sábado, 7 de diciembre de 2013

Sri Aurobindo o la Aventura de la Consciencia - Fragmentos - Satprem


Prefacio a la segunda edición francesa

"... El reino de la aventura ha terminado.

Aunque vayamos hasta la séptima galaxia, provistos de cascos y mecanizados, volveremos a encontrarnos con lo que somos en realidad:

unos niños ante la muerte, unos seres vivos que no saben muy bien cómo ni por qué viven ni adónde van.

Y bien sabemos que sobre la tierra el tiempo de los Cortés y de los Pizarro ha llegado a su fin: la Mecánica misma nos aprisiona, la ratonera se cierra de nuevo.

Pero, como siempre, descubrimos que nuestras más sombrías adversidades son nuestras mejores ocasiones, y que el paso tenebroso es sólo un paso conducente a una mayor luz.


Nos encontramos, pues, acorralados ante el último terreno que nos quedaba por explorar, la última aventura: nosotros mismos.

Los signos abundan, son sencillos y evidentes. El fenómeno más importante de esta década no es el viaje a la luna, sino los "viajes" de las drogas y la gran trashumancia de los hippies y la efervescencia estudiantil por todo el mundo.

¿Y adónde irían? Ya no queda espacio en el hervidero de las playas, ni en las carreteras congestionadas, ni en la creciente termitera de nuestras ciudades.

Hay que dirigirse a otra parte. Pero hay todo tipo de "otras partes".

Las de las drogas son inciertas y están llenas de peligros, y, sobre todo, dependen de un medio exterior.

Una experiencia debe poder obtenerse a voluntad y no importa dónde, en medio del mercado o en la soledad de nuestra estancia;

de lo contrario no es una experiencia, sino una anomalía o una esclavitud.

Las del psicoanálisis se limitan de momento a algunos sótanos mal iluminados y, sobre todo, carecen de la palanca de consciencia que permite ir adónde uno quiere como dueño y señor, y no como testigo impotente o como víctima enfermiza.

Las de la religión son más luminosas, pero dependen igualmente de un dios o de un dogma, y, sobre todo, nos encierran en un tipo de experiencia; porque se puede también, y aún más, ser prisionero de otros mundos lo mismo que de éste.

Y finalmente, el valor de una experiencia se mide por su poder de transformación de la vida, de lo contrario nos hallamos ante un sueño o una alucinación.

Ahora bien, Sri Aurobindo nos lleva a efectuar un doble descubrimiento del que tenemos urgente necesidad si queremos no sólo dar una salida a nuestro sofocante caos, sino también transformar nuestro mundo.

Porque siguiendo paso a paso con él su prodigiosa exploración -su técnica de los espacios interiores, diríamos- se nos conduce al mayor descubrimiento de todos los tiempos, al umbral del Gran Secreto que debe cambiar la faz del mundo, a saber que la consciencia es un poder.

Obnubilados como estamos por la "inevitable" condición científica en que hemos nacido, parece como si el hombre no tuviera otra esperanza que la de la proliferación cada vez más enorme de sus máquinas que verán mejor que él, oirán mejor que él, calcularán mejor que él.

Se trata de saber que podemos más que nuestras máquinas, y que esta enorme Mecánica que nos ahoga puede derrumbarse con la misma rapidez con que ha nacido, sólo con que queramos tomar la palanca del verdadero poder y descender a nuestro propio corazón como exploradores metódicos, rigurosos y lúcidos.

 Tal vez entonces descubramos que nuestro espléndido siglo XX se hallaba aún en la edad de piedra de la psicología,

y que con toda nuestra ciencia no habíamos alcanzado todavía la verdadera ciencia de vivir, ni el dominio del mundo ni el de nosotros mismos;

y que ante nosotros se abren horizontes de perfección, de armonía y de belleza, frente a los cuales nuestros soberbios descubrimientos son como torpes tentativas de aprendiz..."
Satprem

Pondichéry, 27 de enero de 1970





Mirra Alfassa, más conocida como La Madre, quien fuera discípula de Sri Aurobindo. Ella organizó a los seguidores en el «Sri Aurobindo Áshram en Pondichery», en India.





