miércoles, 24 de abril de 2013

Argumento: "Las plantas también tienen capacidad para sentir"

 
PROLEGÓMENO: En esta entrada partimos aceptando que la principal característica moralmente relevante para considerar moralmente y respetar otros individuos es que tengan capacidad para sentir[1], no la especie a la que pertenecen[2], ni su capacidad de razonamiento[3], etc. A dicho posicionamiento ético se le conoce como sensocentrismo.

La finalidad de la presente entrada es contestar a las siguientes preguntas: ¿qué es sentir? ¿las plantas sienten?

Algunas personas afirman que los animales con sistema nervioso central tenemos capacidad para sentir, pero añaden que «las plantas también sienten». Lo primero que deben aclarar dichas personas es a qué se refieren con la palabra «sentir»: ¿a un «sentir no pensado» (sin mente, sin experiencias)? ¿o a un «sentir pensado» (con mente, con experiencias)? Veamos a continuación la importante diferencia existente entre estas dos interpretaciones de la palabra «sentir»:

- «Sentir» como «sentir no pensado» (sin mente): Algunas personas utilizan la palabra «sentir» como «sentir no pensado», pues reducen el significado de «sentir» a una reacción (efecto) de la materia -orgánica o inorgánica- ante un cierto estímulo (causa) sin que sea necesario que en dicha materia medie un sujeto que lo experimente. Por lo tanto, reducen el significado de la palabra «sentir» a «causa-efecto». Estas personas hacen un mal uso de la palabra «sentir», pues La Real Academia Española (RAE) se refiere a «sentir» como «sentir pensado»:

sentir (Del lat. sentīre).
1. tr. Experimentar sensaciones producidas por causas externas o internas.
3. tr. Experimentar una impresión, placer o dolor corporal. Sentir fresco, sed.
4. tr. Experimentar una impresión, placer o dolor espiritual.

1. m. Sentimiento del ánimo. (anima=alma -> animal)

Otra variante que usan estas personas es cuando dicen que «las plantas sienten pero no sufren, y los animales sienten y sufren», pero ésta no es más que otra manera de intentar asociar la palabra «sentir» con las plantas. Lo cierto es que sentir es un sinónimo de sufrir, aunque se suele emplear como sentir en negativo (sentir en positivo es disfrutar):

sufrir (Del lat. sufferre).
1. tr. Sentir físicamente un daño, un dolor, una enfermedad o un castigo.
2. tr. Sentir un daño moral.
3. tr. Recibir con resignación un daño moral o físico. U. t. c. prnl.

Aunque dichas personas quieran seguir utilizando erróneamente la palabra «sentir», estamos de acuerdo con ellas cuando dicen que las plantas (y otros tipos de materia) reaccionan a estímulos aunque no piensen. Si algo no piensa entonces se encuentra en una categoría ética cualitativamente diferente. Esto es explicado en la entrada sobre biocentrismo[4], por lo tanto, la presente entrada no es el lugar adecuado para debatir sobre este tema.

- «Sentir» como «sentir pensado» (con mente): Algunas personas utilizan la palabra «sentir» como «sentir pensado». Cuando estas personas dicen «las plantas sienten» se refieren a que «las plantas también tienen experiencias (dolor, placer, miedo, enfado, etc.)», pues creen que las cosas sin cerebro pueden tener experiencias, aunque desconocemos en qué estructura material se producen las experiencias de una planta. Es a ellos a quienes respondemos en esta entrada, por lo tanto, a partir de ahora cuando usemos la palabra «sentir» nos referimos a «sentir pensado», es decir, a tener experiencias.

De la afimación «las plantas sienten» (como «sentir pensado»), estas personas suelen concluir que si la razón por la que es éticamente incorrecto esclavizar y asesinar a humanos y a animales no humanos es porque sienten entonces también es éticamente incorrecto tratar así a las plantas. En tal caso lo coherente sería que estas personas, además de no consumir productos de origen animal, también dejaran de consumir plantas y promovieran este tipo de alimentación[5]. Pero en esta entrada no vamos a tratar cuestiones éticas sino a debatir sobre si las plantas sienten o no sienten.

Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Las premisas y la conclusión serían las siguientes:

ESTRUCTURA DEL ARGUMENTO:

P1: "Sentir es una experiencia (mental), no una simple reacción a estímulos".
P2: "Las plantas tienen capacidad para sentir".
C1: Como P1 y P2 son verdaderas entonces "Debemos respetar a las plantas".


RESPUESTA VEGANA:

Este argumento puede rebatirse de las siguientes maneras:

1. Aclaraciones preliminares:

(i) Los individuos con cerebro sentimos. El cerebro es el lugar donde se centraliza la actividad del sistema nervioso central, produciendo un fenómeno emergente al que llamamos mente. Gracias a la existencia la mente, se producen experiencias (dolor, placer, miedo, disfrute, etc.) y se tienen intereses respecto a dichas experiencias. Gracias a la mente podemos ser conscientes de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Un individuo que siente no es sólo algo vivo sino que también es alguien. Por ello, quienes somos sensocentristas vivimos de manera vegana para respetar los intereses básicos de los individuos que tienen capacidad para sentir[1].

