualmente falsos ambos: de la alegría material a la austeridad espiritual, sin encontrar
jamás la plenitud...". Satprem
"Las antiguas culturas de Europa han concluido en una disgregadora
duda o en un escepticismo impotente, en el estancamiento y el declive". Sri Aurobindo
"El ateo es Dios que juega al escondite consigo mismo. Pero el
creyente, ¿es algo distinto? Tal vez, puesto que ha visto la sombra de Dios y se ha asido a
ella". Sri Aurobindo
"... Si queremos curar el Desequilibrio -y todo lo que está desequilibrado perece- en
nuestros cuerpos, en nuestras sociedades o en nuestros ciclos cósmicos, se hace necesario
ver claro.
Hemos perdido el Santo y Seña: es el balance de nuestra era;
hemos reemplazado
el verdadero poder por el ardid,
la verdadera sabiduría por los dogmas: el reino de los
gnomos en todas las esferas.
Y cada vez más será el reino de los gnomos, si no terminamos
con estas medias-verdades mortificantes, de lo alto o de lo bajo, para sumergirnos en la
verdadera fuente, y encontrar el secreto práctico del Espíritu en la Materia...". Satprem
"Inmortal en los
mortales... él es el dios instalado adentro, es la energía que
elabora nuestros poderes
divinos" (Rig-Veda IV. 2.1).
"nuestro Padre el Cielo, nuestra Madre la tierra". Sri Aurobindo
"Conquistemos aquí mismo, libremos la batalla de las cien cabezas". Sri Aurobindo
"Soy un hijo de la tierra,
el suelo es mi madre" (Atharva-Veda XII. I)
"Oh Divinidad, guarda para
nosotros el Infinito y prodíganos lo finito" (Rig-Veda IV. 2. 11),
"Oh tierra, ¿podré cantar
tu belleza, la de tus pueblos y bosques, de tus asambleas de guerra y de tus batallas?"
(Atharva-Veda XII. 44.56).
"Oh Hijo del cuerpo... Tú, lleno de alegría y de luz, victorioso, a quien nadie
puede herir" (III. 4.2, 9.1).
"... La clave del enigma no es la ascensión del hombre al cielo, sino su ascensión, aquí abajo, en el Espíritu,
y el descenso del Espíritu en su humanidad ordinaria, una transformación de la
naturaleza terrestre.
Es esto lo que la humanidad espera:
un nacimiento nuevo que coronará
su larga marcha oscura y dolorosa, y no alguna salvación post mortem...". Sri Aurobindo
"El dolor de la tierra es la razón de su alegría aprisionada.
No por el sufrimiento, sino por la alegría, fue hecha esta tierra". Sri Aurobindo
.
"El dolor de la tierra es la razón de su alegría aprisionada.
No por el sufrimiento, sino por la alegría, fue hecha esta tierra". Sri Aurobindo
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