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Introducción

"Puedo llegar a ser lo que veo en mí mismo. Puedo hacer todo cuanto me sugiere el pensamiento; puedo llegar a ser todo cuanto el pensamiento me revela.

Esta debiera ser la fe inquebrantable del hombre en sí mismo, porque Dios mora en él". Sri Aurobindo


"... Había una vez un maharajá muy perverso que no toleraba que nadie fuese superior a él.

Un día hizo llamar a todos los pandits del reino, como era costumbre hacerlo en circunstancias graves, y les planteó esta pregunta:

"¿Quién de nosotros dos es el más grande, Dios o yo?". Los pandits se estremecieron.

Como eran sabios de profesión, pidieron al maharajá tiempo para reflexionar antes de responderle; no querían ni perder su puesto ni poner en peligro su cabeza.

Se trataba de pandits muy piadosos que tampoco querían ofender a Dios, y como se lamentaban amargamente, el más anciano de ellos los tranquilizó diciéndoles:

"Dejadme a mí el caso, mañana hablaré con el príncipe".

Al día siguiente toda la corte hallábase reunida en solemne durbar cuando el viejo pandit llegó humildemente, las manos juntas y la frente untada de ceniza blanca; luego, inclinándose, pronunció estas palabras:

"Oh, Señor, tú eres, sin duda, el más grande".

El príncipe retorció tres veces su largo bigote y su pecho se llenó de arrogancia.

"Tú, Señor -continuó el anciano pandit-, eres el más grande,

porque tú puedes arrojarnos de tu reino, y Dios no puede hacerlo:

todo cuanto existe es Su reino, y fuera de El a ninguna parte es posible ir"...". 

Relato Bengali.
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Pagina 6 en adelante
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"El alto cielo es grande y maravilloso, pero más grande aún y maravilloso es el cielo que se halla en vosotros. Este Edén es el que espera el obrero divino". Sri Aurobindo


"un dios que no supiese reír no habría podido crear este universo humorístico". Sri Aurobindo


"Tal como los hombres vienen a Mí, yo los acepto. Es mi camino el que los hombres siguen por doquiera", dice la Bagavad-Gita (IV. 11).


"Todo esto es Brahmán inmortal y nada más; Brahmán está delante de nosotros, Brahmán está detrás de nosotros, y en el norte y en el sur, y abajo y arriba de nosotros. El se extiende por doquiera. Todo esto es Brahmán solo, todo este magnífico universo". Mundaka Upanishad II. 12.


"El Oriente y el Occidente tienen dos maneras de ver la vida, que son los dos lados opuestos de una misma y sola realidad.

Entre la verdad pragmática que el pensamiento vital de la Europa moderna 

-apasionada del vigor de la vida y de la danza de Dios en la Naturaleza afirma con tanta vehemencia y exclusivismo-, 

y la Verdad inmutable y eterna que el pensamiento de la India -apasionado de calma y de equilibrio- 

ama y anhela con igual ahínco en su búsqueda exclusiva, no existe ese divorcio ni esa querella que pretenden el pensamiento partidario, la razón disolvente, la absorbente pasión de una voluntad de realización exclusiva.

La verdad una, eterna e inmutable, es el Espíritu, y sin el Espíritu la verdad pragmática del universo carecería de origen y de fundamento; 

el mundo estaría desprovisto de sentido, vacío de dirección interior, sin destino, un fuego de artificio que gira en el vacío para desvanecerse en ninguna parte.

Pero tampoco la verdad pragmática es un sueño de lo no-existente, ni es una ilusión ni una prolongada caída en un delirio fútil de la imaginación creadora; 

sería como decir que el Espíritu eterno es un ebrio o un soñador, o el demente de su propia alucinación gigantesca.

Las verdades de la existencia universal son de dos géneros: eternas, inmutables, las verdades del Espíritu -mas ellas son las que se arrojan al Devenir, ellas las que, aquí abajo, realizan constantemente sus poderes y sus signos- y la conciencia que juega con ellas: 

disonancias, variaciones, exploración de los posibles, reversiones, perversiones y conversiones ascendentes en un motivo armónico cada vez más alto; y de todo eso el Espíritu ha hecho y hace siempre su universo.