En el siguiente video se explica el funcionamiento del sistema nervioso central en humanos, pero la explicación también es extrapolable a animales no humanos con cerebro.



Descripción del sistema nervioso (Link)


No existe ninguna razón para pensar que todo sistema vivo piense. De hecho, un humano que se encuentre en estado de coma total puede seguir vivo y no pensar nada en absoluto.


2. Desde el punto de vista científico:

(ii) Reaccionar a estímulos no implica sentir. A veces, al término «sentir» se le suele asociar a la capacidad de reaccionar a cambios ambientales, como cambios de luz, de humedad, de temperatura, de presión, etc., es por ello que, en el ámbito de la electrónica, cuando se habla de sensores electrónicos lo que se quiere decir es que reaccionan fisioquímicamente, no que tengan experiencias en una supuesta mente. Por ejemplo, una celda solar responde a estímulos, toda la materia lo hace. También en el ámbito de la mecánica, cuando alguien dice que un neumático «sufre» al tomar una curva se refiere a que se desgasta el dibujo de su superficie, no a que el neumático tenga una experiencia de sufrimiento.

Si bien es cierto que las plantas no tienen sistema nervioso para sentir, al igual que un sensor electrónico son capaces de reaccionar fisioquímicamente ante cambios ambientales. Las reacciones de las plantas ante estímulos (tropismos) pueden clasificarse en los siguientes tipos:



(iii) Que algo tenga «inteligencia» no implica que tenga mente. Algunas personas dicen que reaccionar a estímulos de una determinada manera significa tener inteligencia. Tener inteligencia no quiere decir tener mente. Por ejemplo, un programa informático es inteligente, pues maneja información y elige qué hacer según los datos de entrada pero no piensa[6].

Podemos afirmar que toda la vida es «inteligente», pues tiene un código genetico (ADN) que le impulsa a vivir adaptándose al medio, pero no todos los seres vivos piensan. Las plantas son seres vivos carentes de sistema nervioso y de cerebro[7], es decir, no tienen tejidos nerviosos que puedan dar origen a experiencias, motivo por el cual no pueden llegar a tener consciencia ni intereses. Una planta no es «alguien vivo» sino «algo vivo» que reacciona fisioquímicamente a respuestas externas, tal y como puede reaccionar un sensor electrónico.



Música Para Ateos: Sinfonía de la Ciencia. Una Oda al Cerebro. (Link)


(iv) Que las plantas tengan mecanismos de defensa eso no quiere decir que sean conscientes. Por propia experiencia sabemos que nuestro cuerpo realiza funciones para las cuales no es necesaria la consciencia sino que se realizan de manera automática: regulación de insulina, defensa por parte de glóbulos blancos, etc.

La cicatrización es un proceso natural que posee el cuerpo para regenerar los tejidos de la dermis y epidermis que han sufrido una herida. Cuando una persona posee una herida se producen una serie de complejos fenómenos bioquímicos que se suceden para reparar el daño. Cuando se produce una infección en nuestro cuerpo no enviamos conscientemente defensas a dicho lugar para luchar contra ella sino que automáticamente el cuerpo produce una reacción defensiva. Esto es similar a lo que ocurre con algunas plantas cuando al producirlas un daño reaccionan de forma defensiva pero sin ser conscientes de ello. Al cabo de una hora de haberse producido una herida, los leucocitos polimorfonucleares o granulocitos llegan a esta y se convierten en las células más abundantes en la zona de la herida durante los próximos tres días. Es particularmente elevada su cantidad durante el segundo día. La fibronectina, los factores de crecimiento, y substancias tales como neuropéptidos y quininas son los que los atraen a la herida. Los granulocitos fagocitan los residuos y bacterias, aunque también matan a las bacterias mediante la liberación de radicales libres en un proceso denominado 'respiratory burst'. También limpian la herida mediante la secreción de proteasas que rompen el tejido dañado. Una vez que han completado su tarea los granulocitos sufren un proceso de apoptosis y son devorados y degradados por los macrófagos. Otros leucocitos que se encuentran en la zona son células T ayudantes, que secretan citoquinas para inducir la subdivisión de las células T, aumentar la inflamación, mejorar la vasodilatación y permeabilidad de los vasos. Las células T también aumentan la actividad de los macrófagos. En ningún caso dirigimos estos procesos de manera consciente, no son el resultado de intereses sino simples reacciones automáticas como ocurre con las respuestas de las plantas, hongos y microorganismos. (Vídeo)


(v) Las plantas no tienen cerebro, por lo tanto, no sienten.

¿Siente una planta?

Premisa 1: Sentir es una experiencia mental.
Premisa 2: La mente es el producto de un cerebro, pues el cerebro y la mente son uno.
Premisa 3: Las plantas no tienen cerebro.
__________________________
Conclusión: Las plantas, al no tener un cerebro, no tienen mente y por lo tanto no sienten.

