martes, 1 de septiembre de 2015

Alegría, Rebeldía, Evolución y Transmutación - Omar Paladini


La alegría es revolucionaria, desde hace siglos se sabe.

Buddha, hace más de dos mil quinientos años, por ejemplo, vio que era un factor de claridad, de conciencia esclarecida, un factor de iluminación, un camino para salir de la humana inhumanidad hacia un mundo realmente humano.

Los degradadores de la vida también, de alguna forma lo comprendierón.

La alegría libera.

En distintos lugares y tiempos, en realidad lo que comprendieron los degradadores de la vida es que la alegría era su "enemigo", un enemigo a someter, ya que enfermos de poder, todo lo bello de esta vida se les presentaba -y se les presenta- como enemigo de sus intereses.

La alegría libera, va en contra de todo interés egoísta.

La profunda alegría es luz plena sin obstáculos, y donde ella esta no se proyectan sombras.

La alegría abre el futuro, por eso es revolucionaria.

La acción transformadora en el mundo -interno o externo- debe ser encarada con alegría.

Es una revolución de paz, de futuro construido y compartido.

Futuro de compasión, de registrar el dolor y sufrimiento que recorre el mundo como propio -y que en realidad lo es-, y actuar en consecuencia.
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