Mas es El mismo el que obra en sí; El mismo, el creador y la energía creadora, la causa y el método y el resultado de las operaciones, el mecánico y la máquina, la música y el músico, el poeta y el poema, El mismo, el supramental, la mente, la vida y la materia, el alma y la naturaleza". Sri Aurobindo


"La verdad y el conocimiento son un rayo inútil, si el Conocimiento no apareja el poder de cambiar el mundo". Sri Aurobindo


“lo sobrenatural es un natural que no hemos alcanzado aún o que todavía no conocemos, o del cual no tenemos aún la llave". Sri Aurobindo


"Nuestro verdadero enemigo no se halla en una fuerza ajena a nosotros mismos, sino en nuestras estridentes debilidades, en nuestra cobardía, en nuestro miope sentimentalismo". Sri Aurobindo


"El período decisivo de mi desarrollo intelectual se produjo cuando pude ver claramente que cuanto decía el intelecto podía ser a la vez exacto e inexacto, que cuanto el intelecto justificaba era verdadero y que lo contrario también lo era. 

Yo no admitía nunca una verdad en mi mente sin admitir al propio tiempo su contrario... Resultado: la magia del intelecto se había esfumado". Sri Aurobindo


"... Sri Aurobindo ha llegado a una encrucijada; los templos no le interesan, y los libros carecen de contenido.

Un amigo le aconsejó el yoga. Sri Aurobindo rechaza el consejo:

"Un yoga que exige que yo abandone el mundo, no está hecho para mí y aún agrega:

"el bien solitario que deja al mundo entregado a su suerte, es una cosa casi repugnante"...". Satprem


"Había en mí un agnóstico, había un ateo, un escéptico; yo no estaba siquiera de todo punto seguro de que un Dios existiese... Sólo sentía que alguna poderosa verdad debía existir alguna parte de ese yoga.

Me entregué, pues, al yoga y decidí practicarlo a fin de comprobar si mi idea podía justificarse; con esa intención lo hice, dirigiéndole esta plegaria:

«Si Tú existes, Tú conoces mi corazón... Bien sabes que no pido la liberación -mukti-; nada pido de lo que reclaman los demás. 

Sólo quiero la fuerza necesaria para sublevar a esta nación, no pido sino poder vivir y trabajar por este pueblo que amo»". Sri Aurobindo


"... Es evidente que si queremos descubrir en nosotros mismos un mundo nuevo, debemos ante todo abandonar el viejo,

y todo depende de la determinación con que crucemos el umbral.

Algunas veces, con una chispa es suficiente; algo en nosotros exclama: "¡Basta de tonterías!" y nos decidimos de una vez y avanzamos sin volver los ojos atrás.

Otros dicen a veces sí, otros dicen no y oscilan indefinidamente entre ambos mundos.

Digámoslo con toda claridad: no se trata de amputarnos, en nombre de no se sabe cuál Sabiduría-Paz-Serenidad

(en este orden de cosas tampoco haremos alarde de grandes palabras),

de un bien penosamente adquirido, pues no nos interesa la santidad, sino la juventud

-la juventud eterna de un ser que crece-,

ni tratamos de ser menos, sino de ser mejores y, sobre todo, de ser más grandes...".
Satprem


"¡Y no se os ha ocurrido pensar que si buscasen algo frío, oscuro y triste los sabios no serían sabios, sino asnos!". Sri Aurobindo


"En cierto sentido no somos otra cosa sino una compleja masa de hábitos mentales, físicos y nerviosos, unidos todos por algunas ideas directoras, por deseos y asociaciones; no somos sino la amalgama de innumerables y minúsculas fuerzas que se repiten, con algunas vibraciones mayores". Sri Aurobindo


"Se puede comenzar por un procedimiento cualquiera, que de ordinario requerirá una larga labor, y ser sobrecogido desde el principio por una rápida intervención o una manifestación del Silencio, con efectos en absoluto desproporcionados a los medios de que se ha echado mano en un comienzo. 

Se empieza por un método, pero el trabajo se ve continuado por una Gracia de lo alto, de Eso mismo a que se aspira, o por una irrupción de las infinitudes del Espíritu. 