Quien afirma que las plantas tienen mente sin necesidad de un cerebro lo hace debido a uno de los siguientes motivos:

(a) Porque, al contrario de lo que la ciencia dice, cree que la mente se puede originar en alguno de los siguientes tejidos de las plantas: xilema, floema, tejido meristemático, tejido epidérmico, parénquima, colénquima, esclerénquima, etc. Por lo tanto, quien afirma que las plantas tienen mente debería indicar qué tejido vegetal se encarga de transformar los estímulos internos y externos del organismo en experiencias, y por supuesto, adjuntar el artículo científico que lo afirma (o en todo caso los argumentos para sostener tal afirmación).

(b) Porque la persona tiene creencias religiosas[8] y, por lo tanto, defiende el dualismo cerebro-mente, es decir, que, con la finalidad de reforzar el dogma ilusorio de la «vida del ego» después de la muerte, esta persona defiende que el cerebro y la mente no son la misma cosa sino que una cosa es el cerebro físico y otra cosa es el «alma inmaterial e inmortal» (mente). Siguiendo con lo anterior, a esta persona le viene muy bien decir que las plantas tienen mente, entendida ésta como «alma inmaterial», pues si las plantas (o las piedras) piensan sin cerebro y sin ninguna otra estructura física similar, entonces ¿por qué no va a ocurrir lo mismo cuando un humano muere?...

(c) Por falta de información.

La ciencia que estudia la mente, la neurociencia, sigue cinco principios fundamentales:

1º.- La mente y el cerebro son inseparables.
2º.- Cada función mental en el cerebro se lleva a cabo con circuitos neuronales en diferentes regiones del cerebro.
3º.- Todos los circuitos del cerebro están construidos con células nerviosas.
4º.- Los circuitos neuronales usan moléculas específicas para generar señales en y entre las células nerviosas.
5º.- Las moléculas específicas se han conservado a través de millones de años de evolución.



Programa Redes: La ciencia de la mente (el estudio del cerebro) (Link)


Para la neurociencia, las plantas no tienen mente. A continucación dejamos información sobre ello:


3. Desde el punto de vista ético:

(vi) Las plantas no sienten, pero si alguien cree lo contrario y considera que es éticamente incorrecto matarlas entonces debe ser coherente con ello. Según la ciencia actual, las plantas no sienten, pero si alguien cree lo contrario, o si algún día se demostrara que las plantas también sienten, eso no sería una razón que justifique la esclavitud y el asesinato de animales sintientes (sean humanos o no), pues existen maneras de alimentarnos sin matar plantas ni animales: alimentación frugívora, carne in vitro, suplementos, aprovechamiento de cadáveres sanos (muertos por accidente, etc.), etc. Ésta sería la alimentación que las personas que dicen que las plantas sienten, o creen que sienten, deberían promover y practicar, aunque generalmente el presente argumento sólo es una excusa más para seguir frustrando los intereses de otros individuos mediante la esclavitud y el asesinato.[5]

Otras veces, estas personas acaban reconociendo que, con lo que sabemos a día de hoy, las plantas no sienten, pero afirman que las plantas también están vivas[4].



CONCLUSIÓN: Éticamente es muy importante diferenciar las meras cosas -estén vivas o no- de las cosas con mente, por eso es necesario aclarar el significado de las palabras que utilizamos para diferenciar a un tipo de cosas de otras. Cuando usamos la palabra "sentir", no nos referimos a una "reacción a un estímulo sin una experiencia asociada" sino a una experiencia. Por lo tanto, la capacidad para sentir no es propia de las meras cosas sino de aquellas cosas que tienen experiencias, lo que comúnmente llamamos "mente" o ser "alguien".

La mente es un fenómeno emergente que se produce en un cerebro. Sabemos que los humanos y los animales de otras especies tenemos capacidad para sentir, es decir, tenemos mente, porque tenemos un cerebro para realizar dicha función. Quienes tenemos capacidad para sentir podemos sufrir y disfrutar de nuestras vidas y, por lo tanto, tenemos intereses respecto a dichas experiencias, no somos meras cosas.

Las plantas carecen de cerebro y, por lo tanto, partimos de que no tienen capacidad para sentir, no tienen mente, pues ¿en qué otra estructura orgánica emerge el pensamiento de una planta? la ciencia dice que en ninguna. Las plantas reaccionan a estímulos sin una experiencia asociada a ello, un hecho similar a cuando se nos cicatriza una herida sin ser conscientes de ello.

Al carecer de la capacidad para sentir, las plantas no son alguien con intereses sino sólo algo vivo, por esta razón, al contrario de lo que ocurre con los animales sintientes, no estamos perjudicando a alguien si las cortamos o matamos. Plantas y animales sintientes ocupamos dos categorías morales diferentes.

Las plantas no sienten, pero si alguien cree lo contrario y considera que es éticamente incorrecto matarlas entonces debe ser coherente con ello y no comerlas, promoviendo una alimentación a base de frutas, frutos secos, cereales, legumbres y de otros alimentos que no matan plantas.


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