martes, 23 de abril de 2013
Egoísmo y Violencia Social - Omar Paladini
La inhumanidad gobierna en el mundo.
¿Que otra cosa podemos esperar de eso sino monstruosidad?
En una sociedad donde el egoísmo es la norma,
y no nos importan las injusticias y el dolor y sufrimiento que otros seres humanos padecen,
el vivir bien sin tener en cuenta a los demás es la anti-utopía más extrema.
Insensibilidad, anestesia, inhumanidad que destruye vidas y sociedades.
Violencia solapada cultural con infinitas formas de discriminación y estigmatización social.
Etiquetas que niegan lo esencial: que todos somos seres humanos, no cosas, no objetos sino sujetos, subjetividad, expresión particular de un todo universal.
Pretender vivir una “felicidad” aislados del resto de la humanidad no solo puede llegar a ser éticamente repudiable, sino que es ingenuidad pura, ya que somos parte de un todo mayor, y lo que afecta al todo social, en forma directa o indirecta, nos termina afectando a nosotros también.
Es imposible vivir en una nube aislado de los demás.
Pretender una sociedad donde no haya violencia sumidos en el egoísmo más extremo,
no tiene el menor sentido, y la violencia crecerá.
Si queremos una sociedad sin violencia, tendremos en principio que desterrar los valores, desterrar las creencias en que esta violencia se apoya, en los actos que se traducen de ellas. En principio desterrar la violencia de nosotros mismos, hasta en su mínima expresión.
Expulsémosla para siempre de nuestro interior, y actuemos en el mundo desde la compasión, desde ponernos en el lugar del otro, y ahí si desaparecerá de nuestra vida y de la sociedad.
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Texto ampliado el 21-12-2017 - 20:40 Hs.
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