De este modo hallé yo mismo el silencio absoluto de la mente, inimaginable para mi antes de haber tenido la experiencia concreta". Sri Aurobindo


"Lo que se necesita es aclarar el paso entre la mente externa y el ser interior ... porque la consciencia yóguica y sus poderes ya se hallan en vosotros". Sri Aurobindo


"... Cierta vez, un antiguo discípulo se quejaba vivamente de la mezcolanza del Ashram y de los individuos "imposibles" que allí se hallaban.

Sri Aurobindo observó:

"Es preciso, o más bien inevitable, que en un Ashram que es un laboratorio de yoga supramental, la humanidad se halle plenamente representada.

El problema de la transformación debe por fuerza comprender toda clase de elementos, favorables o adversos.

En realidad, el hombre mismo es una mezcla de ambos elementos.

Si sólo la gente virtuosa y culta -es decir, los seres que no tienen en sí muchas dificultades vitales- se consagrasen al yoga, bien podría ser que la empresa fracasase, porque la dificultad del elemento vital en la naturaleza terrestre no habría sido afrontado ni superado".

Otro discípulo, presa acaso de remordimientos, escribía a Sri Aurobindo:

"¡Valientes discípulos somos nosotros! ¿No debería usted haber escogido o llamado a una mejor substancia humana, acaso algo así como Z...?"

Sri Aurobindo le respondió: "¡En cuanto a los discípulos, estoy de acuerdo! Mas, una mejor substancia, suponiendo que exista, ¿sería típica de la humanidad?

Manipular algunos tipos excepcionales no resolvería el problema. ¿Consentirían en seguir mi camino? Esto es harina de otro costal.

Y si se les pusiese a prueba, ¿no se revelaría acaso la humanidad común?

Yo no tengo necesidad de centenares de millares de discípulos. Ya sería bastante si yo consiguiese disponer de cien hombres completos, vacíos de cuidados pequeños, que serán los instrumentos de Dios"...". Satprem


"Cada uno de vosotros representa una de las dificultades que es preciso vencer para la transformación, ¡y esto crea muchas dificultades! 

Es, incluso, más que una dificultad; creo haberos dicho en otro tiempo que cada uno representa una imposibilidad por resolver; 

y cuando todas estas imposibilidades hayan sido resueltas, entonces la Obra quedará cumplida". Mirra Alfassa (La Madre)


"El primer movimiento de la Fuerza evolutiva en la Materia se extiende oscuramente sobre las edades; 

el movimiento de la Vida progresa lentamente, pero ya a un ritmo más rápido se concentra en milenarios;

la Mente puede comprimir más aún la lentitud perezosa del tiempo y dar grandes trancos en pocos siglos; mas cuando el Espíritu consciente interviene, se hace posible una rapidez evolutiva supremamente concentrada". Sri Aurobindo


 "Oh Tú, el de los cien poderes, los sacerdotes de la palabra te escalan. Mientras se sube de cima en cima, lo que falta por hacer aparece". Rig-Veda I. 10.1


"Giran y giran en torno, magullados y vacilantes, como ciegos guiados por un ciego". Mundaka Upanishad 1, 2, 8.


"La grandeza del hombre, no descansa en lo que él es, sino en lo que él hace posible". Sri Aurobindo


"... este pequeño planeta, tan insignificante en apariencia, es el simbólico campo de una batalla que se libra a través de todas las jerarquías cósmicas, 

así como el ser humano consciente es el simbólico campo de una batalla que se libra en todos los hombres; 

si vencemos aquí, venceremos por doquiera; somos nosotros los que liberamos a los muertos, nosotros los que liberamos a la vida. 

Nosotros, por la conquista de la conciencia, somos los arquitectos del cielo, los redentores de la tierra...". Satprem


"Hay que darse prisa en hacer aquí el trabajo, porque es aquí donde en realidad se puede hacer. Nada esperéis de la muerte, la vida es nuestra salvación.

Es en la vida donde precisa transformarse; en la tierra se progresa, en la tierra se realiza uno.

