Tú tienes que empezar a tomar contacto con tu parte dionisíaca, esa parte que le gusta y quiere gozar de la vida, tienes que darle paso, dejarla fluir, reconciliarte con ella." Tú tienes impulsos internos. Tus impulsos internos no siguen la dirección propuesta por un modelo formal.
Esta es una de las grandes críticas que se hizo a las filosofías del siglo XIX.
Estas filosofías están negando una conducta humana y un quehacer humano que no responden en nada a los impulsos de la vida, que al contrario van a contramano de los impulsos de la vida.
Entonces surgió una corriente muy fuerte, que se llamó Vitalismo. En esa corriente estaban Schopenhauer y también Nietzche.
Mas adelante en el siglo XX apareció un personaje, español, que dijo:
Efectivamente el tema es la vida, pero hay que entender la vida, y no solamente seguir los impulsos de la vida. Hay que poner la razón al servicio de los impulsos de la vida.
Entonces surgió lo que se llama el Racio-vitalismo, y el personaje es Ortega y Gasset.
Todos los otros filósofos estaban en la esfera del pensamiento, como si uno no tuviera vísceras, pulsiones, etc., sino todo era perfecto, racionalidad pura, todo como “debe ser”, la verdad, la belleza y el bien. Pero uno nunca se corresponde con eso en nada.
Por ejemplo las virtudes teologales, ¿cómo te puedes corresponder con esos modelos? Si uno se siente más identificado con los pecados capitales, la ira, la lujuria, la gula, y uno se siente culpable por eso.
Pero son impulsos de la vida. Entonces, no te están proponiendo ninguna dirección, sino que te están negando los impulsos y proponiéndote otra cosa: que no desees, que seas casto, que no goces la comida, que tengas templanza, que no movilices hormonas, ni te enfurezcas, al contrario: que tengas paciencia. Te están diciendo todo lo contrario.
Te están diciendo: “No, esto no debe aparecer, no debe aparecer. (Y si aparece: es pecado y te genera culpa). Esto es lo apolíneo. Están negando una parte de ti, como si esa parte de ti fuera intrínsecamente mala, porque no se corresponde con ese otro modelo, que en realidad no es de ti, sino que es más de la cultura que de ti.
Si tú tomas los Principios, puedes ver que son leyes de vida, de luz, de evolución y que te muestran cómo funcionan las cosas. “Ir contra la evolución de las cosas...”, te está diciendo que las cosas tienen evolución, te están mostrando cómo funciona la vida.
Lo mismo cuando dice: “Forzar las cosas hacia un fin....”, “Oponerte a...”, te está enseñando cómo funcionan las cosas y no qué debes hacer. Tú eliges.
Tú tienes que empezar a tomar contacto con tu parte dionisíaca, esa parte que le gusta y quiere gozar de la vida, tienes que darle paso, dejarla fluir, reconciliarte con ella.
_____________________________________________________________________
Extraído del muro de Manuel Hidalgo en Facebook
_____________________________________________________________________
.
Por ejemplo las virtudes teologales, ¿cómo te puedes corresponder con esos modelos? Si uno se siente más identificado con los pecados capitales, la ira, la lujuria, la gula, y uno se siente culpable por eso.
Pero son impulsos de la vida. Entonces, no te están proponiendo ninguna dirección, sino que te están negando los impulsos y proponiéndote otra cosa: que no desees, que seas casto, que no goces la comida, que tengas templanza, que no movilices hormonas, ni te enfurezcas, al contrario: que tengas paciencia. Te están diciendo todo lo contrario.
Te están diciendo: “No, esto no debe aparecer, no debe aparecer. (Y si aparece: es pecado y te genera culpa). Esto es lo apolíneo. Están negando una parte de ti, como si esa parte de ti fuera intrínsecamente mala, porque no se corresponde con ese otro modelo, que en realidad no es de ti, sino que es más de la cultura que de ti.
Si tú tomas los Principios, puedes ver que son leyes de vida, de luz, de evolución y que te muestran cómo funcionan las cosas. “Ir contra la evolución de las cosas...”, te está diciendo que las cosas tienen evolución, te están mostrando cómo funciona la vida.
Lo mismo cuando dice: “Forzar las cosas hacia un fin....”, “Oponerte a...”, te está enseñando cómo funcionan las cosas y no qué debes hacer. Tú eliges.
Tú tienes que empezar a tomar contacto con tu parte dionisíaca, esa parte que le gusta y quiere gozar de la vida, tienes que darle paso, dejarla fluir, reconciliarte con ella.
_____________________________________________________________________
Extraído del muro de Manuel Hidalgo en Facebook
_____________________________________________________________________
.