martes, 22 de septiembre de 2015

Una Mente Serena es Todo lo que Usted Necesita - Nisargadatta Maharaj


Interlocutor: Yo no estoy bien, me siento más bien débil. ¿Qué tengo que hacer?

Maharaj: ¿Quién no está bien, usted o el cuerpo?

Interlocutor: Mi cuerpo, por supuesto.

Maharaj: Ayer usted se sentía bien. ¿Qué se sentía bien?

Interlocutor: El cuerpo.

Maharaj: Usted estaba contento cuando el cuerpo estaba bien y se entristece cuando el cuerpo no está bien. ¿Quién está contento un día y triste al siguiente?

Interlocutor: La mente.

Maharaj: ¿Y quién conoce a la variable mente?

Interlocutor: La mente

Maharaj: La mente es el conocedor. ¿Quién conoce al conocedor?

Interlocutor: ¿El conocedor no se conoce a sí mismo?

Maharaj: La mente es discontinua. Una y otra vez se queda en blanco, como en el sueño profundo o en el desvanecimiento, o en la distracción. Debe haber algo continuo para registrar la discontinuidad.

Interlocutor: La mente recuerda. Esto significa continuidad.

Maharaj: La memoria es siempre parcial, no fiable y evanescente. Ella no explica el fuerte sentido de identidad que impregna la consciencia, la sensación de «yo soy». Encuentre lo que está en la raíz de ello.

Interlocutor: Por muy profundamente que miro, solo encuentro la mente. Sus palabras«más allá de la mente» no me dan ninguna pista.

Maharaj: Mientras mire con la mente, no puede ir más allá de ella. Para ir más allá, debe mirar desde fuera de la mente y de sus contenidos.

Interlocutor: ¿En cuál dirección tengo que mirar?

Maharaj: ¡Todas las direcciones están dentro de la mente! 

Yo no le estoy pidiendo que mire en alguna dirección particular. 

Solamente mire fuera de todo lo que acontece en su mente y tráigalo a la sensación de «yo soy». 

El «yo soy» no es una dirección. Es la negación de toda dirección. 

Finalmente, incluso el «yo soy» tendrá que partir, pues usted no necesita estar afirmando lo que es evidente. 

Traer la mente a la sensación de «yo soy» meramente ayuda a apartar la mente de todo lo demás.

Interlocutor: ¿Dónde me conduce todo eso?

Maharaj: Cuando la mente se mantiene apartada de sus preocupaciones, se torna serena. 

Si usted no perturba esta quietud y permanece en ella, encuentra que está impregnada de una luz y de un amor jamás conocidos por usted; 

y sin embargo, usted lo reconoce al momento como su naturaleza propia. 

Una vez que usted ha pasado a través de esta experiencia, ya nunca será el mismo hombre otra vez;

la mente ingobernable puede romper su paz y obstruir su visión; 

pero retornarán, siempre que se siga sosteniendo el esfuerzo; 

hasta que llega el día en que todos los lazos se rompen, todas las ilusiones y apegos se acaban y la vida deviene supremamente concentrada en el presente.

Interlocutor: ¿Qué diferencia constituye esto?

Maharaj: La mente ya no está. Hay solo amor en acción. Int: ¿Cómo reconoceré este estado cuando lo alcance? Mah: No habrá ningún temor.

Interlocutor: Rodeado por un mundo lleno de misterios y de peligros, ¿cómo puedo permanecer sin miedo?

Maharaj: Su propio pequeño cuerpo también está lleno de misterios y de peligros, y sin embargo no tiene miedo de él, pues usted lo toma como suyo propio. 

Lo que usted no sabe es que el universo entero es su cuerpo y que no necesita tener miedo de él. 

Usted puede decir que tiene dos cuerpos, el personal y el universal. 

El personal viene y va, el universal está siempre con usted. La creación entera es su cuerpo universal. 

Usted está tan cegado por lo que es personal, que no ve lo universal. 

Esta ceguera no acabará por sí misma —debe ser deshecha diligente y deliberadamente. 

Cuando todas las ilusiones son comprendidas y abandonadas, usted alcanza el estado libre de error y perfecto en el que todas las distinciones entre lo personal y lo universal ya no son más.

Interlocutor: Yo soy una persona y por lo tanto estoy limitado en el espacio y en el tiempo. 

Ocupo poco espacio y duro unos pocos momentos; ni siquiera puedo concebirme a mí mismo como eterno y omnipenetrante.

Maharaj: Sin embargo, usted es. Cuando profundice en usted mismo en busca de su verdadera naturaleza, descubrirá que solo su cuerpo es pequeño y que solo su memoria es breve; mientras que el vasto océano de la vida es suyo.

Interlocutor: Las palabras mismas «yo» y «universal» son contradictorias. Una excluye a la otra.

Maharaj: No lo son. El sentido de identidad impregna lo universal. Indague y descubrirá la Persona Universal, que es usted mismo, e infinitamente más.

En cualquier caso, comience dándose cuenta de que el mundo está en usted, no usted en el mundo

Interlocutor:
¿Cómo puede ser eso? Yo soy solo una parte del mundo. ¿Cómo puede la totalidad del mundo estar contenida en la parte excepto por reflejo, como en un espejo?

Maharaj: Lo que usted dice es verdadero. Su cuerpo personal es una parte en la que la totalidad se refleja maravillosamente. 

Pero usted tiene también un cuerpo universal. Ni siquiera puede decir que no lo sabe, debido a que usted lo ve y lo experimenta todo el tiempo. Solo que usted lo llama «el mundo» y tiene miedo de él.