En el cuerpo es donde la Victoria se alcanza". Mirra Alfassa (La Madre)


"Si la tierra llama y lo Supremo responde, la hora puede ser esta misma". Sri Aurobindo


"... Un mundo nuevo ha nacido.

En este momento nos encontramos de lleno en un período de transición en el que dos mundos se entrecruzan: el antiguo, que se mantiene todavía poderoso y continúa dominando en la conciencia ordinaria,

y el nuevo, que comienza a manifestarse, muy modesto, inadvertido, hasta el punto que exteriormente parece que nada cambia en él, por el momento...

Y, sin embargo, trabaja, crece, hasta el día en que sea bastante fuerte para imponerse visiblemente...".  Mirra Alfassa (La Madre)


"... Nada es más pernicioso que una verdad desfigurada; la mentira hereda toda la potencia que de la verdad encierra.

Se nos ha dicho, y repetido, que la salvación está en el cielo

-y es verdad, no hay salvación para el hombre mientras mantenga la nariz en la materia;

su salvación está en el cielo supraconsciente, y probablemente sea necesario recomendarnos primero el cielo para desembarazarnos de nuestra primera corteza evolutiva, animal y económica-,

pero esto no es más que una primera etapa de la evolución, la cual hemos convertido en un objetivo definitivo, duro como la piedra.

Y ahora este objetivo se revuelve contra nosotros.

Hemos negado la Divinidad en la Materia para encerrarla en nuestros santos lugares, y la Materia se venga -la hemos calificado de bruta, y bruta es-.

Mientras aceptemos el Desequilibrio, no habrá esperanza para la tierra; oscilaremos de un polo al otro, igualmente falsos ambos: de la alegría material a la austeridad espiritual, sin encontrar jamás la plenitud...". Satprem


"Las antiguas culturas de Europa han concluido en una disgregadora duda o en un escepticismo impotente, en el estancamiento y el declive". Sri Aurobindo


"El ateo es Dios que juega al escondite consigo mismo. Pero el creyente, ¿es algo distinto? Tal vez, puesto que ha visto la sombra de Dios y se ha asido a ella". Sri Aurobindo


"... Si queremos curar el Desequilibrio -y todo lo que está desequilibrado perece- en nuestros cuerpos, en nuestras sociedades o en nuestros ciclos cósmicos, se hace necesario ver claro.

Hemos perdido el Santo y Seña: es el balance de nuestra era;

hemos reemplazado el verdadero poder por el ardid,

la verdadera sabiduría por los dogmas: el reino de los gnomos en todas las esferas.

Y cada vez más será el reino de los gnomos, si no terminamos con estas medias-verdades mortificantes, de lo alto o de lo bajo, para sumergirnos en la verdadera fuente, y encontrar el secreto práctico del Espíritu en la Materia...". Satprem


"Inmortal en los mortales... él es el dios instalado adentro, es la energía que
elabora nuestros poderes divinos" (Rig-Veda IV. 2.1).


"nuestro Padre el Cielo, nuestra Madre la tierra". Sri Aurobindo


"Conquistemos aquí mismo, libremos la batalla de las cien cabezas". Sri Aurobindo


"Soy un hijo de la tierra, el suelo es mi madre" (Atharva-Veda XII. I)


"Oh Divinidad, guarda para nosotros el Infinito y prodíganos lo finito" (Rig-Veda IV. 2. 11),


"Oh tierra, ¿podré cantar tu belleza, la de tus pueblos y bosques, de tus asambleas de guerra y de tus batallas?" (Atharva-Veda XII. 44.56).


"Oh Hijo del cuerpo... Tú, lleno de alegría y de luz, victorioso, a quien nadie puede herir" (III. 4.2, 9.1).


"... La clave del enigma no es la ascensión del hombre al cielo, sino su ascensión, aquí abajo, en el Espíritu,

y el descenso del Espíritu en su humanidad ordinaria, una transformación de la naturaleza terrestre.

Es esto lo que la humanidad espera:

un nacimiento nuevo que coronará su larga marcha oscura y dolorosa, y no alguna salvación post mortem...". Sri Aurobindo


"El dolor de la tierra es la razón de su alegría aprisionada.

No por el sufrimiento, sino por la alegría, fue hecha esta tierra". Sri Aurobindo

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