Interlocutor: Siento que conozco poco mi cuerpo pequeño, mientras que el otro no lo conozco, excepto a través de la ciencia.

Maharaj: Su cuerpo pequeño está lleno de misterios y de maravillas que no conoce. Ahí también la ciencia es su única guía. Tanto la anatomía como la astronomía le describen a usted.

Interlocutor: Inclusive si acepto su doctrina del cuerpo universal como una teoría de trabajo, ¿de qué manera puedo comprobarla y de qué utilidad es para mí?

Maharaj: Al conocerse a usted mismo como el habitante en ambos cuerpos, no excluirá nada. 

Todo el universo será incumbencia suya; amará a cada cosa viva y la ayudará tierna y sabiamente. 

No habrá ningún choque de intereses entre usted y los demás. Toda explotación cesará absolutamente. Cada acción suya será benéfica, cada movimiento será una bendición.

Interlocutor: Es muy tentador, ¿pero cómo debo proceder para darme cuenta de mi ser universal?

Maharaj: Tiene dos maneras: puede entregar su corazón y su mente al descubrimiento de usted mismo, o puede aceptar mis palabras con confianza y actuar consecuentemente. 

En otras palabras, o bien deviene totalmente interesado en sí mismo o bien totalmente desinteresado de sí mismo. 

Es la palabra «totalmente» lo que importa. Usted debe ser extremo para alcanzar lo Supremo.

Interlocutor: ¿Cómo puedo aspirar a tales alturas, pequeño y limitado como yo soy?

Maharaj: Dése cuenta de usted mismo como el océano de la consciencia en la que todo acontece. Esto no es difícil. 

Un poco de atención, de estrecha observación de uno mismo, y verá que ningún acontecer está fuera de su consciencia.

Interlocutor: El mundo está lleno de aconteceres que no aparecen en mi consciencia.

Maharaj: Incluso su cuerpo está lleno de aconteceres que no aparecen en su consciencia. 

Esto no le impide reclamar su cuerpo como suyo propio. 

Usted conoce el mundo exactamente como conoce su cuerpo, a través de sus sentidos. 

Es su mente la que ha separado el mundo de fuera de su piel del mundo de dentro y los ha puesto en oposición. 

Esto ha creado el miedo y el odio y todas las miserias del vivir.

Interlocutor: Lo que no sigo es lo que usted dice sobre ir más allá de la consciencia. 

Comprendo las palabras, pero no puedo visualizar la experiencia.

 Después de todo, usted mismo ha dicho que toda experiencia está en la consciencia.

Maharaj: Tiene razón, no puede haber ninguna experiencia más allá de la consciencia. 

Sin embargo, hay la experiencia de ser a secas. 

Hay un estado más allá de la consciencia que no es inconsciente. 

Algunos lo llaman superconsciencia o consciencia pura o consciencia suprema. 

Es presenciación pura, libre del nexo sujeto-objeto.

Interlocutor: He estudiado la Teosofía y no encuentro nada familiar en lo que usted dice. 

Admito que la Teosofía trata solo de la manifestación. Describe el universo y sus habitantes con gran detalle. 

Admite muchos niveles de materia y los correspondientes niveles de experiencia, pero no parece ir más allá. 

Lo que usted dice va más allá de toda experiencia. Si no es experimentable, ¿por qué hablar sobre ello en absoluto?

Maharaj: La consciencia es intermitente, está llena de lagunas. Sin embargo hay la continuidad de la identidad. 

¿A qué se debe este sentido de identidad sino a algo más allá de la consciencia?

Interlocutor: Si yo soy más allá de la mente, ¿cómo puedo cambiarme a mí mismo?

Maharaj: ¿Dónde está la necesidad de cambiar algo?

 La mente está cambiando de todos modos todo el tiempo. Observe a su mente desapasionadamente; esto es suficiente para calmarla. 

Cuando está serena, puede ir más allá de ella. No la mantenga ocupada todo el tiempo. Deténgala —y solo sea. 

Si usted le da reposo, ella se serenará y recobrará su pureza y su fuerza.

El pensamiento constante la extenúa.

Interlocutor: Si mi verdadero ser está siempre conmigo, ¿cómo es que yo soy ignorante de él?

Maharaj: Debido a que es muy sutil y su mente es grosera, está llena de pensamientos

y de sentimientos groseros. Calme y clarifique su mente y se conocerá a usted mismo como usted es.

Interlocutor: ¿Necesito la mente para conocerme a mí mismo?

Maharaj: Usted es más allá de la mente, pero conoce con su mente. 

Es evidente que el alcance, la profundidad y el carácter del conocimiento dependen del instrumento que use. 

Mejore su instrumento y su conocimiento mejorará.

Interlocutor: Para conocer perfectamente necesito una mente perfecta.

Maharaj: Una mente serena es todo lo que necesita.

Todo lo demás acontecerá adecuadamente, una vez que su mente esté serena. 

Como el sol con su salida hace que el mundo entre en actividad, así también la presenciación de sí mismo efectúa cambios en la mente. 

A la luz de la presenciación de sí mismo calma y estable, las energías interiores se despiertan y obran milagros sin ningún esfuerzo de su parte.

Interlocutor: ¿Quiere usted decir que el mayor trabajo se hace no trabajando?

Maharaj: Exactamente. Comprenda que usted está destinado a la iluminación. 

Coopere con su destino, no vaya en su contra, no lo tuerza. Permítale que se cumpla. 

Todo lo que tiene que hacer es prestar atención a los obstáculos creados por la necedad de la mente.

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Extraído del muro de Ignacio Vergara en Facebook
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